El ataque de las 4 am, o lo que es lo mismo, un martes cualquiera. Ya inició marzo, tuve tiempo de sobra para quejarme durante enero y febrero de la situación por el covicho y demás sucesos que nos rodean, pero la cosa sigue, ahora resulta que viene una seguidilla de incidentes violentos en Colima, un estado que solía ser aburrido por su nivel de tranquilidad, y es que los pleitos entre diversos grupos delictivos por controlar la plaza están feos.
Ah, pero a nuestro mundo no conforme con eso lo sorprende un conflicto bélico en Europa Oriental de potencial global, cada vez que medito en lo lejos que podemos encontrarnos de la paz (tanto interior como exterior) debido al excesivo número de sucesos inconvenientes que ocurren, damos un paso en sentido contrario a la misma y eso es triste de contarse.
Ni siquiera he venido acá o he agarrado un libro de forma intensa y apasionada que solía hasta terminarlo porque tengo mil cosas por hacer; he perdido demasiado tiempo en redes (o a eso me gusta achacarle la culpa), mis ideas están hechas un nudo y después de un montón de horas invertidas en sentirme incómodo quiero decir: "Ya".
Ayer un amigo me contactó para promoverme a un excelente trabajo. Viendo las necesidades de la posición es lógico que contemplé opciones. "En el peor de los casos no pierdes nada, Carlos", me dijo. Y es verdad, no debería de aterrarme la idea de alcanzar algo interesante en este punto de mi vida. Me dijo que había visto mis publicaciones en tiempo atrás donde me afligía la situación financiera, pues recordémoslo, he sido parte de un experimento que por la forma en la que el Estado opera en vías de legalizar una empresa, me ha costado mucho más de lo que quería ponerlo en marcha. Pero era el riesgo, así como unos se arriesgan en el amor, otros en viajar y a ver qué se encuentran, unos más cada día en las calles de la ciudad, y más gente por gusto pone su propia vida en riesgo en situaciones extremas, yo lo hice en el ámbito financiero, y aunque no ha sido una pérdida total, sí se convirtió en un reto importante salir de ahí y dejarlo en el pasado.
Hoy he logrado avanzar un poquito en relación a cómo se venían presentando los escenarios consecutivos. Para el momento, hubo una actualización fiscal que me permitió modificar algo importante en mi facturación. Porque sí, si algún día logro llegar a algo, quiero dejar por escrito claramente que ha sido sin deber o evadir un solo centavo al fisco; pues como dije antes y lo reitero: "Evadiendo impuestos cualquiera hace su lanita".
Por cierto, estoy sorprendido de lo bien que piensa ese amigo de mí, me pidió mi currículum y jamás había visto a alguien tan impresionado con una hoja de papel digital. O sea, en mi percepción no siento que haya hecho tantas cosas; más bien las actividades son de índole sencilla que se vuelven complejas a ojos de quienes no han tenido participación aparente en rubros similares, aquí caigo en cuenta de lo mucho que me maravillo cuando veo estados con fotografías de otros amigos y conocidos con pantallas repletas de código, que a mi ver parecieran imposibles de comprender, sorprendiéndome lo grandes que se han vuelto para explotar sus capacidades de desarrollo. Y yo sintiéndome ineficiente y limitado. Sí, he sacado algunas cosas desde cero por cuenta propia, ¿pero qué no todos lo hacemos? Sí, he fracasado en proyectos con un nivel de ambición grosero, ¿pero qué no cada emprendedor atraviesa por eso?
En fin, quería colocar aquí algunas letras recapitulando lo que han sido estos días para mi vida. Quisiera prometer que volveré pronto, en una o dos semanas; pero dejémoslo en el aire, solo estoy convencido de una cosa: Mientras pueda hacerlo, volveré aquí cada que tenga oportunidad a compartir lo que he estado experimentado, y por qué no arriesgarme una vez más, a confesar aquello en lo que haya fallado.