¿Les ha pasado que se quedan en un lugar incómodos sin saber qué más hacer y lo único que les viene a la mente es revisar todas las redes sociales con la finalidad de que nadie los moleste? ¿A qué se debe este ensimismamiento esporádico? ¿Será a la baja capacidad para socializar? Antes, se decía de las personas que pierden el tiempo en dispositivos para alejarse de la realidad eran una especie de antisociales, hoy sé que son mejor descritos como asociales. pues es gente que sí respeta las normas de convivencia pero con costes más grandes de integración.

En mi mente miles de cosas ocurren antes de determinar en quién puedo confiar y con quién simplemente hay que andar con pincitas; no, no se trata de ser hipócritas, pero sí de habilitar ciertos límites para evitar herir posibles susceptibilidades o asimilaciones distintas; lo que es lo mismo, ser conscientes de que todos somos distintos y no andar por la vida obligando a otros a ser como nos gustaría que fueran.

A veces se me ocurre agradable encerrarme en mi habitación y ponerme a ver películas hasta que la noche llega; entiendo que eso es parte de mi falta de interacción con otras personas, pero también me doy cuenta de que ni mi humor ácido, ni mi sarcasmo innato son bien vistos antes todas las estelas sociales; ¿qué mejor que ponerme a tal vez leer o escribir, en lugar de observar y analizar a otros como un mero acosador más?

Porque me ha pasado, he sido víctima de esa etiqueta debido al interés alguien que me parece atractivo, pero eso no se vuelca en una enferma obsesión ni mucho menos, creo que ahí está la línea que delimita lo que está mal de la simple capacidad de exploración.

Por eso mismo también se me ocurre ocasionalmente salirme a dar la vuelta, a conocer lugares, a adentrarme terrenos que antes no con el fin de ubicar puntos importantes para futuras referencias. Hay cosas que me atemorizan un poco, pero conforme pasan los días la confianza crece en mí y en lugar de dar únicamente mil pasos a la redonda, daré mil quinientos o algo por el estilo.

Ah sí, he de mencionar que no me he sentido muy bien de mi sistema digestivo desde que llegué a la ciudad; es probable que la razón sea mi deplorable alimentación basada en comida de la calle y nada más. Tomo eso como un paso más en este proceso, agradezco infinitamente seguir aquí con bien, con la posibilidad desarrollarme profesionalmente y personalmente.


Al menos esta cosa ya funciona, no sé qué tan bien porque sigo investigando; hoy no he leído, ni ayer leí, ni antier, pero he de mencionar que amanecí de buenas, me compré un par de prendas cómodas ayer que no tienen martirizado a mi voluminoso cuerpo y hoy estoy usando una de ellas; además bueno, tengo que ser honesto, entre todos los pendientes de fin de mes ayer estaba preocupado en demasía, amanecí comprendiendo que todo va a llegar a un punto benéfico tarde que temprano.

También he soñado con mis papás y mi hermana, en mi sueño estaba en casa con ellos, no sé si de visita, pero la pasábamos agradablemente en familia, como siempre, porque si de algo he de estar satisfecho en esta vida es de ser un hijo de casa que ama a su gente.

Me hace falta la cámara para mi siguiente proyecto con el fin de producir mejores resultados, mientras tanto, siendo sincero no he conocido la Ciudad de México, hace poco más de una semana que me mudé por cuestiones laborales y me la he pasado en aproximadamente dos kilómetros a la redonda desde que me asenté; está bien, soy alguien que se familiariza lentamente, mejor así que nunca hacerlo.

Eso de ir al gimnasio todavía está en planes, mientras las empresas no hagan ropa deportiva cómo es posible que uno se atreva a ir pareciendo tamal, yo no, qué incómodo visualmente para mí como para los demás. Eso sí, me propuse a cuidarme en lo que como, al menos al día de hoy no me he pesado, pero debería de andar al rededor de un kilo o dos abajo del peso que tenía cuando salí de Guadalajara.

Y bueno, no quiero hablar de mi "nuevo trabajo" todavía, porque en estos momentos me encuentro en fase de espera y no sé qué día me incorporaré allá; en el durante, trato de hacer mis días más agradables de este lado, pues el ambiente en la oficina que me encuentro es agradable y me siento en completa libertad de explotar mis capacidades tanto aprendiendo como produciendo tecnologías, cosa que es genial. Hace años no sentía esta libertad creativa y eso me emociona, me libera, me nutre y hace mi mundo más sencillo. Un par de pagos pendientes aquí, otros por allá y listo, mi carrera podrá al fin provocarme sensación de estar brindando frutos. Aleluya.


Este es un mensaje que pretendo eliminar. Perdón por la indiscreción, les escribiré un poema, de esos que fácilmente se olvidan.

Mis ojos observaron la ciudad por primera vez y supe que sería un reto adaptarme a ella, mientras leía a otros, con sus insignias presuntuosos poniéndose en pedestales para que sus públicos los aplaudieran, en la sombra como siempre, es como me ha gustado formar mi historia, pues es verdad que ante los reflectores más humillantes son los tropiezos, y como no soy perfecto, prefiero sustentar mis piensos.

