Como extraña el agua quien no ha bebido desde mucho tiempo atrás, como extraña su libertad el preso en cadena perpetua, como extraña su infancia el anciano, como extraña su hogar el astronauta en la luna, como extraña a su hijo en la guerra la viuda, como extraña a su progenie muerta el hombre adulto.
Te extraño mucho, cada segundo del día, cada respirar profundo, cada parpadear, cada cántico de aves, cada palpitar de mi corazón, cada que el viento toca mi piel, cada que me sorprende el color, cada que sonrío, cada que hablo, cada que pienso, cada que imagino.
Voy por más, quiero ser completo, quiero desarrollarme, quiero lograr, quiero crecer, quiero ser; y así esperar a tu llegada, me gustaría que fuera así, sin rogar nada, solo que no mates lo poco que queda de mí en ti; porque tú sabes, por experiencia, que si algo he depositado en ti es la capacidad de perdonar, si una semilla importante me gustaría ver crecer en tu ser es esa, sin ser utópico y creído, sin ser un cretino, quisiera que aceptaras que espere por ti.
Porque bien sabes que dejamos mucho pendiente, y no solo es por lo pendiente, también sé claramente que de nosotros hay mucho que otros pueden aprender. Te lo digo en serio, no quiero ser tu pasado, ni encontrarme en un retrete, quiero trabajar en mí y descubrir cómo trabajas en ti. Perdona mis fallos, ayuda a mis logros, y sé para mí como hasta hoy has sido, incluso más, una fuente inagotable de inspiración y amor.
Bendita eres entre las mujeres, de las mejores, la más, bendita tú que me enseñaste a reconocer mi mal; que tú seas quien por ti misma hagas cuanto quieras hacer. No te presiones, sigue tranquila, sigue hambrienta de más. Quiero sorprendernos, y que me sorprendas también, pero esta vez, sinceramente, te lo digo con la mano en el pecho, no quiero obligarte a nada, no quiero herirte más, no quiero serte una carga, ni quiero nada esperar. Solo quiero amar y que tú llegues a sentir por mí lo mismo, desde el fondo del mar hasta el más oscuro abismo, que te pueda sentir al final.
Me gustaría que leyeras esto, me gustaría dedicarte más.
Tenme paciencia, lo voy a lograr.
Y cuando estemos cerca,
podremos volver a empezar.
Si tuviera la posibilidad de platicar con un muerto, como "la roca de resurrección" le permitía al mago Cadmus Peverell, pensaría muy bien en a quién llamar, porque de ser un científico como Tesla o Einstein, no entendería su idioma; si fuera algún celebre como Jobs, tampoco me sentiría muy cómodo a su lado, ya que a pesar de su capacidad de generar misterio al rededor de su persona para ser original, en un momento así sería más alguien que daría miedo.
Quizá, de animarme a usarla, llamaría a mi pequeño hermano; pero su reflejo en vida, podría decir que lo encuentro fácilmente en mi bella hermana, pues además de ser sabia, amorosa y simpática, siempre tiene entre sus palabras frases que alientan a seguir adelante y ella para mí es, del mismo modo que yo para ella, recíproco amor. Y es que solo quien sabe brindarlo aprecia el recibirlo de manera honesta.
Con respecto a mi hermano, la chispa y talento en su ser, además de su confianza extrema puede decirse que dejarían un buen ejemplo a mi persona, que en días recientes, debido a muchas circunstancias (laborales, sociales, académicas, económicas) he venido dejando de lado de mi catálogo de características, permitiendo evaporarse aquello que me hace atractivo e irresistible, la cínica confianza que rodea mi ente con fuerza y convicción por hacer lo prudente.
Madurar es expresar lo cierto, con propiedad y gozo, sin necesidad de nada para satisfacer mi propia vida, sin tenebroso ego mas con amor correcto, haciendo volver la historia algo curricular y sensato, lleno de enseñanzas ordenadas y experiencias maravillosas.
Sé en qué he fallado, sé que he sido un hombre temeroso y desconfiado, sé que no siempre he sido así, y mi comportamiento reciente, por muchas circunstancias que influyan, no es excusable para nada. Alejar lo que más quería cerca de mí no es la respuesta, como lo dije, lo reitero, mi debilidad ha sido dudar de mí mismo antes que de alguien más; y es triste, pero es espléndido entender que lo que estoy viviendo no es un reflejo del tormento que me causó la soledad cuando me sentí roto por primera vez.
Es agradable entender que tomé esto, aunque al principio con miedos y horror, como algo que me hará un ser más completo, inmenso, intenso, poderoso. Sin elevar mis egos, alguien que contiene lo que necesita para alcanzar lo que se propone, que merece lo que desea, que ha aprendido a perdonar y a pedir perdón con el corazón en las manos, alguien que no da lugar al rencor en su interior, sino más bien aprecia el mantener los lazos de voluntad y valor.
