A veces pienso que Dios me tiene un tipo de desprecio inmerecido,
y me sumerjo en olas de desaliento continuo,
a veces solo quiero que un ciclo finalice para dejar de sufrir,
y otras clamo con dolor preferir morir.

Yo no sé por qué me gusta lo difícil,
yo no sé por qué me aferro a lo imposible,
yo no sé por qué no salgo huyendo de antemano,
yo no sé por qué no he decidido rendirme.

No solo son un par de bellos ojos y un atractivo inmenso,
no es la simple virtud de su pasión lo que enamora,
no es conocer aquello que en su vida añora,
es que no dejo de pensarla a toda hora.

Y si mis poemas no son de su agrado o incumbencia,
y si mis manos han dejado de ser trascendencia,
por lo menos debería yo de aceptar con paciencia,
que no valgo más, y solo he sido una experiencia.

Experiencia

Por
A veces pienso que Dios me tiene un tipo de desprecio inmerecido, y me sumerjo en olas de desaliento continuo, a veces solo quiero que un ...
El único atributo que realmente me atrae en una dama, o en otro ser humano, es la admiración que me pueda causar; atrás quedó el tiempo en el que las apariencias para mí lo eran todo, o en donde con el solo hecho de saber sentirme bien junto a alguien era motivo suficiente para amarle; no señores, yo no estoy corriendo en esa categoría, yo soy de los que hacen y hacen con convicción y capacidad, de los que no se rinden.

Una vez me dijo una persona a la que quiero mucho: "Es impresionante lo que logras cuando te lo propones, tu determinación es tal que no te rindes nunca." Y bien, tiene toda la razón del mundo; a mí me ha dado de golpes la vida como no tienen idea, me han despreciado y rebajado por diestra y siniestra, me han insultado y han tratado de denigrar mi ética y potencialidad con frases y hechos de lo más ruin; pero aquí sigo, continuo esforzándome.

Una mala cara ante una situación deplorable es lo más que van a conseguir mis transgresores por parte mía; y en mi corazón estará siempre la dicha de saberme mejor que ellos en consecuencia a la toma de decisiones donde días, meses o años posteriores los estaré viendo muy por encima de su nivel.

Así soy, exijo demasiado porque me exijo demasiado a mí mismo. Rendirme no está entre mis planes, aunque sí sé saltar la caca que se me atraviesa o barrer con la basura que se presente en el camino. No temo a las personas con cualidades extraordinarias del mismo modo que no temo afrontar y aceptar mis debilidades; porque ciertamente no hay crítico más feroz para conmigo mismo que el que me ve al espejo.

Podrán decir de mí lo que quieran podrán enaltecerse todo el tiempo; vaya que he visto pasar nombres de los que ni siquiera pretendo hablar derrumbándose al intentar destruir mi inminente capacidad. No es orgullo, para nada; es la consecuencia de años de galope incesante en un campo repleto de obstáculos.

Soy el terror de mis enemigos, pero mi sutileza es tal que se dan cuenta que los he dejado atrás únicamente cuando estoy tan lejos que no alcanzan ni a estimar cómo emparejarse. Pero es verdad: Todos los días me toca recibir lecciones, cada noche tengo humildad por procesar, cada día hay situaciones que hacen daño a mi vivir, pero mi confianza no está aquí, no está en el ahora, no está puesta en alguien más.

Soy alguien que prefiere mantenerse en armonía interna y con el ambiente. Atrás quedó el que peleaba por todo, el que se quejaba de la vida misma. Pero sigo creciendo, sigo aprendiendo, sigo luchando contra mis propios instintos terrenales y naturales, sigo aceptando que hay muchos mejores que yo en todos los campos, sigo enfrentando mis miedos y a mí mismo siempre. El fin lo vale.

Admiración

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El único atributo que realmente me atrae en una dama, o en otro ser humano, es la admiración que me pueda causar; atrás quedó el tiempo en e...
Me gusta creer que en muchos sentidos los seres humanos somos semejantes a las computadoras.
Tenemos un sistema operativo que se encarga de la toma de decisiones, tenemos memoria RAM que funciona a corto plazo y un disco duro para almacenar los recuerdos del pasado. Poseemos la capacidad de adaptarnos a periféricos externos siempre y cuando éstos sean compatibles con nosotros.

El microprocesador es la parte central en el proceso de datos, el cerebro en función de la ejecución óptima de soluciones, hay quienes, poseen unos de mayor o menor procesamiento; además, habemos muchos que nos apoyamos de procesadores gráficos considerados como auxiliares para asegurar una mejor función procedural.

