Etapas, la vida consiste en eso, en cambios, en avances, en la transformación y actualización del individuo, del núcleo familiar, de la sociedad. He llegado al momento en el que estoy con muchas limitaciones, con herramientas que por defecto me venían en bandeja de oro, con historias qué contar y aspectos de magia que han hecho mi vida algo mayormente formidable.
Y sí, como todos los demás lo soy, soy alguien cambiante y esperanzado en llegar a un sitio, una vez un amigo en la secundaria cuando la profesora le cuestionó acerca del qué quería hacer de su vida él contestó "ser alguien" y es que todo el trasfondo cultural, social e intelectual que esa ingenua frase oculta me llena de motivos para creer que yo mismo anhelaba aquello, ser alguien.
Ahora mismo, queda un semestre de la carrera, aunque tengo dos materias por aprobar no me siento incapaz de hacerlo, creo que estoy del otro lado, en el último semestre, el semestre de entrega de tesis, de presentaciones casi a diario, de seminarios e investigaciones, el semestre de prácticas profesionales. Y qué sé yo si apenas estoy culminando el anterior con regocijo de saber que lo he hecho casi igual de bien que uno antes.
Mis calificaciones han mejorado notoriamente y puedo admitir que he salido del bache intelectual de aprendizaje en el que me encontraba (después de dos años de constantes buenas calificaciones) y lo digo con gusto, no con ganas de presumir sino con ganas de seguir adelante, creciendo y siendo mejor ser humano. El ser buena persona requiere igual o mayor esfuerzo y capacidad incluso que ser un malo terrible e inolvidable.
Finalmente decir que nada de esto habría ocurrido sin la ayuda constante de Dios en primer lugar, el consejo y la protección de mi parentela y la mano siempre presente de aquellos que me quieren a los que puedo llamar amigos. Sinceramente sé, en mi corazón, que el valorar incluso a aquellos que parecen no trascender en mi vida me ayuda a ser mejor día con día. Para recordar está eso: "Detente a mirar a cada uno de los personajes en tu círculo social y notarás todo lo que ellos han tenido que sacrificar para que tú seas quien hoy eres y posteriormente encuentra la manera de ser una bendición para sus vidas. El ser agradecido tiene recompensa de paz para tu alma y eleva tu valor a ojos ajenos".
Me estoy hartando de las opciones, me están volviendo loco las decisiones, me estoy enfrentando a mí con temor a ser derrotado. Y pienso, como todos lo hacen, maquilo contra mi propia personalidad detestando y amando simultáneamente, el gozo que el miedo consigo trae, queriendo cambios para qué, si lo que sé y poseo no he terminado de valorarlo, ni de quererlo; siempre, lo único que me gustaría, lo que más que todo, que fuera fácil, que fuera sencillo, que fuera simple.
Dejar de pensar en la sociopatía como opción y limitarme a los límites ajenos en los que el ser propio en todo su egoísta manera de ver las cosas a sí mismo se tiene como élite, siendo que, como se sabe y lo sé, basura y arte a la vez y según percepción es lo mismo.
Estoy molesto por saber con qué armas enfrentar la realidad pero no tener el deseo de hacerlo en profunda soledad, y me simpatiza el hecho de ver que quienes triunfan con tropiezos gracias al soporte que proporciona alguien más lo logran y se sienten héroes.
Héroe es aquel que conociendo las cosas se enfrenta al tormento sin amedrentarse, quien lucha contra la mayor fuerza encubierto, la descubre y la destruye sabiendo que las heridas propias serán bastante fuertes, porque ese enemigo es él mismo.
Pero claro, uno no puede sentirse identificado o hipnotizado por una esencia porque entonces se le considera a uno como un pecaminoso ente de mirada lasciva y actitud inicua. Caramba gente del mundo, crezcan; la hipocresía y la maldad oculta, eso, eso es lo que los está asesinando; la violencia, la falta de cordura y el deseo de venganza, no alguien que les admira mucho. Estoy molesto sí, y a la vez feliz y agradecido por todo, por nada.
Vamos a intentar creer que el mundo está definido entre instancias, en las cuales puedes hacer o decir lo que piensas a cualquier persona que tú quieras. Entonces, y solo entonces, cómo haremos posible cambiar la situación en la que nos queramos ver como amigos, como hermanos, crecer como personas, en fin.
Yo me siento extrañamente bien hoy, por todo lo que he aprendido durante la semana, hacer como se pueda, hacer como se deba; hacer todo lo posible por aprender y entender, por ser mejores personas, por ser mágicamente grandiosos.
El "se me cayó el sistema" es la mentira más tonta que todos los empleados de oficina y mostrador tienen para sus clientes y usuarios, como si el sistema se cayera al piso por lo lento de sus microprocesadores, y digo, no es imposible que suceda, pero yo sé, con base en la experiencia que todas y cada una de las máquinas de tránsito actual poseen capacidad de procesar tanta o más información de la que necesitan.
