En un mundo donde el término Inteligencia Artificial susurra ecos de ciencia ficción y visiones distópicas, vale la pena detenerse un momento para descifrar el verdadero rostro de esta enigmática protagonista. Olvidémonos por un instante de las máquinas apocalípticas que arrasan ciudades en su sed insaciable por dominar al ser humano; esa no es la realidad, al menos por ahora.

La Inteligencia Artificial es, en su esencia, un conjunto de sistemas computacionales, una alquimia de software y, en ocasiones, de hardware. Estos sistemas están diseñados para asumir roles que tradicionalmente requerirían del ingenio humano. Son, en pocas palabras, herramientas dotadas de una capacidad casi poética para ver más allá de los ojos humanos, analizar vastas praderas de información, generar conocimiento a partir de simples entradas de datos, reconocer y entender voces, e incluso, tomar decisiones que a menudo nos parecen exclusivas de la mente humana.

Estas capacidades, lejos de ser meros actos mecánicos, representan una danza sofisticada de algoritmos que modelan, de alguna manera, la curiosidad y la adaptabilidad humanas. La Inteligencia Artificial, con su discreto encanto, se infiltra en nuestra vida cotidiana, no como un conquistador, sino más bien como un sutil acompañante que amplía los horizontes de nuestro mundo.

El origen de la Inteligencia Artificial se extiende hacia atrás en el tiempo, anclándose en la curiosidad insaciable de los antiguos pensadores griegos. Figuras como Aristóteles, que se aventuraron a soñar con la posibilidad de que algún día existieran máquinas capaces de emular el pensamiento humano. Este ancestral anhelo se ha tejido a través de los siglos, entrelazándose con las modernas teorías y prácticas computacionales.

En este vasto tapiz, destaca un hito singular conocido como la Prueba de Turing, concebida por el visionario matemático británico Alan Turing. Él propuso una evaluación, no tanto de la capacidad computacional de una máquina, sino de su habilidad para imitar la condición humana. La esencia de esta prueba se despliega en un elegante juego de preguntas y respuestas, donde un juez humano, a través de una interfaz, intenta discernir si su interlocutor invisible es otro ser humano o una máquina.

La verdadera magia de este experimento ocurre cuando la máquina, a través de la pureza y perspicacia de sus respuestas, logra sembrar la duda en la mente del juez, llevándolo a cuestionar si no estará, de hecho, conversando con otro ser humano. En el momento en que la máquina logra esta ilusión de humanidad, se dice que ha superado la prueba, cruzando un umbral que desdibuja las fronteras entre el creador y su creación.

Las semillas de lo que hoy conocemos como Inteligencia Artificial comenzaron a germinar con el advenimiento de la programación y la automatización. Un ejemplo temprano y revelador de estos prolegómenos tecnológicos puede encontrarse en algo tan mundano como la función de apagado automático de las televisiones. Aquí, impulsados por la comodidad o, tal vez, por una cierta pereza, programamos un temporizador que, tras transcurrir un número designado de minutos, cumple fielmente con el mandato de extinguirse.

Esta sencilla acción prefigura el modo en que las Inteligencias Artificiales actuales se integran en nuestras vidas: como agentes silenciosos destinados a aliviar nuestras cargas. Están diseñadas para asumir tareas que desbordan nuestras capacidades, que preferimos evitar o simplemente para hacer nuestro diario vivir más llevadero. De la misma manera en que, en su momento, las calculadoras se convirtieron en herramientas indispensables en los salones de clases, las Inteligencias Artificiales han irrumpido en el escenario contemporáneo para rediseñar radicalmente nuestras prácticas cotidianas, gracias a su habilidad para asimilar y reconocer patrones con una eficacia que supera la finitud de nuestra propia mente.

Los patrones son decisiones conductuales que determinan un comportamiento. Explicado con manzanas, imaginemos, por un momento, que deseamos enseñar a una calculadora el arte de prever cuántas manzanas traerán los invitados a una fiesta. Supongamos que cada amigo, por generosidad o costumbre, trae consigo dos manzanas. Observemos algunos ejemplos para ilustrar este aprendizaje:
Si recibimos a tres amigos, se contarán seis manzanas.
Si recibimos a cuatro, ascenderán a ocho las manzanas presentes.
Lo que realiza la Inteligencia Artificial, con una perspicacia casi mágica, es discernir que el patrón subyacente en estos datos consiste en duplicar la cifra de asistentes. De este modo, en futuras veladas, si la curiosidad nos lleva a indagar cuántas manzanas decorarán nuestro evento con nueve invitados, la calculadora, ya erudita en este particular cálculo de hospitalidades, nos revelará con precisión que serán dieciocho las manzanas que recibirán a los convocados, todo gracias al aprendizaje previo y los patrones meticulosamente identificados.

