Excelentes noticias relacionadas al funcionar de mi Algoritmo, la primera versión del mismo, lleva 9 semanas generando excelentes beneficios. Detuve de tajo la versión de alto riesgo (HRA) debido a que me encontré con un fallo que no había calculado antes; pero eso me llevó a identificar un potencial punto de crecimiento; en este momento trabajo en recopilar información suficiente para la evolución de la primera versión, con una especie de Amalgama entre ambas variantes del mismo.
Todos son números en mi cabeza recientemente, faltan muchísimos datos por analizarse, pero me encuentro en un punto de no retorno; el 2020 será el año Gamma de mi Algoritmo y el plan es aprovecharlo para afianzar la confianza de mis amigos asociados que se integren.
Probablemente después de unos dos o tres meses continuaré trabajando con la versión Amalgama como la principal y única; creo con todo mi corazón que es algo que va a funcionar correctamente. Si todo lo anterior ocurre sin errores, estaríamos hablando de unos cien mil escenarios simulados para fin de ese periodo, lo que daría la fuerza y seguridad suficiente a mi programa para adentrarse al 2021 en una fase Beta con apertura a público limitado.
Todavía no terminan los dos primeros meses de que saqué adelante este proyecto en su versión Gamma, con la incorporación de las primeras aportaciones, identifico un crecimiento interesante, ordenado y constante. Es cierto que la variación de beneficios difiere en comparación de unas semanas con respecto a otras, sin embargo, hasta ahora sigo conservando mi palabra y continuando con el cumplimiento del compromiso mínimo que adquirí al comenzar la fase Gamma, e "Inversátil" sigue adelante.
Veremos qué nos depara el 2020, esperemos que sea un excelente año para mi proyecto y para mí. Próximamente estaré publicando los "antipropósitos". Quiero agradecer a cualquiera que haya invertido un par de minutos en leerme durante lo que va del año; les he tomado un cariño especial a pesar de que rara vez me doy cuenta quién ha pasado por este sitio. Deseo que durante estos días sus vidas se llenen de dicha y energía positiva para empezar el siguiente ciclo con todas las ganas y en la mejor forma. Un abrazo.
Hace rato, me preguntaba por qué me es tan difícil entrar en alguna relación con alguien que me llame la atención; y sí, probablemente la mayoría de gente que me conozca imaginará que es porque soy muy quisquilloso en cuanto a gustos, y lamentablemente no tengo un aspecto para ponerme esa clase de moños. Pero analizaba mi situación más a fondo, quería comprender realmente qué me sucede, porque aunque ese par de razones tienen suficiente peso para frustrarme en soledad toda la vida, lo cierto es que tenía la certeza de que había algo que faltaba identificar y creo que lo he conseguido.
Para empezar, he de mencionar que me gusta generar lazos fuertes con las personas a las que estimo y considero amistades; es por ello que mi círculo cercano podría entenderse como algo muy pequeño; sin embargo esa gente sabe que yo haría por ellos casi cualquier cosa, y estoy convencido de que sucede lo mismo de manera inversa.
Soy un ferviente opositor de la hipocresía y las mentiras, por eso quienes me conocen saben que prefiero guardar silencio cuando algo no me compete en cuanto a opinión, pero no tengo reparo en ser genuinamente honesto cuando solicitan o requieren un consejo, un punto de vista veraz, o una forma dura de observar la realidad.
Por lo anterior una de las cosas que se me complican es interactuar con grupos grandes a la vez. No soy un hombre de fiestas, ceremonias, parrandas, cotorreos multitudinarios, conciertos, eventos masivos, ni demás situaciones en las que aquellos socialmente más capacitados se mueven como pez en el agua.
Todo lo anterior mencionado me lleva a poseer una personalidad muy selectiva; sin embargo aquellos que amo están conscientes de que lo que siento por ellos es real. Curiosamente y en parte debido a lo anterior, soy tremendamente bueno tratando a la gente desde una perspectiva individual, no tengo problemas en conocer, adentrarme, entender e incluso ser parte de la vida de los que van agregándose a mis seres queridos. Me sincero completamente y soy tan transparente que pueden saber desde mi sueño de la noche anterior, hasta cómo es que mis errores del pasado me han instruido a sentirme mejor conmigo mismo. No tengo miedo a expresar lo que siento, en lo que creo, con qué me identifico y hacia dónde quiero andar. Soy como algunos dirían, un libro abierto.