Es especial, he cambiado mucho más de lo que imaginé desde la última vez, ahora no me lo tomé a mal, no lo hice personal, no me obsesioné, permití ser, estar, volar, porque todos tenemos el derecho a sentirnos plenos ante todo. A estar llenos de felicidad.
Y respecto a la imagen mía con la piedra en las manos; creo que el ver a mi hermano me daría muchas razones para sonreír, para recordar, y sería mágico el poderle abrazar, pues eso sí es algo que simplemente en esta vida no se da, y antes de muerto, cualquier cosa es posible.
Explosión.
El clustcoop había mostrado un fallo de seguridad, la pasta electrolítica combinada al circuito interno presentó un rezago de microcombustión debido a la velocidad de procesamiento del robot al reflejo del sol. La radiación y el enfoque realizaron su trabajo, el problema aquí es que ningún servbot se dignó a revisar la parte posterior del clustcoop mientras realizaban labores rutinarias de limpieza y llamar para mantenimiento antes de que esto constituyera una falla mayor.
Según se me avisó, el asunto por el que me llamaron fue sobrecalentamiento y ruido producido en los arneses externos al edificio. La experiencia en el ramo y la intuición me fallaron al ponerme a indagar la estructura del edificio antes de la unidad central de procesamiento.
Apenas hube abierto la habitación, aprecié el zumbido proveniente del sistema, así que me acerqué y encendí la terminal para comandar el diagnóstico básico; todo funcionaba perfectamente. El destello me produjo encandilamiento, la cabeza y el cuerpo me dolían; intenté aproximarme a la puerta, pero el sórdido impacto me empujó al suelo al cabo de la explosión mayor.
Imposibilitado de cuerpo, ahora me encuentro en un centro de recuperación, en pleno bloque ausente, donde no había estado antes desde los tres años que abandoné este lugar. Estoy pegado a un conjunto de tensores y mangueras que son lo que mantiene mi espalda en una posición firme, debo mencionar que tengo prohibido abandonar las instalaciones internas pues los medbot analizan supuestos percances internos experimentados por mi cuerpo a partir de la explosión nuclear prácticamente junto a mi persona, inspeccionan y registran principalmente el hecho de que siga con vida.
Las mangueras me alimentan, mi dieta se basa en semillas que poco se entrometan con el estudio general. Es incómodo habitar con estos artefactos en el cuerpo, además me siento inútil para trabajar programando cualquier cosa; en el bloque ausente están obligados los ciudadanos a mantenerse alejados de los dispositivos electrónicos.
Es asfixiante saber todo lo que experimentan en mí, llevo unas horas en el lugar y ya deseo salir huyendo; lo peor de todo es que desde que tomé un ordenador en mis manos, jamás había estado distante de uno por más de un día, es una sensación compleja de explicar; nunca me sentí un experto para la programación, pero hoy que me entero de las carencias de este bloque pienso en todas las cosas con las que podría ayudar a facilitar la vida en este lugar y para las que muchos de los aquí presentes podrían servir también.
En el centro de recuperación además de enfermos terminales habitan héroes de guerras, mandatarios criogenizados, ancianos que en algún momento de su vida fueron importantes al servicio de la Nube, celebridades sobrevivientes que impulsaron a la lucha en favor de los bloques. La gente se ve bien, no se ven estragos de impaciencia en ellos, es como si no se dieran cuenta de lo tedioso que es estar aquí, incluso peor, como si hubieran intervenido quirúrgicamente en ellos para evitar que recordaran algo del exterior.
Llegó la hora de dormir, mi habitación no es otra cosa que la sala de recuperación en la que me extirparon la columna; ingresé aquí por la escotilla superior acompañado por el medbot que realiza cálculos finales, mientras me conecta a la cama que funciona como un magneto de gran tamaño absorbiendo mi energía, me siento exhausto, desfallezco.
Cuando se tiene una vida completa cubierta de situaciones lúgubres y lamentables entre destellos de grandeza y bondad uno piensa que seguramente el actor dejaría de desear el bien, podría decirse que así llegué a hacerlo una vez en mi pasado; y el desear así me llevó en su tiempo a consecuencias lamentables.
Hoy es distinto, cada día que pasa siento que hablo menos con los demás, que mi expresión dice menos de mí y mi corazón interpreta el silencio como la introspección de la fuerte necesidad que tiene de existir plenamente, y en esa desdicha y lamento, llega el sombrío clima de una tarde veraniega, en plena víspera de lo que parece será una fuerte tormenta con vientos capaces de causar desolación al alma más confiada, a la mía sin embargo la sumergen en pensamientos de templanza, de ánimo, de consolación.