Así, la Inteligencia Artificial se cierne sobre nuestro mundo no como una fuerza ajena, sino como una extensión natural de la herramienta más intrincada y maravillosa que poseemos: la mente humana. Con cada algoritmo que procesa y cada patrón que descifra, estas entidades artificiales no solo reflejan nuestras capacidades, sino que también las expanden, permitiéndonos alcanzar logros que, hasta hace poco, pertenecían al dominio de la imaginación y la ficción.

En el ámbito de lo cotidiano, las Inteligencias Artificiales actúan como facilitadoras silenciosas, gestionando desde tareas domésticas hasta complejas decisiones empresariales, pasando por los delicados equilibrios de los sistemas de salud y los intrincados diseños de ingeniería urbana. Su presencia se ha vuelto tan común y esencial que, a menudo, solo notamos su existencia cuando, en su ausencia, las tareas se vuelven abruptamente más arduas y el ritmo de vida se ralentiza.

Más allá de la utilidad práctica, la Inteligencia Artificial invita a una reflexión profunda sobre nuestra propia naturaleza. Al delegar en máquinas el pensamiento y la resolución de problemas, no solo liberamos tiempo y recursos, sino que también nos enfrentamos al espejo de nuestras limitaciones y posibilidades. Esta simbiosis tecnológica nos impulsa a reconsiderar qué significa ser humano en una era definida por sus extensiones artificiales.

En última instancia, la permanencia de la Inteligencia Artificial en nuestra sociedad no solo es inevitable, sino que es deseable. Como faros de posibilidad, estas herramientas iluminan nuevos caminos para la exploración y el conocimiento. En su constante evolución, nos aseguran que, al igual que las herramientas de piedra dieron forma a las primeras civilizaciones, las Inteligencias Artificiales moldearán el futuro, redefiniendo continuamente los límites de lo que podemos lograr. Al hacerlo, nos ofrecen una promesa luminosa: la de un futuro donde nuestras creaciones no solo replican, sino que amplían y embellecen la experiencia humana.



 La Inteligencia Artificial Generativa se refiere a un tipo de IA diseñada para producir contenido nuevo, como textos, imágenes, audios, videos o código, utilizando como base los datos con los que previamente ha sido entrenada. Tras bambalinas, usa modelos de aprendizaje automatizados para entender patrones y estructuras enriqueciendo así sus propias fuentes de información. Algunos conceptos a resaltar son los siguientes:

¿Cómo se gestionan los datos?
Los modelos funcionan gracias a una técnica llamada aprendizaje profundo. Los algoritmos de aprendizaje profundo están basados en la manera en la que funciona un cerebro pero electrónicamente, demasiados datos interconectados entre sí, que mediante repetición, memorizan patrones que subsecuentemente son realizados de forma automática. Por ejemplo, cuando te levantas por la madrugada medio dormido con ganas de ir al baño, quizá ni siquiera has abierto los ojos todavía y tu cerebro tiene la capacidad de enviar las indicaciones específicas a tus piernas y el resto de tu cuerpo para llevarte al lugar correcto.
Hablando de las Inteligencias Artificiales, imaginemos por un momento que alimentamos con millones de fotos de perritos a una, y al cabo de muchas pruebas, pasamos como parámetro una imagen de un perro preguntándole qué es, la IA entrenada, gracias a su enorme base de conocimientos, ahora sabe identificar un perro. Del mismo modo, si le solicitamos que genere una foto de un perro, va a tomar elementos de los múltiples datos almacenados para producir la imagen correcta.

Existen dos modelos de aprendizaje comúnmente utilizados:
a) Generative Adversarial Networks (GANs) o Redes Generativas Antagónicas: Consiste de una parte generadora que almacena información de acuerdo a parámetros (siguiendo con el ejemplo: fotos de perros) y otra discriminadora que proporciona retroalimentación para mejorar el resultado (en nuestro ejemplo: fotos de gatos, fotos de mapaches).
b) Transformers o Transformadores: Fueron diseñados originalmente para procesar el lenguaje natural como su tarea principal, creando salidas contextuales coherentes. Esto es lo que hace que cuando des una instrucción mocha a una IA o con errores ortográficos, entienda de qué estás hablando y te de una respuesta lo más próxima a tu petición.

