Mira, sé que me vez como un miserable perro; pero en verdad no evito pensar en ti... No evito llorar tus ausencias, no puedo. Me daña más que no estés. Espero que en algún momento lo entiendas y me veas como alguien tan humano como tu. No puedo odiarte, no voy a maldecirte, sí voy a extrañarte en gran manera. Me detesto mucho, lo hago; pero detesto más la idea de no poder retenerte, de no poder ser alguien a quien trates como un igual, soy un jodido humano, tengo un montón de errores. Me desprecio a mí mismo muchas veces, pero te siento; me hierve saber que me odias, me quiebra que me veas como un tonto. Seguiré, lo prometo, aguantaré hasta que todo esté hecho nada. ¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Qué he hecho? ¿Quién soy yo?

Siempre dices que te aburro, que soy tal o cual cosa, siempre juzgándome sin conocerme, siempre insultándome, duele, jode, hiere. No te deseo ningún mal, tenlo por seguro, porque siempre que piense en ti, lo haré de buena manera, aunque en momentos como el actual sienta que las tripas se me tuerzan. Voy a esperar, no te quiero para mí, intento saber qué es lo que tanto detestas, lo aberrante, lo podrido, y cambiarlo. No soy ni seré tu hombre, y eso lo tengo más que claro, no eres la chica fácil que estaría conmigo. Pero déjame ser, déjame estar... No te mata tenerme, no te afecta, no te quita nada.

// Lo escribí el 6 de Junio de 2011.


Aguantaré

Por
Mira, sé que me vez como un miserable perro; pero en verdad no evito pensar en ti... No evito llorar tus ausencias, no puedo. Me daña más qu...
Sábado por la noche. Las cosas no han ido tal como lo imaginaba. Si bien he terminado las tareas pendientes, he olvidado lo más importante. Felicitarla a tiempo. Conozco a Akire desde hace un buen rato, no es tarea, pero es algo que obviamente debí de hacer.

Me di cuenta de que no podía hacerlo, no podía comunicarle lo que sentía de ninguna manera que no fuera común. Estábamos todos de acuerdo en que ella era una chica fuera de lo común, era admirable y hermosa.

La historia que voy a contarles es de eso que nos pasó a mí y a mis otros yo previo a su cumpleaños. Tomé el móvil antes de media noche, comencé a redactar: Oh Akire, eres especial para mí, tu belleza me deslumbra y soy yo quien camina a la diestra de tu sombra, lo amo. No, demasiado cursi, me dije mientras presionaba rápidamente el botón de retroceso.

Debía ser algo mágico, pero sincero, algo grato y maravilloso, pero lógico. Además, debía ser un tanto ingenuo para evitar cualquier confusión o mal entendido del que se llamaba a sí mismo su novio.

Comencé a redactar de nuevo: Hola amiga, es un placer extremo el saber que hoy es tu cumpleaños, deseo que todas las magnificencias que tu corazón desea las poseas prontamente. No, demasiado formal. No soy su jefe, todavía.

Pensé de nuevo, el reloj pasaba de las doce ahora, era urgente que este trasto me ayudara de inmediato a encontrar la forma de demostrar los buenos deseos desde mi inspiración a aquella maravillosa chica. Observé su muro, no había nadie que la hubiera felicitado aún, era mi oportunidad perfecta, comencé a escribir de nuevo: Nena, buenos días, soy el primero en desearte un maravilloso cumpleaños, que la bondad y misericordia de los cielos se pose sobre ti este día y que juntos, si me lo permites, descubramos cada día más las verdades del universo y las apliquemos a nuestras vida, te desea de todo corazón tu amigo. No, demasiado religioso.

El reloj continuaba su camino sin descansar, necesitaba urgentemente encontrar el modo de decirle eso que siento. Pero rayos, no me salía nada, y todo lo que escribía me parecía del asco. Fui vencido por la fuerza del sueño después de las dos de la mañana, sin ideas suficientemente buenas en el cerebro.

Claro, me dije al sonar mi alarma a las siete con siete minutos del esperado día cuatro. Seré quien te levante esta mañana, mi mensaje te infundirá aliento y te dirá cuan maravilloso es para mí el haberte conocido, y lo mucho que deseo que jamás estemos alejados uno del otro. A redactar se ha dicho: Preciosa, sigo sin estar seguro de si eres o no un producto de mi imaginación, pero eres el factor clave de mis fantasías mentales. No lo sé, pero si existes, hoy cumples veinte, a partir de hoy eres para mí un ente mil por ciento "preza". De pésimo gusto, respingué mientras lo eliminaba de los borradores.

