Establecí las cosas desde el principio, pero no escuchaste;
te confesé mis defectos antes de siquiera presentarse, pero los ignoraste.
Como a un proveedor de servicios cualquiera me utilizaste,
y me quedé pensando, cómo fui un ingenuo, cómo fui tan ciego, cómo me cautivaste.
Así podrían haber pasado días o meses, la situación hubiera sido igual,
estábamos transitando diferentes caminos, y yo obsesionado con verte.
La vida me da lecciones, de a pocas, de a montones, a días y ratos,
senderos rocosos, señales del cielo, eventos traumáticos; no pude detenerte.
Las letras podrán fluír de la misma manera que las revolucionarias ideas en mi cabeza,
pero faltas de acción, sin ser expuestas en ningún lienzo o verbalizadas,
ambas se quedan en el pasado, se las devora el tiempo, se queman y vuelven cenizas,
desaparecen, se desvanecen, o por fenómenos más fuertes quedan opacadas.
No he podido terminar de limpiar mis ojos de tentaciones constantes,
no he logrado dejar atrás mis malos hábitos alimenticios,
no me he redimido ante mi propia óptica por las faltas de autocontrol,
y sin embargo, aquí estoy, en medio de la nada, observando precipicios.
Mi sueño es un día despertar feliz de haber hecho las cosas bien con alguien,
mi más grande anhelo es hundir mi rostro en su piel y perderme en su esencia,
pero me tocó esta vida, en modalidad difícil, y hay que seguirle;
vengo aquí a dejar notas, porque eso es mejor que a la realidad huirle.