La tarjeta madre, es eso a lo que los periféricos externos buscan hacer conexión con nosotros; sin importar el gabinete que nos contenga, es el núcleo en el que se almacenan los demás circuitos importantes y hace funcionar todo el esquema; justo como el alma. La batería, es la chispa de vida que mantiene activo al reloj sin la que sería imposible poner a funcionar todo el sistema de hardware y software; el espíritu mismo de un ser vivo.

A veces, al igual que las computadoras, nos quedamos colgados intentando abrir una aplicación, y la solución más simple es resetear (apagar y encender) para que los circuitos integrados vuelvan a un estado conocido inicial y que algunos procesos que afectan el buen andar del equipo dejen de interrumpir.

El hardware es todo eso que llamativo a la vista que nos hace desear un equipo de cómputo; el software es lo que en cuanto a funcionalidad, poder y capacidad nos dará mejores resultados a largo plazo. Lamentablemente como en la vida real, tenemos la mala costumbre de elegir por lo que vemos, pues a veces no tememos siquiera la necesaria interacción con interfaces desconocidas y nos dejamos llevar por lo que a simple vista parece ser mejor.

Las aplicaciones son aquellas actividades para las que ha sido preparado el entorno de trabajo; las hay en todas las categorías: Desde financieras, de datos, de edición, de diseño, de administración, de ingeniería, de juegos, de deportes; infinidad de capacidades para las que un equipo puede adaptarse.

Al igual que a un ser humano, lo que hace a una máquina obsoleta o fallida es la falta de prevención y mantenimiento; el abuso excesivo de sus funcionalidades y la baja capacidad de adaptación con el entorno. Básicamente, un hardware o un software sin actualización constante, va a ser un costoso y voluminoso pisapapeles al cabo de poco tiempo.

Quiero agradecer a mi core por ser tan apto a la hora de procesar eventos; definitivamente me muevo en entornos de desarrollo libre y espero que mis capacidades de adaptación y multiproceso sean suficientes para el esquema al que haya que someterme; y si no, como buen anfitrión que soy, estoy abierto a periféricos y adaptaciones en mi interior para no dejar de competir en el mercado del supercómputo.

Computadoras

Por
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Cuatro de la mañana y contando, una hora tendido con el cuerpo sumergido en excitación; en dónde se meten la tranquilidad y la calma cuando más las necesito; definitivamente el dolor y aporreo en el cuerpo no se compara con esta fuerza que aflige mi alma, este poderoso sentimiento por explotar.

Cuando vives una vida distante socialmente hablando para evitar herir mentes débiles y susceptibles, dependes mucho de la efusividad y actividades entre las que te desempeñas; detestas el fracaso, la insolencia, el drama y la falta de acción, porque necesitas en tu ser que esa chispa enérgica continue haciendo para evitar enloquecer.

No es dolor solamente, es la testosterona cargada en las venas la que quiere salir de ahí; sin miedo a ser lo que te vuelva feroz, lo que te controle, lo que domine la sobriedad de tu cerebro, esa la parte bestial de la que siempre hablas cual horroroso ser no quieres volver a dejar emanar de ti por protección de la piel ajena.

La salvaje alma del hombre no puede ser contenida o controlada fácilmente, resulta más simple encerrarlo y dejarlo pasar, que se tranquilice, que pierda la consciencia un rato, un par de horas quizá, que se relaje mientras con apasionadas letras desmenuza los minutos al claudicar.

No importa lo cansado que te encuentres, si te acostaste a dormir tarde o temprano, si estuviste o no cerca de alguien amado, no importa nada, solo que esa sensación de incontrolable deseo vuelve; y a su regreso trae consigo mayor intensidad que la última vez, y no sabes qué hacer, por lo que empiezas a divagar entre las opciones que tienes, y actúas...

Así inician los textos de extrañas categorías, los que están ligados a palabras y frases incomprensibles, los que han surgido por la simple necesidad de domar esta parte de mí que por mucho que la quiera ocultar sigue viva, vigorosa y está molesta.

Atrás quedaron los días en los que satisfacer ese fuego era cosa de adentrarme a la lectura enardecida; ahora, con toda esta energía encima, incluso durmiendo poco, los poros quieren más, mucho más; el despertar de la ansiedad no se esgrime ni evade, simplemente se deja ser, como tal, esta adicción podrá llamarse coloquialmente como gusten dependiendo la sociedad y la época, pero solo yo sé lo que es.

