En la versión original de la historia, éste papel (banal si así quieres considerarlo) lo tenías que leer posterior a una consecución de sorpresas ”agradables“, con tarjetas de regalo, cada una más significativa que la anterior, hasta llegar a esto, que es lo que más vale para mí, pues representa las esperanzas completas de un amante sincero y es literal de vida o muerte, una vida de alegre comunión, o muerte a una pasión erróneamente dirigida.
Quisiera ya tener Internet en casa para buscar otro tipo de maneras de sorprenderte, aunque para mi sorpresa (redundantemente hablando), es algo que detestas. Lo que nos envía a una situación mal documentada del clásico juego de Mario, en el que tú tienes el rol homónimo del principal, al final del camino se localiza Peach fungiendo como tu felicidad después de muchos obstáculos, y yo con el rol de un Luigi, que ya es feliz porque tiene a Daisy, pero le interesa ayudar a su amigo a conseguir su objetivo; ante cada constante ”NO“ al final del día (que podríamos tomar como Bowser), me puedo sentir incompetente y cual no deseado, simplemente por procurar tu bien.
Recapitulando, puede o no serte en algo útil mi ayuda, pero el mérito es y siempre será tuyo, no pretendo robarte la gloria y mucho menos dejarte sin tu ansiada felicidad.
Del completo anonimato a que recuerdes mi nombre existe mucha diferencia, y me regocijo en saber que al menos en calidad de estorbo existo para ti, me maravillo de comenzar a entender tu percepción del entorno; pero sin mentiras, a veces solo quiero comprenderte más, pues en tu hermetismo hasta ahora me ha sido imposible identificar si también sientes un ”cosquilleo“ por mí, o solo es un mecanismo tuyo, una manera de reaccionar prefiriendo dejar de hablar.
Medito en todo, le agradezco a la vida que hayas olvidado o no tomes a consideración muchos de mis errores, eso me hace en cierto sentido especial, pero como dije antes, probablemente no comprendo el espectro al que nos referimos y ese nivel de ”especialidad“ podría ser advertido nada más como la mera lástima que se siente por un niño de la calle que pide al no tener qué comer; o bien podría ser correlacionada, al grado que sí tenga mucho qué ver que sea yo para que muestres ciertas libertades estando conmigo.
No te voy a mentir, siento que vivo en medio de una encrucijada, quiero hacer lo correcto y no pretendo herirte, ofenderte o alejarte más, aunque probablemente ya estás tan lejos de mí que cualquier reacción sería de acercamiento. Así soy yo de analítico, así es mi día a día, ojalá puedas con eso, pues a mí me encantaría.
Ya andando en ésta línea de conversación quiero informar que en definitiva no me interesa abolir el trono que en tu corazón se encuentra; prefiero ser discreto, tal vez un caballero o alguien cercano a la corona, pero sin intenciones ocultas, alguien que ame y admire a quien tengas situado en la posición de rey, con vehemencia y honra como debe de ser, probablemente digno de la confianza del mismo.
Así me visualizo, en un montón de ejemplos como estos, provenientes de diversos universos y planos existenciales. Si me ves como un loco, acepto el mote sin chistar, si crees que debería desde hace mucho tiempo de haber salido huyendo de tu presencia, te equivocas lamentablemente; porque estoy convencido de mi perseverancia y sé ferviente cuánto vale tenerte en mi vida, llámese quizá un instante, pero cualquier destello de armonía que exista entre los dos por mí será bien recibido; no se diga menos de todos aquellos beneficios que hasta ahora ignoraba ciegamente y ya sostengo como consecuencia de haberte conocido, directa o indirectamente hablando, gracias por existir.
Tu esencia, tu voluntad, tu belleza, tu fortaleza, tu inteligencia, tu paranoia, tu exageración, tu dramatismo, tu desesperación, tu inaccesibilidad, tu clase, tu misericordia, tu cultura, tu protección, tu gentileza, tu instrucción, tu temple, tu dulzura y tu generosidad, solo son algunas de las cosas que me abren los ojos y me hacen aprender de ti a cada momento.
Quiero que quede claro que esta es una carta abierta, paciente y armónica que no pretende sacarte de tu sana manera de vivir o aterrarte ante un yo acosando posiblemente desesperado por tu aceptación. Es un documento escrito en partes y reflexionado durante al menos un par de sesiones, que trata de exponer claramente mis emociones y quizá mis no muy buenas intenciones.
