Imagina un mundo en el que las cosas que piensas se pueden lograr, lo sé, lo sé, nos han enseñado que no hay imposibles pero debemos ser realistas pues por cuanto más gente de un lado de la balanza puede conseguir sus metas, más del otro lado se queda sin las mismas. Es parte del modo en el que el balance universal existe.
Ya me había sentido libre de muchas de mis ataduras que venía cargando desde hace años; y no lo digo únicamente por aquello de la obesidad, sino por todas esas actitudes que según yo, en mi idea ya había podido superar. Y es que, no ha sido fácil, caramba, realmente ha sido un reto tras otro el avanzar siquiera.
Imagina poder invertir de la manera más correcta posible tus tiempos, tu dinero, tu energía; eso he aprendido hoy, que el peor desperdicio que hacemos los seres humanos en la actualidad no es el tiempo, no es el dinero, es la energía; pues invertimos de más tratando de ser quienes las personas ya saben que somos, tratando de mostrar lo que los que nos conocen saben con antelación, y así, entre uno y otro intento por "ser alguien" terminamos por perder nuestra propia identidad, o sobajarla a tal nivel que parece haber quedado sometida ante voluntades e ideas ajenas.
Sí, es cierto, el mundo está colmado de miedos; pero eso todos lo sabemos. Miedo a fallar, miedo a los errores del ayer, miedo a no tomar la mejor decisión, miedo a no ser lo que queremos, miedo a quedarnos a la mitad de algo, miedo a rompernos, quebrarnos, desmenuzarnos o dolernos mucho antes de intentarlo.
Así pensamos, nos la vivimos al margen de la experimentación de una vida simplemente porque queremos mantenernos en nuestras zonas de comodidad; la culpa, no es de nadie más que de la evolutividad social; pues definitivamente hemos sido ligados a sucesos históricos que a través de las generaciones nos predisponen y programan ante probables fallos; el clásico "vale más prevenir que lamentar", no es otra cosa que otra falacia produciendo más y más mediocres inconformes al rededor.
Si queremos salir del espiral vicioso en el que venimos cayendo desde tiempo atrás girando tenemos que animarnos a andar, a dar el primer paso; si queremos ahorrar, por un peso se inicia; si queremos adelgazar, por un cambio de hábito alimenticio; si queremos aprender, hay que empezar leyendo. Y bueno, no me queda más que aceptar que me ha costado trabajo crecer y comprender la gran cantidad de errores en los que he caído de nuevo; ahora, como mi intención es mejorar, solo me queda dejar las cosas pasar y actuar nuevamente con madurez.
Ya me había sentido libre de muchas de mis ataduras que venía cargando desde hace años; y no lo digo únicamente por aquello de la obesidad, sino por todas esas actitudes que según yo, en mi idea ya había podido superar. Y es que, no ha sido fácil, caramba, realmente ha sido un reto tras otro el avanzar siquiera.
Imagina poder invertir de la manera más correcta posible tus tiempos, tu dinero, tu energía; eso he aprendido hoy, que el peor desperdicio que hacemos los seres humanos en la actualidad no es el tiempo, no es el dinero, es la energía; pues invertimos de más tratando de ser quienes las personas ya saben que somos, tratando de mostrar lo que los que nos conocen saben con antelación, y así, entre uno y otro intento por "ser alguien" terminamos por perder nuestra propia identidad, o sobajarla a tal nivel que parece haber quedado sometida ante voluntades e ideas ajenas.
Sí, es cierto, el mundo está colmado de miedos; pero eso todos lo sabemos. Miedo a fallar, miedo a los errores del ayer, miedo a no tomar la mejor decisión, miedo a no ser lo que queremos, miedo a quedarnos a la mitad de algo, miedo a rompernos, quebrarnos, desmenuzarnos o dolernos mucho antes de intentarlo.
Así pensamos, nos la vivimos al margen de la experimentación de una vida simplemente porque queremos mantenernos en nuestras zonas de comodidad; la culpa, no es de nadie más que de la evolutividad social; pues definitivamente hemos sido ligados a sucesos históricos que a través de las generaciones nos predisponen y programan ante probables fallos; el clásico "vale más prevenir que lamentar", no es otra cosa que otra falacia produciendo más y más mediocres inconformes al rededor.
Si queremos salir del espiral vicioso en el que venimos cayendo desde tiempo atrás girando tenemos que animarnos a andar, a dar el primer paso; si queremos ahorrar, por un peso se inicia; si queremos adelgazar, por un cambio de hábito alimenticio; si queremos aprender, hay que empezar leyendo. Y bueno, no me queda más que aceptar que me ha costado trabajo crecer y comprender la gran cantidad de errores en los que he caído de nuevo; ahora, como mi intención es mejorar, solo me queda dejar las cosas pasar y actuar nuevamente con madurez.
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RokCK (RokCK)
Imagina un mundo en el que las cosas que piensas se pueden lograr, lo sé, lo sé, nos han enseñado que no hay imposibles pero debemos ser rea...