Una cabeza, un Universo. Me fastidian algunos teclados, o la distribución de ciertas teclas, tengo que confesarlo. ¿Por qué hacer el Enter más pequeño? Así está bien, es más funcional y lo encuentra mi meñique derecho de manera más fácil.

Vuelven las caminatas al aire libre, qué horror son estos días calurosísimos, estamos haciendo mucho daño al planeta. Bueno, no necesariamente nosotros, las inmensas corporaciones que no dejan de consumir cuanto recurso se encuentre (ya sé, escribiendo en mi Mac utilizando la red compartida de los datos desde mi iPhone mientras bebo un Refresher de Mango Dragon Fruit con base en limonada en Starbucks es irónico, lo es).

Siempre he dicho que soy alguien de gustos simples y sencillos, televisiones con sus respectivas consolas de Sony y aire acondicionado en mi habitación; ésa es mi absurda forma de describir la simplicidad en mi vida. Eso y reducir mis salidas a lugares en los que cuente con aire acondicionado porque qué terrible es sentir el solazo derritiendo mis ideas.

Hacen treinta y seis grados afuera, considerando que acá no es tan húmedo como en otras ciudades, lo que se percibe duro es el golpe del sol en la piel; volviéndose forzoso el uso de bloqueador en el día a día, y a mí que me gusta andar de playeras negras, ya imaginarán. Hace rato fui al cine y al regresar a eso de las tres de la tarde a casa me dije: "No vuelvo a salir a estas horas, uno llega frito con este sol", haciendo énfasis en que las fritangas se preparan con grasa, obviamente.

Necesito la membresía a algún club exclusivo con albercas y jacuzzis, o un Casino, por ejemplo, seguro que ahí tienen aire acondicionado, ¿será muy caro pasar unas cuantas horas en esa clase de sitios durante el fin de semana? O sea, no tengo conflicto con estarme en mi cuarto, pero me queda claro que salir, aunque sea un poco, me hace bien. Todo esto para que "las horas de luz" sean menos en mis intenciones de ir a la calle a caminar un poco, todo bien con la vitamina D, pero no quiero experimentar dolores de cabeza solo por la exposición al señor bola de fuego en medio de nuestro sistema.

Asumía, en mi camino de regreso hoy, lo favorable que sería en este contexto tener un coche. Digo, podría ir del punto A al B sin el ingrato fastidio de los rayos solares qumándome la capa de los sesos. Lo pensé, lo reconocí y en una de esas me hice una especie de compromiso para cuando sea posible, optar por algo para mí. Ya sé que quiero un Tesla, pero las finanzas no van como se especulaba a inicios de año. Como en su momento dije, perdí al que era mi segundo mayor ingreso y el que solía ser el tercero ha estado claudicando con la facturación, así que ese plan a menos que me saque una lotería en la que no participo o de buenas a primeras me transforme en un oráculo de las finanzas, se va a tener que postergar, lo siento Carlos, sé que lo intentaste.

En los días habituales de trabajo (entre semana) me doy cuenta de lo prolífico literariamente que podría llegar a ser si me tuviera la confianza necesaria y no me aterrara la idea de ser una figura visible. Muy pocos saben que dentro de mi corazón, acaparar groseras cantidades de atención fue lo que en primera instancia me incomodó cuando bajé demasiado de peso y tenía un aspecto más saludable. Ahora quiero volver a ese camino, por un tema enteramente de salud, soy viejo y por consiguiente menos atractivo, estoy en paz con mi mente y cuerpo, estoy agradecido con mi corazón. Toca darle.



 La vida no puede y no debe de ser difícil, hay que quitarnos de encima esa mentalidad que nos mantiene permanentemente sometidos. Tenemos que aprender a disfrutar cada momento de la misma, a dar todo de nosotros cuando se pueda, a saber seleccionar aquello que nos agrada y funciona, a ser, en términos mundanos, más convenecieros.

