Te lo diré una vez más a ver si puedo hacer que te quede claro: "Me interesa la honestidad en cualquier asunto en el que me desenvuelvo, pues no soy un engaño y si me crees partícipe, tampoco pretendo serlo"; soy un ser genuino, de misericordia y bondad, alguien que conoce que la ausencia de la perfección es la humanidad.
Por favor comprende, mi necesidad de escuchar las cosas correctamente tal cual son, cuánto valen, cómo puedo hacer para entenderlas. Soy un hombre en constante búsqueda de empatía y confort, no me interesa destruir lo que alguien más haya hecho ni mucho menos robarle el control.
Solo atrévete a ser capaz de hablarme con rectitud, sin muros de cristal que disipen las ideas de tu cerebro, haz de tu forma de pensar algo que sea consciente de mi caminar, que asimile mi claudicar y mi forma de determinar. Porque ser tú es una hermosa bendición y lo que predicas también, pero si mantienes ese perfil entre emblemas y enigmas, moradores de las sombras te alejarán del bien.
Es un favor que te ruego, que te imploro inclinado a tus pies, el hecho que aquello que me digas no tienda más mentira parecer; es parte de tu formación lo percibo, aquello del falso decir. Pero queda en medio el decoro y lo que te ayuda a sobrevivir. Tómate tu tiempo y piénsalo, si la voluntad mía es tu gloria, por qué habré de despreciar el hecho de que tus palabras dejen de destilar hiel, pues eso es lo que hacen aquellos que conocen el sabor de la victoria.
No repruebo tus injusticias, ni tus errores pasados, no hago de ver aquello en lo que me has engañado; pero de una vez pon en tu cabeza, que te quede claro ya, que la cuenta es inmensa cuando no sabes cómo pagar. Recuerda que trabajo en paciencia y lentamente es mi actuar, pues dejo que el tiempo hable, que nos enseñe a interpretar.
Basta ya de tanta máscara, para qué palidecer ocultando una falacia innecesaria; tanto como el hecho de que en verdad no me incomoda saberte en delicias habitar, pues es parte de lo que un día te hube de profesar. Alíviate de la aspereza e intriga que tiendes a aventarme encima, soy yo quien ha pasado por terribles respuestas y trata de encontrar en su espíritu una salida.
Mis sentimientos siempre serán ajenos a la hipocresía, pues están ahí por algo, vaya yo y mi osadía. Recuerda que encarnamos a la basura con la que nos enrolamos, si te vuelve desquiciada, manipuladora y excesiva; tú decides hoy si acaso quieres ser solamente parte de una embestida. No me explico claramente pues entre líneas tienes que ver, que lo que te pido es la claridad que siempre lleva consigo el saber.
No verdades a medias, no idealizarme más; deja ya de esta mente exponer cual mal. Pues no soy así y lo sabes, sabes lo que pasa en realidad; no soy despreciable persona, tengo en mí mucho por mostrar. Pero me has puesto un candado, un aguijón en el costado, que no me deja respirar, no me permite atreverme a salir al mundo y completo poderlo conquistar. Por incansable luchador que resulte, tu yugo no es fácil de llevar.
Por favor comprende, mi necesidad de escuchar las cosas correctamente tal cual son, cuánto valen, cómo puedo hacer para entenderlas. Soy un hombre en constante búsqueda de empatía y confort, no me interesa destruir lo que alguien más haya hecho ni mucho menos robarle el control.
Solo atrévete a ser capaz de hablarme con rectitud, sin muros de cristal que disipen las ideas de tu cerebro, haz de tu forma de pensar algo que sea consciente de mi caminar, que asimile mi claudicar y mi forma de determinar. Porque ser tú es una hermosa bendición y lo que predicas también, pero si mantienes ese perfil entre emblemas y enigmas, moradores de las sombras te alejarán del bien.
Es un favor que te ruego, que te imploro inclinado a tus pies, el hecho que aquello que me digas no tienda más mentira parecer; es parte de tu formación lo percibo, aquello del falso decir. Pero queda en medio el decoro y lo que te ayuda a sobrevivir. Tómate tu tiempo y piénsalo, si la voluntad mía es tu gloria, por qué habré de despreciar el hecho de que tus palabras dejen de destilar hiel, pues eso es lo que hacen aquellos que conocen el sabor de la victoria.
No repruebo tus injusticias, ni tus errores pasados, no hago de ver aquello en lo que me has engañado; pero de una vez pon en tu cabeza, que te quede claro ya, que la cuenta es inmensa cuando no sabes cómo pagar. Recuerda que trabajo en paciencia y lentamente es mi actuar, pues dejo que el tiempo hable, que nos enseñe a interpretar.
Basta ya de tanta máscara, para qué palidecer ocultando una falacia innecesaria; tanto como el hecho de que en verdad no me incomoda saberte en delicias habitar, pues es parte de lo que un día te hube de profesar. Alíviate de la aspereza e intriga que tiendes a aventarme encima, soy yo quien ha pasado por terribles respuestas y trata de encontrar en su espíritu una salida.
Mis sentimientos siempre serán ajenos a la hipocresía, pues están ahí por algo, vaya yo y mi osadía. Recuerda que encarnamos a la basura con la que nos enrolamos, si te vuelve desquiciada, manipuladora y excesiva; tú decides hoy si acaso quieres ser solamente parte de una embestida. No me explico claramente pues entre líneas tienes que ver, que lo que te pido es la claridad que siempre lleva consigo el saber.
No verdades a medias, no idealizarme más; deja ya de esta mente exponer cual mal. Pues no soy así y lo sabes, sabes lo que pasa en realidad; no soy despreciable persona, tengo en mí mucho por mostrar. Pero me has puesto un candado, un aguijón en el costado, que no me deja respirar, no me permite atreverme a salir al mundo y completo poderlo conquistar. Por incansable luchador que resulte, tu yugo no es fácil de llevar.
Te lo diré una vez más a ver si puedo hacer que te quede claro: "Me interesa la honestidad en cualquier asunto en el que me desenvuelvo...