"Es fácil dejar de amar cuando te centras en los defectos, es fácil también amar cuando te centras en las virtudes de alguien."
El éxito es llamado por uno mismo, por lo menos así leía, que entre más nos equivocamos y nos volvemos a levantar, nos terminamos convirtiendo en personas exitosas. Quiero que sepan que los baches de mi vida me han llevado a situaciones irónicas, complejas y también agradables e inolvidables.
No soy nadie para merecer nada, no soy tan importante siquiera para que alguien se digne a pensar en mí de manera sincera y amorosa. Y, honestamente, debería de importarme cada vez menos que eso pase. Pues al final el único que sabe todo lo que el costal lleva a cuestas es el que lo está cargando.
Siempre he sido de los que creen que la felicidad es un estado mental basado en la decisión de un ser, aunque generalmente circunstancial, en la miseria, cualquier mínimo brote de excelencia podría llamar a la felicidad interna incluso siendo claro para el ajeno el irreal estado de optimismo.
Me gusta la realidad, ser sincero y meditar,
me gusta sonreír, lo he hecho incluso cuando peor me he sentido,
sé que también puedo llorar, las fallas en mi vida lamentar.
Soy humano, me equivoco, me conflictúo constantemente con mi interior,
entre pesares y tropiezos siempre vivo en busca del amor,
la enseñanza al día de hoy es parte de lo que una vez fue dolor.
Hoy sucedió algo curioso en Raulín, mientras trabajaba. Como les he dicho, hay un jefe de sistemas encargado de que todo funcione perfectamente ubicado en Uruapan, y cuando hay que darle mantenimiento a un equipo, ese tipo de tareas locales me las dejan a mí, la mayoría de veces.
Sin embargo hoy, con la utilización de radio, el compañero jefe platicaba solicitando algo a los proveedores del servicio de software administrativo; lo significativo es que, ni él, ni ellos supieron resolver un pequeño problema de acceso a los archivos vía web para remotamente modificar una base de datos ubicada en el servidor; el asunto es que, con IP fija, las máquinas de Tecomán y Manzanillo, además de las de Colima deberían de poder hacerlo cosa que sin éxito finalizaron.
Mientras escuchaba, con solo escuchar, logré definir una forma de resolver el asunto sin ser considerado para hacerlo; debo decir que hice pruebas y funcionó perfectamente lo que hice, y digo, no trabajo en ninguna empresa dedicada al software.
Pero bueno, lo importante no era señalar mis capacidades o la ausencia de las mismas en ellos, lo interesante es que por lo general nos ubicamos mucho menos en la vara de medición y comparativa cuando vemos a uniformados, adultos con miradas sobrias, personas intelectuales a simple vista; nosotros no parecemos tanto, siendo tan comunes, tan simples para hablar... Oh sorpresa, no somos tan malos.
Recuerdo que una vez un profesor dijo: "Te enteras de tus capacidades cuando te encuentras rodeado de los que son como tú y te das cuenta que puedes comprender más de lo que esperabas".
Sin lugar a dudas esta situación me ha dejado una experiencia bastante agradable. Hace tiempo tengo puesta mi mirada en una ciudad grande para desarrollar lo que me gusta, para explotar lo que sé y aprender mucho más. Hoy recibí la pésima de que eso, al menos prontamente y en consecuencia al aviso anterior que hube recibido como invitación para agregarme a las filas laborales de una internacional, no será así, no será de ese modo; pero sucederá, porque mi intención no depende de lo que los demás puedan o quieran hacer por mí, sino de todo lo que yo convencido pueda hacer para llegar a mis metas.
Despertar.
El fuerte zumbido en los oídos, la mirada borrosa, el cuerpo adolorido, la espalda inmóvil; el sabor amargo en la garganta apenas permite pasar saliva, el miedo está presente ante lo ocurrido, es ilógico no poder recordar nada.
El cuerpo circular flotante con aspecto de ojo proveniente de la máquina rectangular pegada al cristal que se encuentra en frente me sorprende, me inspecciona de arriba a abajo como intentando localizar nada; mi cuerpo inerte y desnudo no hace por cubrirse o rechazar lo que intenta el aparato.
Se aproxima a mí, liberando una sustancia espesa en forma de gas de color magenta y en un instante lo único que percibo es un inmenso dolor rectal al sentir algo como un tentáculo penetrarme. A pesar de ser un terrible dolor, no soy capaz de pronunciar ni un sonido, ni una queja, ni un grito; simplemente me quedo sin saber de mí, mis ojos se entrecierran, y me vence el cansancio.
