En plena modernidad, en un mundo cada vez más digital, totalmente conectado, es fácil caer en la tentación de pasar horas y horas en las redes sociales, mirando nuestras notificaciones y buscando la aprobación de los demás; o por el contrario, viendo series por días completos, reproduciendo videos o deslizando entre perfiles uno más cautivador que el anterior. Pero, ¿qué sucede cuando esta actividad se convierte en un hábito compulsivo? ¿Es posible que estemos sufriendo de una especie de "intoxicación provocada por la dopamina digital"?
La dopamina es una hormona que se libera en el cerebro cuando experimentamos placer o recompensa. Las redes sociales pueden ser adictivas porque nos proporcionan una constante dosis de dopamina a través de "me gusta" y comentarios positivos en nuestras publicaciones; pero también, como consumidores de las mismas, estamos ahí consumiendo la superficialidad que nos ofrecen a cambio de una efímera y realmente inexistente atención en la mayoría de las ocasiones, convirtiéndonos en esclavos de un producto intangible en perpetua producción, porque nos gusta lo que vemos y construimos un vínculo imaginario con una "celebridad virtual". Lo anterior puede llevar a una sobreestimulación del cerebro y a una dependencia de la dopamina digital.
Además, las redes sociales pueden afectar negativamente nuestra autoestima y nuestra percepción de nosotros mismos. Cuando comparamos nuestras vidas con las de otras personas en las redes sociales, es fácil sentirse insatisfecho con lo que tenemos o quienes somos. Esto puede llevar a la tristeza, la ansiedad y la depresión. Con lo expuesto, la soledad y el aislamiento se vuelven parte de cada día.
Por estas razones, es importante tomar medidas para desintoxicarnos de la dopamina digital y encontrar un equilibrio saludable en nuestro uso de las redes sociales. Esto puede incluir limitar nuestro tiempo en las redes sociales, desactivar las notificaciones o tomar un descanso completo de las redes sociales por un tiempo. También es importante recordar que lo que vemos en las redes sociales a menudo es una versión idealizada de la vida de otras personas y no una representación precisa de la realidad.
Personalmente, he tomado la decisión de desconectarme por completo durante algunos días de redes sociales, servicios de streaming, juegos de video y pantallas en general; utilizando la computadora únicamente para cumplir con actividades laborales y específicamente de comunicación. Eso lo haré la última semana del año para ingresar al 2023 con una perpectiva distinta y con una atención plena a lo que me rodea, siendo parte activa del aquí y ahora.
En resumen, la desintoxicación de dopamina digital puede verse como una necesidad en el mundo actual, cada segundo más volcado a la interacción virtual. Tomar medidas para encontrar un equilibrio saludable en nuestro uso de las redes sociales puede ayudarnos a sentirnos más satisfechos y en paz con nosotros mismos. Finalmente, quisiera concluir invitándolos a que también lo experimenten alguna vez o si es posible, de manera periódica, creo que encontrarán beneficios sobretodo en cuanto a su forma de ver el entorno en general.