Tenía deseo de escribir esto durante el fin de semana, pero me fue imposible debido a otras actividades en las que estoy enrolado. Hace tiempo que no confesaba algo que irremediablemente me mantenía colgando cual llavero intelectual de las mentes de personas ajenas quienes por el simple hecho de agradarme terminaban recibiendo de mi parte exagerada atención. Siendo sincero, no lo había considerado como tal, no había detectado la presencia de toda esa toxicidad a la que yo mismo me sometía al volverme dependiente emocionalmente o codependiente de lo que la otra persona en cualquier índole relacional opinara de mí.
La verdad es que no soy ni seré nunca perfecto, los errores se encuentran a cualquier hora del día, ante cualquier circunstancia; y eso es lo que he aprendido de las terapias recientes. La clásica frase mata-ego de "no soy tan importante" es la que ha hecho posible que crezca a lo largo de los años, pero quieran o no, a veces uno simplemente cae por su propia humanidad.
De hecho, toda esta falta de confianza y plenitud, el exceso de miedos sin sentido a lo que la gente diga de mí o de mis gustos, me había movido a esta postura sentimental; contaminando la sobriedad de una simple relación amistosa con derroches desenfrenados de deseo y necesidad. No culpo a nadie, incluso a mí mismo fue a quien tuve que perdonar primero para salir a flote. Advertir mis virtudes es parte del método para evitar que por maravillosa que sea una persona, al rechazarme, me queda la consciencia tranquila pues está rechazando a un estupendo ser, y no es mi responsabilidad en absoluto obligarle a sentirse bien conmigo.
He ahí el origen de toda esa debilidad mal referida. No tengo que moldear mi personalidad con fin de que alguien se aproxime, tampoco existen razones para construir un vínculo a partir de confort ficticio, realmente no hay por qué obligarme a mí mismo a gustar a quien no le gusto; así de simple. Como dice el refrán: "A fuerza, ni los zapatos entran", pues si alguien me quiere, lo notaré cuando se aproxime y punto.
Las muestras de aceptación siempre serán necesarias; la comprensión ante el error y la misericordia para con uno mismo. El perdonarme por todo cuanto pude haber hecho mal y dejar de ver esas instancias como posibles tropezaderos futuros es lo que verdaderamente funciona al momento de crecer.
Uno de los aspectos de mayor importancia también es el de aceptar y ser feliz en mi soledad; a menudo determinaba que lo era, y probablemente sí; según mi terapeuta, el abrir viejas puertas fue lo que me motivó a caer de nuevo por no haber atendido el problema de antaño. Sentirse libre es lo máximo, poder hacer lo que quiera para vivir dichosamente. Y es a donde estoy llegando.
Soy, a decir verdad, un excelente partido como prospecto de pareja: en el ámbito amoroso, en cuanto a atractivo (cada día más), en lo divertido, en lo espiritual, en la amistad, en lo económico, en lo intelectual, en lo funcional, en lo humano; básicamente crecí volviéndome capaz de hacer lo que me he propuesto, gracias a mis altos niveles de determinación y grandes retos enfrentados; sin caer en lo egocéntrico, pues sé muy bien ser sutil y adaptarme a cualquier entorno que se me presente.
Entonces, por el momento no estará mal presentarme tal cual soy, pues no es bueno dejar que la dulce y formidable personalidad que poseo se quede encerrada en una caja fuerte; básicamente, no es sano prohibir al mundo de todo lo que les puedo brindar por simples fallos amorosos sin ser tales más allá que experiencias previas a relaciones que siguen sin suceder. Vaya, sería como reprobar una materia que nunca hube cursado.
Así que los amo a todos; estoy abierto a charlar con gente hermosa, a visitar y hacer tratos con personas que me pretendan y no vacilar en disfrutar el viaje. En otras palabras, me encuentro en proceso de consolidar aptitudes y producir actitudes de éxito ante todo; sin miedo a nada ni nadie, con gozo, pasión, bondad, virtud, belleza, constancia, paz, sabiduría y felicidad.
La verdad es que no soy ni seré nunca perfecto, los errores se encuentran a cualquier hora del día, ante cualquier circunstancia; y eso es lo que he aprendido de las terapias recientes. La clásica frase mata-ego de "no soy tan importante" es la que ha hecho posible que crezca a lo largo de los años, pero quieran o no, a veces uno simplemente cae por su propia humanidad.
De hecho, toda esta falta de confianza y plenitud, el exceso de miedos sin sentido a lo que la gente diga de mí o de mis gustos, me había movido a esta postura sentimental; contaminando la sobriedad de una simple relación amistosa con derroches desenfrenados de deseo y necesidad. No culpo a nadie, incluso a mí mismo fue a quien tuve que perdonar primero para salir a flote. Advertir mis virtudes es parte del método para evitar que por maravillosa que sea una persona, al rechazarme, me queda la consciencia tranquila pues está rechazando a un estupendo ser, y no es mi responsabilidad en absoluto obligarle a sentirse bien conmigo.
He ahí el origen de toda esa debilidad mal referida. No tengo que moldear mi personalidad con fin de que alguien se aproxime, tampoco existen razones para construir un vínculo a partir de confort ficticio, realmente no hay por qué obligarme a mí mismo a gustar a quien no le gusto; así de simple. Como dice el refrán: "A fuerza, ni los zapatos entran", pues si alguien me quiere, lo notaré cuando se aproxime y punto.
Las muestras de aceptación siempre serán necesarias; la comprensión ante el error y la misericordia para con uno mismo. El perdonarme por todo cuanto pude haber hecho mal y dejar de ver esas instancias como posibles tropezaderos futuros es lo que verdaderamente funciona al momento de crecer.
Uno de los aspectos de mayor importancia también es el de aceptar y ser feliz en mi soledad; a menudo determinaba que lo era, y probablemente sí; según mi terapeuta, el abrir viejas puertas fue lo que me motivó a caer de nuevo por no haber atendido el problema de antaño. Sentirse libre es lo máximo, poder hacer lo que quiera para vivir dichosamente. Y es a donde estoy llegando.
Soy, a decir verdad, un excelente partido como prospecto de pareja: en el ámbito amoroso, en cuanto a atractivo (cada día más), en lo divertido, en lo espiritual, en la amistad, en lo económico, en lo intelectual, en lo funcional, en lo humano; básicamente crecí volviéndome capaz de hacer lo que me he propuesto, gracias a mis altos niveles de determinación y grandes retos enfrentados; sin caer en lo egocéntrico, pues sé muy bien ser sutil y adaptarme a cualquier entorno que se me presente.
Entonces, por el momento no estará mal presentarme tal cual soy, pues no es bueno dejar que la dulce y formidable personalidad que poseo se quede encerrada en una caja fuerte; básicamente, no es sano prohibir al mundo de todo lo que les puedo brindar por simples fallos amorosos sin ser tales más allá que experiencias previas a relaciones que siguen sin suceder. Vaya, sería como reprobar una materia que nunca hube cursado.
Así que los amo a todos; estoy abierto a charlar con gente hermosa, a visitar y hacer tratos con personas que me pretendan y no vacilar en disfrutar el viaje. En otras palabras, me encuentro en proceso de consolidar aptitudes y producir actitudes de éxito ante todo; sin miedo a nada ni nadie, con gozo, pasión, bondad, virtud, belleza, constancia, paz, sabiduría y felicidad.
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RokCK (RokCK)
Tenía deseo de escribir esto durante el fin de semana, pero me fue imposible debido a otras actividades en las que estoy enrolado. Hace tiem...