Algunas Aplicaciones:
1. Simulación y Planeación: En urbanización y arquitectura, sirven para diseñar y simular entornos antes de empezar a construir.
2. Asistencia: En la creación de planes de aprendizaje personalizados, o como ayuda para atender pacientes.
3. Exploración de Datos: Para analizar, resumir y generar reportes que faciliten el trabajo del investigador y analista.
4. Personalización: En mercadotecnia, por ejemplo, sirve para otorgar pautas específicas adaptadas a las preferencias individuales.
5. Mejora en el Servicio: Los chatbots agilizan y facilitan la atención cliente.
6. Creación de Contenido: Se puede utilizar para producir desde textos originales (como la letra de una canción, por ejemplo) hasta diversos tipos de medios digitales.

A Tener en Cuenta:
Éticas: Situaciones como el deepfake (uso de la IA para suplantar o simular identidades), la desinformación masiva, temas de derechos de autor o propiedad son desafíos interesantes para el uso de estas herramientas tan poderosas y sofisticadas. Pues hasta ahora no se puede garantizar que el uso de las mismas sea benéfico y no malicioso.
De Sesgo: Dado que dependen de datos existentes, puede darse el caso en el que ciertas posturas se amplifiquen o perpetúen; por el contrario, también es posible que en el proceso de mitigación, se refuercen ideas opuestas con fines aparentes de manipulación.
Confiabilidad: Es posible que la información obtenida no esté actualizada o esté errónea y eso puede ser un asunto sensible cuando se vincula a contextos delicados.

Para Finalizar:
La IA Generativa se encuentra en constante evolución y la cantidad de datos que ingesta y manipula es cada vez mayor, es una bola de nieve imparable, eso tiene que quedarte claro, y es una tendencia que viene a posicionarse y convertirse en una realidad de nuestro diario vivir con el peso que algún día llegaron tecnologías como Internet, la telefonía inteligente y la geolocalización, entre otras.
El mundo que rodea bastantes industrias cada vez se verá más impactado con la llegada de este grupo de tecnologías y hay que estar preparados al menos en lo que respecta a saber de ellas y respetarlas para entrarles. De mi lado, como parte del nuevo enfoque que deseo darle a este sitio, estaré viniendo por acá a publicar cosas afines que me parezcan de interés.

Hasta pronto.

Nota al pie: Esta publicación se produjo con la excelente ayuda de diversas IA Generativas:
ChatGPT-4, Gemini Advanced, Dall-E, VoxBox, Visla y Midjourney.

Generative AI

Por
 La Inteligencia Artificial Generativa  se refiere a un tipo de IA diseñada para producir contenido nuevo, como textos, imágenes, audios, vi...

 Bienvenidos 2.0: Cuando empecé a escribir acá, la mayoría de cosas eran absurdas, centradas en pensamientos y emociones personales del momento; después de años, empecé a trabajar en un estilo propio, menos profundo y más simplista, últimamente me gustaba colocar cosas que vivía como una especie de diario. Y en la actualidad, lo que quiero hacer es convertir esta pieza en algo más técnico, enfocado en las cosas que trabajo y las que he aprendido a lo largo de los años.

Te voy a ser bien sincero, he sido alguien que no deja de aprender, nunca he llegado a un punto en el que diga: "me siento completamente pleno", siempre estoy metido en frustraciones, preocupaciones y deseos de mejora, dicho lo anterior como una especie de prefacio y en el entendido de que lo que venga a poner acá en su mayoría de veces serán opiniones personales, vamos a comenzar por algo minúsculo e ir alimentándolo lentamente.

Es bien sabido que lo mío más allá de la calidad ha sido la constancia; que no abandono una idea o deseo hasta que de plano la vida me cierra la puerta en la cara. Y cuando eso pasa, me enfoco en lo que sigue, tal vez me destrozo un poquito más, pero me reanimo y recupero.

En el trabajo, recientemente he sentido que me han desaprovechado bastante. Teniendo experiencia en cosas interesantes, me da la impresión que me pusieron en un proyecto en el que lo repetitivo se ha vuelto el pan de cada día. Ya hablé con el manager local, a ver si se puede que hagamos algo para dejar de sentirme de esa manera y volverme más productivo.

En fin, por ahora, la Inteligencia Artificial y los datos se han vuelto mi suplemento y sonido de fondo durante importantes fracciones de tiempo en el día; en consecuencia, los modelos de lenguaje masivos están a la orden. En próximas publicaciones estaré colocando algunos de los experimentos que he realizado y pondré a competir modelos de IA (esto me llama bastante la atención: Llama, Gemini, ChatGPT). Mi vida y la de todos está a punto de cambiar gracias a los enormes avances científicos-tecnológicos que vienen de la mano de estas herramientas. Y la verdad quiero estar ahí desde el inicio.



