Algo extraño ocurre. Una vez más pasa de media noche y la ansiedad ha atacado. Me quedé sin uñas de nuevo. La sensación de vacío y muy poca valía se apodera de mí; ese pensamiento constante de "no ser suficiente" previo a un fin de semana de release, es muy incómodo.
No sé qué me ocurre, la verdad. Me siento débil, hasta destruido. Quiero enfocarme en trabajar para mejorar, pero de repente me dan estos bajones; lo curioso es que no extraño nada ni a nadie, no en este momento, lo que percibo es en el interior, en algo así como un agotamiento intelectual y emocional.
Me duelen las manos, experimento un combate entre frío y calor, tengo el peso sobre mis hombros de "no estar haciendo las cosas bien", y me fastidia, me limita, me pesa. Hay tanta gente a mi alrededor a la que quiero, no sé por qué me cuesta tanto expresar mi estima, es como si me doliera el pecho ante la probabilidad de ser pisoteado de nuevo.
Y esa constante de fracaso, vacío y perdición, se vuelve algo traicionero, algo que me roba el sueño; tanto como las pantallas en sí. Y abandono la lectura (que tan saludable es para mi cerebro), las ganas de concentrarme (que tan bueno es para mi desarrollo profesional), y me desconecto de lo que sucede aquí y ahora, entrando en un estado de zomnolencia y frustración, en el que a penas diferencío entre lo que es verdad y no.
¿Será el café que me bebí cerca del anochecer? Falso. No bebí ningún café. ¿Por qué no simplemente tengo todo accesible y a la mano de la mejor calidad del mundo para alimentarme y nutrirme de una forma excelente? ¿Por qué siento que estoy perdiendo mi propio lugar en la casa de la que yo mismo soy el responsable y encargado?