Uno de los consejos más útiles que me han dado en la vida también es uno de los que más comúnmente me cae como recordatorio: La mejor manera de superar el fracaso y el rechazo es seguir adelante. Ya está, pasó, fallaste, cometiste un error, no conseguiste tu objetivo, no le gustas, se fue, le desagradas, la razón que sea, el punto es no clavarse en ese lugar.

A veces cuesta, la verdad, principalmente a la hora de dejar que otras emociones se materialicen; por ejemplo, la vergüenza después de haberla golpeado en la cabeza sin querer con tu mano porque eres un monote corpulento. Haha. O bueno, cualquier cosa puede ser vergonzosa bajo ciertos criterios.

La realidad es que vine aquí a confesar que hay cosas, sucesos y actitudes en mi vida que me han convencido de que no puedo mirar a los ojos a ciertas personas; y me aparto, si no físicamente por cuestiones de fuerza mayor, sí intelectual, emocional y principalmente visualmente... Porque es literal, mis ojos siéndome ocasión de caer... Ya, mejor apartarlos por completo. Cerrarlos, desviar la mirada, encerrarme, lo que sea con tal de no tener que pasar por el filo de darme cuenta del juicio no verbal.

Tengo calor, mi cuarto se siente bastante caluroso en este momento. A penas recordé que el aire estaba apagado, así que se concentró el calor en este lugar. Aparte, me comí unas galletas, como que se me quitó el sueño y se me elevaron las calorías corporales. Todo en conjunto, hace sentido.

Parece que me quedé sin más palabras para hoy. Un texto pequeño, conciso y liberador. No más.



Conciso

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 Uno de los consejos más útiles que me han dado en la vida también es uno de los que más comúnmente me cae como recordatorio: La mejor maner...

 Tenía cero intenciones de ir a la oficina hoy, pero qué creen, dejé la computadora del trabajo allá. No le digan a nadie, supuestamente eso no se debe de hacer. Iba a otro lado ayer por la tarde, tenía cosas que hacer y me dio flojera cargar con ella.

Mientras iba camino a casa pensaba lo siguiente: Las puertas son así. Algunas las cierras para no volver a verlas disponibles nunca en tu vida. Aunque te desvanezcas en la miseria, te transformes en cuanto a credos, te asumas como alguien que ha superado sus momentos bajos y traumas.

Es como funcionamos, somos un momento fugaz en quienes se tienen que ir de nuestras vidas, en uno o dos años probablemente no nos recordarán más. Pienso por ejemplo en una frase que dijo un amigo ayer, que tiene todo el sentido del mundo, "a todos a los que no les debas dinero, no les importas tú ni tu vida". Un comentario cruel pero realista.

Y sin embargo, hay individuos que trascienden, está por ejemplo, mi compa el que empatiza bastante conmigo a la hora de compartir memes; que ayer me decía, por cierto, que una vez que se acomode en esta empresa a la que entró, me platicará la experiencia y beneficios, y podría recomendarme si así yo quisiera. Tipazo él.

Pero analizando la situación, en cuanto a lo que decíamos, es verdad, mi grupo de amistades es realmente reducido. Me importan un carajo las demás personas. O sea, tengo empatía por aquellos que la están pasando mal porque yo mismo la he pasado mal en diversas ocasiones, pero esa sensación puede venir desde la señora en la calle sufriendo por dinero, hasta el amigo más intimo contándome un fracaso amoroso.

El punto es, todos aquí somos efímeros, quizá era a lo que iba desde que inicié esta publicación. Que al final realmente no importa si eres una persona promiscua, mentirosa, acomplejada, manipuladora y desagradable (fui muy específico con estos adjetivos); si la vida y el tiempo te perdonan olvidando, cualquier otra persona también lo hará.

