Ciertamente, es un problema.
Porque aunque a veces, siento que podemos hablar sin dificultades,
otras, cuando más te extraño, como hoy...
siento que soy una molesta alimaña...
que no deja de adularte con maña.
No es a propósito, juro que no lo es.
Es que te extraño. Eres parte de un "algo"...
Arreglándose, una noche más no platicaré con ella,
aunque de mis sueños sea la doncella.
Me duele toda el alma por sentir su ausencia,
me intriga hasta la muerte el no conocer su presencia.
Cuéntame tu vida, tus hazañas y dolencias que mi corazón desea escuchar un poquito más de tus sentencias, y si es que no sientes el mínimo aprecio por este que te redacta, lo comprenderé y apartaré de ti mi barca.
Sentimientos a flor de piel,
personas llendo y viniendo con regalos,
corazones latiendo emocionados,
ilusiones de muchos olvidados.
¿Para qué?
¿Cuál es la verdad detrás de esta fiesta pagana?
Niños en el mundo sufriendo de hambre,
mujeres jovencitas dando a luz,
personas viviendo en situación deplorable...
Más allá que la suerte está la estrategia, más allá que el deseo y la convicción está la inteligencia. La voluntad queda en medio de eso.
Me invaden unas terribles ganas de tenerte entre mis manos y aprovecharme de tu cuerpo mientras a besos te recorro lentamente, mientras mis ojos se pierden en tu mirada e infinitamente te respiro, te escucho susurrar cuánto es que disfrutas de mi compañía, cuánto es que anhelabas que alguien te tomara de esa forma... Y al despertar, dicho sueño se transforma en agonía.
Me voy, tus estatutos no tienen fundamentos, y mi sapiencia carece de paciencia, cuando tan abruptas muestras me das de lo que no puedes demostrar jamás.
Si de verdad quieres saber aquello que tus ojos podrá abrir, lo que deberás hacer es pempezarme a pedir.