Te despiertas a las tres de la mañana, con una sensación de felicidad interna que te llena, consciente de que horas atrás has cometido otro error, más errores, el "hombre error" deberían llamarte por hacer las cosas mal, siempre. Pero no, tú feliz con tu erección al a penas despertar, los sentimientos de vacío y miseria se han esfumado, ahora solo quieres avanzar, harás los planes por cuenta propia, serás lo que tengas que ser y dejarás de lado las circunstancias por las que tú mismo te acababas de llamar basura, lo sé, lo sé, a veces duele aceptar el rechazo, de hecho siempre duele, pero mejor es ignorar aquello que te hiere y seguir adelante, recuerda que la toxicidad estará siempre ahí, y aunque no seas responsable de su existencia, sí lo eres de dejar que entre a tu cuerpo, a tu mente, a tu cerebro. Estúpida inflamación, comida dañina. Hace que le hayas dicho cosas así:
Me gustaría decirte algo bonito, algo que nadie nunca antes te haya dicho, pensar que el volver a ver tus ojos cada día me haría un mejor amante.
No lo merezco, lo reconozco, estoy perdido; hace mucho que estoy oculto en el olvido.
Pero escuchar tu voz, imaginarte en letras, saber que puedo hacer las cosas bien me motiva a despertar, a no dejar de respirar.
Lo mereces todo, lo comprendo, y ahora mismo sé que solo soy un mendigo en el camino, pero con toda mi alma diario desde que te conozco te bendigo.
Sonríe que es tu fuerza, eso que alienta mi día, vive para saber que nadie a ti nunca se compararía.
Por eso quiero ser mejor; no para gustarte, para llegar a gustarme en algún momento...
No puedo. Me pongo nervioso y empiezo a escribir a lo tonto; quisiera que me vieras, quisiera que me escucharas, que te dieras cuenta de que no estoy en mi mejor momento para ser evidenciado. Obviamente me encuentro débil, está claro que no puedo comparar mi situación con quienes han dormido bien, con quienes se sienten sanos, con quienes tienen apoyo, con quienes son amados.
Me odio, me odio más que nunca en este momento por no ser suficientemente inteligente para salir de esta perdición, de este horror. Siento pánico ante la posibilidad de tu lejanía, ante el hecho de que me abandones una vez más, la necesidad de existir me consume, y me desprecio por no poder mantener mis manos alejadas de las letras hasta que la mente se me enfríe. Pero te juro que no puedo; lo intento pero no puedo; en verdad me siento perdido, me siento inservible, me siento basura...
Y no quiero eso, no quiero andar por caminos de drama y desconsuelo, no quiero llenar de lágrimas mis manos, quiero avanzar, es lo que deseo; pero la frustración me está matando, siento como si amartillaran clavos directo en mi cerebro, te he dicho que estoy dañado y por eso mismo te he rogado ayuda; no miento, soy sincero, soy tan patético y miserable que comprendo perfectamente por qué te hago querer salir corriendo, querer huir, querer dejarme a mi suerte.
No es tu culpa, no es tu manera de ser, de pensar o actuar lo que me desmoraliza; es el hecho de que me he vuelto vulnerable, desahuciado, temeroso y cobarde.
Eres todo lo que siempre he querido, lo que desde el principio he anhelado, la parte de la fórmula que consigue despertar lo mejor en mí; pero no puedo, de verdad no funciono. Y estoy condenado al fracaso mientras me mantenga inútil.
Perdóname mi vida por hacer las cosas mal, y al quererlas mejorar terminar haciendo todo peor. Sé que si tuviera fuerza, valor y determinación, si tuviera motivación, todo sería mejor; pero no, reitero, solo soy basura. No diré nada más. No me atrevo, no sirvo.
...
Así es, al final del día lo vuelves a echar a perder, al menos has hecho consciencia de que la razón está dentro de ti mismo de manera parasitaria, lo importante es alejarte de ahí en ese momento, cambiar tu estilo de vida; sé que lo has dicho una y otra vez, sé que a la doctora misma le has pedido ayuda, pero entiéndela, ella no quiere tener responsabilidades contigo; le agradas, pero no le interesas, supéralo de una vez, ahora mismo tiene muchas cosas en las cuales pensar como para también tener que ser una especie de mamá tuya. Sí, es raro, el mundo entero lo es, y la barba sigue creciendo mientras no hagas algo al respecto: Urge que quites de tu cerebro la toxicidad, que te apartes de lo malo y constituyas desde ya buenas actividades que te distraigan y te muevan a ser mejor persona. Lo sé, lo sé, duele que solamente te busquen cuando te echen de menos, pero no importa, no viniste aquí para ser perfecto, se entiende tu ingenuidad; también que te entristezca la forma en la que te ningunean, que te hacen a un lado, pero comprende, no todo gira al rededor tuyo, basta con que salgas afuera y aceptes el hecho de que muchas cosas maravillosas existen y aunque no están ahí por ti, lo están para hermosear el mundo en el que te desenvuelves. Despierta.