Dádivas es lo que buscan los demás, queriendo hacerse a sí mismos cual caudillos, representando las bondades de la vida y un montón de ridiculeces superfluas; porque a la hora final, lo verdaderamente importante es la gallardía, la capacidad de mantenerse en pie, no como simple osadía.

Me gustaban sus ojos, sus manos y su andar, entre versos pude dedicarle un poco de mi pensar, y llegó el momento en el que me di cuenta, en ella todo era vano y superficial, absurdo, fatídico, insustancial.

Ya me voy porque tengo que responder una llamada telefónica, y esto que coloqué aquí fue únicamente para que no se viera tan insípido mi post, que tengo que confesar la vez anterior no funcionó como esperaba. Excelente día.


Segundo Intento

Por
Este es un mensaje que pretendo eliminar. Perdón por la indiscreción, les escribiré un poema, de esos que fácilmente se olvidan. Mis ojos ...
Ahora sí, hice un cambio que hace tiempo tenía en mente, transferir un dominio a otra de mis cuentas. Eso debido a que el proveedor anterior no me parecía muy bueno; además, he montado todo en mis servidores para hacer páginas aquí mismo con mejores funcionalidades.

Me gusta cuando las cosas funcionan como a mí me gusta. Acabo de entrar a trabajar después de haberme mudado a CDMX, las oportunidades que se presentan acá para proyectos se presentan interesantes, me esforzaré por seguir sacando adelante pendientes.

Quiero que sepan que entre los beneficios maravillosos de mi empleo actual, está el hecho de que me rentan en una zona decente de la Ciudad, la colonia Nápoles; hay de todo cerca y eso es estupendo, además salir a la calle es más seguro que en otras partes.

No quiero ahondar con el asunto de mi trabajo, pues "presumiblemente" hasta la semana que entra podré dar a detalle una opinión con respecto a mi trabajo actual. Por ahora, muchas gracias por todo, es un placer seguir por acá; este sitio estuvo un par de días caído, pero ya quedó.


A veces escribo cosas en mis estados, unas que almacené hace tiempo que me gustaron son las siguientes:

E incluso hay personas que piensan que necesitas consejos en la vida, y vienen a intentar corregirte. Pues a sus ojos te va mal por decisión propia, no duermes porque piensas demasiado y tu cerebro no se relaja nunca; porque no has aceptado creer ciegamente en los ideales socialmente aceptados, pues te cuestionas todo, siempre, sin lanzarte al vacío. Afuera del molde.

Y aquellas cosas que te gustan, por maravillosas que sean para ti, para el mundo terminan siendo basura sin valor. Escribir por amor a hacerlo, amar el arte libre como realización, falacias imposibles para quien vive ajeno a patrocinios; bajo el yugo y la presión de cubrir requisitos, cumplir con horarios, servir a jefes que imponen a la fuerza la jerarquía de sus personalidades.

Así que decides cambiarte de vida; te retiras de los conceptos comunes y optas por un perfil bajo, casi inadvertible, con el fin de no existir para quien no tenga ganas de verte, no redactar a nombre de quien no tenga ganas de leerte. Abriendo las puertas de tu vida a la desesperanza y dejando que la paz de la ruina acuñada al momento posterior a la tempestad se apodere de ti.

No, no estoy exigiendo atención. Estoy poniendo en pequeños versos notas e ideas para que mi mente se relaje un poco; práctica alguna vez recomendada para evitar el colapso; una forma de volcar frustraciones en algo que no dañe a nadie. Algunos escuchan voces y ruidos, ven sombras y tienen alucinaciones, otros son adictos a rutinas o psicotrópicos, lo mío son las letras descompuestas, destructivas y agresivas.

Conforme las noches sin dormir suceden una tras la anterior, consecuentemente los colores y las muestras de emociones al rededor se tornan grises y absurdas; lo único que percibo son un puñado de entes de dócil aspecto automatizados en su actuar; subyugados al servicio y bajo las órdenes del sistema a prueba de errores bajo el que se encuentra todo. Y sí, los errores tarde o temprano terminamos en la papelera de reciclaje.

Hay quienes cuentan historias maravillosas en mundos imaginarios, suponiendo que eso me fuese posible, no habría por dónde empezar, y quizá el mayor alcance de mis méritos no daría para una cuartilla; además mi imaginación está colmada de negatividad como consecuencia del asco que me provoca el perfeccionismo vano y absurdo sobrevalorado por todo lo que me rodea. No valgo nada por no ser como los demás quisieran.

Como ejemplo: El cuerpo sombrío tras la tela negra que lo cubría me parecía familiar, al descubrir su rostro despedazado por el disparo pude advertir que sus facciones algún día fueron lindas, en ese momento no quedaba de ella más que un manojo maloliente de vísceras entre sangre seca y los restos de unos ojos que hubieron sido verdes en tiempo vital. Fue en ese instante que me di cuenta, era la dama agradable del restaurante que hacía una semana me había atendido.