Le doy a mi cabeza vueltas desde hace un par de horas, como pueden ver, es de madrugada y otra vez no puedo dormir; he conseguido la clave para hacerme sufrir por lo visto, ya que el día que la utilizo simplemente impacto mi capacidad de sueño y me quedo un tiempo extra repensándolo todo.

Desde la existencia misma y su efímero potencial hasta en qué punto estoy atascado en este momento y por qué tengo la impresión de no poder más. Las cosas se apilan, las responsabilidades y los retos personales, el trabajo se pone pesado y complejo, el entorno se nubla, los músculos se tensan, las deudas se acumulan y la energía se ve mermada.

Antes había diez cosas por resolver, después fueron cientos, ahora son miles o quizá millones de ideas que se revuelven en la azotea. Por más que me repito el mantra de: "Respira, es solo un mal día, no una mala vida", se siente que se posterga esta sensación; además me falta liberar la tensión, porque todo cuesta, trabajo, tiempo, dinero, entrega, compromiso.

Me siento pequeño, minúsculo si así lo quieren considerar, cuando me veo a través de los ojos más críticos que llevo conmigo. Y ahí está el verdadero problema, autoestima menguada, falta de apreciación del presente, nula plenitud a la vista. Todo esto parece una especie de culpa que ha crecido sin dejarme en paz. A veces pienso en cosas tan pasadas como el hecho de que mi hermano no esté más con nosotros, o en cosas tan absurdas como que he entrado tarde a alguna llamada.

En mi determinación, ha faltado enfoque. Queriendo alcanzar muchas de mis metas, crecer en demasiadas áreas, he descuidado o dejado un poco de lado aquellas en las que podría decirse que soy más virtuoso; ya saben, aprender, producir, escribir. Ha sido un contexto difícil en cuanto al plano laboral, porque siento que no me valoran como deberían, y parte de mí exige que me salga de ahí, que busque por otro lado, que no es suficiente lo que me están brindando y ofreciendo.

Pero una parte más sensata me invita a esperar, me calma razonando con mi pensamiento para caer en cuenta de que las cosas afuera no están como para mandar todo al traste. Entonces vengo aquí a desahogarme, a decir que estoy cansado, pero no puedo dormir, estoy otra vez sobrepensando en lugar de cerrar los ojos, y al mismo tiempo caigo a confesar que estoy agradecido de que me ocurra en la madrugada de viernes y al tener el fin de semana tan cerca, podré recuperar este sueño pronto.

Todo el tiempo teniéndole pavor a salir del anonimato. Consciente de que si expongo el potencial puedo hacer e involucrarme en cosas formidables. No únicamente hablo de las letras, aunque ese sería un buen territorio para empezar a cuestionar y determinar una vía hacia lo que quiero. Recuerdo cuando hace años, hará unos doce atrás, al menos, yo ya jugaba con millones de números en las posibilidades, ya entendía el accionar de la viralidad y me daba cuenta del potencial del mismo, pero eso de reducir mi confianza, o dejarme tumbar moralmente por la negatividad, eso ha sido el verdadero rival a vencer. Pues con sensación de plenitud, abrazo la factibilidad y certeza de que todo lo que me proponga es posible. Debo de empezar a hacerlo, alimentar el alma, mientras el cuerpo se pone a dieta.



 Estoy harto, una vida repleta de miserias, por más vueltas que le dé, parece ser en lo único que me enfoco, criterios descartables aparte, sé que las cosas no suceden de ese modo. Me envuelven las conmiseraciones, tratando de resolver en el momento mismo que suceden, voy despacio, el mundo está saturado de fracasos, no sufras más.

Decidí dejarlo todo, todo aparte, abandonarlo, reconstruirme desde una óptica que hace tiempo no intentaba, desde el interior, desde los cimientos, pieza por pieza, tal vez parezca y al final resulte ser un ejemplo de burla, pero así funciona la vida, reestructuras, cambios, aceptaciones, penurias, goces, glorias, seis, siete, ocho, nueve figuras.

