Nadie paga los intereses en contra de su propia incapacidad con mayor valor que yo mismo; dicho de otra manera, yo soy quién hago a mi propia vida lo necesario para convertirme en quien resuelva mis propias debilidades sometiéndome a presiones superiores y situaciones que más pavor me causen.

¿Eso para qué? Simple, yo lo llamo cargar las ramas jerárquicas. Mientras más alto esté el nivel de necesidad que sienta, más distante estará mi retorcida mente de acordarse de quien está prohibida.

Yo me castigo con tal fuerza que solamente yo soy capaz de soportarlo; porque lo necesito, porque así funciono, porque nadie me ha demostrado que hay otra forma de hacerme entender que las cosas son más simples de lo que parecen. Porque quiero en serio salir adelante, quiero que el miedo a perderla se desvanezca, quiero que el volver a verla no sea una ilusión solamente, quiero existir a mí mismo, ser mi amo y señor por un rato, quiero aprender de mí y comprenderme, quiero llorar por mí mismo, quiero aceptar que con todas mis imperfecciones, soy perfecto.

Las letras; nadie fuera de mi mente las comprender como yo lo hago; al igual que los castigos, son una forma incesante de forzarme a valorar y actuar inmediatamente, para dejar atrás lo que flagela mi mente, lo que castiga mi alma, lo que seduce mi cuerpo, lo que estremece mi vida entera.

No tengo miedo a actuar. De hecho, me desespera no hacerlo, hace rato precisamente confesaba que soy una persona impaciente, realmente no me da miedo morir en el intento, prefiero eso a que digan que soy un cobarde que nunca se vio impulsado en pro de sus metas, prefiero que digan que caí en medio de un mal de amores a que cuenten que jamás lo intenté siquiera, prefiero que crean que choqué contra mi propia fuerza y fue tal que me desmenucé yo mismo.

Voy a purgar mi alma y espíritu, voy a saciar mi cuerpo de vida, voy a escupir mis horrores, voy a vencer mis temores y voy a escribir mis hazañas para que un día alguien, con suficiente prudencia comprenda que lo que lee no son bytes entre lamentos, sino motivación cruda y verdadera.

Los ojos de los niños se abrirán ante el asombro, los oídos de los necios que siempre me hicieron caso omiso comprenderán mi actuar y las estrellas en el firmamento brillarán con júbilo al enterarse que no ha sido únicamente por mí, que me muero de emoción por hacer feliz a alguien, que mi llanto es motivación circunstancial, que seré suficientemente bueno para conseguirlo en algún momento, con la persona ideal.

Ideal

Por
Nadie paga los intereses en contra de su propia incapacidad con mayor valor que yo mismo; dicho de otra manera, yo soy quién hago a mi propi...
Las personas mienten; a veces para proteger a otros, a veces por la falta de ganas de decir la verdad, o porque simplemente tienen la costumbre de hacerlo para evitar continuar una charla.

Estaba pensando que antes, cuando era bueno, podía obtener su atención con cierta facilidad; hoy que estoy en proceso de morir a sus ojos, que queda en la nada el deseo y la insolencia sale a flote por que sí, porque es parte del proceso de propiedad al que las personas se someten cuando aceptan el suceder de algo tal cual.

No puedo negar que soñarle ha sido una aventura esplendorosa; no puedo negar que mi salvaje yo quisiera despertar; no puedo negar que aceptar es la parte que más trabajo me ha costado; no puedo negar que el sueño se me escapa, así como ella misma de entre las manos; no puedo negar que mi consciencia ha dejado todo en claro; no puedo negar que pude hacer historia.

El ego, como tal, es parte de la individualidad de cada uno; a partir de mañana dejaré de desayunar, no comeré y procuraré cenar lo menos posible; todo en calidad de huelga en contra de mi propio yo; buscando hacer lo que desde el principio quise, un cambio verdadero en mi interior que se refleje completamente en el exterior hasta llegar a mi objetivo.

Porque no vale más ningún ser humano que otro, ni las líneas en el cuerpo son suficientes historias, ni los lienzos de colores cargan consigo suficientes memorias, ni las letras interminables de éste que redacta son promotoras del mínimo de lo que supone el esfuerzo que experimenta mi quebrantado ser.