No digo que sea una narrativa perfecta, o que de un contrato pasional se trate; porque bien he comprendido ya que cuanto más intento aproximar a ti el tesoro que mi alma representa, juegas o batallas cual guerrero sobreviviente dando un poco y alejándote suficiente para no salir tocada.
No soy rico ni famoso, Dios con su gran sabiduría prefirió dotarme de algo más maravilloso: buen gusto. Pues soy de los que prefieren morir entre las sombras tras una dichosa vida, antes que buscar poder, glorias o romances. Me bendijo con valores de los que algunos se burlarían, otros me felicitarían y unos más se sorprenderían.
Por ejemplo: Sé pensar, tengo la capacidad de sincerarme con las personas pues no tengo nada qué ocultar, mis dones de discernimiento son sutiles y agudos, soy tenaz y contundente, realista en todo lo posible con un toque de ilusión, intrépido y enérgico diluido con prudencia, determinado en cuanto a decisión, entregado verdaderamente y no de labios solamente, sé disfrutar cada escenario, momento y modo que se me presenta, he aprendido a esperar paciente, soy bastante agradecido con la vida que vivir me ha tocado, y aunque he atravesado momentos crueles, no por propia fuerza únicamente, pero con sabiduría y armonía para con el entorno, cada uno de ellos he superado sabiamente. No temo por mis males ni busco el mal ajeno, cuando amo protejo y defiendo; aunque me canso, mi tiempo de reposición es relativamente bajo, y soy honesto al grado de rozar ligeramente las líneas del cinismo.
Cínico a un nivel en el que puedo declarar a viva voz lo bien que me sentaría escuchar un ruego, una súplica o un gemido proveniente de ti. Tanto que cada poro de mi piel a veces ruega por atención a un nivel en el que requiero que mi mente dome al resto de mi cuerpo, como mi respiración, mi aliento y ritmo cardiaco, solo para sentir las feromonas que emana tu ser sobre mí mientras acariciando tu cabello imagino qué tan fuerte podría jalarlo, qué tan duro podría estrujar tus trabajadas piernas con mis manos, o qué tan excitante será recorrer cada espacio de tu cuerpo a besos dibujando un mapa con mi lengua sobre ti, qué tan glorioso averiguar la fortaleza de tus músculos tras un dulce pero atrevido azote.
Así es como divaga mi mente entre la perdición que tu cuerpo representa, y luego vuelve en sí, al recordar que tu personalidad es una delicia mayor en aquello que te has atrevido a presentarme; pues entre cada queja, cada risa, cada emoción y cada charla rimbombante se esconde una preciosa dama, una mujer impresionante... ¿Y si pudiera poner mi oído en tu pecho y escuchar el palpitar de tu corazón? ¿Y si me quedara dormido sin deseos de despertar abrazado de ti? ¿Y si lograra al final que te enamoraras de mí? Habría mucho qué cuidar, pero lo haría sin dudar, con toda mi vida.
Sin embargo soy consciente de las cosas que me has dicho, estoy plenamente advertido de tu falta de interés en mí, estoy también informado de que no te asimilas a mi lado en tiempo presente; pero incluso sabiendo eso estoy vivo, tengo sentidos y alcanzo a sumergirme en ciertas actitudes que al tener cerca tu persona puedo distinguir, sin alardear de nada, solo sé.
No te voy a emocionar, no tengo conocimientos de medicina, psicología o química para entender los procesos que ocurren internamente cuando estamos juntos, y en definitiva no me interesa convencerte de algo que tú misma no quieras aceptar que experimentas, porque al final puedo quedar solamente como eso, como un montón de palabras dispersas en un pasado al que le prohibiste un futuro por culpa de los temores del presente.
Sé que eres una fiera, una leona capaz de desmenuzarme si te lo propones en cuestión de segundos, que simple es para ti acabar conmigo si intento hacer de más, si avanzo por mi cuenta y parpadeo siquiera, me puedes devorar.
