Si tuviera la urgencia,
de escribir una canción,
bastaría simplemente con dejar fluir el don.
Es tiempo de vivir y dejarte sentir,
que la intriga puede ser lo más bello.
No hay estrago en ello.
No es poema de amor,
ni una queja de dolor.
Es una pequeña historia que he decidido contar,
los números se me dan, no empieces a juzgar,
las rolas tienen sentido, cuando de rock las llenas,
y la música está fluyéndote por las venas.
Unos se visten de divas,
otros se llenan de pieles,
los más dementes se enferman,
fanáticos por ellos mueren.
No temas por lo que viene.
Hoy dije: La historia está escrita
con las sangre de los escogidos,
un montón afuera dormidos,
sin entender lo que digo.
Ponle ruido de fondo,
respira hondo,
empieza a gritar,
es hora de cantar.
Acaba con el silencio,
deja de ser necio,
es hora de sonar,
es tiempo de escapar.
Cantar y hasta las estrellas volar.
// Lo escribí el 16 de Abril de 2012.
Intentaré escribir esto lo más simple que pueda y sin meterme en rollos más allá de los que me tocan.
Extraño tu persona.
Es difícil no ver la etiqueta de "enviar un mensaje" de vez en cuando para saludarte por alguna red social. Yo sé que yo comencé ésto y que yo mismo lo tenía que terminar así que no me ofendo. También entiendo si no quieres responder, no puedes o no adviertes la existencia de éste mensaje.
Extraño tus consejos.
Porque aunque no lo notes cada día las personas aprendemos, y aprendemos de los mejores. He aprendido buenas cosas de ti, me he rehusado a aplicar algunas debido a lo complejo que me parecen, sin embargo, las que he considerado y he tomado para bien, me han servido mucho.
Nadie ha tenido que soportarme tanto como tú, he de ser honesto, la verdad es que con nadie me había obsesionado así, la otra verdad es que nadie había sido tan agradable para mí como en su tiempo lo fuiste tú.
Por otra parte, estoy feliz de que hagas una vida fantástica y te acompañes de una persona exitosa también, deseo de todo corazón que tu pareja emocional sea todo lo que siempre anhelaste. Que estés llena de vitalidad y energía siempre.
Finalmente, el motivo de mi escrito es rogarte hacer las paces. Sé que soy cambiante en cuanto a estado de ánimo y que muchas veces me dedico a calcular cosas que por su simple concepción son así. Bueno, eso es todo, aparte de la paz mutua me gustaría que me dieras algún consejo para ser más prudente a la hora de platicar con otra mujer inteligente como tú. Quiero saber qué debo y no debo de hacer en caso de encontrar a alguien con ligeras semejanzas. No me gustaría cometer los mismos errores que cometí contigo. Eso es todo, muchas gracias si lees el mensaje, gracias mayores si lo respondes y en caso de no gracias también por continuar ignorándome.
// Lo escribí el 4 de Marzo de 2012.
Todos cantan que la vida es bella,
todos claman y presumen su hermosura,
todos cuentan nada más que su dulzura,
sin embargo todos pasan por malos momentos dentro de ella.
Curiosidad del alma es la que nos lleva a hacer cosas locas,
como la mente pocas.
No hace falta que me quede solo para expresar mi situación,
es decoro, o conmoción.
Es el miedo a la intriga producida por el mal de amor,
no lo creo, no sé yo,
pues quien ama decide entre ser víctima o no.
Y de la mente hablar, y su poder creer,
es lo que va a pasar, de observar bien,
mentiras van, vienen también.
¿Vas a dedicar el resto de tu ser a lamentarlo más?
¿Vas a invertir tus energías en fingir?
¿Vas a inventar historias que te hagan olvidar?
¿No es más fácil simplemente dejarlo ya?
// Lo escribí el 10 de Octubre de 2011.
Yo no voy a hablar mal de ti, es tu problema. Pero me causas risa, una risa impresionante cada que te pones en esa actitud de "no me ofendas o te borro", creo que tu mentor, merece ser insultado por permitir que crecieras con semejantes broncas emocionales, por aceptarte en una carrera que tu ego no te dejaría tolerar y por consiguiente alimentar el mismo.