Volviendo al tema en el que no sé que estoy, intentando redactar una carta más a mi propio intelecto, a mi falta de comprensión ante la competitividad, ante el orgullo. Mis debilidades están ahí, mis tristezas y lamentos. Hace falta alguien a mi lado para que nos entendamos, pero sí, que nos entendamos.
Probablemente he dejado poco claro todas las veces que lo he dicho que lo que me importa al final es lo bien que me siento al estar a su lado; las esculturas no son mi fuerte, ni las damas de cascos ligeros, lo que quiero es alguien que sea alguien, que piense, que medite, que me ayude a aprender a su lado, que se sepa parte de mí como yo de ella. La belleza, una vez más lo digo, es consecuencia. "Enamórate de alguien, no de algo", es todo lo que tengo por decir hoy.
Hacer las cosas cuándo y cómo quieras, sentarte, observar, tener una preciosa figura en frente, admirarle mientras los minutos corren, recorrer la idea en tu cabeza varias veces hasta entender no para ti, sino para ella misma el modo tan interesante en el que piensa. Y reír de parecer un idiota las otras trescientas veces que lo intentaste, y soportarlo, decir adiós a la idea.
Así es el juego, a veces vas a ganar, otras vas a perder; estoy acostumbrándome a ambas situaciones, posturas, conclusiones. Desde el momento mismo en el que se me acepta y adopta me sé un ganador sin precedentes, pero sé igualmente que así de fácil como puede parecer algo puede dejar de serlo. Y entonces vuelvo a la realidad, a reconocer que no soy ni el único ni el mejor, y que con ese filtro a la vista si mis ganas de triunfar menguan se acabará cualquier ilusión absurda. Y así debe ser.
Importante es expresar que me agradan tanto las buenas ideas como el llevarlas a cabo, pero que no me gusta ser quien dé todo de sí sin participación mutua de los socios en el culminar del proyecto, de ser proyecto en grupo. Por eso a veces soy individualista y como individualista de lo mejor los son mis resultados, porque sé que soy de los que no se cansan del fracaso, de la lucha.
Es cierto que al intentar (quizá sea la palabra pecado del día: intentar) mucho he tenido pifias en todos los ámbitos, pero también hay aciertos, hay relaciones inolvidables, sociedades, amistades, hay sucesos importantes y proyectos preciosos además de todo el conocimiento que la experiencia ha vaciado sobre mí.
Probablemente no sea claro todo lo que dije anteriormente, y se trataba de eso, de que no se supiera en claro por qué razón específica lo he escrito. Todos somos inmortales si se nos mide por la influencia que podemos desarrollar en alguien más, negativa o positiva aún lo es; todavía recuerdo a quienes me han rechazado para planes, a quienes no han aceptado una taza de café siquiera beber en mi compañía, a quienes han bordeado mi andar en la banqueta; y saben, también son influencias. Es navidad así que como deseo y frase a recordar necesito una que no se olvide: "No hay un itinerario para vivir, todo es ensayo y error; fracasa, reponte e intenta de nuevo. La vida no ha sido hecha para lamentarse sino para gozarse." Salud a todos. Siempre.
Juntas tus manos frente a tu rostro, meditas con todo tu amor, las pegas en tu frente y abres sin soltar los meñiques, recorres hacia atrás tu cabello y unes los dedos cordial, índice y pulgar consecuentemente, recorriendo hasta tu cuello, sueltas los pulgares y los unes por la parte frontal de tu cuello como ahorcándote, separas el cordial e índice y los unes de nuevo por la parte frontal sujetando tu mentón, bajas lentamente por entre tu pecho e impulsas tu fuerza recaudada por el triángulo entre tus dedos hacia el suelo finalizando con los puños cerrados; esa técnica la realizo para reanimar mis fuerzas y aclarar el poder en mí.
Cuando hay necesitad de brindar poder a alguien el proceso es similar, tocas con ambas manos desde ambos tobillos, recorres tu cuerpo hasta llegar al ombligo, unes las manos en postura de oración y con el rostro hacia arriba caminas tus manos sobre ti hasta que los pulgares toquen la frente, una vez hecho eso separas tus manos sin soltar la cabeza y la recorres hasta la parte posterior del cuello, después con ambas al mismo tiempo rodeas tus hombros y las cruzar frente a tu corazón encaminándote hasta encontrar los dedos de una con los de la otra, luego regresas hasta que las muñecas estén juntas, las giras para que señalen al mismo lado las pegas a tu abdomen y expulsando tu fuerza interna las extiendes señalando a su destino.
Para reafirmar los pies sobre la tierra y dejar de sentir que vuelo (especialmente porque eso es necesario todos los días), con las piernas entre abiertas, los puños cerrados, el ceño fruncido y los ojos cerrados nada más es cuestión de concentrarse y aplicar fuerza en uno mismo hasta temblar durante un par de segundos.
