Una cosa que me sorprende es el hecho de ver cómo hay gente que a pesar de las experiencias termina por no aprender, yo mismo he caído varias veces en un mismo hoyo y me resulta ridículo criticar acerca de ello por la misma razón, sin embargo, tengo que hacerlo, porque así tengo la intención.
Ayer, en la noche, hablando con una persona muy especial, alguien a quien admiro mucho, recibí un halago de esos que nunca se olvidan. Esa persona me dijo que "como esponja absorbía cosas maravillosas de mí". Después de analizarlo toda esa noche, y regresar mis pies al suelo para evitar posicionarme en conceptos que no tienen nada que ver conmigo he de mencionar que sí, es cierto, soy una persona maravillosa.
...
Bien, regresemos las instancias antes de comenzar a recibir zapatazos en la calle. Lo primero que debo de mencionar es que considero que soy tan maravilloso como cualquier persona es capaz de serlo, como cualquiera, por insignificante que sea juzgado es. Políticos, especialistas, médicos, ingenieros, licenciados, arquitectos, cualquiera digno de un oficio, de buen nombre, vaya, cualquiera, la generalidad del ser, cualquiera es maravilloso.
Todos tenemos algo digno de aprendernos, todos tenemos algo digno de mostrar, todos podemos presumir alguna virtud, algún hecho en nuestra historia, alguna belleza, todos. Es por eso que, regresando al título, debemos ser como esponjas, absorber lo bueno de otras personas, para nuestro propio beneficio, viéndonos no egoístas, sí necesitados de todo aquello que nos permita crecer íntimamente también debemos conocernos, admirarnos y amarnos hasta el máximo esplendor para lograr una esencia fructífera, completa, poderosa.
Todos estamos revestidos de poder, el poder de ser, el poder de dar, el poder de producir, el poder de crear y el poder de destruir son solo algunos ejemplos. Hagamos uso de esos maravillosos poderes de los que nos han sido dados. Incluso la opinión, como lo que expreso aquí, es un poder; del cual me pavoneo y abuso constantemente... Pero aparte de aprender de los errores propios, me gusta apreciar con inteligencia situaciones ajenas y considerar aquello que pueda mejorarme, es imposible ser perfecto, lo sé completamente, por eso me dedico a esforzarme en mejorar diariamente.
Se acerca el tiempo de salir a flote, respira hondo, no dudes y realiza tus sueños. La perseverancia con la que los ha montado resulta ahora, más que nunca, algo que debes tener por muy preciado.
"Fight for it!"
Aunque la respuesta no siempre es luchar, hace poco leí de un amigo el buen consejo de aprender a redireccionar tu camino, o algo así. Se vale recapacitar, somos hombres y cometemos toda clase de errores en el camino; no arrepentirse de lo bueno vivido, sí motivarse a ser mejores día a día.
Hoy es uno de esos días en los que, relajado después de "haberlo hecho" pienso en qué más. En el siguiente capítulo, y es que no están para saberlo, pero yo sí soy argüendero y se los voy a contar:
Semestres atrás, a casi tres años de haber comenzado la carrera, debo confesar que inicié con una actitud insípida, a sabiendas que, con un poco de deseo podía acreditar sin problema. Hoy, con algunas desveladas a cuestas, pesares, confusiones y mucha autocrítica he conseguido unas calificaciones bastante decentes en el semestre.
Eso de las calificaciones siempre viene a fin de cursos, los que lograron buenas notas a presumir; los que no a guardárselo, como si esos números dijeran más o menos de ti. Nunca lo he creído, nunca lo he visto así; sé que lo mayormente prioritario es la actitud de cada uno, y sé también, que consecuencia de ello fueron mis malas calificaciones los primeros años de carrera, lo reconozco con honestidad, fui yo y mi mala calidad como estudiante, la pereza que venía conmigo.
Con respecto al blog: A partir de ahora mis entradas se verán reducidas por lo general en uno o dos párrafos cada una, eso en primer lugar para evitar la desorientación que mis debrayes puedan producir y en segunda para conseguir que holgazanes que apenas leen cinco párrafos sean capaces de leerme. Ja, como si eso me importara; no, ni tanto, la verdad son cuestiones de tiempos; hoy lograr que me queden quince minutos libres es realmente complicado.
Nadie me pidió que escribiera, nadie me pidió que lo hiciera; no hay convicción alguna, ni humor de hacerlo bien siquiera. Quiero dejar en claro, lo que la vida me aflige, me aflige porque estoy solo, lo dije. No con decoro, no hay valor alguno en medio de todo. Cuando me siento mal, me pongo triste y lloro, yo también quiero volar, ser como el ave libre, comenzar a aventurar, como estandarte erigirme. Dios tiene claro mi esfuerzo, deberá haber recompensa, sin afán de lograr mucho, ni que el karma se empobrezca. Quiero sacar mis males, liberarme de miedos, hablar siempre verdades, iniciar con mi denuedo.