 Son las dos y estoy revisando unos archivos que supuestamente me iban a subir para modificar; no subieron nada, y ni modo. Quisiera cambiar un poco el enfoque de esta web dándole el peso que se merece a mi parte de desarrollador, administrador de sistemas, amante de la tecnología o cualquier cosa que esté vinculada a esas aficiones que me cargo.

Me he retado en múltiples ocasiones y así como en algunas ha ido bien, en otras he sido un completo fiasco; lo que me queda claro es que la vida y el entorno no se comportan como uno quisiera, ni siquiera por mucho que lo anheles. Dejé de darle el peso y la importancia que le daba a los eventos exteriores y comencé a trabajar en lo que hay dentro de mí.

Es verdad que tenemos defectos imposibles de cambiar (pues ni que fuera gripe), pero también contamos con ciertas virtudes que bien intencionadas y con el enfoque correcto, nos pueden mover hacia lados interesantes. En esa misma lógica de pensamiento, utilizando esas premisas a mi favor, me he centrado en reconocer aquellos puntos que me pueden ayudar en entornos difíciles.

He tomado la decisión de mantenerme distante de redes sociales con fines de consumo de manera permanente; para entrar a ellas únicamente cuando desee compartir algo ya sea que haya creado yo mismo, o que pueda servirme más adelante. Quisiera contarles los pasos que seguí para hacer inaccesibles X, Face e Insta desde mi celular, pues la mayor tentación es tener esas herramientas en la palma de mi mano al alcance todo el tiempo; sin embargo, lo he olvidado, no recuerdo qué cosas le moví a las configuraciones, por lo que cuando quiero publicar algo tengo que hacerlo desde el navegador de mi lap.

El plan no es únicamente volverme más productivo; eso con acostarme a tiempo cada noche lo tendría cubierto. Lo que quiero es mejorar en más áreas de mi vida que venían fastidiándome, desde el plano físico (que siempre es un tema rudo de mejorar) hasta el plano intelectual, puedo aprovechar para leer y avanzar con los cursos que tengo pendientes por ahora.

Y en cuanto a este blog, me gustaría volverlo un reflejo de las cosas en las que estoy ocupado tecnológicamente hablando; obviamente hay herramientas que no puedo publicar acá, no tengo la intención tampoco de cerrarme únicamente a cosas de trabajo, pero quisiera mostrar algo de mi nerdés de este lado. Ya que no soy únicamente el personaje gruñón y amargado que algunos podrían deducir de los textos acá publicados.

Probablemente hablemos de programación, de herramientas tecnológicas, de películas que he visto, qué sé yo. Normalmente este tipo de cosas se van consolidando conforme el tiempo pasa. Los "influencers" como tal, evolucionan y se adaptan según las necesidades del mercado, aquí estamos un escalón más arriba de ellos y en una habitación más oculta, pues debido a la profesión y ocupación, estoy colado en temas de computadoras de tiempo cimpleto; y estoy acostumbrado a entenderles tanto por fuera, como por dentro. Así que sería hermoso que este lugar evolucionara a "fierros para noobs" y "bytecodes vs data", entre mil cosas que irían saliendo. Dejen lo pienso, nada es absoluto.



 Hoy descubrí algo que me parece extremadamente cool, próximamente lo voy a adquirir, para comenzar a hacer experimentos; pero desde ya confirmo, que de servir, esa herramienta estará de continuo en mi andar por esta hermosa vida tecnológica que voy construyendo.

El plan es darle un renovado significado a la cosas que importan en mi vida, y enfocarme en producir de una manera más dinámica, utilizando las habilidades que he obtenido a lo largo de los años dentro de la industria IT y en experiencias personales tanto como freelancer, como en un montón de intereses particulares.

Me siento muy feliz, lo tengo que confesar, porque al día de hoy sé que puedo ser organizado y constante con mis propósitos, llevándolos a cabo hasta donde me interese. Viendo alrededor, lo que ocurre en un mundo inmerso en el afán de autocontemplación, egocentrismo y autosatisfacción; ahí es donde encontré algo que puede ayudar a esa parte de mí que siempre está dispuesta a tirar letras.

Mis intereses se han visto disminuidos, a prácticamente nada teniendo el peso para imponerse sobre mi atención y voluntad; es verdad que han sido días complicados en el trabajo (y no por el trabajo en sí, ese lo llevo más o menos bien), el tema es la falta de buen liderazgo, es una tristeza que personas que llegan a posiciones de autoridad dejen morir su empatía por concatenar logros a sobremanera, parecería que mientras más entregables en menor tiempo, mejor.