Del anonimato he tenido que aprender mucho solo para evitar el clamor ajeno en calidad publicitaria; puesto que nada es más importante para el que redacta que la supresión de la fama y la permanencia en una reconfortante área lúgubre; desde la oscuridad hasta lo sumo, esa fase ausenta continuas historias en mi potencial vivir.

Salvaje

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Cuatro de la mañana y contando, una hora tendido con el cuerpo sumergido en excitación; en dónde se meten la tranquilidad y la calma cuando ...
¿Y si supieras que no solo los músculos producen atracción y que más allá de lo que se ve está aquello que no en su alma?

¿Y si supieras que soy quien conoce cada una de las marcas de su piel y por placer deduzco que mucho antes que tú también?

¿Y si supieras que no me interesa determinar qué tanto soy mejor puesto que cual animal se nota los golpes en tu cráneo han sido duros?

¿Y si supieras que no temo a tu poder puesto que la brillantez jamás ha cedido ante la insolencia de la incapacidad intelectual?

¿Y si supieras que ser un cavernícola, como tal, podrá hacer que conquistes y a la fuerza mantengas a tu presa, pero jamás su corazón?

¿Y si supieras que a mí me piensa y busca, mientras tú haces lo mismo para con ella, puesto que cada entraña de su ser reacciona a partir de algo en lo que jamás me igualarías?

¿Y si supieras que sufre en silencio por no estar conmigo, mientras tú con chantajes y lavados cerebrales intentas demostrar cuán bueno eres?

¿Y si supieras que te envidian todos mis sentidos, pero cual poderoso Señor, no hay por qué rendirse ante un jinete falto de acción?

¿Y si supieras que sé muy bien que lo que de ti le atrae no es lo que en función de lo que no puede ver está, consiguientemente, al paso de los días simplemente se hartará de la misma basura que le ofreces y nada más?

¿Y si supieras que no me interesa ser predecesor o sucesor de nadie; pues yo soy, estoy, estuve y siempre estaré ahí, sin importar quién muera o exista al rededor de su alma?

¿Y si supieras que teme por mi integridad, que muere por volver a tenerme cerca pero tu imponente falta de competitividad la hace soportarte antes de renegar?

Te voy a confesar algo, a ti amigo mío: Considero que tus gustos son espectaculares. Lamentablemente lo que tú crees conocer de mí, cuanto crees haber podido averiguar, por impresionante que sea, no determina toda mi capacidad. Así que, estando en este derroche de sinceridad; sí, sé que disfruta contigo, deseando que ojalá fuera yo.

Finalmente quiero pedirte, por favor; que dejes de mencionarle que te has enterado de mí. Honestamente soy mucho mejor que tú en todos los aspectos, lo acepto, pero si está contigo es por algo, por algo muy simple de hecho: Porque sigue sintiéndose insuficientemente capaz de mantener la cordura al estar conmigo. Así que cuídala mientras puedas y cállate ya, que es lo mejor a lo que has aspirado nunca en tu existencia. Cavernícola fastidioso de quinta.

Cavernícola

Por
¿Y si supieras que no solo los músculos producen atracción y que más allá de lo que se ve está aquello que no en su alma? ¿Y si supieras q...
Me desperté a las tres de la mañana sin saber por qué, sin saber a qué razón se debe el estar aquí a esta hora redactando esto. Probablemente extraño a alguien, probablemente extraño todo, probablemente necesito seguir aceptando lo que soy y caminar por dejar atrás lo que me hace daño.

Es como si me hubiese levantando sufriendo por amor, cuando cada día desde que tengo memoria, el amor ha estado ahí conmigo haciéndome segunda en mis más tristes experiencias y las felices sin duda.

Es como si necesitara paz, cuando incluso entre tormentosos entornos, cuando he vivido horrores circunstanciales, cuando todo está perdido al parecer, siempre encuentro ese espacio de introspección y alcance del cenit mental que vuelca en paz interna.

Es como si me faltaran alegrías, pero vaya que las tengo, no hay mucho de qué quejarme de hecho, pues siempre que he necesitado de algo termina llegando a mí.

Lo que pasa, querido amigo lector, es que mis frustración muere tanto antes de que se cumpla, que no me doy cuenta en el momento que pasé del camino del fracaso al de la victoria en un determinado tema.

Me estoy despidiendo un poco del yo que conozco, de la falta de aprendizaje, de la auto decepción y estoy aceptando lentamente ser quien soy con todos los aspectos que eso involucra; es decir, no pienso en ningún momento dejar de luchar por ser mejor humano, pero quiero ser realista al percibir mi entorno tal cual es, con todas las bondades que me ha brindado.