La invitación se la he hecho, pues vine a esta vida a ofrecer, no a obligar a nadie; y su ambigua respuesta al igual que en todo lo que supuse eran dardos con ausencia de dirección ha hecho entender a mi espíritu la verdad de las cosas: Que por mucho que uno anhele, el anhelo es solo eso, y nada más está ahí; así que hay que aprender a ensamblar uno mismo el corazón en pedazos y dar pasos antes de que las oportunidades se terminen.

La vida es demasiado corta para desperdiciarla con feas.
La vida es demasiado efímera para vivirla llorando.
La vida es demasiado dura para arrancarnos las lágrimas.
La vida es demasiado cíclica para aprender del pasado.
La vida es demasiado real para vivir de anhelos e ilusiones.
La vida es demasiado personal, no para andarla brindando.

Anhelo

Por
Las personas mienten; a veces para proteger a otros, a veces por la falta de ganas de decir la verdad, o porque simplemente tienen la costum...
Como cuando pasan los días y las personas te demuestran su incomodidad a tu lado; como cuando el tiempo te hace quedar en ridículo cuando intentas ser buena persona; como cuando te das cuenta de que ya no se aproxima, ya no te sonríe, ya no se ve feliz al tenerte cerca, ya no causas la buena impresión que solías, como cuando todo se reduce a lo que tu memoria pueda procesar puesto que no hay presente más allá de lo que una vez hubiste imaginado; así es la vida, así el tiempo enseña a las personas a cambiar a fuerza.

O cambio de dirección en cuanto a la forma de enfrentar el mundo, o me espero a que la muerte me consuma y se acaben estos líos. Yo quisiera la libertad de aproximarme a él, de charlar y darle alegrías con mi presencia, quisiera poder ser alguien a quien le entusiasme ver, apreciarlo mientras se concentra, observarlo florecer.

Pero la vida conmigo ha sido una roca dura de partir; o mi cabeza es dura cual roca no quiere dejarse quebrar. El asunto es el mismo, mi sagacidad no da para más. Estoy en mis límites, era lo que tenía qué confesar; quería dejarle claro las cosas, la historia de mí, el por qué llegué a este punto, reconocer mis males y premiar mis buenos puntos, quería creer que podía conmigo, pero no, el furor en mí se queda conmigo hasta que sea alguien capaz.

¿Causé incomodidad? Tal vez sí. En lugar de producir he terminado quemando la buena tierra que solía ser, en lugar de hacer crecer he visto cómo se marchitan las bellas experiencias con el paso de los días; justo como se lo dije, lo sostengo: No tengo ni la fuerza ni la astucia para soportar su ausencia. Cada vez más lo comprendo, solo me queda lamentar mis debilidades mientras la veo alejarse.

Incomodidad

Por
Como cuando pasan los días y las personas te demuestran su incomodidad a tu lado; como cuando el tiempo te hace quedar en ridículo cuando in...
A veces pienso que Dios me tiene un tipo de desprecio inmerecido,
y me sumerjo en olas de desaliento continuo,
a veces solo quiero que un ciclo finalice para dejar de sufrir,
y otras clamo con dolor preferir morir.

Yo no sé por qué me gusta lo difícil,
yo no sé por qué me aferro a lo imposible,
yo no sé por qué no salgo huyendo de antemano,
yo no sé por qué no he decidido rendirme.

No solo son un par de bellos ojos y un atractivo inmenso,
no es la simple virtud de su pasión lo que enamora,
no es conocer aquello que en su vida añora,
es que no dejo de pensarla a toda hora.

Y si mis poemas no son de su agrado o incumbencia,
y si mis manos han dejado de ser trascendencia,
por lo menos debería yo de aceptar con paciencia,
que no valgo más, y solo he sido una experiencia.

Experiencia

Por
A veces pienso que Dios me tiene un tipo de desprecio inmerecido, y me sumerjo en olas de desaliento continuo, a veces solo quiero que un ...
El único atributo que realmente me atrae en una dama, o en otro ser humano, es la admiración que me pueda causar; atrás quedó el tiempo en el que las apariencias para mí lo eran todo, o en donde con el solo hecho de saber sentirme bien junto a alguien era motivo suficiente para amarle; no señores, yo no estoy corriendo en esa categoría, yo soy de los que hacen y hacen con convicción y capacidad, de los que no se rinden.