Esto es para que me borres de acá. Ya que la pobre niña impulsiva borra todo contacto con la cruda realidad. ¿Te juzgas? ¡Que bueno! Yo me juzgo siempre, probablemente más que tú. Juzgarte no te da el derecho de hundir moralmente a los demás, no sé cómo hacerle a partir de ahora que me mandes a volar de todo contacto, pero ciertamente sé que no voy a descansar hasta encontrarte el lado bueno.
La idiota no eres tu, soy yo, por no rendirme ante la adversidad, por creer que existe algo bueno en tu interior. Y no, no quiero contigo, vives creyendo que eres una tipa con la que anhelo estar; las personas cambian, la perspectiva de gloria a bazofia puede cambiar en un instante. No me molestas, ni me hartas, simplemente me das tristeza, no pena, tristeza; porque sé que algo hay rescatable en tu atrofiado cerebro colmado de sabiduría.
Y si no sé escribir ¿cuál es el problema? Yo no tengo problemas morales con aceptar mis errores. Yo no nací perfecto, nadie lo es, tu eres como una Mona Lisa bañada en orines. Ya me cansé de pedirte perdón todo el tiempo, ya me cansé de buscar la manera de ser gentil a tus tonterías, ya me cansé de idealizar que algún día darás la talla. Ya, de ahora en adelante buscaré nuevos medios, si jamás lo logro, ni modo, todos fracasan, pero no quedará por mí, no será mi culpa que seas tan egoísta, negligente e intolerante.
// Lo escribí el 5 de Julio de 2011.
Mira, sé que me vez como un miserable perro; pero en verdad no evito pensar en ti... No evito llorar tus ausencias, no puedo. Me daña más que no estés. Espero que en algún momento lo entiendas y me veas como alguien tan humano como tu. No puedo odiarte, no voy a maldecirte, sí voy a extrañarte en gran manera. Me detesto mucho, lo hago; pero detesto más la idea de no poder retenerte, de no poder ser alguien a quien trates como un igual, soy un jodido humano, tengo un montón de errores. Me desprecio a mí mismo muchas veces, pero te siento; me hierve saber que me odias, me quiebra que me veas como un tonto. Seguiré, lo prometo, aguantaré hasta que todo esté hecho nada. ¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Qué he hecho? ¿Quién soy yo?
Siempre dices que te aburro, que soy tal o cual cosa, siempre juzgándome sin conocerme, siempre insultándome, duele, jode, hiere. No te deseo ningún mal, tenlo por seguro, porque siempre que piense en ti, lo haré de buena manera, aunque en momentos como el actual sienta que las tripas se me tuerzan. Voy a esperar, no te quiero para mí, intento saber qué es lo que tanto detestas, lo aberrante, lo podrido, y cambiarlo. No soy ni seré tu hombre, y eso lo tengo más que claro, no eres la chica fácil que estaría conmigo. Pero déjame ser, déjame estar... No te mata tenerme, no te afecta, no te quita nada.
// Lo escribí el 6 de Junio de 2011.
Sábado por la noche. Las cosas no han ido tal como lo imaginaba. Si bien he terminado las tareas pendientes, he olvidado lo más importante. Felicitarla a tiempo. Conozco a Akire desde hace un buen rato, no es tarea, pero es algo que obviamente debí de hacer.
Me di cuenta de que no podía hacerlo, no podía comunicarle lo que sentía de ninguna manera que no fuera común. Estábamos todos de acuerdo en que ella era una chica fuera de lo común, era admirable y hermosa.
La historia que voy a contarles es de eso que nos pasó a mí y a mis otros yo previo a su cumpleaños. Tomé el móvil antes de media noche, comencé a redactar: Oh Akire, eres especial para mí, tu belleza me deslumbra y soy yo quien camina a la diestra de tu sombra, lo amo. No, demasiado cursi, me dije mientras presionaba rápidamente el botón de retroceso.
Debía ser algo mágico, pero sincero, algo grato y maravilloso, pero lógico. Además, debía ser un tanto ingenuo para evitar cualquier confusión o mal entendido del que se llamaba a sí mismo su novio.
Comencé a redactar de nuevo: Hola amiga, es un placer extremo el saber que hoy es tu cumpleaños, deseo que todas las magnificencias que tu corazón desea las poseas prontamente. No, demasiado formal. No soy su jefe, todavía.