He de cambiar en algo también, porque en mi generosidad dejo de lado que la atención, el tiempo y el dinero no se le obsequian a cualquiera; y yo genuinamente sin esperar algo a cambio suelo hacerlo. Recibiendo como recompensa más de una vez actitudes de malagradecimiento y antipatía. Hay mucha gente amable en esta vida, a veces herida solamente por nuestros comportamientos mierdas.

Y bueno, quería terminar esto con otra frase que estaba dándome vueltas en la cabeza: "Nueve de cada diez mexicanas son potencialmente buenas en la cama; y a penas uno de cada cien mexicanos es bueno generando seis cifras mensuales. Piénsalo la próxima vez que alguien intente hacerte daño."



Seis Cifras

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 Tenía cero intenciones de ir a la oficina hoy, pero qué creen, dejé la computadora del trabajo allá. No le digan a nadie, supuestamente eso...

 Como mis sueños se han vuelto algo inalcanzable, tendré que ir matándolos uno a uno. Hasta quedarme solamente con aquellos que sean factibles. En primer lugar, nunca seré un blanco ojiazul de más de un metro con ochenta centímetros de estatura, por lo que las puertas al alcance de manera sencilla, nunca estarán.

Tengo el estereotipo de ser un "me gustan todas" así que para dejar esa etiqueta de lado, lo siguiente es remover todo contacto con personas que no son conocidas cercanas, familiares o gente de trabajo. No creo en las amistades que fructifican sin cultivarse, entiendase entonces que aquellas personas con las que no tengo ni remota comunicación, desaparecerán de mis redes (esto ocurrirá cuando vuelva a instalar las apps en mi celular).

Dinero, las probabilidades indican que deje morir el sueño de ser billonario; de ser así, entonces, empezaré a vivir lo más austero que pueda, como alguien que a penas y trae para un taxi en calidad de emergencia en la cartera. No tengo que demostrar suficiencia financiera a nadie, con el solo hecho de tener bajo control mis finanzas me doy por bien servido; y si a alguna tercera persona le llego a interesar, bueno, que se conforme sabiendo que no le va a faltar.

No llegaré a ser un genio, un erudito y mucho menos colmado en sabiduría; este ha sido el sueño que más trabajo me ha costado dejar ir, porque desde pequeño, lo único que reiteradamente le pedía al Cielo era llegar a ser un hombre sabio; pero leo las cosas que escribí en el pasado, observo los errores que he cometido, me enfrento a la realidad de mis limitaciones, además de la consciencia de que no tuve un entorno propicio para desarrollar mis capacidades intelectuales de la mejor manera; complejos, resentimientos y carencias, alas rotas.

Las mujeres bonitas son otra; si hasta la fecha soy un abanderado del rechazo social, qué se dirá de la perspectiva que las personas por las que siento atracción cuando opinan de un servidor; obviamente le tienen miedo a estar cerca de mí, no las culpo. Cultivé a un raro que pierde la cabeza estando con ellas, y me enfoqué en ser una especie de ermitaño, innecesario, lo reconozco, es parte de lo que estoy trabajando.

Ya está, por lo menos esos frentes "soñadores" son los que recuerdo por ahora. Sin dinero a borbotones, ni mujeres bonitas a mi alcance, ni una atractivo natural, ni inteligencia destacable, puedo decir que mis pies se encuentran más cerca del piso. Hola, mi nombre es Carlos y a partir de aquí reescribiré mi historia.

Todavía no encuentro un atributo del que me pueda valer, les avisaré cuando tenga uno a la mano. Sin embargo, vengo a decirles que al finalizar este mes habré cerrado algo, lo que sea, pequeñito, pero algo para empezar. Reto de Julio 2023: Evitar compras por confort (comida).



Julio 2023

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 Como mis sueños se han vuelto algo inalcanzable, tendré que ir matándolos uno a uno. Hasta quedarme solamente con aquellos que sean factibl...