Oh rayos, tomé un puñado de agua y lo eché con fuerza en mi rostro. Me arreglé, no por ser sábado no iría a trabajar, no por ser tu cumpleaños no lo haría. Mientras me dirigía a esperar el transporte una idea llegó a mi mente: Tomaré el teléfono, siendo ya las ocho de la mañana y le hablaré, primero le cantaré las mañanitas imitando ya sea a Benito Bodoque o a Chabelo y de ahí le daré mis más sinceras felicitaciones. Mientras marcaba con el teléfono en mano una vieja idea corrompió mi decisión. ¿Quién soy yo?

Tomé el celular y nuevamente lo coloqué en el bolso izquierdo de mis jeans, es claro que había conseguido y con mucho trabajo tu número y no iba a desperdiciar mi oportunidad de conocerte con una estupidez así, debía ser más original, debía saber cómo ocultar mi excitación al escuchar por primera vez tu voz dirigirse hacia mi persona. Además, el ruido del tránsito de la ciudad me impediría escuchar a la perfección y provocaría que de vez en cuando soltara súbitos “¿qué?”. Ya en mi lugar de trabajo me armé de valor para marcar, esta vez desesperadamente porque eran las nueve y media una hora justa para marcarte, además me encontraba solo… Eso creía, hasta que atrás de mí se formó la figura de aquel que es mi jefe, maldita sea.

Quizá pocos sepan el significado de armar sesenta gabinetes en ese rato, pero es algo tedioso, se pierden tornillos, se lastiman los dedos, rabietas van y vienen. Al terminar, llegó el repartidor, yo era feliz pues mi supuesto trabajo del día había culminado y me restaba un rato de descanso en el que fácilmente podía hablarle, aunque ya no sería especial, ya no sería el primero, ya no sería mágico, ya no sería el mejor.

 Asterisco, guión bajo, asterisco. El repartidor me contó una que otro día habría sido rara noticia, pero como iba escribiéndose la historia, era más que creíble que pudiera suceder. Una tarde antes no fui a trabajar, motivo por el cual debía de “pagar” aquello llevando cincuenta registros a otra ciudad, al terminar eso, ya se habían hecho las doce y yo seguía consumiéndome por el pavor a hablar.

Así se fue la una, las dos, las tres y al filo de las cuatro de la tarde estaba ya en casa. Exhausto, muerto. Sin ánimos de nada, quería comer, quería adentrarme en la computadora y encontrarla conectada. Un deseo realmente extraño, pues a sabiendas que ella es una chica muy ocupada los fines de semana yo no quitaba el dedo del renglón.

Y así fue, no recuerdo exactamente a qué hora lo hice, pero me conecté y ahí estaba, la diosa de mis sueños. Le mandé un mínimo “hola” que jamás fue respondido y me sentí menos que nada. La red social no me quedará mal, la tenía que abrir, debía conocer en dónde estaría festejando para cuando se conectara poder mandarle una linda felicitación.

Muchas felicitaciones estaban por doquier, me dio flojera contarlas pero seguramente eran cientos de ellas. Y muchas con una respuesta de la siempre amable. Todas las respuestas fueron publicadas una o dos horas antes. Si por lo menos hubiera llegado antes del trabajo.

Está bien, los recursos se me estaban terminando, ya había intentado clavarle un mensaje a su muro, ya había intentado enviarle un SMS, ya había intentado hablarle. A esa hora, con mucha probabilidad, ella estaría disfrutando de su día en compañía de sus seres amados. Si por lo menos entendiera mi aventura.

Así que escribí un mensaje para enviárselo por la red social, pero no me atreví, acababa de llegar familia a mi casa y sería realmente imposible escribirle algo con ellos ahí. El tiempo seguía avanzando. Mis motivaciones no eran tantas esta vez, ya la había imaginado recibir muchos abrazos, felicitaciones y saludos. A esas horas, lo más que podría hacer un mensaje mío sería fastidiar y probablemente crearle conflictos personales.

Esperé, esperé más. Soy un hombre sin ocupaciones y cuando las tengo, generalmente alguien más las cubre por mí. Es mi tipo, líder nato, así funciono. Había ya terminado la tarea cuando me llegó la más brillante de todas las ideas, bueno, eso a mi parecer.