Eso, en entornos donde hay conjunción de puntos de vista obviamente es un arma de doble filo; puesto que habrá quienes de inmediato se identifiquen con mis vivencias y modos, como quienes crean que soy un farsante, petulante, egocéntrico y demás adjetivos calificativos hirientes. Y posiblemente tengan algo de razón, porque están en una perspectiva diferente a la mía y sus percepciones de mí, en parte, tal vez debido a su experiencia, surgen a partir de lo que están escuchando, viendo e interpretando en el momento.
En suma, empatizar con alguna agrupación me es terriblemente complejo. Ahora, regresando a la proposición inicial de mi argumento, cuando uno ingresa en una relación, no lo hace con una persona en solitario, esa persona en cuestión carga consigo hermanos, padres, demás familiares, amigos y un sinfín de gente cada uno con un universo independiente de pensamientos, manías, sentimientos, fobias, principios e instrucciones; a los que sin duda conocer de uno a uno podría ser asombroso y fascinante para mí, pero en conjunto se vuelven un escenario aterrador.
No conozco cómo piensan los demás, pero obviamente intentar aceptar y responsabilizarme cada vez más de la persona que soy es mi mayor tarea. Sé que he fallado en demasía, que no soy ni una fracción de los que objetivos en mi mente, me arrepiento de no tener las capacidades de otros a la hora de interactuar, pero me alegro mucho de finalmente darme cuenta de este hecho. Si alguien lee esto: Sí, me gusta tener amigos; claro, es muy sencillo que me caigas de maravilla y entres entre mis consentidos; y por supuesto, eres bienvenido cuando gustes a este corazón deseoso de afecto y a este par de brazos extendidos a la lealtad. Un abrazo.
Han pasado los años y de mis ganas de escribir "algo" no se sabe un comino; pero hoy, estoy desagradado ante una actitud, la cual es, autocompasión o victimización. Todos conocemos a esta persona, que con una actitud grosera, impositiva y abusiva trata de conseguir y abrirse paso por llegar a aquello que desea, y está mal, es un extremo que está mal, porque afecta a terceros.
Pero qué me dicen de la otra cara, las personas que forzándote a mirarlos con lástima y compasión, hacen todo por tenerte ahí, brindándoles tu atención y afecto, haciéndote pensar a cada que pueden lo "miserable" que ha sido la vida para con ellos; bueno, pues también su actitud es pésima, es una forma de control y por consiguiente, destruye a otros.
Y ya, era todo lo que quería decir al respecto. Aprendamos a ser felices y a convivir con nosotros mismos, mientras no logremos eso, seguiremos produciendo relaciones dañinas gracias a que no hemos superado complejos, miedos y traumas. ¿No me creen? Hagan lo que yo, analicen un poquito las relaciones que conocen, aquellas que están mal, colóquenlas en su mente hasta que entiendan qué es lo que sucede; por la sola interacción de las partes se da uno cuenta, no es necesario ser un gran sabio, filósofo, pensador o genio, lo juro.
Me gusta mantener una personalidad que sea justa con su palabra, aquello que digo debe de estar fundamentado en algo de lo que soy; no me es posible andar por todos lados pretendiendo ser algo que no soy. Además es exhaustivo el siquiera intentarlo. La justificación es simple, la transparencia deja en claro nuestro ser. Eso sí, tan fácil como es entregar mi corazón al enamoramiento, cuando este se rompe por una decepción, probablemente tenga que recoger sus piezas y dejar pasar un tiempo, pero una vez recuperado, sin duda habrá aprendido algo, por lo que difícilmente dejará que lo hieran desde la misma perspectiva.
Incluso yo deseo conocer a una mujer que me guste y me ame... ¿Es la vida justa? Deduzco que sí, en su aleatoria y poco lógica manera de asimilar la justicia, seguro lo es. Además, la percepción de los lugares y éxitos alcanzados solo es distinguible viendo hacia el pasado, habrá que esperar y el bendito tiempo, como siempre, hará incontenible a la razón, con lo que la verdad será descubierta. Por supuesto.
