Me dormí temprano anoche, me desperté muy temprano hoy. Así funciona la vida, creo, las cosas que ahorras, en las que inviertes, luego se convierten en holgura. Quería escribir desde hace días, pero estuve en Colima el fin de semana pasado, fui a pasar allá con mi papá su día. Todo muy bien.
Últimamente me he estado enfocando en cumplir mis propósitos de este año de una forma activa; empezando por aquellos que no están en la "lista" pero que es inminente que saque adelante. El acercamiento a modo de snowball me ha ayudado bastante y al día de hoy, uno de los quince anotados estoy a punto de conseguirlo.
Se dice fácil, pero ha sido un reto extenuante todo el año en curso. Sobretodo por aquello que se escapa de mis manos como el control de los tiempos y las friegas trasnochándome. Los altos niveles de ansiedad en consecuencia de los malos hábitos y el sedentarismo extremo. Agradezco muchísimo tener la oportunidad de seguir acá, dándole a pesar de todo.
Uno de los cambios importantes en los que he trabajado ha sido en bajarle a las revoluciones con la finalidad de alcances específicos. De nada sirve estar todo el tiempo acelerado tratando de "completar" cursos cuando descuidas en el proceso los pendientes de la oficina; o por ejemplo, querer visitar lugares distintos cuando no eres capaz de contenerte y descansar saludablemente de vez en cuando.
Entonces, en consecuencia me dije: Ya está, no estoy compitiendo más que con mi yo de hace algunos días. Qué gusto que todos los que me rodean me superen y logren sus objetivos antes que yo, de verdad, espero que les siga yendo bien en todo cuanto se proponen; por mi parte, habré de bajarle al ritmo; y así como un día terminé la universidad cinco años después que los de mi generación, esperaré paciente a que mis tiempos lleguen a su propio ritmo.
Por lo demás, me siento agradecido; agradecido de los momentos y las experiencias que comparto con mis más cercanos. Feliz de ocuparme en levantarme una vez más, entendiendo que es un proceso calmo y constante. Habituándome a las cosas nuevas, aceptando los hechos que llegan conforme los días avanzan.
He de decir, que dejar de lado las redes entre semana ha sido un verdadero acierto. Me ha servido para centrarme en otras actividades, principalmente en el trabajo, lo reconozco. Sin embargo, no ver a tanta gente inteligente, hermosa y de éxito me ayuda mantenerme un poco más con los pies sobre la suelo, porque la verdad es que, oculto detrás de todo, está un sentimiento de envidia constante que recién he notado que se mantenía en mí con el que he venido haciendo las paces.