—"Alexa, pon una alarma a las seis de la mañana". —"Nueva alarma puesta para mañana a las seis de la mañana". Tomé una decisión, madrugar, ¿será posible? No lo sé. A como han venido sucediendo mis días, con todo este embrollo de pendientes dandome vueltas en la cabeza y ataques de ansiedad que me roban el sueño, basta experimentar.
Por ahora, el plan es alejarme de los dispositivos electrónicos con pantallas lo antes posible en la noche, y como se imaginarán, dejar el celular a una distancia considerable es una de las primeras medidas que he tomado. Es cierto que estoy escribiendo en este momento desde mi laptop mientras estoy acostado en mi cama. Espero pronto publicar y no pasar más de quince minutos acá.
Nunca he entendido por qué, la ansiedad, siendo una especie de horror hacia lo desconocido, puede tanto con uno. Los ejercicios de respiración profunda son parte de las herramientas recomendadas por especialistas, con la vida acelerada teniendo tantas responsabilidades, recibiendo decenas de llamadas interminables diarias, es realmente algo muy difícil darse unos minutos para respirar.
El plan de levantarme temprano es salir a caminar un poco, los calores actuales y horarios laborales me han vuelto complejo hacerlo al salir de trabajar, obviamente hay veces que he sido yo mismo y mi falta de ganas y autocontrol quien termino saboteándome; pero por lo general, al menos en meses recientes, la carga laboral y dinámicas tóxicas dentro de la empresa han sido demasiadas.
Otro de los temas a considerar (al menos en mi caso particular) es un cambio determinante en cuanto a la alimentación. Este tema se convierte en un círculo vicioso, porque la obesidad provoca preocupación, la preocupación causa ansiedad, la ansiedad afecta los ciclos del sueño hundiéndonos en agotamiento y destruyendo los buenos hábitos alimenticios, los malos hábitos en consecuencia provocan que uno se mantenga obeso. Me fastidia demasiado, la verdad, pero hasta que no haga algo que defina un aquí y ahora como punto de partida, seguiré tambaleándome mental y físicamente.
Hacer ejercicio, alimentarse bien, dejar actividades perjudiciales y no guardar resentimientos, son básicamente las herramientas escenciales para un cambio radical en la vida. Hay que trabajar en diversas áreas. Tengo la expresa e imperiosa necesidad de convertirme en una versión mejorada de mí. Si quiero fructificar como individuo, si quiero atraer a un tipo de personas específico, tengo que trabajar en lo que ofrezco, y eso no es nada sencillo. Pero lo conseguiré.
Me siento agradecido; en primer lugar por la dicha de seguir aquí. También porque a pesar de haber cruzado tiempos oscuros y momentos trágicos, esas penurias no se han convertido en estandartes de vida, sino que las tengo ahí, como un recordatorio presente nada más de que se puede ser mejor persona.
En este momento quiero firmar un acuerdo más conmigo mismo, con Carlos, pidiéndole perdón por no haberlo tratado de la mejor manera como es que se merece, y por haberlo dejado caer física, mental, emocional y moralmente en más de una ocasión; quiero pactar con un alma sincera y un corazón honesto lleno de amor, amor propio y amor para brindar. Soy bendición y dicha, soy excelencia, bondad, generosidad, templanza, prudencia, valor, integridad, resiliencia, fortaleza, constancia, perseverancia, compasión, humildad y amor.