"El dinero no lo es todo", me repito constante, está bien hacer suficiente, está bien hacer bastante, está bien hacer demasiado, cincuenta mil, cien mil, doscientos mil, trescientos mil, quinientos mil al mes, lo que venga es bueno si se le da un uso correcto. Ya basta de satanizarlo, es para disfrute también, que la vida sea simple, puede venir de hecho de la mano de eso.

O no sé si lo creo, tal vez estoy recapacitando, los números puede que solo sean eso, y estoy acá, dándole un peso monetario a lo intangible, la conmoción, la tristeza, unos cuantos minutos de dicha y placer, todo eso podría, en el Universo capitalista, tener un símbolo de moneda particular a un lado, y así, teóricamente, si se puede medir, se puede mejorar, ¿o cómo era?

Olvidé mi libro en casa, me traje uno que ya he leído antes, tengo más, puedo abrir la aplicación de lectura directamente desde la computadora, pero no quiero, esta sensación de decepción anoche no me dejó dormir, no fui a trabajar, no quise, no podía, no sabría cómo aguantar en pie el turno completo, mis manos se mueven suavemente sobre el teclado tirando palabras constantes una después de la otra, mis ojos fijos en la nada al hacerlo, "Science Fiction" de los Arctic sonando en mis audífonos de fondo, milagros se necesitan, sorpresas positivas quiero, ya estoy harto de no ser el favorito del Señor.

Entre las frases que emanan mis dedos, me distraigo un poco, levanto la mirada cinco grados, ahí está, justo en el lugar que yo acostumbro, lindas cejas, ojos oscuros, concentrada en su Mac Book Pro un poco más vieja que la mía, con un sticker de un corazón con ojos, qué idiotez, un corazón con ojos, con sus AirPods puestos, da un sorbo a su latte, al igual que yo está bebiendo uno de esos. Al parecer viene del gimnasio, lo noté en su cuerpo trabajado, o algo así, cuando percibí su presencia. De negro, linda sonrisa, el punto en su mentón le genera mayor atractivo, ¿qué tendrá, 24, 25 años? Quizá. Es muy bonita a mis ojos, quizá porque mis ojos están ajenos a particularmente esa clase de belleza.

Ojalá me diera la vida, la energía y las ganas para ir al gimnasio, sé que mujeres así seguramente me encontraría por allá. Aunque, ¿qué les diría? No me las doy de muy atractivo, y si así fuera, me paso tanto tiempo en la instrospección y en el propio yo, que difícilmente tengo algo que ofrecer a alguien de tan hermoso ver. Qué piernas más firmes, Dios mío.

Perdón, me distraje, estaba hablando de lo ridícula que es la existencia y el mundo en general, de lo efímetra que resulta nuestra estadía por acá y lo poco que podemos realmente conseguir cuando no hay motivación verdadera, como la preciosidad de pelo lacio, castaño y piel blanca, perfectamente cuidada como la que está frente a mí en este mismo momento.



Estoy Harto

Por
 Estoy harto, una vida repleta de miserias, por más vueltas que le dé, parece ser en lo único que me enfoco, criterios descartables aparte, ...

 Estoy empezando a colocar mis propósitos para el año entrante en una lista, ustedes no lo saben, pero ha sido un año, como los últimos no sé cuántos, bastante difícil. Con subidas y bajadas, con derrotas y una que otra victoria.

Al momento, llevo como el 30% de mis propósitos pactados para este año cumplidos, el número no es tan malo, tomando en cuenta que hace poco terminó el primer trimestre del año en curso. Sin embargo, me he sentido constantemente sumido en otro tipo de limitaciones. En ocasiones personales, en otras de mi mente jugándome chueco, en algunas más simplemente sobresaturándome.

