Me molesta su ausencia.
Querer tenerla conmigo y no ser capaz todo el tiempo.
Me molesta no dejar de pensar en ella.
Y no conocer hasta ahora el número de lunares en su cuerpo.
Me molesta sentir que crecen en mí deseos incontrolables.
Y tener que reducirlos a nada por respeto.
Me molesta que no existan palabras suficientes para decirle lo que siento.
Me molestan las mañanas calurosas.
Los minúsculos espacios libres dentro de la agenda.
Me molestan las noches intranquilas en las que los desvelos se adueñan de mis sueños.
Me molesta que condenen al humilde por el simple hecho de serlo.
Me molesta perderme en su mirada y su cuerpo no agotarme de verlo.
Me molesta el gris que me invisibiliza de este mundo vanidoso.
Me molesta ser la mancha negra en la perfección social del presente.
Me molesta no cumplir expectativas y ser otro más del montón.
Me molesta sentirme humillado y quedar como ignorante, con el ego vencido y deficiente.
Me molesta mi humanidad tanto como he estado dispuesto a reconocerla en cada instante.
Me molesta sentirme incomprendido, débil, triste, y en alguna forma torcida, amenazante.
En un mundo imperfecto nacimos,
Abiertos de ojos, cerrados de mente.
Donde la tristeza del tiempo constantemente vivimos.
Más allá de los límites, los miedos permitimos.
Prosas van, frases vienen.
Mi cerebro no me deja descansar.
Me molesta no controlar a mi pensar.
Caminamos errantes en la vida y el dolor.
La sociedad nos enmarca en su rígido candor.
Sin vernos como somos, sin sentir el temblor.
De un corazón latente, buscando redención.
Me molesta escribirles a todos.
Me molesta dar grandes consejos.
Me molesta no poder conmigo.
Lo que ustedes creen que son complejos.
La imperfección humana nos viste y nos corona.
Somos almas perdidas entre la multitud bribona.
Añoramos romper cadenas y gritar a la lona.
Que somos más que números, más que una persona.
El deseo de ser valioso, una llama que flamea,
La tristeza me atrapa en su oscura marea,
Sociedad moderna, donde el alma sufre,
En este mar de espejos, donde la verdad escasea.
Mas en la imperfección encontramos el valor,
De ser únicos y fuertes en este mundo menor,
El dolor nos enseña a luchar con ardor,
Y en la tristeza encontrar la esencia del amor.
Me molesta escribir para mí, no para todos.
Entre los versos expresar verdad, sollozar tristezas entre lloros.
Consecuencias de las malas experiencias pasadas, dirán.
Siendo víctima de su juicio, por la falta de decoro.
Imperfecto y valioso, perdido en la misión.
De romper las cadenas y alzar la rebelión.
¿Rebelión contra qué?
Rebelión contra mi carne.
Contra el deseo indomable de arrancarte la ropa.
Tengo que parar aquí, he de callarme la boca.
Porque entre la tristeza y la imperfección
Hay belleza y valor, cuando uno es parte de la creación.
Puede que no lo vea, tal vez me consuma en dolor.
Por eso me molesta cada frase en esta composición.
Pero al final me molesta más ser así de simple.
Deseos carnales arrebatados se apoderan de mí.
Texturas que erizan cada uno de mis vellos.
Olor y rabia, hambre distinta.
La bestia en mí no está extinta.