Me dije: Me iré, rentaré tiempo en un café Internet para escribirle algo; y lo hice. Me bañé, me arreglé, como si mi salida fuera a ser acompañar o encontrarme a alguien, llegué, le pedí al encargado una máquina, abrí el procesador de textos después de revisar si no estaba conectada en el mensajero y comencé a escribirle… Un poco tendido, un poco largo, pero sincero, todo para culminar con una frase que probablemente ha escuchado mucho ya:

¡Feliz cumpleaños Akire!

Al terminar, sé que no soy el hombre más original del mundo, pero sé muy bien que una felicitación tan insignificante como esta puede arrancarle una sonrisa y de ser así, su agradecida alma llenará la mía de emoción. Y cuando la vuelva a encontrar quizá recuerde la simpleza de mi felicitación.

// Lo escribí el 4 de Diciembre de 2010.


Akire

Por
Sábado por la noche. Las cosas no han ido tal como lo imaginaba. Si bien he terminado las tareas pendientes, he olvidado lo más importante. ...
Una vez más
me acerco a ti
pidiendo un favor
vuelve a mí.

No sé si estoy loco,
te necesito,
te extraño mucho,
Mina preciosa,
sádica diosa.

Vuelve a hablarme,
vuelve a conectarte,
permite que nuestros momentos,
vuelvan a juntarse,
mientras te conectas,
mi espíritu geek alimentas.

Quiero volver
a contacto tener
con tu mensajero
ventana en el ordenador
a la que debo mucho honor.

Te extraño
lo sabes bien
espero estés de buenas
y mi corazón comprendas.
No des importancia a cómo escribo,
no des importancia a quién yo soy,
tómame como un contacto más
uno buscando la paz.

Vamos, permítemelo,
déjame tomarte de buenas hoy,
no sé qué tanto he madurado
no sé si ya lo he logrado.

Pero te quiero volver a encontrar,
ya dejé mi obsesión a un lado;
lo he de aceptar,
soy un tipo raro,
no pretendo descansar.

Dame un derecho más
déjame de tu corazón abusar,
yo sé que en el fondo me puedes perdonar.

Ah, soy un asco,
Amén por aquello.
Pero vuelve nuevamente,
tu malicia me incita,
tu personalidad arremete,
y a pecar me invita.

Pero perdóname por favor,
perdóname por haber sido así,
perdóname por tantas cosas
por no saber escribir.

Te extraño y necesito,
vuelve sólo un poquito.
¿Sí? O por lo menos responde al mensaje,
me interesa saber de ti.

Hazme prometer que me portaré bien...
no sé cuánto dure rogándote;
pero seguiré, lo prometo, lo haré.

// Lo escribí el 16 de Octubre de 2010.


Una

Por
Una vez más me acerco a ti pidiendo un favor vuelve a mí. No sé si estoy loco, te necesito, te extraño mucho, Mina preciosa, sádica...
Necesito volver a contar con tu presencia amiga mía,
me interesa volver a saber de tu persona,
ya sé que no te gusta como escribo,
pero no me interesa únicamente lo que te impresiona.

Te extraño a ti y a tus divertidas charlas,
nuevamente me arrastro rogándote
que regreses porque me haces falta.
Tu jodida ausencia me mata.

Bueno, soy una mierda,
no me importa,
regresa pronto,
regresa ya,
acepto que me tortures con tus ofensas,
siempre y cuando si con eso tu regresas.

// Lo escribí el 9 de Octubre de 2010.


Regresa

Por
Necesito volver a contar con tu presencia amiga mía, me interesa volver a saber de tu persona, ya sé que no te gusta como escribo, pero n...
Tus berrinches, tu soberbia, tu manipuladora hostilidad, tu honestidad, tus palabras, tu limitada paciencia, tu poderosa personalidad, te extraño mucho, mucho.

Necesito tu perdón, una vez más he probado que cuando tu no estás el tiempo es agobiante, tu compañía me hace sentir alguien interesante (aunque no lo sea). Ven por favor, regresa, te lo pido con sinceridad, no necesitas temer de mí, no soy nadie que te pueda dañar.

Te quiero ver volver, te lo juro, no sé cuántas veces te lo he dicho, no estoy seguro, pero pretendo mejorar; pretendo cambiar, pretendo ser un chico con más que apostar. Sinceramente le dabas un aire distinto a las cosas y me hacías pensar mucho.