Los números me hacen feliz. El análisis de datos le da una razón de ser a mi curiosidad constante. Hace justo un mes inicié con la fase gamma de ese proyecto personal. Los resultados hasta ahora, prometedores. La inteligencia ante la comprensión del funcionar de los números basado en estadística y probabilidad se ha puesto a prueba, y en más de veinte mi escenarios, mi algoritmo ha resultado triunfador, lo cual es maravilloso.
El siguiente paso es alcanzar un retorno en concreto, estoy mentalizado en que sean diez mil durante cada corte a partir de que empecemos el año; estoy consciente de que es un número ambicioso, pero de darse, me vendría muy bien para resolver situaciones personales y dar continuidad a otros asuntos. Además, que si lo consigo cíclico, estamos hablando de casi una completa libertad financiera alcanzable en tres o cuatro meses... Pero reitero, eso no es más que especulación basada en números, hacen falta resultados para animarme siquiera a cambiar de trabajo.
Acaba de terminar el primer día del último mes del año; qué nostalgia saber que no he hecho nada por mejorar mi apariencia y he permitido a mi salud estar en malas condiciones. Me repito una y otra vez mis anhelos pero no ha funcionado, me quedé bajo de voluntad o definitivamente no utilicé los medios, ni la influencia necesaria para abandonar el mal camino y reincorporarme al buen estado de salud.
El exceso de trabajo y el godinizmo me parecen un par de elementos dañinos; hace falta salir a tomar aire, a conocer gente y lugares, a divertirse; y esta ciudad, honestamente me ha dejado uno que otro desagrado por un poco de satisfacción de vez en cuando. Aunque he aprendido mucho el valor de lo que no está cerca, de los amigos, la familia, las personas que amo y la gente en quien puedo confiar. Me llevo eso de aquí si un día me voy.
No soy fanático de subirme al transporte público colmado de gente, porque es bien sabido que no soy muy amante de la gente en general. Tampoco es lo mío hace filas enormes cuando hay que ir al super o a un restaurante en la búsqueda de un sitio para comer. No es culpa de nadie, es que simplemente no me agrada todo eso. Por eso me mudé a unos pasos de la oficina, por eso es que no utilizo transporte a menos que sea altamente necesario (por lo general prefiero las aplicaciones).
Y el asunto con la mentalidad de las personas es otro: Por lo general tratan de aprovecharse de cualquier ventana de oportunidad para sacar ventaja sobre ti; desde que se les olvida parte del pedido que acabas de hacerles por lo que no te entregan completo, hasta que se confunden con las monedas y te dan cambios erróneos, o que tu compañero de trabajo o jefe considere "pertinente" que te quedes un rato más a laborar (incluso sabiendo que es fuera de tu horario), o que realices actividades en fin de semana (cuando tu contrato no dice eso); en resumen, aquí pasa en todos lados, siempre, si hay oportunidad y tú lo permites, va a salir alguien de colmillo retorcido a abusar de tu ingenuidad.
Pero no, no detesto la ciudad, particularmente he ido aprendiendo a comprenderla y a sus habitantes; me ha dado gusto hasta ahora la experiencia y no estoy diciendo que el próximo mes me iré. Aunque de ser por mí determinación, por mis gustos, anhelos y necesidades, definitivamente hay otros sitios a los que me siento más compatible, solo eso.
Tengo que colocarlo dentro de algún texto que me fluya, es tiempo, supongo, de decir que venía padeciendo un tipo de enfermedad que me hacía ver todo distinto, mi cerebro produciendo un entorno distópico era una constante, donde el rededor superaba mis expectativas negativas siempre, y aspiraba a ser un número más programado para desaparecer tarde o temprano.
Lo anterior era un estado mental disfuncional, un temeroso estado de ánimo continuamente en alerta, una sensibilidad a percibir emociones positivas nula; explotando únicamente la perversidad de los horrores imaginables. Ridículo resulta que una de mis historias favoritas de Poe sea la de Arthur Gordon Pym y que tras haberla leído años atrás no me diera cuenta que estaba en dándole vueltas a miedos existentes solamente en mi cabeza.
Me sentí curado de eso después del fin de semana, ocurrieron situaciones diversas que me colocaron en un proceso de pensamiento más sobrio ante lo que pasaba; mi tacto, gusto, vista, oído y olfato se reiniciaron convencidos de que la experiencia merecía ser vivida con el potencial completo que cada uno de mis sentidos posee. Funcionó.