 Hola de nuevo. ¿Me extrañaron? Sé que no. Pues resulta que estos últimos días (sí, estos que llevo sin poner letras por acá) me ha entrado la espinita de resolver un tema que me venía teniendo "ocupado". Siempre he justificado mis comportamientos controladores con cosas como "es para evitar mi colapso" o "me sirve para crecer y desarrollarme", y sí, probablemente esos puntos son justificaciones interesantes, sin embargo, en esta vida de ir y venir, las cosas no son tan simples como parecieran.

Vivimos sumergidos entre opiniones, metas, objetivos inalcanzables y marcos de referencia inmensos; nos filtramos desde la perspectiva de genios, atletas, modelos, ricos y famosos, con eso en mente, obviamente siempre seremos coleros en esta escalera del éxito, pues que seamos capaces de despertarnos todos los días a las 5 AM para trabajar más y triplicar ingresos, asistir al gimnasio hasta conseguir cuerpo de divinidad griega, tener a la pareja más hermosa del grupo social, instagramear todo y devorarnos veinte libros al mes, es, en realidad pedirle al cuerpo imposibles, es alimentar comportamientos tóxicos y perniciosos para con uno mismo.

"Bro, take a break". La vida nos tiene en un lugar no tan fácil. En nosotros está permanecer y mejorar, pero evitemos que eso se cargue nuestra cordura en sus intentos. Debido a ese análisis he tomado la determinación de dejar el control de mis cosas, atención aquí: No me descontrolaré, simplemente desactivé mi "check" de controlar todo. Y ese control a vida viene en forma de apps, aparatos de medición, cuadernos de notas y alarmas principalmente. ¿A qué voy con esto? ¿Cómo he decidido actualizar mi vida?

Bueno, pues para empezar, la postura "in extremis" que he de tomar ahora será abrazar el estoicismo con todas las fuerzas que me quedan, y le sumaré algo de espiritualidad. Dejaré de depender de "apps de control" para cuestiones financieras, de comportamiento y cualquier determinación en general y optaré por aceptar las bondades que esta vida tiene puestas para mí, simplificando aquello rebuscado y tratando siempre de ser uno con el entorno.

Por ejemplo, llegué aquí sin dinero, ¿qué pasaría si dejo entonces el dinero fuera de mí y lo utilizo únicamente para fines necesarios? ¿Qué pasaría si automatizo la mayoría de pagos? Desde el café hasta el servicio de electricidad. ¿Qué sucedería si convierto mis dispositivos de comunicación en herramientas digitales con una alta inspiración en las análogas?

Y así surgen las ideas. Quemaré mi última agenda. O al menos, la tiraré a la basura. Escribiré mis cuentas en hojas de cálculo que únicamente serán visitadas desde la computadora (los días que haga pagos y se modifiquen los números). Dejaré fuera de mi alcance las tarjetas y me desenvolveré con los medios a mi alcance. ¿Comida saludable? Puedo pagar un servicio mensual como hacía antes, lo tengo cubierto. Casi todo lo demás es automatizable. La billetera solo tendrá mi identificación, un par de billetes para emergencias y las tarjetas de vales que me dan en el trabajo. No necesito más.

Mi plan es, ser pobre por fuera, o al menos no aparentar ni una décima parte de mis ingresos y dejar que el tiempo sea quien fructifique mis inversiones. Así que me enfocaré en vivir la vida de una manera simple y sencilla. ¿Seguiré yendo al cine? Por supuesto que sí, tengo una membresía para eso. ¿Seguiré comprando libros? Claro, pero con menor frecuencia y tras hacer contabilidad, o sea, no comprando por impulso solo porque algo me llama la atención. Esta giro a la mentalidad está centrado en "pagar ahora para disfrutar después".