Pensé de nuevo, el reloj pasaba de las doce ahora, era urgente que este trasto me ayudara de inmediato a encontrar la forma de demostrar los buenos deseos desde mi inspiración a aquella maravillosa chica. Observé su muro, no había nadie que la hubiera felicitado aún, era mi oportunidad perfecta, comencé a escribir de nuevo: Nena, buenos días, soy el primero en desearte un maravilloso cumpleaños, que la bondad y misericordia de los cielos se pose sobre ti este día y que juntos, si me lo permites, descubramos cada día más las verdades del universo y las apliquemos a nuestras vida, te desea de todo corazón tu amigo. No, demasiado religioso.
El reloj continuaba su camino sin descansar, necesitaba urgentemente encontrar el modo de decirle eso que siento. Pero rayos, no me salía nada, y todo lo que escribía me parecía del asco. Fui vencido por la fuerza del sueño después de las dos de la mañana, sin ideas suficientemente buenas en el cerebro.
Claro, me dije al sonar mi alarma a las siete con siete minutos del esperado día cuatro. Seré quien te levante esta mañana, mi mensaje te infundirá aliento y te dirá cuan maravilloso es para mí el haberte conocido, y lo mucho que deseo que jamás estemos alejados uno del otro. A redactar se ha dicho: Preciosa, sigo sin estar seguro de si eres o no un producto de mi imaginación, pero eres el factor clave de mis fantasías mentales. No lo sé, pero si existes, hoy cumples veinte, a partir de hoy eres para mí un ente mil por ciento "preza". De pésimo gusto, respingué mientras lo eliminaba de los borradores.
Oh rayos, tomé un puñado de agua y lo eché con fuerza en mi rostro. Me arreglé, no por ser sábado no iría a trabajar, no por ser tu cumpleaños no lo haría. Mientras me dirigía a esperar el transporte una idea llegó a mi mente: Tomaré el teléfono, siendo ya las ocho de la mañana y le hablaré, primero le cantaré las mañanitas imitando ya sea a Benito Bodoque o a Chabelo y de ahí le daré mis más sinceras felicitaciones. Mientras marcaba con el teléfono en mano una vieja idea corrompió mi decisión. ¿Quién soy yo?
Tomé el celular y nuevamente lo coloqué en el bolso izquierdo de mis jeans, es claro que había conseguido y con mucho trabajo tu número y no iba a desperdiciar mi oportunidad de conocerte con una estupidez así, debía ser más original, debía saber cómo ocultar mi excitación al escuchar por primera vez tu voz dirigirse hacia mi persona. Además, el ruido del tránsito de la ciudad me impediría escuchar a la perfección y provocaría que de vez en cuando soltara súbitos “¿qué?”. Ya en mi lugar de trabajo me armé de valor para marcar, esta vez desesperadamente porque eran las nueve y media una hora justa para marcarte, además me encontraba solo… Eso creía, hasta que atrás de mí se formó la figura de aquel que es mi jefe, maldita sea.
Quizá pocos sepan el significado de armar sesenta gabinetes en ese rato, pero es algo tedioso, se pierden tornillos, se lastiman los dedos, rabietas van y vienen. Al terminar, llegó el repartidor, yo era feliz pues mi supuesto trabajo del día había culminado y me restaba un rato de descanso en el que fácilmente podía hablarle, aunque ya no sería especial, ya no sería el primero, ya no sería mágico, ya no sería el mejor.
Asterisco, guión bajo, asterisco. El repartidor me contó una que otro día habría sido rara noticia, pero como iba escribiéndose la historia, era más que creíble que pudiera suceder. Una tarde antes no fui a trabajar, motivo por el cual debía de “pagar” aquello llevando cincuenta registros a otra ciudad, al terminar eso, ya se habían hecho las doce y yo seguía consumiéndome por el pavor a hablar.
Así se fue la una, las dos, las tres y al filo de las cuatro de la tarde estaba ya en casa. Exhausto, muerto. Sin ánimos de nada, quería comer, quería adentrarme en la computadora y encontrarla conectada. Un deseo realmente extraño, pues a sabiendas que ella es una chica muy ocupada los fines de semana yo no quitaba el dedo del renglón.