Han sido unos días deliciosos, mi espalda no se siente más cargada de necesidades, decir las cosas que deseo y quiero se ha transformado en algo sencillo. Hasta el hecho de perder mi trabajo parece un horizonte confiable ahora; pues sé qué hacer si me despidieran, sé adónde ir en caso de requerirlo. En lugar de subdimensionar mi mundo he comprendido su crecimiento y rumbo, agarrándome fuertemente de aquello que amo, descartando lo que me hacía daño.
Las catarsis pueden llegar a nuestras vidas en diferentes tipos de empaques, tamaños, aromas, sabores, colores, texturas y formas; justo lo faltante en el momento indicado, y así llego al final de esta pequeña anécdota, alegrándome del hermoso fin de semana anterior, y lo mucho que me trajo consigo. Bendita vida que me instruyes bien.
Y si están creyendo todos que dejé de escribir por culpa del trabajo, en parte es así, pero definitivamente no. Han sido semanas en las que me he entretenido durante mis "tiempos libres" en un algoritmo que espero genere frutos interesantes a futuro, hasta el momento van más de 21 mil escenarios analizados sin fallos, lo que me hace alegrarme mucho.
En cuanto a las cosas comunes de la oficina, he de mencionar que cada vez soy más funcional administrando AIX, y SQL Sever se me hace una tecnología poco a poco más sencilla de gestionar. En fin, vida laboral a todo.
Entre las cosas tristes, tengo que comentar que casi no he podido visitar a mis padres durante el último semestre; lo hice el domingo pasado, solamente el domingo en una visita express. Están bien, los amo, los extraño demasiado.
Con respecto a las amistades, aquí solo interactúo con "señores", así que me hace falta salir de vez en cuando y pasar tiempo con gente más próxima a mi edad y mis gustos.
En fin, ya me voy de acá, quería publicar algo pero realmente estoy limitado de tiempo, vuelvo pronto.
Cuando caminas por la vida rodeado de música, de una manera u otra terminarás viviendo la música como parte de ti. Cuando vives rodeado de inspiración, la inspiración se volverá tarde o temprano parte de tu forma de pensar y de actuar. Cuando vives anhelando ser mejor persona, la consecución de decisiones te terminan llevando por un camino en el que reconoces estar cada vez mejor que antes.
Somos el resultado de aquello que nos inspira, lo que nos apasiona, lo que anhelamos, lo que nos rodea; somos la sumatoria de diminutos eventos, experiencias y entornos que vamos coleccionando en nuestra mente y corazón.
Somos idealistas de nuestra utópica percepción humana, somos fabricantes y constructores de nuestra asimilación de la realidad, imperialistas y gobernantes sobre lo que hay en nuestro ser, exploradores, autodidactas, alumnos, médicos, ingenieros, entusiastas y maestros de aquello que aceptamos para nuestra existencia.
Una gran variedad de deseos que una vez tuve, hoy son parte de mi día a día; ¿es decir que he alcanzado alguna clase de éxito? NO, no lo he hecho; solo soy cada vez más consciente de las maravillas que ahora forman parte de mi historia.
Desaproveché mucho de mi tiempo en la búsqueda de nutrimentos para una parte de mí que simplemente estaba falta de afecto y estima; dándole vueltas a los puntos comunes intenté contener parte de mi potencial para hacerlo verse y sentirse (al menos a mi percepción) como el estándar ordenaba. Y eso generaba noches de ansiedad y desconsuelo, pues no era yo mismo en mi afán de tratar de ser "alguien".
Hasta que reconocí que mis formas de activación eran distintas, yo necesitaba de constantes catarsis intelectuales. Tenía que alimentar al monstruo que había en mí; no odiándolo ni exterminándolo, sino atendiéndolo y dejándolo crecer saludablemente. Devoró mis miedos en segundos, desactivó todas las alarmas que los ajenos consiguieron colocar en mí, me sirvió como guía y protector en los senderos más peligrosos. Se fusionó conmigo.
Ahora el monstruo devora literatura, gruñe párrafos, escucha música, ruge afecto, transpira amor propio, y acecha la vida desde unos ojos colmados de misericordia, comprensión, hermosura, memorias y verdad.