¿Cuál es el propósito? Se preguntarán. ¿Lo es el dinero? No, tajantemente no. Soy yo, es reencontrarme con la versión más natural y menos necesitada de mí. Con alguien valiente y capaz, con una persona que no teme atravesar la ciudad a pie si es necesario, un hombre al que le importa su integridad y desarrollo tanto como no dañar el entorno ni a quienes le rodean. Ya veremos en qué evoluciona esto (como he dicho, alejarme de redes ha ayudado bastante a poner atención al detalle y solucionar en consecuencia).



 En los rincones más oscuros de la ciudad de Marbella, reinaba un hombre al que todos temían, conocido como Alejandro. Durante años, la corrupción y el miedo fueron las únicas constantes en su vida, sumido en un mundo de negocios oscuros y decisiones terribles. Pero en algún momento, en medio de su caótico reinado, una luz brilló en su vida, un destello que lo llevaría a un camino de arrepentimiento.

Un día, durante un paseo nocturno, Alejandro encontró a una joven hambrienta y desamparada en las calles. Llevándola a su hogar, le ofreció comida y cobijo. En ella, María, encontró una especie de pureza y bondad que había olvidado. Empezaron a pasar mucho tiempo juntos, y Alejandro se encontró mostrándole los aspectos más suaves de su personalidad, ocultos durante años bajo capas de dureza.

María, sin embargo, no sabía nada de los actos despiadados de Alejandro. Para ella, él era su salvador, el hombre que la había sacado de la calle y le había dado una nueva vida. Esta inocencia de María hizo que Alejandro se sintiera aún más culpable por sus acciones pasadas.

Pero la realidad era incuestionable. Alejandro, agobiado por la culpa y la vergüenza, decidió alejarse de María y todos aquellos que le recordaban su pasado. Se mudó a una pequeña casa en las afueras de la ciudad, donde empezó su proceso de cambio. 

Vivía una vida de austeridad y silencio, marcada por noches llenas de insomnio y días llenos de arrepentimiento. A pesar de su dolor, decidió dedicarse a ayudar a la comunidad en la que vivía, utilizando sus habilidades para bien. Pero la culpa y la vergüenza nunca se alejaban, recordándole constantemente su pasado.

Alejandro quería confesar, quería disculparse, pero no sabía cómo. La idea de confesar a María le aterraba, temía que la verdad destruyera la imagen que tenía de él. Pasó años en este estado de auto-aislamiento y reflexión, enfrentándose a sus demonios internos.

Una noche, en una decisión impulsiva, escribió una larga carta a María, explicándole todo. La culpa, el arrepentimiento, la vergüenza, y su deseo desesperado de cambio. Selló la carta y la dejó en su puerta, huyendo antes de que pudiera arrepentirse.

«Querida María,

No hay palabras suficientes para expresar la profundidad de la tristeza y el arrepentimiento que abruman mi alma. La vergüenza de mis actos inexcusables y la culpabilidad perenne me han llevado a un aislamiento voluntario.

Sé que en un principio mostré una imagen altruista, pero esa proyección no era más que una máscara, un camuflaje cómodo que ocultaba mi realidad oscura. Comprendo ahora que aquel refugio fue una cortesía temeraria, un gesto egoísta para mitigar mis pecados.

Pero mis actos anteriores son irrefutables. Fui un líder autoritario, haciendo mal uso de mi influencia y poder. Provocaba miedo, no respeto; creaba discordia, no armonía. Incitaba violencia donde debía haber paz y en lugar de ser un ciudadano ejemplar, fui un tirano despiadado.

He emprendido un proceso de reflexión intensa y profunda. El encuentro contigo, querida María, abrió un portal inesperado hacia la bondad, la empatía y la compasión, emociones que se habían atrofiado en mí. Te pido clemencia, no por mis actos horrendos, sino por la penumbra que eclipsó mi humanidad.

Hoy, tras la penitencia y el remordimiento, busco el cambio. No busco absolución inmediata, eso sería una expectativa irracional. En cambio, busco trabajar día tras día para reparar los daños causados y convertirme en una persona íntegra y honorable.