El punto es que, actuar de esa manera sobre tu gente la termina fundiendo y motivando a encontrar alternativas a lo que tú ofreces. Ahora, quizá esas medidas las tomen a propósito las empresas, para que por pie propio decidas irte. Y el que quede como cobarde, seas tú. Hoy fue un día en el que la pasé enfocado en resolver y actualizar Jiras, como veinte pasaron por mis manos, al final ni siquiera los conté, porque tuve tan clavada mi atención en eso que no dudé un momento en que iba darle un buen avance al montón que tenía pendientes. Pero mírenme ahora, pasada media noche y sigo aquí, tratando de resolver otros temas de automatización que quiero que ya de una vez queden.



 Quería empezar a escribir algo distinto, enfocado en cómo me he sentido en días anteriores; sin avanzar con pendientes, descansado, pero al mismo tiempo desvelado y preocupado. Sin dinero, porque todo se mueve con dinero en esta vida.

De nada sirve tener las mejores intenciones, sin no eres capaz de convertirlas en poder adquisitivo. De poco sirve que tengas buenos gustos, si esos se encuentran fuera de tu alcance. Nulo beneficio tienen los deseos que no llevan el sustento económico detrás para lograrse.

A veces comprendo a quienes votan por una pensión global, aunque sé que entrelazadas están las estrategias de un control masivo bien establecido. Pero a fin de cuentas así vivimos, sumidos en la miseria de las deudas, los créditos, las incapacidades financieras, pero también los bloqueos sociales y emocionales, los planes y sueños rotos a cambio de decepciones, eventos traumáticos y pérdidas.

Cuando estaba morro conocí a un señor, muy trabajador, que hizo algo de dinero durante su vida, que decía que de nada servía todo lo que construyas, pues a fin de cuentas entre enfermedades y dolencias, otra gente termina quedándoselo. La verdad sea dicha, tiene mucho de cierto esa premisa.

Porque pensar que, por ejemplo, tu afición son los autos, invertirás muchísimo en el de tus sueños, o si no te alcanza, en modificar lo que tu presupuesto de para que sientas el frenesí a la mano; y pesar que eso puede concluir en un evento trágico, un impacto, un accidente, un conductor ebrio encontrándote de frente, y si no se acaba, por lo menos tu gusto se ve mellado.

Así podemos continuar con cualquier área; entonces le tienes que agarrar el gusto reducir tus pasiones y emociones; porque las enfermedades están a la orden del día, porque la agresividad puede tornarse en algo crítico. Entonces, somos como un árbol, luchando por sobrevivir, aceptando lo que venga del cielo con los brazos extendidos, entendiendo que no nos vamos a ir, y que nuestros cambios vienen de adentro. También siendo conscientes de que en cualquier rato puede llegar alguien a pisotearnos, orinarnos, cortarnos o quemarnos.



Me distraigo, teniendo objetivos claros, qué fácil es caer en el juego de alguien o algo más, no saber qué sigue, olvidarte de en dónde estabas, por observar, por escuchar, por lo limitado de atención de vez en cuando. Quería escribir de las cosas en las que trabajo, para que al verlo, tal vez les quedara un poco de lo que estoy haciendo con fines generosos solamente.

Pero en el fondo, cada uno guarda razones egoístas y superficiales en el corazón, queremos demostrar que sabemos, que somos buenos en lo que hacemos, que tenemos talento y creatividad, que hay al menos un poco de brillantez en nosotros; probablemente eso no sea cierto, pero hay que sentirse convencidos. Porque, quién vende pan malo.

El cerebro está atento para el chisme, sin importar el tamaño o qué tan ajeno sea, es parte de nuestra naturaleza humana. Queremos enterarnos y sentir que pertenecemos.

Hay quienes platican con pasión, los ves y te emocionas por los ademanes y gestos mientras se enfrascan en su diálogo; a simple vista, notas que están maldiciento a diestra y siniestra. Acordándose no solo de la progenitora del sujeto de la charla en cuestión, sino de su ascendencia completa con todo y muertos.

¿Existo? A veces, con una fuerza descomunal. Otras, estoy ahí, nada más, en un rincón, sin hacer mayor ruido, tecleando lo que se viene a mi mente, sorbo a sorbo, hundido en la música en mis oídos, ajeno al viento alrededor, estoico, inamobible, laxo, sobrio, parco.



En Un Rincón

Por
Me distraigo, teniendo objetivos claros, qué fácil es caer en el juego de alguien o algo más, no saber qué sigue, olvidarte de en dónde esta...