Abro los ojos, me encuentro en una habitación circular de un blanco intenso, sobre una cama flotante girando lentamente. Encima de mí, a dirección del techo, una escotilla se abre y de ella aparece otra cámara en forma de ojo en la esfera flotante, ahora sí puedo determinar lo que es, un medbot está señalando hacia mi cuerpo; sigo sin capacidad de mover un dedo.
La última vez que un medbot me analizó acababa de caer del cuello de un savedroid, un robot guarda de seguridad que había fallado en su programación al quedar encerrado en un círculo magnético provocado por una diminuta explosión causada por un pequeño corto circuito.
Aquella vez me rompí las piernas, y el proceso de sanidad fue prácticamente rápido, durante quince minutos los tentáculos del medbot se incrustaron en mis rodillas e hicieron una operación de reconstrucción ósea microelectrónica; con lo que a partir de ese momento tuve piernas mecanizadas.
El láser del medbot se encuentra escaneando mi piel, a cinco centímetros de distancia. Los brazos biónicos del artefacto volador giraron mi cuerpo sin yo poder hacer nada por evitarlo, consigo sentir un dolor leve en el centro de mi espalda, el bisturí ha terminado su trabajo; de momento, siento como todo mi cuerpo pierde la posición y se hunde en la cama flotante, me han extraído la columna vertebral.
Nací en el bloque ausente, a los tres años de edad mostré cualidades tecnológicas y fui enviado a ese bloque. Ahora me dedico a programar robots, analizar y solucionar los problemas de los mismos.
Me dieron la tarea de reparar un clustcoop, que es una máquina rectangular de color grisáceo de aproximadamente un metro cuadrado, con capacidades de procesamiento suficientes para solucionar las necesidades de una nación de antaño en segundos.
Prólogo.
Situados en la era de la tecnología, en un tiempo en el que la totalidad de naciones del planeta tienen acceso a Internet, no hay distinción de razas, políticas o religión; todos los seres humanos fungen su tarea de brindar energía al globo y los medios para que la armonía humana continúe en activo, la economía mundial está basada en la cantidad de energía que producen restando la cantidad que consume la gente.
En un ambiente así, no hay espacio para la hostilidad; la competencia ha quedado de lado y la unión de las masas ha provocado que todos aquellos físicamente capaces puedan servir al gobierno. La nación Terrestre se encuentra dividida en tres grandes bloques de capacidad: El bloque económico, el bloque tecnológico y el bloque ausente.
El bloque económico está conformado por aquellas personas que al no nacer con capacidades tecnológicas se ocupan de los trabajos físicos de menores rangos, como el generar energía con movimientos, investigar medicamentos, explorar zonas de explosión nuclear, entre otros conceptos.
Al bloque tecnológico pertenecen aquellas personas que tras varias pruebas desde pequeños demuestran capacidades de manipulación de herramientas tecnológicas, como equipos de cómputo, robots, simulación, y otras labores. Su principal zona laboral se encuentra en la ejecución de proyectos que faciliten el trabajo del bloque económico.
El bloque ausente es aquel grupo de personas que carecen de capacidades para desempeñar labores tanto tecnológicas como físicas; se dedican principalmente a descansar. Algunas de las personas que se encuentran en este bloque son los infantes y los ancianos, además de personas que al haber sufrido accidentes han quedado imposibilitados.
Cada bloque tiene un conjunto de cinco representantes humanos elegidos mediante democracia por sector y a su vez todos sirven a un gobierno internacional central auspiciado por un conjunto enorme de computadoras conocido como Nube. Los bloques también se ubican físicamente en lo que anteriormente se conocía como continentes, quedando el bloque económico conformado por lo que una vez fue América, Antártida, África y Asia, el bloque tecnológico ubicado en lo que se llamaba Europa y el bloque ausente en la antigua Oceanía.
Después de la gran guerra nuclear que terminó por la destrucción y devastación mutua de las potencias mundiales de Estados Unidos, Rusia, China, Canadá, Alemania, Japón, Francia, Brasil, Reino Unido y Países Bajos; el núcleo político de la entonces Organización de Naciones Unidas en conjunto con los grandes científicos del CERN y las poderosas entidades bancarias ubicadas en la antigua Suiza convocaron una reunión de líderes supervivientes que propusieron iniciar ahí lo que sería el nuevo gobierno Terrestre y consiguientemente nombraron así al planeta entero.
Las guerras, el hambre y los males de la población general terminaron a partir de que este grupo, ordenadamente constituido y bajo el mando de la Nube reorganizaron a la población, basados en los atributos de cada uno, conforme a los registros previamente obtenidos de cada uno.