Quiero ser un ciudadano solidario y un ser humano empático. Quiero sentir la honestidad en cada palabra que pronuncio, y en cada acto que realizo. Busco la armonía con el mundo que una vez desprecié. Quiero ser alguien de quien te puedas sentir orgullosa.

Entiendo si te sientes traicionada y confundida. Sé que mis acciones te han lastimado profundamente. Pero mi intención ahora es demostrar que puedo ser diferente. Que puedo ser mejor.

Este proceso de cambio es solitario, pero necesario. Cada día es una lucha constante contra los fantasmas de mi pasado. Pero siento la esperanza. Una esperanza renovada que surge de la vergüenza y el arrepentimiento, y que se alimenta de la posibilidad de cambio y redención.

Espero que algún día puedas encontrar la generosidad para perdonar a este hombre arrepentido, que se encuentra frente a ti, más humano, más real.

Con todo el amor que mi ser arrepentido puede ofrecer,

Alejandro.»

María, después de leer la carta, quedó atónita y herida. Pero a medida que pasaba el tiempo, ella comenzó a entender. A entender el arrepentimiento y la necesidad de cambio de Alejandro. A entender que, aunque no podía justificar sus acciones pasadas, él estaba intentando compensarlas.

Decidió ir a ver a Alejandro. Lo encontró en su casa, un hombre muy cambiado de quien había conocido antes. Hablaron durante horas, lloraron, se enfrentaron al dolor del pasado. Alejandro se disculpó profusamente, prometiendo dedicar su vida a enmendar sus errores.

Fue un camino largo y duro, pero Alejandro, con el apoyo de María y su propia determinación, pudo cambiar. Aunque la vergüenza y el arrepentimiento nunca se disiparon por completo, Alejandro comenzó a construir un nuevo camino. Fue un proceso lento y doloroso, pero cada pequeño acto de bondad, cada gesto de contrición le acercaba un paso más a su redención.

María se convirtió en su ancla, su faro en la oscuridad. A pesar de su dolor y confusión iniciales, optó por apoyar a Alejandro en su viaje hacia la redención. No fue fácil para ella, pero la sinceridad en los ojos de Alejandro, y su compromiso visible con el cambio, la motivaron a quedarse.

Alejandro, con la ayuda de María, comenzó a usar su influencia y recursos para hacer el bien en la ciudad que una vez aterrorizó. Estableció refugios para los sin hogar, programas de alimentación para los menos afortunados, y becas para jóvenes brillantes pero desfavorecidos. Fue un camino duro, plagado de desafíos y críticas, pero Alejandro perseveró.

Su pasado nunca dejó de atormentarlo, pero Alejandro decidió utilizarlo como un recordatorio constante de la persona que nunca quería volver a ser. Luchó todos los días para ser mejor, para hacer más bien, para enmendar de alguna manera sus acciones pasadas.

Y con cada día que pasaba, Alejandro se daba cuenta de que, aunque nunca podría borrar completamente su pasado, tenía la capacidad de forjar un futuro mejor. Un futuro en el que no era un hombre temido, sino un hombre respetado. Un futuro en el que no era un tirano, sino un líder compasivo.

El arrepentimiento es un proceso doloroso, un camino que está lleno de obstáculos y desafíos. Pero también es un camino de crecimiento y redención. Alejandro, a través de su viaje de arrepentimiento, aprendió esta verdad de la manera más dura.

María, por su parte, encontró en Alejandro un ejemplo de la capacidad humana para cambiar. A pesar de sus acciones pasadas, ella vio en él un hombre que estaba decidido a ser mejor, a hacerlo mejor.

El camino de Alejandro hacia la redención fue largo y lleno de desafíos, pero a través de su arrepentimiento y sus esfuerzos para cambiar, encontró una nueva vida. Una vida en la que ya no tenía que vivir en la sombra de su pasado, sino en la luz de su futuro.

FIN.