El trabajo ha sido una de las constantes con nivel altamente complejo que honestamente no me esperaba; y no por las actividades a desempeñar en sí, esas, por lo general han sido realmente sencillas una vez que las entiendo. Lo que se ha vuelto una pesadilla son los horarios y el micromanagement, la falta de libertad creativa y la muy escasa oportunidad de hacer otra cosa que no sea estar sumido en una llamada permanente.

Eso en consecuencia, me ha forzado a estirar de más mis tiempos para poder darle a mis propósitos. Lamentablemente, con unas caen las otras. El estrés, la falta de tiempos para mí, la sobrestimulación de audífonos en mi cabeza y pantallas, me ha provocado agotamiento en más de una ocasión, por ejemplo, en semanas horrible de estar en oncall.

Sin duda alguna, uno debe de aprender a sortear las problemáticas en esta vida. Por eso he decidido simplificarla lo más que pueda. Al menos en lo que a mí concierne, reducir todavía más aquello que me rodea y establecer un siguiente nivel de minimalismo alrededor de mi vida.

De por sí, ya eran muy pocas las amistades, conversaciones y apps que capturaban mi atención; bueno, pues ahora serán menos, reduciendo tiempos y centrándome en tener el control de mi historia nuevamente; el asunto de invertir y producir está genial, me encanta. Me gusta mucho escribir y publicar las cosas que pienso y en las que trabajo, también me agrada la idea de colgar videos, fotos y contenido multimedia de vez en cuando, pero por ahora, establcer un canvas dentro de este "escritorio" ficticio de decisiones será la prioridad.

Porque también en reducir hay un arte. En ser capaces de dejar morir. En centrarse en lo que sigue. En recuperar nuestra fuerza de voluntad está el incentivo a mejorar. Así como me he dejado caer en las cosas que realmente no disfruto por el solo hecho de abastecer o fortalecer (capacidades, conocimientos, tiempos), que eso sirva de punto de partida en el modo contrario, que el deleite y disfrute sean parte del viaje.



 En un mundo donde el término Inteligencia Artificial susurra ecos de ciencia ficción y visiones distópicas, vale la pena detenerse un momento para descifrar el verdadero rostro de esta enigmática protagonista. Olvidémonos por un instante de las máquinas apocalípticas que arrasan ciudades en su sed insaciable por dominar al ser humano; esa no es la realidad, al menos por ahora.

La Inteligencia Artificial es, en su esencia, un conjunto de sistemas computacionales, una alquimia de software y, en ocasiones, de hardware. Estos sistemas están diseñados para asumir roles que tradicionalmente requerirían del ingenio humano. Son, en pocas palabras, herramientas dotadas de una capacidad casi poética para ver más allá de los ojos humanos, analizar vastas praderas de información, generar conocimiento a partir de simples entradas de datos, reconocer y entender voces, e incluso, tomar decisiones que a menudo nos parecen exclusivas de la mente humana.

Estas capacidades, lejos de ser meros actos mecánicos, representan una danza sofisticada de algoritmos que modelan, de alguna manera, la curiosidad y la adaptabilidad humanas. La Inteligencia Artificial, con su discreto encanto, se infiltra en nuestra vida cotidiana, no como un conquistador, sino más bien como un sutil acompañante que amplía los horizontes de nuestro mundo.

El origen de la Inteligencia Artificial se extiende hacia atrás en el tiempo, anclándose en la curiosidad insaciable de los antiguos pensadores griegos. Figuras como Aristóteles, que se aventuraron a soñar con la posibilidad de que algún día existieran máquinas capaces de emular el pensamiento humano. Este ancestral anhelo se ha tejido a través de los siglos, entrelazándose con las modernas teorías y prácticas computacionales.

En este vasto tapiz, destaca un hito singular conocido como la Prueba de Turing, concebida por el visionario matemático británico Alan Turing. Él propuso una evaluación, no tanto de la capacidad computacional de una máquina, sino de su habilidad para imitar la condición humana. La esencia de esta prueba se despliega en un elegante juego de preguntas y respuestas, donde un juez humano, a través de una interfaz, intenta discernir si su interlocutor invisible es otro ser humano o una máquina.