Me asustan los tropiezos, me quejo de los baches, me intrigan las curvas interminables; pero aquí sigo, andando y de pie, sin ser la ocasión de caer para nadie, sin buscar ser un ejemplo a seguir por nadie, entre las sombras, haciendo por mi bien, por salir de mis malos pasos e ingresar sutilmente al camino de la bendición continua.

Ayer en la noche, estuve a punto de llorar, porque me desesperé ante la falta de resultados palpables en mi vida; ante mi soledad, ante lo complicado que parece que mi trabajo será y el que no he entendido todavía las cosas correctamente. Hoy es probable (o al menos eso deduje después de pensarlo mientras escribía estas líneas) que eso me haya despertado más temprano lo habitual, ni hablar, quiero seguir adelante.

Tres

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Me desperté a las tres de la mañana sin saber por qué, sin saber a qué razón se debe el estar aquí a esta hora redactando esto. Probablement...
Pensaba en la mujer perfecta, en enamorarme de alguien que no tuviera igual, en una que me cambiara la vida, que me ayudara a crecer, que me motivara a ser excelente, que me llevara de la mano sin miedo, que se abrazara de mí y me llenara de su confianza, que esperara lo mejor de mí y me brindara lo mejor de ella, pensaba encontrar a la mujer cuya imagen en mi mente evolucionara cada día conforme mi amor por ella crecía, y qué creen, la encontré...

Y al mismo tiempo no pudo encontrarla. Porque lo descubrí recientemente, todas las mujeres son arte, todas y cada una de las que conocí me motivaron a crecer, me ayudaron a ser una gran persona, me acompañaron sinceras y se entregaron a mí con confianza, todas me demostraron que son perfectas; por eso me terminé enamorando de todas.

Y ahora estoy en medio de esta encrucijada; de decidir si una me merece más que las demás. La verdad es que no, no me puedo decidir en toda mi sabia expresión entre ellas, todas son magníficas y potenciales; todas me hacen, cada una con su propia naturalidad, sensualidad y pasión, venir de menos a más a amarlas, a adorarlas, a venerarlas, a tenerlas como el más sumo regalo que Dios pudo ofrecernos.

Entonces, cuánto es el amor que el mismo Dios puso en mí para admirarlas a cada una de ellas; ni idea, creo que es incalculable; quiero estar bien con todas, que vean en mí a un leal amante, un sincero y sabio confidente, un delicioso acompañante. Quiero que sepan que en mí pueden aspirar a lo que gusten, que no voy a juzgarlas, que no voy a endulzarles el momento solo para aprovecharme de eso.

Confío en haber encontrado a la mujer perfecta en ti, bonita dama que lees esto para ti misma; quiero que sepas que toda la belleza del mundo está ahí por el simple hecho de hacerte compañía, de no dejarte siendo la única hermosura al rededor; quiero que comprendas que no es el aspecto físico lo que te hace una amante perfecta, ni la mirada sensual, mucho menos tu forma de andar o vestir; que te quede claro que es tu potencial, tu naturalidad y tu preciosa feminidad lo que hace que seas la mujer de mis sueños, la poseedora de mis caricias cuando nadie más te ve, la que se lleva mis besos consigo y hace de ellos una impresión permanente.

No; sé que no soy el amante perfecto. Soy elocuente mientras lo digo; pero qué más bello hay que poder declararles mi amor desde ya con toda sinceridad que volverme loco en el intento de decidir si una es más que otra cuando todas para mí son la viva imagen de la perfección en diversas perspectivas; prefiero morir hablando palabras sinceras antes que quedar como alguien que nunca dijo lo que piensa por temor a lo que el juicio ajeno haga de sí mismo.

Recuerden que es fácil criticar y desmenuzar vidas en base a opiniones; lo verdaderamente valioso es aceptar que la excitante cercanía y honestidad de otro ser es lo que nos lleva a creer y amarle. Por eso les declaro mi amor completo, real, inmenso, permanente; mujeres en mi vida, gracias por estar ahí, gracias por seguir dándome tanto de ustedes, gracias por motivarme a despertar cada mañana creyendo que me enamoraré en el transcurso del día varias veces más con el solo hecho de pensarlas, de verlas pasar, de saberlas cerca. Son una bendición para mi vida, las amo.

Mujer

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Pensaba en la mujer perfecta, en enamorarme de alguien que no tuviera igual, en una que me cambiara la vida, que me ayudara a crecer, que me...