 Las finanzas van bien, mucho mejor de lo que esperaría. Y aunque sigo saliendo de pendientes, agradezco infinitamente al Cielo las oportunidades que me ha dado de crecer. Por lo que llego a este instante, justo esta noche, con una premisa interesante a considerar: ¿Algún día será suficiente? ¿Dejaré tarde o temprano de ajetrearme por conseguir la "chuleta"?

Saben, del mismo modo que reducir el exceso de dopamina generada por los dispositivos electrónicos (principalmente como consecuencia del poder cautivador de las redes sociales), bajarle al autosabotaje con fines meritorios es un camino extremadamente saludable. Porque en el afán por ser excelente, crecer como persona, "triplicar mi sueldo" (sic), a veces terminamos descuidando lo más importante: Uno mismo. ¿Y de qué te sirve a largo plazo ser un millonario con montones de problemas de salud?

Reconozco que mi cuerpo, ha tenido, en mi ignorante pero bien intencionado deseo de superarme como persona, que pasar por demasiados sufrimientos; principalmente aquellos vinculados a situaciones de estrés mental como dificultades de sueño o excesos físicos como "tragar lo que sea y donde sea". Lo poco saludable de esos hábitos tiene que acabar. El día de hoy le declaro no la guerra, sino la paz a ese estilo de vida, y le doy la bienvenida al amor propio.

El amor propio y la salud tienen que regir mi vida por encima de las cantidades de dinero que tenga la capacidad de hacer. Que mi mente se encuentre saludable, que mi cuerpo sea fuerte, que mi vida sea fácil de llevar, estoico y decidido. Por medio de esta carta prometo hacer lo que esté de mí para evitar las tentaciones, por ejemplo, reducir el número de formas de obtener dinero (o métodos de pago) mientras ando en la calle, para así hacer muy difícil que termine comiendo en cualquier lugar. Ojo, planeo seguir subiendo imágenes de restaurantes y comidas ricas a intagram y google, pero eso será en orden, obedeciendo a un calendario de eventos, y hasta que pase mis tres meses alejado de redes sociales; además no pienso ser extremista y si, por ejemplo, me invitan a una fiesta (cosa que ocurre poco), tampoco me pondré payaso.

Desde el punto de vista de preparación de alimentos, la siguiente inversión será una estufa (ya que mi roomie prometió que se traería una que ya tiene, pero al parecer eso no ocurrirá y no puedo depender de ella para nada), compraré lo necesario y aprenderé a preparar cosas saludables.

Si lo apreciamos desde la óptica de lo financiero, esta estrategia también me será de gran ayuda, ya que al gastar menos en la calle, contaré con un presupuesto más sustancial para redimir cuentas. Por cierto, dije al inicio que mi plan era triplicar mis ingresos en un año, a partir de ese comentario ya pasaron dos meses y quince días, al momento, solo he podido incrementarlos de un diez a veinte porciento (dependiendo la perspectiva), y sin embargo creo que mis ingresos actuales dan más que suficiencia para vivir. No de forma "millonaria", pero cabalmente, superando deudas, puedo invertir y seguir trabajando con lo que resulte.

Además, en mis piensos, como Woz, no está retirarme de trabajar nunca, amo las cosas que hago, me encanta pasar tiempo frente a la computadora programando y aprendiendo, así como navegar entre conceptos y literatura en general; pero quiero recuperar el timón, porque había venido naufragando sin rumbo preciso a partir de la pandemia (y quizá desde que inició el 2020). Me quiero mucho, me amo más que a cualquier cosa en este mundo, y sé que con paciencia, determinación y constancia, seguiré saliendo adelante. Acercándome a la meta de ser suficiente y autosuficiente, sin caer en vicios superficiales y excesos de pasado, presente o futuro (a.k.a. Depresión, estés o ansiedad).