La verdadera magia de este experimento ocurre cuando la máquina, a través de la pureza y perspicacia de sus respuestas, logra sembrar la duda en la mente del juez, llevándolo a cuestionar si no estará, de hecho, conversando con otro ser humano. En el momento en que la máquina logra esta ilusión de humanidad, se dice que ha superado la prueba, cruzando un umbral que desdibuja las fronteras entre el creador y su creación.

Las semillas de lo que hoy conocemos como Inteligencia Artificial comenzaron a germinar con el advenimiento de la programación y la automatización. Un ejemplo temprano y revelador de estos prolegómenos tecnológicos puede encontrarse en algo tan mundano como la función de apagado automático de las televisiones. Aquí, impulsados por la comodidad o, tal vez, por una cierta pereza, programamos un temporizador que, tras transcurrir un número designado de minutos, cumple fielmente con el mandato de extinguirse.

Esta sencilla acción prefigura el modo en que las Inteligencias Artificiales actuales se integran en nuestras vidas: como agentes silenciosos destinados a aliviar nuestras cargas. Están diseñadas para asumir tareas que desbordan nuestras capacidades, que preferimos evitar o simplemente para hacer nuestro diario vivir más llevadero. De la misma manera en que, en su momento, las calculadoras se convirtieron en herramientas indispensables en los salones de clases, las Inteligencias Artificiales han irrumpido en el escenario contemporáneo para rediseñar radicalmente nuestras prácticas cotidianas, gracias a su habilidad para asimilar y reconocer patrones con una eficacia que supera la finitud de nuestra propia mente.

Los patrones son decisiones conductuales que determinan un comportamiento. Explicado con manzanas, imaginemos, por un momento, que deseamos enseñar a una calculadora el arte de prever cuántas manzanas traerán los invitados a una fiesta. Supongamos que cada amigo, por generosidad o costumbre, trae consigo dos manzanas. Observemos algunos ejemplos para ilustrar este aprendizaje:
Si recibimos a tres amigos, se contarán seis manzanas.
Si recibimos a cuatro, ascenderán a ocho las manzanas presentes.
Lo que realiza la Inteligencia Artificial, con una perspicacia casi mágica, es discernir que el patrón subyacente en estos datos consiste en duplicar la cifra de asistentes. De este modo, en futuras veladas, si la curiosidad nos lleva a indagar cuántas manzanas decorarán nuestro evento con nueve invitados, la calculadora, ya erudita en este particular cálculo de hospitalidades, nos revelará con precisión que serán dieciocho las manzanas que recibirán a los convocados, todo gracias al aprendizaje previo y los patrones meticulosamente identificados.

Así, la Inteligencia Artificial se cierne sobre nuestro mundo no como una fuerza ajena, sino como una extensión natural de la herramienta más intrincada y maravillosa que poseemos: la mente humana. Con cada algoritmo que procesa y cada patrón que descifra, estas entidades artificiales no solo reflejan nuestras capacidades, sino que también las expanden, permitiéndonos alcanzar logros que, hasta hace poco, pertenecían al dominio de la imaginación y la ficción.

En el ámbito de lo cotidiano, las Inteligencias Artificiales actúan como facilitadoras silenciosas, gestionando desde tareas domésticas hasta complejas decisiones empresariales, pasando por los delicados equilibrios de los sistemas de salud y los intrincados diseños de ingeniería urbana. Su presencia se ha vuelto tan común y esencial que, a menudo, solo notamos su existencia cuando, en su ausencia, las tareas se vuelven abruptamente más arduas y el ritmo de vida se ralentiza.

Más allá de la utilidad práctica, la Inteligencia Artificial invita a una reflexión profunda sobre nuestra propia naturaleza. Al delegar en máquinas el pensamiento y la resolución de problemas, no solo liberamos tiempo y recursos, sino que también nos enfrentamos al espejo de nuestras limitaciones y posibilidades. Esta simbiosis tecnológica nos impulsa a reconsiderar qué significa ser humano en una era definida por sus extensiones artificiales.