Cambia tú también tu pensar acerca de mí, no me veas más como una basura amenazante. Baja ya tus uñas al conmigo comunicarte. Sé que en este mismo instante que recibas mi correo estarás conectada, lo sé porque te conozco bastante como para creer lo contrario. 

Por favor vuelve, eres el uno que le falta a mi código binario. No te he pedido nunca nada más imprudente que lo de la ultima vez, pero créeme que me es difícil ser honesto e hipócrita al mismo tiempo. Me fascinas, nunca lo negaré; me dominas, algo que no impediré... no por ahora. Mientras tanto, si decides en tu finita prudencia y muy grande paciencia volverme a aceptar, por la profunda negrura de tus ojos estaré esperando y agradecido como pocos en verdad.

// Lo escribí el 11 de Septiembre de 2011.


Negrura

Por
Tus berrinches, tu soberbia, tu manipuladora hostilidad, tu honestidad, tus palabras, tu limitada paciencia, tu poderosa personalidad, te ex...
Una vez más he vuelto. No me diste derecho a réplica, te rogué una vez, dos veces, tres, que te quedaras... Fue en vano. Siempre es en vano cualquier movimiento contigo. Siempre es en vano creer que puedo lograr algo, siempre es en vano intentar evitar tus insultos.

Hoy me maldijiste. De una manera muy fuerte tengo que mencionar. Me has hecho una vez más comprender mi asquerosa realidad.

Es cierto, tengo los defectos de un enfermo mental, no negaré que puedo parecer uno. Pero jamás te he hecho daño, jamás te he insultado, jamás te he visto por debajo de mí, jamás te he pisoteado o humillado como tú has hecho conmigo.

Tú me has herido, me has insinuado cosas que tú misma desconoces de mi persona, me has acribillado con tus palabras punzantes. Yo he guardado silencio, una vez más he guardado silencio.

Estando en el suelo me has aplastado el rostro y yo he rogado piedad, misericordia, un rastro de benevolencia de tu parte. No lo he encontrado.

Es cierto, soy un miserable. Y quizá como me dijiste, lo sea toda la vida. Pero jamás, jamás me escucharás hablar mal de ti, jamás te enterarás de que yo haya hecho algo en tu contra; porque no lo haré, me quedaré tendido como muerto a esperar que una idea cruce mi cerebro y expresarte —como ahora hago— lo que mi corazón dice.

Zaira, jamás te haré daño. Tu eres y serás mucho más especial de lo que te consideres. Me dueles, te juro que un nudo horrendo cruza mi garganta en estos momentos y cada vez que me dejas en restos.

No quiero matarme, no lo haré. Valgo más que un pedazo de porquería, lo sé.

He cometido un sinfín de errores, a este tiempo deberías estar acostumbrada a leer mis tonterías. Te aprecio, sinceramente lo hago, por más que te esfuerces en alejarme y despedazarme siempre te conservaré en mi memoria.

En mi mente hay una Zaira, una misma Zaira que jamás dejará de interesarme, te estimo aunque creas que soy escoria.

// Se lo escribí a Zaira el 15 de Agosto de 2010.



Zaira

Por
Una vez más he vuelto. No me diste derecho a réplica, te rogué una vez, dos veces, tres, que te quedaras... Fue en vano. Siempre es en vano ...
Hace tiempo conocí a una chica,
nos desvelamos todas las noches,
le decía cuanto la quería,
ella siempre sonreía.

Su nombre para mí era Zhol,
aunque todo fue una estafa,
según eso ella temía,
del que del otro lado estaba.

Le he demostrado que soy bueno,
que la respeto en verdad,
que sé cuando debo ser sincero
y que no me agrada la falsedad.

Le dije que llamarse Sol no me desagrada,
pero sí me hacía pensar,
que ella en mí no confiaba.

Yo la quiero, es una mujer adorable,
es simpática y estimable.

Zhol, vida, cielo, deja ya tu orgullo de lado,
mi amor, preciosa reina,
imagina que no lo ha dicho cualquier fulano.

// Se lo escribí con mucho cariño a mi amiga Sol el 24 de Junio de 2011.


Zhol

Por
Hace tiempo conocí a una chica, nos desvelamos todas las noches, le decía cuanto la quería, ella siempre sonreía. Su nombre para mí era...