Ha sido una semana difícil, principalmente por el hecho de que tuve un montón de actividades que resolver, casi todas metido en casa. Pero lo dije, estaba consciente. Este asunto de reordenar las prioridades y pensar de una manera orientada a objetivos lineares sin la presión constante de avanzar en paralelo me ha permitido descansar de otras cosas que saturaban mi mente.
Puede que uno de mis más grandes defectos sea la percepción alterada de la realidad, tener ambiciones a pesar de las circunstancias es quizá algo que no debería estar ahí y suceder con fuerza en la manera que lo hace. La convicción de que "puedo conseguirlo" ha ido en más de una ocasión muy lejos en cuanto a expectativas realistas, justo es decir que alguna vez ha pegado el chicle.
Antes me enamoraba todo el tiempo, pensaba en lo hermosa que era la vida y las oportunidades estaban ahí al alcance de quien quisiera tomarlas o incluso luchar por ellas; hoy estoy consciente de que esas oportunidades se construyen y no son para todos, porque definitivamente van de la mano de entornos y personalidades destacadas con atributos que les hacen llamativos.
Vivir con los pies sobre la Tierra también es saludable, porque empiezas a descartar aquello que consideras que a ti no te motiva o influye; dejas de creer ciegamente en el exterior generalizado y confías en un grupo muy limitado de espefícicos. Sabes que la naturaleza tiene sus propias maneras de funcionar y que por mucho que te esmeres, no siempre habrá reconocimiento a tus acciones.
Aprendes que estar bien contigo debe ser la prioridad, porque si te encuentras mal dentro de ti, no importa cuánto lo intentes hacia afuera, proyectarás tus debilidades. Dicho lo anterior, las debilidades o defectos no son algo malo, creo que darnos cuenta de eso viene también como consecuencia de ir madurando. Aceptar aquello que nos vuelve únicos, los pies chuecos, las piernas flacas, la panza de camionero, los ojos bizcos, qué más da.
Hay atributos físicos que es imposible o requiere de una vocación inmensa dejarlos atrás, y la verdad es que estamos acá para disfrutar de quienes somos con quienes nos quieren tal cual, no para adaptarnos a los gustos específicos y exquisitos u opiniones de los demás. Tengamos tantito sentido común.
Y todo este proceso de volverme más simple y austero con mis propósitos, pensamientos y gustos, va de la mano también con aquello que quiero quiero construir ordenadamente. Hacia dónde quiero llegar y qué quiero lograr conmigo. Está bien hacer dinero, pero eso no es la base fundamental de lo que asumo como éxito personal; qué bueno sería que lo lograra, pero mis piensos van más allá de las cosas que me puedo comprar.
Deseo que mis vínculos relacionales sean fuertes y sinceros, invertir en utilidades y habilidades funcionales y duraderas, evitar dañar a otros y sentirme pleno conmigo mismo en todos los aspectos tanto internos como externos, asumir los sueños como partidas (las cuales a veces se ganan y a veces se pierden), andar cada uno de mis días restantes con agradecimiento y sentido.