En última instancia, la permanencia de la Inteligencia Artificial en nuestra sociedad no solo es inevitable, sino que es deseable. Como faros de posibilidad, estas herramientas iluminan nuevos caminos para la exploración y el conocimiento. En su constante evolución, nos aseguran que, al igual que las herramientas de piedra dieron forma a las primeras civilizaciones, las Inteligencias Artificiales moldearán el futuro, redefiniendo continuamente los límites de lo que podemos lograr. Al hacerlo, nos ofrecen una promesa luminosa: la de un futuro donde nuestras creaciones no solo replican, sino que amplían y embellecen la experiencia humana.



 La Inteligencia Artificial Generativa se refiere a un tipo de IA diseñada para producir contenido nuevo, como textos, imágenes, audios, videos o código, utilizando como base los datos con los que previamente ha sido entrenada. Tras bambalinas, usa modelos de aprendizaje automatizados para entender patrones y estructuras enriqueciendo así sus propias fuentes de información. Algunos conceptos a resaltar son los siguientes:

¿Cómo se gestionan los datos?
Los modelos funcionan gracias a una técnica llamada aprendizaje profundo. Los algoritmos de aprendizaje profundo están basados en la manera en la que funciona un cerebro pero electrónicamente, demasiados datos interconectados entre sí, que mediante repetición, memorizan patrones que subsecuentemente son realizados de forma automática. Por ejemplo, cuando te levantas por la madrugada medio dormido con ganas de ir al baño, quizá ni siquiera has abierto los ojos todavía y tu cerebro tiene la capacidad de enviar las indicaciones específicas a tus piernas y el resto de tu cuerpo para llevarte al lugar correcto.
Hablando de las Inteligencias Artificiales, imaginemos por un momento que alimentamos con millones de fotos de perritos a una, y al cabo de muchas pruebas, pasamos como parámetro una imagen de un perro preguntándole qué es, la IA entrenada, gracias a su enorme base de conocimientos, ahora sabe identificar un perro. Del mismo modo, si le solicitamos que genere una foto de un perro, va a tomar elementos de los múltiples datos almacenados para producir la imagen correcta.

Existen dos modelos de aprendizaje comúnmente utilizados:
a) Generative Adversarial Networks (GANs) o Redes Generativas Antagónicas: Consiste de una parte generadora que almacena información de acuerdo a parámetros (siguiendo con el ejemplo: fotos de perros) y otra discriminadora que proporciona retroalimentación para mejorar el resultado (en nuestro ejemplo: fotos de gatos, fotos de mapaches).
b) Transformers o Transformadores: Fueron diseñados originalmente para procesar el lenguaje natural como su tarea principal, creando salidas contextuales coherentes. Esto es lo que hace que cuando des una instrucción mocha a una IA o con errores ortográficos, entienda de qué estás hablando y te de una respuesta lo más próxima a tu petición.

Algunas Aplicaciones:
1. Simulación y Planeación: En urbanización y arquitectura, sirven para diseñar y simular entornos antes de empezar a construir.
2. Asistencia: En la creación de planes de aprendizaje personalizados, o como ayuda para atender pacientes.
3. Exploración de Datos: Para analizar, resumir y generar reportes que faciliten el trabajo del investigador y analista.
4. Personalización: En mercadotecnia, por ejemplo, sirve para otorgar pautas específicas adaptadas a las preferencias individuales.
5. Mejora en el Servicio: Los chatbots agilizan y facilitan la atención cliente.
6. Creación de Contenido: Se puede utilizar para producir desde textos originales (como la letra de una canción, por ejemplo) hasta diversos tipos de medios digitales.