Es aquí a donde precisamente me interesaba llegar, teniendo todas esas ventajas a tu favor para acabar asesinando cualquier esperanza en mi corazón por estar contigo, cómo es que después de cada muestra de desaire sigo en pie cada vez con más fuerza, admirando y suspirando a cada muestra de tu benevolencia y misericordia para conmigo. Es parte de la claridad que existe dentro de mi mente al tener presente que por mucho que lo anhele, sigue sin existir nada; pero la ventaja en eso es que el máximo dolor que puedo experimentar con tu rechazo es el mismo que ahora que no te tengo experimento a cada segundo, pues ni un poco más ni un poco menos podría variar absolutamente nada hasta el momento en comparación a ser ignorado.
También me he hecho a la idea de que a sus ojos jamás seré el hombre perfecto; por mucho que intente ser justamente lo que necesitan, sé que siempre dejaré qué desear, pues no soy todo lo maravilloso cuanto ustedes se merecen.
Por eso te propongo un trato, yo estoy seguro de que hay cosas de mí que no te gustan como a mí de ti que tampoco, pero está la otra parte, ambos sabemos que hay cosas que nos fascinan a uno del otro. Por tanto, pido la oportunidad, solo unos días, de experimentarnos, de hablar cuando la luna brille, de mirarnos a los ojos mientras eso pasa y de abrirnos mutuamente sin hablar de otra cosa, sin que nada se interponga o nos interrumpa; sé lo difícil que es para ti, por cuestiones de agenda y límites personales (a lo que respondo con hechos, para que por favor razones que no soy alguien que pretenda algún mal para ti).
Bien, como podrás notarlo, me apasiona tanto el siquiera pensarte que escribirte para mí es glorioso, una dicha y un placer inmenso. Eso que no he contado nada acerca de lo que he conocido de ti, ni pretendo hacerlo, pues hay información que atesoro en mi corazón bajo un cerrojo que prefiero llevar conmigo a la tumba.
¿Qué dices al reto? ¿Puedes regalarme el tiempo? ¿Te atreves siquiera a confiar en mí? Que no baste con eso, que me permitas ser, sin miedos, el único que en el momento se dirija a ti con alegría; y es que hasta ahora te confieso que aproximarme e incluso tocarte no ha sido más que mi agonía.
No sé si notas toda esa frustración y deseo corriendo por mis venas al sentirte, si determinas lo lejos que viajo al olfatear a ojos cerrados memorizando el delicado perfume de las cremas corporales que utilizas, si experimentas un poco del calor que hierve en mis adentros mientras mis ojos a tu persona observan atentos, si saboreas como yo la delicadeza de uno que otro beso, si te das cuenta de lo loco que tu voz me vuelve al escucharte tendida al lado mío. Pero bien puedo hablar de hermosura o de bellos momentos, conozco lo romántico y pasional que puedo llegar a ser siendo sincero, y no hay más por entender que por males de amor soy de los que muero.
Por eso decidí determinadamente escribir con letras, entre el horror a un posible desprecio venidero, y el esplendor ante que seas capaz de aceptar que con pecados y miedos, prefiero me conozcas entero.
Daría lo que fuera por ser el hombre de tus sueños, pero te juro solemnemente y con la mano en el pecho que prefiero ser real y verdadero, aunque un ”chango maltrecho“, fundamentar cada una de las cosas que te digo con hechos.
Alguien me dijo un día que estoy hecho a base de sufrimientos, pues la vida de por sí pesada, y a mí me atrae de todo lo más complejo. Pero mi corazón, aunque de pollo, ha aprendido a recuperarse de uno que otro pisotón, patada, escupitajo y callejón de mala muerte; no espero lo peor de ti, ni lo mejor tampoco, solo quiero que sepas que me quedo con lo más bello, y eso, hasta mi muerte, te hará víctima de mis dardos gentilmente halagadores.
Y bueno, podría decir más, continuar línea por línea sollozando por una oportunidad que, si no está de ti, jamás voy a experimentar; o lo que puede ser incluso peor, tal vez obtener algo por pura lástima, cosa que no es lo que pretendo ni busco en la vida.
Como dije alguna vez, tienes tus locuras y yo las mías, por mi parte puedo intentar convivir más contigo en paz y armonía, y si tú también quieres intentar entender a este desquiciado, lunático, enamoradizo, deseoso, atolondrado, sincero, dañado, melancólico, herido, infantil, irónico, cobarde, rebelde, cínico, payaso, excéntrico, juguetón, binario, dadivoso, afortunado, eléctrico, misericordioso e intrépido corazón mío, eres bienvenida a bordo.