Es curioso, cómo una cena puede provocar que el sueño se me escape. Y dije: "Ya qué, me pondré a escribir algo". Las cosas mejoran, lo que me agrada. Tuve que venir en friega a casa a revisar un trámite. Estuve viendo mis cuentas y me parece asombrosa la cantidad de dinero que nos cobra el gobierno solo por existir, es una pena que teniendo impuestos tan elevados, los servicios básicos sean tan precarios. Ah, pero eso sí, los bolsillos de los políticos en distintas jerarquías, inflándose.
No pienso hablar de eso, me niego rotúndamente a escribir acerca de política esta noche. Solo quería hacer ese pequeño comentario desde mi cartera herida. Les cuento que, desde la óptica de proyectos, no hay nada nuevo; qué más quisiera yo, ya poder estar cobrando una lanita extra por producir, pero no se ha podido, principalmente la he pasado en negociaciones, pláticas y trabas de diversas índoles, fuera de lo que yo puedo controlar.
Desde el punto de vista laboral, ya se perciben las vísperas navideñas, la gente en el equipo nuevo está con nulas ganas de hacer gran cosa, mi proyecto anterior, al fin se terminó, ésta semana migramos la última cuenta y eso me da mucho gusto. Lamentablemente me dejaron cubriendo "posibles" actividades, durante el fin de semana y hasta el lunes que vuelva un compañero de sus vacaciones.
En lo que respecta a mi crecimiento personal, voy a trompicones, unos días bien, unos días mal. Aunque le he estado dando durísimo a la lectura y eso me encanta; también (con excepción de esta noche) me había estado durmiendo temprano las últimas semanas. Otra cosa es que reduje muchísimo la atención a la pantalla de mi celular, removí algunas apps que no pretendo seguir usando y limité a escasos minutos las pocas redes que dejé instaladas. El plan es sustituir cualquier inpulso por abrir una red, con un poco de lectura o algo benéfico; y reservar los pocos minutos para ver enlaces que me envían mis amigos o darme un clavado rapidísimo en los feeds habituales.
Estoy como a dos semanas de pagar una deuda que me venía fastidiando demasiado. Una que me tenía en una posición tortuosa. Quitándome eso de encima, sé que poco a poco iré resolviendo cualquier otro pendiente que tenga. Pero esa sí me causaba estragos de incomodidad hasta en el estómago. Qué bueno que ya se va.
Así como cuando me fraudean, tener la sensación de incumplimento es una enorme carga moral, aunque no lo crean. Tratar de respaldar mi palabra con acciones positivas que me hagan alguien responsable y cada vez más independiente en esta batalla por la libertad. Me faltan bastantes billetes por reponer y por generar también, no puedo cantar ni un poco de victoria todavía, pero al menos, a grandes rasgos, empiezo a notar avances optimistas.
Dicho lo anterior, me aterra en demasía el incremento al salario mínimo, ya que una casa que tengo mantiene su deuda en VSM, lo que significa que además de los intereses terroríficos que Infonavit te retaca, la deuda recibe un impacto en conversión considerando la unidad de medida mencionada. Algo cuasi catastrófico, si me lo preguntan a mí. Pues una casa que supuestamente estaba "barata", la estoy teniendo que pagar a tres o más veces el precio de lista, un robo, un desfalco, un abuso por parte de las autoridades. Y lo malo que al día de hoy, no hay jurisdicción alguna que nos proteja o aliviane en estas situaciones, llega el instituto, reestructura, reestructura y vuelve a reestructurar y a ti, como ciudadano de a pie, que te cargue el payaso... Ya me voy, que esto se puso algo turbio. Pero sí amiguitos, jamás le entren al juego crediticio de las ofertas del gobierno (tipo Infonavit, Fonacot, etc), porque esa gente son unas verdaderas calañas.