A Tener en Cuenta:
Éticas: Situaciones como el deepfake (uso de la IA para suplantar o simular identidades), la desinformación masiva, temas de derechos de autor o propiedad son desafíos interesantes para el uso de estas herramientas tan poderosas y sofisticadas. Pues hasta ahora no se puede garantizar que el uso de las mismas sea benéfico y no malicioso.
De Sesgo: Dado que dependen de datos existentes, puede darse el caso en el que ciertas posturas se amplifiquen o perpetúen; por el contrario, también es posible que en el proceso de mitigación, se refuercen ideas opuestas con fines aparentes de manipulación.
Confiabilidad: Es posible que la información obtenida no esté actualizada o esté errónea y eso puede ser un asunto sensible cuando se vincula a contextos delicados.

Para Finalizar:
La IA Generativa se encuentra en constante evolución y la cantidad de datos que ingesta y manipula es cada vez mayor, es una bola de nieve imparable, eso tiene que quedarte claro, y es una tendencia que viene a posicionarse y convertirse en una realidad de nuestro diario vivir con el peso que algún día llegaron tecnologías como Internet, la telefonía inteligente y la geolocalización, entre otras.
El mundo que rodea bastantes industrias cada vez se verá más impactado con la llegada de este grupo de tecnologías y hay que estar preparados al menos en lo que respecta a saber de ellas y respetarlas para entrarles. De mi lado, como parte del nuevo enfoque que deseo darle a este sitio, estaré viniendo por acá a publicar cosas afines que me parezcan de interés.

Hasta pronto.

Nota al pie: Esta publicación se produjo con la excelente ayuda de diversas IA Generativas:
ChatGPT-4, Gemini Advanced, Dall-E, VoxBox, Visla y Midjourney.

Generative AI

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 La Inteligencia Artificial Generativa  se refiere a un tipo de IA diseñada para producir contenido nuevo, como textos, imágenes, audios, vi...

 Bienvenidos 2.0: Cuando empecé a escribir acá, la mayoría de cosas eran absurdas, centradas en pensamientos y emociones personales del momento; después de años, empecé a trabajar en un estilo propio, menos profundo y más simplista, últimamente me gustaba colocar cosas que vivía como una especie de diario. Y en la actualidad, lo que quiero hacer es convertir esta pieza en algo más técnico, enfocado en las cosas que trabajo y las que he aprendido a lo largo de los años.

Te voy a ser bien sincero, he sido alguien que no deja de aprender, nunca he llegado a un punto en el que diga: "me siento completamente pleno", siempre estoy metido en frustraciones, preocupaciones y deseos de mejora, dicho lo anterior como una especie de prefacio y en el entendido de que lo que venga a poner acá en su mayoría de veces serán opiniones personales, vamos a comenzar por algo minúsculo e ir alimentándolo lentamente.

Es bien sabido que lo mío más allá de la calidad ha sido la constancia; que no abandono una idea o deseo hasta que de plano la vida me cierra la puerta en la cara. Y cuando eso pasa, me enfoco en lo que sigue, tal vez me destrozo un poquito más, pero me reanimo y recupero.

En el trabajo, recientemente he sentido que me han desaprovechado bastante. Teniendo experiencia en cosas interesantes, me da la impresión que me pusieron en un proyecto en el que lo repetitivo se ha vuelto el pan de cada día. Ya hablé con el manager local, a ver si se puede que hagamos algo para dejar de sentirme de esa manera y volverme más productivo.

En fin, por ahora, la Inteligencia Artificial y los datos se han vuelto mi suplemento y sonido de fondo durante importantes fracciones de tiempo en el día; en consecuencia, los modelos de lenguaje masivos están a la orden. En próximas publicaciones estaré colocando algunos de los experimentos que he realizado y pondré a competir modelos de IA (esto me llama bastante la atención: Llama, Gemini, ChatGPT). Mi vida y la de todos está a punto de cambiar gracias a los enormes avances científicos-tecnológicos que vienen de la mano de estas herramientas. Y la verdad quiero estar ahí desde el inicio.