Una vez me dijo una persona a la que quiero mucho: "Es impresionante lo que logras cuando te lo propones, tu determinación es tal que no te rindes nunca." Y bien, tiene toda la razón del mundo; a mí me ha dado de golpes la vida como no tienen idea, me han despreciado y rebajado por diestra y siniestra, me han insultado y han tratado de denigrar mi ética y potencialidad con frases y hechos de lo más ruin; pero aquí sigo, continuo esforzándome.

Una mala cara ante una situación deplorable es lo más que van a conseguir mis transgresores por parte mía; y en mi corazón estará siempre la dicha de saberme mejor que ellos en consecuencia a la toma de decisiones donde días, meses o años posteriores los estaré viendo muy por encima de su nivel.

Así soy, exijo demasiado porque me exijo demasiado a mí mismo. Rendirme no está entre mis planes, aunque sí sé saltar la caca que se me atraviesa o barrer con la basura que se presente en el camino. No temo a las personas con cualidades extraordinarias del mismo modo que no temo afrontar y aceptar mis debilidades; porque ciertamente no hay crítico más feroz para conmigo mismo que el que me ve al espejo.

Podrán decir de mí lo que quieran podrán enaltecerse todo el tiempo; vaya que he visto pasar nombres de los que ni siquiera pretendo hablar derrumbándose al intentar destruir mi inminente capacidad. No es orgullo, para nada; es la consecuencia de años de galope incesante en un campo repleto de obstáculos.

Soy el terror de mis enemigos, pero mi sutileza es tal que se dan cuenta que los he dejado atrás únicamente cuando estoy tan lejos que no alcanzan ni a estimar cómo emparejarse. Pero es verdad: Todos los días me toca recibir lecciones, cada noche tengo humildad por procesar, cada día hay situaciones que hacen daño a mi vivir, pero mi confianza no está aquí, no está en el ahora, no está puesta en alguien más.

Soy alguien que prefiere mantenerse en armonía interna y con el ambiente. Atrás quedó el que peleaba por todo, el que se quejaba de la vida misma. Pero sigo creciendo, sigo aprendiendo, sigo luchando contra mis propios instintos terrenales y naturales, sigo aceptando que hay muchos mejores que yo en todos los campos, sigo enfrentando mis miedos y a mí mismo siempre. El fin lo vale.

Admiración

Por
El único atributo que realmente me atrae en una dama, o en otro ser humano, es la admiración que me pueda causar; atrás quedó el tiempo en e...
Me gusta creer que en muchos sentidos los seres humanos somos semejantes a las computadoras.
Tenemos un sistema operativo que se encarga de la toma de decisiones, tenemos memoria RAM que funciona a corto plazo y un disco duro para almacenar los recuerdos del pasado. Poseemos la capacidad de adaptarnos a periféricos externos siempre y cuando éstos sean compatibles con nosotros.

El microprocesador es la parte central en el proceso de datos, el cerebro en función de la ejecución óptima de soluciones, hay quienes, poseen unos de mayor o menor procesamiento; además, habemos muchos que nos apoyamos de procesadores gráficos considerados como auxiliares para asegurar una mejor función procedural.

La tarjeta madre, es eso a lo que los periféricos externos buscan hacer conexión con nosotros; sin importar el gabinete que nos contenga, es el núcleo en el que se almacenan los demás circuitos importantes y hace funcionar todo el esquema; justo como el alma. La batería, es la chispa de vida que mantiene activo al reloj sin la que sería imposible poner a funcionar todo el sistema de hardware y software; el espíritu mismo de un ser vivo.

A veces, al igual que las computadoras, nos quedamos colgados intentando abrir una aplicación, y la solución más simple es resetear (apagar y encender) para que los circuitos integrados vuelvan a un estado conocido inicial y que algunos procesos que afectan el buen andar del equipo dejen de interrumpir.