Cuando escribo, parte de mí se queda ahí; intento ser honesto con lo que hago, aunque a veces lo esté pasando realmente mal y no quiera verme victimado. Quiero hablar, quiero reír, quiero tocar, besar, dar y recibir. Poco a poco dice el cuento, las instancias se van a cumplir, aunque duele, lo confirmo, el camino a devenir.
Quiero estar solo y alejarme de mí, quiero brillar como otros, aprender a sonreír, quiero ser un valiente; ser personaje central, en la historia de mi vida y de unos cuantos más.
Me piden que calle, que no diga más; que no exprese aquello que siento porque no hay una decisión por tomar. No lo creo, y lo admito, preferible sería escuchar ya, el desprecio y el rechazo, para seguir en mi andar.
No quería escribir en verso esto que he hecho y ya no sé cómo reponerlo, en fin, tendré que hacerlo a continuación, de modo que mal no se vea. El mérito del vivir reside en saber hacerlo, el amor ciega, el amor hiere si no es recíproco, y es difícil de hacerse un lado, hasta enfermizo.
La desesperación que acompaña al amor llega por el miedo a lo que no existe, el engaño masivo que el corazón produce en nuestro cerebro logrando hacernos perspicaces a cosas y eventos que en otras circunstancias jamás nos habrían inmutado.
El temor a la soledad hace que veamos ese camino como tortuoso, cuando la realidad es que muchos lobos solitarios han logrado grandes cosas; pero lo admitamos o no, nos duele serlo, y si logramos algo, mucho de eso es por el deseo de abandonar dicho estado emocional.
Probablemente no sé enamorarme de la persona correcta, o he puesto mi vista demasiado arriba quizá; no lo dudo ni un poco. Porque termino roto, termino desplomado y sin saber qué más...
¿No hay? ¿No existe alguien? ¿Será acaso que debo tolerar la cruda realidad que me acompaña y estar solemne en mi soledad? ¿Ver cómo todos los demás realizan su vida ostentosamente mientras yo, entre el murmullo ajeno ande, reducido a poco más que nada? ¿Es mi obligación? ¿Es un mérito? ¿Un hito? Algo me queda claro, no lo quiero.
No por mezquino u orgulloso, Dios sabe que le deseo lo mejor a otros también; pero me gusta lograr algo, lograr mucho, no por merecimiento, por convicción y seguimiento, por fortaleza y bendición divina.
Al final, Dios suple; eso dicen todos, eso espero que suceda, eso pido que pase. Te quiero, mujer. Nunca voy a dejar de expresarlo... Muerto o no, lo sabrás siempre.
¿Cómo empiezas una historia que no tienes idea de cómo terminará?
El romanticismo está escrito con sangre de suicidas que en el paso de los días notaron que su inseguridad se convertiría en la desilusión de sus vidas y lo plasmaron lenta y profundamente en las rebanadas de papel que surgían ante el inminente caminar de sus plumas.
Yo no sé el claudicar de mis días hacia dónde me moverá, el cautivador perfume de su presencia lograba hacer; después de leer la primera línea en la que expresaba cómo lo extrañaba supe seriamente que no podía seguir ahí; admirándola, deseándola, queriéndola ver mía. Pero es un punto que no puedo superar, y sabe Dios si lo logre de aquí a que finalicen mis días.
"No voy a mentir, te extraño, te extraño como a nadie..." Rezaba el texto; habría querido que en la profundidad de sus letras se encontrara un poco destinado a mí, no era así; no podía serlo, yo tenía que enfrentar las consecuencias de no ser lo que ella quiere y nunca poder llegar a tal posición en su corazón, era mi cruz y había que habituarme a ella.
Su afán en las susceptibilidades ajenas la hizo recapacitar y eliminar lo escrito, ambos sabíamos que esa instancia el principal en adquirirla era yo, ya me conocía; lo hacía muy bien, evitaba el siquiera bordear el andar que a ambos nos colocara en el mismo rumbo. Y lo reconozco, ella y su idea eran claras de lo que está sucediendo conmigo, de a qué nivel mi alma y espíritu la anhelaban.
Escribir a partir de mentiras. No sé, todos lo hacen así; aquellos que escriben entregan la esencia a lo que plasman y nada hay más allá de eso; pareciera que crean conceptos históricos de sucesos que no tienen influencia mayor a un montón de líneas de deseo.
A veces quisiera llorarle pero las letras no dicen ni un mínimo segmento de lo que siento por ella, no es afición a su ser, o simple deseo carnal; es el gozo de mi corazón al saber que existo en su vida, o al creerlo al menos. Porque cuanto más siento acercarme en cuanto a actos, más lejos me veo en mi realidad.