Recuerdo que tienes ciertos poderes mágicos con los que quizá me puedas ayudar. Hace días despierto todavía con sueño, con dolores de espalda muy intensos y angustiosos que no había experimentado nunca, pero no sé si sean por algo o alguien. Ya perdóname por favor.

Hola. Tal vez termine escribiéndote aquí una historia que nunca respondas. Estoy mejor, espero que tú estés bien. Tengo ganas de volver a hablar contigo, porque eres agradable, porque eres sensible. Y aunque ya no pienso de la misma manera en ti, haciendo de lado cualquier ego e hipocresía, a veces imagino encontrarte en la esquina y aleatoriamente saludarte sin más. Ojalá puedas leer esto. Bonita noche.

No quería irme sin decirte "adiós"; han sido casi cuatro años en Guadalajara repletos de aprendizaje y personas maravillosas. Descubrí que la gente es más sentida de lo que esperaba y que el mantener una buena actitud es excelente para conservar la paz. Me enamoré varias veces y en todas he fracasado; así que tomé mis fallos e hice con ellos un manual de cosas para evitar en el futuro. Te llevo en mi corazón y espero que algún día tu camino y el mío, o el de nuestros respectivos descendientes, se vuelvan a saludar. Bendiciones.


A todo esto, imagínense despertar de madrugada en medio de una catarsis y terminar un capítulo de la manera más amable posible. Existen dos tipos de personas en esta vida: Las que anhelan sueños y las que producen realidades.

En lo que sucedían en mi mente las cosas de esta manera:

Mientras me acercaba a una casa pude distinguir su presencia, su forma de caminar es una firma que siempre estará presente conmigo, estaba preparando de comer. Al darse cuenta de que estaba ahí se esfumó de mi vista, salió corriendo, como con miedo a que le fuera a hacer algo. Después de tanto tiempo de conocerme y saber que soy un hombre pensante resulta que sigue creyendo que soy alguien que de alguna forma podría lastimarla.

Sonrío para mis adentros, con intención me aproximo al lugar en el que se encontraba y pregono: –¿Todavía no te has dado cuenta que me interesa que estés bien sin importar que esté o no yo cerca de tu vida? No te preocupes más, por favor, no vivas con el temor a que pueda hacerte algo impulsivamente, te he demostrado que tengo autocontrol. Por el contrario, te invito a que sigas preparando lo que hacías, mi hora de retirarme ha llegado. La ciudad es tuya.

Obviamente no confió en mí, desde su escondite en el que se alimentaba emitió un discurso corto: –Entonces ¿finalmente me vas a dejar en paz? ¿Tanto tiempo aterrándome de que fueras a hacerme algo y te vas a ir así nada más sin siquiera intentar aproximarte? Pensé que tendrías más valor que eso.

Osado y tentado respondí: –En algún momento te prometí que cambiaría mi cuerpo, y lo hice cumpliendo mi palabra. Después te dije que no estaría contigo si no sentía seguridad de permanencia, y por mucho que me duela actualmente, también seguí al pie de la letra mi compromiso. Dije en tiempo y forma que no te molestaría más, y si un mensaje de "hola" de vez en cuando o un "me gustaría que nos encontráramos por la calle" te parecen acoso, déjame confesarte que no era así, mi intención era simplemente sanar asperezas.
Pero eso ya no importa ahora, como he dicho antes, es tiempo de irme y tú puedes sentirte completamente feliz y libre de estar, andar, convivir, experimentar, disfrutar de la ciudad, al lado de quien tú quieras que sea mejor para tu vida. No voy a estar ni siquiera cerca para darme cuenta.

Con un rostro un poco perplejo comenzó a salir de su escondite: ¿Entonces te vas? ¿Te rindes así de fácil? Algún día me dijiste que no eras alguien que lo hacía. Aunque bueno, no estoy pidiendo que te quedes, lo menos cerca que estés de mí será estupendo.

Obviamente me dolió su comentario, tras todo este tiempo alimentándose de la idea de despreciarme y mantenerse distante, nutriendo en su mente una desilusión kármica; me volvió a provocar la cristalización en la mirada, y con un hilo de voz dije: Gracias por darme antagonismo innecesario a la historia de tu vida, espero que eso sirva a tu crecimiento personal. A mí me ha traído grandes lecciones de aprendizaje.

Dando media vuelta tomé mis cosas y seguí mi camino al próximo destino en mi andar por estos tiempos, Ciudad de México, a donde me mudaré este fin de semana; un lugar que me aterra en gran medida, en donde ni las personas me parecen del todo agradables, consciente de caminar con cautela y un poco a la defensiva; pero una oportunidad al fin, de agradecerle a Guadalajara por lo mucho que me ha dado, de volver a sentirme libre, de empezar de nuevo, tratando de que la ilustración haya dado fruto en mi interior con el fin de evitar cometer los mismos errores y deseando resolver los que se me presenten a la brevedad posible, y así impedir que raíces de amargura crezcan dentro de mí o de otros por culpa mía. Adiós y hasta la próxima, bendita Perla Tapatía.


Adiós Perla Tapatía

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A todo esto, imagínense despertar de madrugada en medio de una catarsis y terminar un capítulo de la manera más amable posible. Existen dos ...