El hardware es todo eso que llamativo a la vista que nos hace desear un equipo de cómputo; el software es lo que en cuanto a funcionalidad, poder y capacidad nos dará mejores resultados a largo plazo. Lamentablemente como en la vida real, tenemos la mala costumbre de elegir por lo que vemos, pues a veces no tememos siquiera la necesaria interacción con interfaces desconocidas y nos dejamos llevar por lo que a simple vista parece ser mejor.

Las aplicaciones son aquellas actividades para las que ha sido preparado el entorno de trabajo; las hay en todas las categorías: Desde financieras, de datos, de edición, de diseño, de administración, de ingeniería, de juegos, de deportes; infinidad de capacidades para las que un equipo puede adaptarse.

Al igual que a un ser humano, lo que hace a una máquina obsoleta o fallida es la falta de prevención y mantenimiento; el abuso excesivo de sus funcionalidades y la baja capacidad de adaptación con el entorno. Básicamente, un hardware o un software sin actualización constante, va a ser un costoso y voluminoso pisapapeles al cabo de poco tiempo.

Quiero agradecer a mi core por ser tan apto a la hora de procesar eventos; definitivamente me muevo en entornos de desarrollo libre y espero que mis capacidades de adaptación y multiproceso sean suficientes para el esquema al que haya que someterme; y si no, como buen anfitrión que soy, estoy abierto a periféricos y adaptaciones en mi interior para no dejar de competir en el mercado del supercómputo.

Computadoras

Por
Me gusta creer que en muchos sentidos los seres humanos somos semejantes a las computadoras. Tenemos un sistema operativo que se encarga de...
Cuatro de la mañana y contando, una hora tendido con el cuerpo sumergido en excitación; en dónde se meten la tranquilidad y la calma cuando más las necesito; definitivamente el dolor y aporreo en el cuerpo no se compara con esta fuerza que aflige mi alma, este poderoso sentimiento por explotar.

Cuando vives una vida distante socialmente hablando para evitar herir mentes débiles y susceptibles, dependes mucho de la efusividad y actividades entre las que te desempeñas; detestas el fracaso, la insolencia, el drama y la falta de acción, porque necesitas en tu ser que esa chispa enérgica continue haciendo para evitar enloquecer.

No es dolor solamente, es la testosterona cargada en las venas la que quiere salir de ahí; sin miedo a ser lo que te vuelva feroz, lo que te controle, lo que domine la sobriedad de tu cerebro, esa la parte bestial de la que siempre hablas cual horroroso ser no quieres volver a dejar emanar de ti por protección de la piel ajena.

La salvaje alma del hombre no puede ser contenida o controlada fácilmente, resulta más simple encerrarlo y dejarlo pasar, que se tranquilice, que pierda la consciencia un rato, un par de horas quizá, que se relaje mientras con apasionadas letras desmenuza los minutos al claudicar.

No importa lo cansado que te encuentres, si te acostaste a dormir tarde o temprano, si estuviste o no cerca de alguien amado, no importa nada, solo que esa sensación de incontrolable deseo vuelve; y a su regreso trae consigo mayor intensidad que la última vez, y no sabes qué hacer, por lo que empiezas a divagar entre las opciones que tienes, y actúas...

Así inician los textos de extrañas categorías, los que están ligados a palabras y frases incomprensibles, los que han surgido por la simple necesidad de domar esta parte de mí que por mucho que la quiera ocultar sigue viva, vigorosa y está molesta.

Atrás quedaron los días en los que satisfacer ese fuego era cosa de adentrarme a la lectura enardecida; ahora, con toda esta energía encima, incluso durmiendo poco, los poros quieren más, mucho más; el despertar de la ansiedad no se esgrime ni evade, simplemente se deja ser, como tal, esta adicción podrá llamarse coloquialmente como gusten dependiendo la sociedad y la época, pero solo yo sé lo que es.

Del anonimato he tenido que aprender mucho solo para evitar el clamor ajeno en calidad publicitaria; puesto que nada es más importante para el que redacta que la supresión de la fama y la permanencia en una reconfortante área lúgubre; desde la oscuridad hasta lo sumo, esa fase ausenta continuas historias en mi potencial vivir.

Salvaje

Por
Cuatro de la mañana y contando, una hora tendido con el cuerpo sumergido en excitación; en dónde se meten la tranquilidad y la calma cuando ...