No es solo la belleza, no lo es; no es únicamente lo que piensen los que te ven, tampoco. No es mi deseo el verla aquí, ni generar una gloria en mi persona gracias a ella. Es que la quiero, y ya. Así de complicado ha sido el amor conmigo. Es brillante; algunos piensan que lo soy también; y si en la mente de uno el amor es complejo, cuánto más lo será cuando se conjugan dos.
Las historias de amor son una patraña, la única realidad es que más personas que las que te quieren te desprecian y muchas más que las que dicen amarte te odian. Si mi historia la refiriera a quienes se sienten mal conmigo las palabras fluirían solas, pero no es así; quiero hablar de amor, porque es lo que no recibo, quiero hablar de amor, porque estoy convencido de que nuestra realidad no es como los medios presumen: No siempre triunfa.
"No busques nada donde no hay", retumbaba mi mente. Mi vida duele, siendo honesto.
— Scheerea. Me está matando.—Le dije con ojos llorosos.
—Angie te está matando. —Respondió la pelirroja besando mi frente.
A veces al abrir los ojos dudo entre estar en la realidad o en la profundidad de un sueño del que quiero despertar. Scheerea no es, pero al menos puedo sentirla. La paciencia no es eterna.
Son esas hordas temporales de desaliento las que en ocasiones intentan abatirme.
Cuando se me olvidan las atenciones a mí mismo, cuando quisiera hacer a un lado mis responsabilidades y olvidarme de todo. Me gustan los domingos porque inicia la semana, me agrada pensar que será mejor que la anterior en muchos sentidos. Olvidar nostalgias que una noche antes me afligían, el punto es crecer, el objetivo es ser.
La vida no es perfecta, la de nadie. Siempre habrá problemas y dificultades, presiones en todo momento, distracciones, egos, melancolías, quebrantos, miserias.
Y no es una lucha constante entre el bien y el mal, sino una serie de embates entre las decisiones propias, hacer o no hacer, tener o no tener, dar o no dar; el fuego en el interior y la llama del deseo se mantienen ahí por la mera intención de ser, pero no son ni más ni menos que una decisión más.
Tropiezos a cada rato y sin medida, aunque intente ser mejor en todo no se me da; la patética forma de mi ser a nadie cautiva, o no sé... Las cosas serían más fáciles si alguien me lo recordara, me lo contara... No necesito de alguien para ser feliz, necesito de alguien para explotar quien soy, puesto que el pensar de mi mente actual es la frustración, llegaría el instante en que, si pudiera, haría todo bien, todo cuanto siempre busqué.
Quiero muchas cosas, tengo muchos deseos, al igual que todos.
¿Alguien? ¿Angie?
Una vez, hace no muchos años; una de esas personas que se dicen a sí mismas sabedoras de la lectura de manos, o quiromancia. Dijo analizando la mía que yo tenía un destino muy marcado, que me esperaba un gran futuro y que iba a ser soberano en todos los campos que me desempeñara. Sin embargo, también dijo que las únicas fallas en mi futuro cercano estaban en el área del amor, que soy malo en eso. Que las damas no me encuentren atractivo es razón de sobra para salir cabizbajo, pero con la dicha de aceptarlo.
No recuerdo qué tanto de lo que expresé es real, pero tengo ganas de sacarlo; me desespera. No el que no haya nadie, sino el que nunca lo haya habido; no el ser despreciable, sino el que me sienta de ese modo. Me entristece el hecho de que en esa área a cada día de mi vida sea palpable y memorable el sufrimiento; me tumba que cada uno de mis intentos resulte fallido, y que si hago un conteo de las veces que he sido rechazado por no sé qué razones mi entrada se crezca en muchas líneas.
Analizar mi vida todo el tiempo es lo que hago, esforzarme por mejorar y hacer las cosas como es debido; no buscando el triunfo ni las glorias sino la satisfacción que el haber realizado las cosas dignamente me proporciona.
Creo en mí, pero esas dos palabras en conjunto me tienen hundido: "Nunca... Nadie"; quisiera que eso no fuera posible pero así como se lee es como me han descrito toda la vida, y duele; duele enormemente caer en la posición del "te veo como amigo" por quien te gusta; duele que no se vea ni cerca el Karma de volver a ti a devolverte un poco. Duele que a cupido no le importes y que Eros no haya querido compartir contigo. Pienso, en el silencio de las horas de la noche, meditando en completa soledad que esto no es lo que quiero para mí, que soy capaz de olvidar mi éxitos si eso me trae a manos de alguien que me ame...
Hoy me siento melancólico, triste y somnoliento; realista ante la cruel situación de nulidad amorosa que me rodea, e indignado de que existan quienes bramen que estar así es lo mejor.
