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Corazón, háblame de tí, dime qué es lo que quieres y qué es lo que necesitas.
Ya sabes que es lo que quiero, ya sabes qué necesito, un poquito de cariño y una que otra caricia.
Por favor, no me hables así, que no ves que me siento triste, hoy no la ví, no la toqué, no la tuve presente.
Pues yo siempre la tengo conmigo, raro es que tu no lo creas, ella es mi pasión más potente.

Corazón, no te hagas ilusiones, por favor, hay un mundo allá de opciones.
¿Y qué? ¿Qué me importan a mí los demás seres? Yo solamente soy un portador;
un portador de emociones, un portador de alegrías, de grandes satisfacciones y también de tus agonías.
¿Qué me estas queriendo decir? ¿que no controlas mi vida? No es lo que yo suponía.

Corazón, quiero que seas entregado, como mi objeto más sagrado a esa damisela mía.
Puedo hacerlo sin duda, porque tu eres el hombre, sólo dile que la amas y me entregaré en tu nombre.
Pero tengo miedo de hacerlo, de poderte ver abatido, tengo miedo a extrañarla,
tengo miedo de perderla, tengo miedo de quedar albergado en el olvido.

Corazón, la amo, la quiero y la necesito a mi lado, dame el valor para decirle cuánto es lo que me ha dado.
El valor siempre ha sido tuyo, úsalo como más te convenga. Declarale cuanto es que la amas,
cuánto es lo que te desvelas pensando en ella, como es que se lo pides a las estrellas.
Declarale que este corazón, que yo no valgo nada si no estas con tu doncella.

Corazón

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Corazón, háblame de tí, dime qué es lo que quieres y qué es lo que necesitas. Ya sabes que es lo que quiero, ya sabes qué necesito, un poqu...