Y así fue, no recuerdo exactamente a qué hora lo hice, pero me conecté y ahí estaba, la diosa de mis sueños. Le mandé un mínimo “hola” que jamás fue respondido y me sentí menos que nada. La red social no me quedará mal, la tenía que abrir, debía conocer en dónde estaría festejando para cuando se conectara poder mandarle una linda felicitación.
Muchas felicitaciones estaban por doquier, me dio flojera contarlas pero seguramente eran cientos de ellas. Y muchas con una respuesta de la siempre amable. Todas las respuestas fueron publicadas una o dos horas antes. Si por lo menos hubiera llegado antes del trabajo.
Está bien, los recursos se me estaban terminando, ya había intentado clavarle un mensaje a su muro, ya había intentado enviarle un SMS, ya había intentado hablarle. A esa hora, con mucha probabilidad, ella estaría disfrutando de su día en compañía de sus seres amados. Si por lo menos entendiera mi aventura.
Así que escribí un mensaje para enviárselo por la red social, pero no me atreví, acababa de llegar familia a mi casa y sería realmente imposible escribirle algo con ellos ahí. El tiempo seguía avanzando. Mis motivaciones no eran tantas esta vez, ya la había imaginado recibir muchos abrazos, felicitaciones y saludos. A esas horas, lo más que podría hacer un mensaje mío sería fastidiar y probablemente crearle conflictos personales.
Esperé, esperé más. Soy un hombre sin ocupaciones y cuando las tengo, generalmente alguien más las cubre por mí. Es mi tipo, líder nato, así funciono. Había ya terminado la tarea cuando me llegó la más brillante de todas las ideas, bueno, eso a mi parecer.
Me dije: Me iré, rentaré tiempo en un café Internet para escribirle algo; y lo hice. Me bañé, me arreglé, como si mi salida fuera a ser acompañar o encontrarme a alguien, llegué, le pedí al encargado una máquina, abrí el procesador de textos después de revisar si no estaba conectada en el mensajero y comencé a escribirle… Un poco tendido, un poco largo, pero sincero, todo para culminar con una frase que probablemente ha escuchado mucho ya:
¡Feliz cumpleaños Akire!
Al terminar, sé que no soy el hombre más original del mundo, pero sé muy bien que una felicitación tan insignificante como esta puede arrancarle una sonrisa y de ser así, su agradecida alma llenará la mía de emoción. Y cuando la vuelva a encontrar quizá recuerde la simpleza de mi felicitación.
// Lo escribí el 4 de Diciembre de 2010.
Una vez más
me acerco a ti
pidiendo un favor
vuelve a mí.
No sé si estoy loco,
te necesito,
te extraño mucho,
Mina preciosa,
sádica diosa.
Vuelve a hablarme,
vuelve a conectarte,
permite que nuestros momentos,
vuelvan a juntarse,
mientras te conectas,
mi espíritu geek alimentas.
Quiero volver
a contacto tener
con tu mensajero
ventana en el ordenador
a la que debo mucho honor.
Te extraño
lo sabes bien
espero estés de buenas
y mi corazón comprendas.
No des importancia a cómo escribo,
no des importancia a quién yo soy,
tómame como un contacto más
uno buscando la paz.
Vamos, permítemelo,
déjame tomarte de buenas hoy,
no sé qué tanto he madurado
no sé si ya lo he logrado.
Pero te quiero volver a encontrar,
ya dejé mi obsesión a un lado;
lo he de aceptar,
soy un tipo raro,
no pretendo descansar.
Dame un derecho más
déjame de tu corazón abusar,
yo sé que en el fondo me puedes perdonar.
Ah, soy un asco,
Amén por aquello.
Pero vuelve nuevamente,
tu malicia me incita,
tu personalidad arremete,
y a pecar me invita.
Pero perdóname por favor,
perdóname por haber sido así,
perdóname por tantas cosas
por no saber escribir.
Te extraño y necesito,
vuelve sólo un poquito.
¿Sí? O por lo menos responde al mensaje,
me interesa saber de ti.
Hazme prometer que me portaré bien...
no sé cuánto dure rogándote;
pero seguiré, lo prometo, lo haré.
// Lo escribí el 16 de Octubre de 2010.