Y dejaré un consejo, a quien lo quiera tomar; si tienen algo, lo que sea, por pequeño que sea respétenlo y cuídenlo, ya que estar acá afuera, apartado de todo derroche de amor es algo triste, frustrante, abrumador, cansado y muy muy doloroso.
Y finalizar con un poco de la canción que está en mi mente girando ahora:
"Tráeme a casa en un sueño enceguecedor,
Por entre los secretos que he visto,
Remueve el dolor de mi piel,
Y muéstrame como estar íntegro otra vez."
"No quiero pensar en eso... No quiero pensar en ti... Quiero olvidarme de todo..." Retumbaban las palabras de la chica en mi mente, que viéndolo de ese modo me había convertido en una mascota de su divina forma de agradarse a costa de la incapacidad intelectual de los demás.
—Hacía mucho que no me llamabas—, dijo Scheerea al aparecer tras de mí con su mano blanca y tersa sobre mi hombro derecho fundido en estrés. Ha sido un día complejo, repleto de satisfacciones y desilusiones, pero también ha sido completo, he terminado pendientes y he comenzado lo que podría ser un nuevo episodio en mi vida. Y a cada nuevo episodio tienes que llegar tú a recordar mi débil humanidad ¿por qué lo haces?
Sus ojos fijos sobre los míos y la bella cara reflejando inocencia hacían poner a mi persona como culpable ante la situación actual. Y si lo vemos de ese modo hasta yo mismo me llego a sentir incompetente en medio de esa escena. —Necesitas saber de ella, le confesé, la que está ocasionando que me aleje de ti. Pasaba sus cálidos dedos sobre mi mentón y detenidamente absorbía todo de mí, podía sentirlo pero no me resistí por ningún motivo.
—Llegó de la nada. —Continué. —Si quisiera iniciar contando la historia de mi vida en este momento tendría que sacarla a la luz de algún modo. A veces los principios de la realidad se agotan y nos sumergimos en un mundo de falsedad y egoísmo donde nosotros somos los únicos vencedores. Pero lo que sucede en el exterior realmente vale, agobia, afecta.
—No quiero saber nada. —Respondió ante mis titubeantes charlas fuera de contexto. —Te deseo y nada más...
—Bien. —Tomando fuerzas y sin volver a silenciar terminé mi discurso. —Quiero olvidarte Scheerea, ya no puedo saber de ti; te has presentado conmigo en lo momentos más complicados de mi vida, has sido mi ayuda y confidentes en mi desolación y has satisfecho mis deseos en tiempos de desesperación. En mi pensar fuiste tan divina y perfecta que nada te puede igualar, pero mi cerebro ya no me engaña más, sé que no existes en el mundo real.
A partir de ahí volví a quedarme como muerto, sopló su aliento sobre mí y me tendió en el suelo. Scheerea, dueña de la belleza y saber había usado una más de sus armas para verme débil. Y a expensas de lo que me haría, que sí, lo hizo a su gusto.
Ahora no puedo dejar de pensar en Angie, lo pensé, lo pensé tan fuerte que creí haberlo gritado. Pero la satisfacción que sentía al estar con la pelirroja era una simple ilusión de la aspiración de estar con mi nueva preciosa. La que me hizo ignorarla, la que me obligó a cambiar, la que ha hecho un hombre de mí sin igual.
Entre las encrucijadas de la mente tengo que esbozar que también una Musa está presente... Y es que el ignorar a Scheerea me ha dado tiempo de ahondar en lo que afuera hay; y Musa, sinceramente es una mujer impecable, maldigo la forma en la que la alejé de mí, y en cómo me volví tan arrogante; me sabía bueno, me sé bueno, pero he sido alejado de ella que también es un personaje central en la formación del carácter de lo que ahora soy y hacia dónde voy.
Recobrando el sentido y despertando con Scheerea a mi costado supe una vez más que había caído perdido entre sus lazos. —Quizá el mundo lo sepa, amo mucho de ti.— Terminé diciendo al ver su cuerpo disiparse ante la belleza del tiempo.
El tiempo, ese hermoso elemento que me ha hecho conocer a personas que me han inspirado al menos un poco con su belleza y son de verdad: Angie, Mooshie, Ali, Musa, Aker, Ney, Oherty, Yaz, Dani, Zai, Fer, Pao, Jazz, Sara, Ame, Luzz, Paug, Sindy, Shorty, Aleb, Yera, Marce, Mel, Lau, Iza, Edna, Palo, Bere, Nan, Sandra, Marbe, Stef, Cristy, Mimí, Nadia, Rueda, Su, Maymer, Alho, Paty... Oh, Angie. Si nunca me dejas llegar a ti no sé cómo voy a continuar.
Estoy seguro de que por culpa de Scheerea tendré que escribir la historia de cada una.