Me gustaría decirte algo bonito, algo que nadie nunca antes te haya dicho, pensar que el volver a ver tus ojos cada día me haría un mejor amante.
No lo merezco, lo reconozco, estoy perdido; hace mucho que estoy oculto en el olvido.
Pero escuchar tu voz, imaginarte en letras, saber que puedo hacer las cosas bien me motiva a despertar, a no dejar de respirar.
Lo mereces todo, lo comprendo, y ahora mismo sé que solo soy un mendigo en el camino, pero con toda mi alma diario desde que te conozco te bendigo.
Sonríe que es tu fuerza, eso que alienta mi día, vive para saber que nadie a ti nunca se compararía.
Por eso quiero ser mejor; no para gustarte, para llegar a gustarme en algún momento...
No puedo. Me pongo nervioso y empiezo a escribir a lo tonto; quisiera que me vieras, quisiera que me escucharas, que te dieras cuenta de que no estoy en mi mejor momento para ser evidenciado. Obviamente me encuentro débil, está claro que no puedo comparar mi situación con quienes han dormido bien, con quienes se sienten sanos, con quienes tienen apoyo, con quienes son amados.
Me odio, me odio más que nunca en este momento por no ser suficientemente inteligente para salir de esta perdición, de este horror. Siento pánico ante la posibilidad de tu lejanía, ante el hecho de que me abandones una vez más, la necesidad de existir me consume, y me desprecio por no poder mantener mis manos alejadas de las letras hasta que la mente se me enfríe. Pero te juro que no puedo; lo intento pero no puedo; en verdad me siento perdido, me siento inservible, me siento basura...
Y no quiero eso, no quiero andar por caminos de drama y desconsuelo, no quiero llenar de lágrimas mis manos, quiero avanzar, es lo que deseo; pero la frustración me está matando, siento como si amartillaran clavos directo en mi cerebro, te he dicho que estoy dañado y por eso mismo te he rogado ayuda; no miento, soy sincero, soy tan patético y miserable que comprendo perfectamente por qué te hago querer salir corriendo, querer huir, querer dejarme a mi suerte.
No es tu culpa, no es tu manera de ser, de pensar o actuar lo que me desmoraliza; es el hecho de que me he vuelto vulnerable, desahuciado, temeroso y cobarde.
Eres todo lo que siempre he querido, lo que desde el principio he anhelado, la parte de la fórmula que consigue despertar lo mejor en mí; pero no puedo, de verdad no funciono. Y estoy condenado al fracaso mientras me mantenga inútil.
Perdóname mi vida por hacer las cosas mal, y al quererlas mejorar terminar haciendo todo peor. Sé que si tuviera fuerza, valor y determinación, si tuviera motivación, todo sería mejor; pero no, reitero, solo soy basura. No diré nada más. No me atrevo, no sirvo.
...
Así es, al final del día lo vuelves a echar a perder, al menos has hecho consciencia de que la razón está dentro de ti mismo de manera parasitaria, lo importante es alejarte de ahí en ese momento, cambiar tu estilo de vida; sé que lo has dicho una y otra vez, sé que a la doctora misma le has pedido ayuda, pero entiéndela, ella no quiere tener responsabilidades contigo; le agradas, pero no le interesas, supéralo de una vez, ahora mismo tiene muchas cosas en las cuales pensar como para también tener que ser una especie de mamá tuya. Sí, es raro, el mundo entero lo es, y la barba sigue creciendo mientras no hagas algo al respecto: Urge que quites de tu cerebro la toxicidad, que te apartes de lo malo y constituyas desde ya buenas actividades que te distraigan y te muevan a ser mejor persona. Lo sé, lo sé, duele que solamente te busquen cuando te echen de menos, pero no importa, no viniste aquí para ser perfecto, se entiende tu ingenuidad; también que te entristezca la forma en la que te ningunean, que te hacen a un lado, pero comprende, no todo gira al rededor tuyo, basta con que salgas afuera y aceptes el hecho de que muchas cosas maravillosas existen y aunque no están ahí por ti, lo están para hermosear el mundo en el que te desenvuelves. Despierta.
Te despiertas a las tres de la mañana, con una sensación de felicidad interna que te llena, consciente de que horas atrás has cometido otro ...