Cuando lo necesario es alejar las malas intenciones y llamar a la felicidad, es importante igual unir las manos en postura de oración, después se cuelgan en modo de mariposa, se pegan al pecho, se extienden a los lados como en postura de aleteo, se truenan los dedos y finalmente se chocan las manos; la sonrisa es muy importante desde el inicio hasta el final de la rutina.
¿Qué choro es todo lo anterior? Solo algunos ejercicios poco místicos y más programables que me gusta usar cuando hay la necesidad de entrar a un estado de actividad específico. El temperamento y la mente humana son una inventiva generacional que basado en todo el exterior pueden producir malas concepciones, "es importante la sanidad interior ante todo, saberte amado y saber amarte."
Whatsapp y Facebook mods que nos vuelven locos, esos "vistos" que quisiéramos que no existieran; esas palomitas que sería mejor ignorar; pero ahí están, moliéndole el plato y burlándose en la jeta del susodicho porque no le han hecho caso, porque no lo han considerado y quizá, ni siquiera tienen el deseo de hablarle.
Hoy termina esta semana, espero algunas cosas buenas para la siguiente y aun mejores para dentro de dos; pero no se me da eso, no se me da el vivir motivado por una esperanza; porque me conozco, a veces soy yo quien no lo tolera y a veces soy yo quien aguada todo, sí, todo un aguafiestas.
Me gustaría mudarme. Me gustaría conocer varias partes del mundo, sentirme completamente libre; hacer y deshacer cuanto deseo físico y espiritual exista para que mi ser sea pleno. Pero me gusta la compañía también, y con compañía me refiero a alguien que goce tanto como yo de aventurarme a esas situaciones. Cámara, deseo y listo, comenzar la travesía.
Veo que la gente hace lo que hace por la necesidad de ser aceptada. Las mujeres y los hombres actuamos sin razón aparente en el intento de apareamiento, todo un ritual que somos. Y la lógica queda muerta, hecha añicos. Y los valores según crecen, pero todo superficialmente y meramente protocolario, porque al final, todo hubiese sido tan sencillo como un: Sí, me gustas; o un: No, no quiero y ya.
No importa. Creo que las cosas poco a poco mejoran para mí; lo he experimentado desde que nací al día de hoy; es cierto, llegan defectos y debilidades con los años, pero la experiencia arroja sabidurías que en la infancia jamás habría podido comprender. Y el consejo para hoy es: "La felicidad al ser una decisión puede tanto medio como meta". Bonito sábado.
— La plenitud de mi imagen deseosa contra lo que tengas que suponer para llenarme de tu sensualidad Scheerea es lo que me hace volver a ti cada que me siento en medio de una decisión compleja. Y es que, como bien sabes, el esperar paciente ha tenido que convertirse en parte de mi diario vivir. ¿Recuerdas a Mooshie? Solo puedo agregar que me encanta. Lo sé, apenas la conocí y la hice parte de mi vida. Pequé algo en eso, supongo, y tú supones bien, lo mejor es hacer las cosas con tranquilidad que se resolverán a sí mismas en cualquier momento. ¿Y qué dices tú, ya no me quieres?
Hoy, como nunca, Scheerea no ha dicho ni una palabra. Para muchos sería la mujer perfecta, ya que está recostada desnuda, a centímetros de mí observando mis ojos y cargándome de su libido. Está claro que la forma en la que llevamos esta relación a flote no es muy sana que digamos, puesto que solo la encuentro cuando yo quiero, y ella está queriendo todo el tiempo.
En lugar de alejarse o negar con la cabeza, mientras el fulgor de su roja cabellera se deslizaba por los hombros trepó una pierna en mi costado, acarició con dos de sus dedos mi hombro y le diminuto beso en asistencia a mi pregunta. Ustedes no lo saben, pues nunca se los he contado; pero a esta distancia, es posible ver la perfecta y lampiña piel blanca de mi linda hada.
— Entiendo que no tengas deseo de expresarte; pero no te sientas suplida por alguien más. Tú tienes una forma de potenciar mi personalidad y derramar mi testosterona que a mi parecer ninguna otra dama sería capaz de igualar. Y siendo honesto, me gusta que seas tú la que lo hace; ya que necesito liberar a la bestia en mi interior solo con alguien que sea suficientemente diva y poderosa como para evitar sentirse culpable. Me gusta que seas en tu naturaleza una dama sin censura, con alto grado de deseo y amor por ti en sobremanera; que no conoces complejos y conmigo explotas completa, hasta volcarte una fuente de éxtasis que supone uno de los más maravillosos gozos que he podido experimentar.
Tomando mi mano, y continuando en calma sin mencionar palabra la colocó en medio de sus pechos; invitando a identificar su emoción con el palpitar gustoso de su corazón. — Una delicia.— Le dije. — Me agrada que lo seas, lo aceptes, lo admitas y lo disfrutes conmigo.— Y comencé a besar su cuello y oler su cabello entre mis dedos mientras su respiración se aceleraba.