Me Amo

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 Las finanzas van bien, mucho mejor de lo que esperaría. Y aunque sigo saliendo de pendientes, agradezco infinitamente al Cielo las oportuni...

 Me dije: ¿Qué tal si transformo mis vicios y malos hábitos en energía para realizar cambios positivos y producir? Mentiría si digo que he logrado algo, pero he de ser bien sincero al mencionar que ya encontré un camino al cual aferrarme. *Se levanta un letrero.* -> "Hombres trabajando".

¿Qué pasa conmigo que me dan ganas de escribir a media noche? No, no te engañes, no es que me falten ganas antes, lo que ocurre es que el calor no da chance, ya subo escaleras y me arrincono, me encuero, enciendo el ventilador, me tiro en el piso, quiero llorar de la desesperación, bajo a beber un poco de agua, me visto, me salgo a la calle para darme cuenta que afuera también está sofocante, me regreso consternado y resignado, y ciclo lo anterior.

Sin embargo, redactar me sirve, ¿saben para qué? Para trabajar en mi estilo, para perderle el miedo a cajetearla feamente entre líneas, para hacer borradores y editarlos hasta el cansancio (ese cansancio suele llegar un par de minutos después, siendo franco). La imperfección me define, y es bellísimo abrazarla.

Glup. *Traguito de agua.* Hace un rato meditaba en el opuesto de una frase muy famosa del maldito borracho y feo aquel que escribía poesía áspera y honesta (entre una que otra salvajada, he de decir): "No tienes idea de la condenación que trae consigo la hermosura, pues difícilmente le agradarás de verdad a alguien". Claro, claro, escrito con mis palabras y abusando un poco de la interpretación, pero el significado ahí anda. Piénsalo.

Ser hombre implica empezar a descubrir el potencial conforme maduramos, mientras que las mujeres son valiosas desde el momento mismo en el que nacen, la mayoría de nosotros los no nacidos en cuna de oro tenemos que construir valor; con eso en cuenta, los primeros años de convivencia interpersonal pasada la adolescencia, los afrontamos desarmados, inexpertos, frágiles y ridículamente atarantados. Pasa el tiempo y vemos hacia atrás todos los errores.

Ahora entiendo, estoy agradecido del "Fail early, fail often, but always fail forward", porque sin eso no sería la mitad de lo que soy, no tendría una vigésima parte de la experiencia que tengo y no contemplaría la vida como un escenario pleno de oportunidades; sino que me sumergiría en un oceano de duda, decepción y llanto. Ya sé, comprendo que si te has dado una vuelta por acá en el pasado dirás: "Bro, pero tú siempre estás sufriendo." Y sí, pero no. Es difícil de explicar en unas cuantas líneas, además, no tengo intención de hacerlo. Recordemos únicamente que lo que aquí se expone es parcialmente cierto y que en general estoy en un viaje ficcional cual avatar desde una versión más antigua de mí (o proyectándosela a esa persona, según sea el caso).

No estamos aquí para fingir, pero tampoco para rasgarnos las vestiduras por ficcionalizar; la vida es una broma y al mismo tiempo un drama serio de proporciones globales, las personas son por sí mismas universos independientes que colisionan mutuamente, mi mundo y el tuyo gravitan como nuestros labios al tocarse. O no. ¿Quién soy yo para despertarte de la ensoñación? Bastante caca ya hay afuera, ¿no te parece?

Si quieres justicia, te la puedo proveer, pero terminarías en un deje de destrucción inminente. Si quieres misericordia, aquí la tienes y no a cuentagotas como las supuestas emociones que salen de tu ser; no, no, acá hay para llevar. ¿Generosidad? Anda mamita, sírvete; sí, sí, puedes llevarte todo, mientras no acabes con mi capacidad de generar, todo bien. No tengo idea de por qué escribí lo anterior, o siquiera en quién estaba pensando mientras las letras desenfrenadamente se me escapaban de las manos. Todo por un beso. Y la belleza natural.