No he podido concluir mi tesis, no tengo dinero para hacerlo, estoy comprometido con acabar antes de que el semestre finalice; la beca prometida nada más no llega, el gobierno federal se hace pato y me obliga a acarrear deudas desde hace varios meses por culpa de ese bendito dinero.
Me encuentro muy triste porque le he quedado mal a mis asesores de tesis, no creen que esté trabajando en mi proyecto, y la verdad es que no lo hago, solo estoy aquí, esperando a que el tiempo se estire y un milagro celestial ocurra permitiendo que la cantidad de dinero que me hace falta me llegue del cielo.
Las deudas son una molestia, amaría una vida en la que no las tuviera, enseñaré a mis hijos a no endeudarse nunca, el pedir prestado, los créditos y demás engaños para percibir en el bolsillo dinero fantaseoso que se convertirá en deuda con intereses no es lo mejor, no es ni de cerca una buena opción. La usura me ha dejado en la ruina económica. Los intereses han matado a la mayoría de mis proyectos, mis posibilidades quedan resumidas en la insignificancia, mis deseos de superación durante toda la carrera han sido pisoteados por mis acreedores.
Estoy inconsolable. Se dice que vienen días mejores ahora que la escuela pase a segundo plano, pero mi desconsuelo viene cuando sé que para finiquitar eso ocupo de lo otro, para empezar una nueva partida debo de haber terminado la primera, para cambiar de camino tengo que salir del anterior. Tengo miedo.
No estoy ni cerca de orgulloso por mi incapacidad de invertir, trabajar y desarrollar durante estos cuatro años de la facultad. Al contrario, lo intenté una y otra vez sin éxito; fui un fracaso y al día de hoy lo sigo siendo. Por lo único que mínimamente me siento alegre es porque no he dejado de escribir; aunque mis penas son muchas no me he cansado de hacerlo. Todo porque pienso, que más allá de la conexión, en alguna parte, alguien probablemente viva situaciones semejantes a las mías, y mis reacciones a la vez le parezcan familiares. Todos pertenecemos a un enorme esquema, una faramalla, una enorme broma, una estafa.
Desprecio mi incapacidad administrativa actual, temo a lo que venga por no tener cómo solventarlo, por no saber si me será posible salir de este agujero de presión y miseria. Solo espero que encontrar un buen trabajo en el que me sea posible desarrollarme se encuentre pasando estos días de fatiga.
Me encuentro muy triste porque le he quedado mal a mis asesores de tesis, no creen que esté trabajando en mi proyecto, y la verdad es que no lo hago, solo estoy aquí, esperando a que el tiempo se estire y un milagro celestial ocurra permitiendo que la cantidad de dinero que me hace falta me llegue del cielo.
Las deudas son una molestia, amaría una vida en la que no las tuviera, enseñaré a mis hijos a no endeudarse nunca, el pedir prestado, los créditos y demás engaños para percibir en el bolsillo dinero fantaseoso que se convertirá en deuda con intereses no es lo mejor, no es ni de cerca una buena opción. La usura me ha dejado en la ruina económica. Los intereses han matado a la mayoría de mis proyectos, mis posibilidades quedan resumidas en la insignificancia, mis deseos de superación durante toda la carrera han sido pisoteados por mis acreedores.
Estoy inconsolable. Se dice que vienen días mejores ahora que la escuela pase a segundo plano, pero mi desconsuelo viene cuando sé que para finiquitar eso ocupo de lo otro, para empezar una nueva partida debo de haber terminado la primera, para cambiar de camino tengo que salir del anterior. Tengo miedo.
No estoy ni cerca de orgulloso por mi incapacidad de invertir, trabajar y desarrollar durante estos cuatro años de la facultad. Al contrario, lo intenté una y otra vez sin éxito; fui un fracaso y al día de hoy lo sigo siendo. Por lo único que mínimamente me siento alegre es porque no he dejado de escribir; aunque mis penas son muchas no me he cansado de hacerlo. Todo porque pienso, que más allá de la conexión, en alguna parte, alguien probablemente viva situaciones semejantes a las mías, y mis reacciones a la vez le parezcan familiares. Todos pertenecemos a un enorme esquema, una faramalla, una enorme broma, una estafa.
Desprecio mi incapacidad administrativa actual, temo a lo que venga por no tener cómo solventarlo, por no saber si me será posible salir de este agujero de presión y miseria. Solo espero que encontrar un buen trabajo en el que me sea posible desarrollarme se encuentre pasando estos días de fatiga.
No he podido concluir mi tesis, no tengo dinero para hacerlo, estoy comprometido con acabar antes de que el semestre finalice; la beca prome...
En este sitio comparto además anécdotas, consejos que pueden resultar útiles, y destellos literarios según mis ratos de creatividad e inspiración. Los publico con gusto porque redactar me resulta una vía sana de liberar mucha de la tensión que almacena mi mente por diversas causas.
~./rokck