Cuando me dijeron que tenía que escribir algo esta noche, lo sentí una obligación, me puse a indagar en lo más recóndito de mi mente y ésto fue lo que salió:
Probablemente eres víctima del anonimato, y anhelas salir de una vez, te envuelves en brillantes colores, para expresar cómo tu espíritu es.
Pero no lo es, no lo entiendes, el agradar al otro no es lo importante, he conocido a algunos con insaciable deseo de triunfar, no es que eso esté mal. Aunque el focalizar la energía requiere mucho más. Requiere de amor, de constancia, de conciencia y un poquito de arrogancia. No es para nada malo ser bueno, pero se puede ser un poco malo para ser el mejor. Y no, no estoy hablando de pisotear a otros. Se da, pero no es el fin. Cuando escribes una historia normalmente intentas demostrar que eres bueno, claro, sobre todo si en tu intento por expresarte se encuentra el deseo de ser de algún modo difundido. Yo opino que quien piensa en ser difundido se expone a ser difuminado. Y no es que lo diga yo con nula experiencia, es que lo digo yo con un poco de la misma en mi pasado. No. No me vengas a decir que no me entiendes, porque si de eso se tratara, tendría que comenzar a maleducar mi ortografía y echar por el caño todo el culto que me ha llevado el aprender a escribir decentemente. Y no, tampoco vengo con presuntuosidades, que de esas sobran amigo; más cuando se tiene de lado algún corrector electrónico.
Decía que soy hijo del anonimato, bueno, algo así hablando en "psycho", engendrado entre las sombras y con decorosas añoranzas de salir, como todo humano sincero expresaría. Cuando tienes en frente a una persona, que sabes tiene virtudes que tú aprecias, olvidas las apariencias y te incrustas en la mente la idea de que es buena por su bondad nata, no por cuanto haya podido o no hacer por ti. Es ahí donde ignoras a tu parte arrogante, egocéntrica y superficial y echas mano de lo que realmente importa, la materia amigo, "materia".
No creo que sea necesario para nadie el exhibirse para hacerse más, los hay, y muchos. Pero cuando caen en esas prácticas mercadotécnicas es como si se vieran a sí mismos como un producto final, y no está mal, digo, yo intento vender mi cerebro cuando escribo con tintes de superflua personalidad. Que no lo soy, he de aclarar, soy tan banal y primate como todos. Pero me gusta ensalzar la sopa. Esa misma necesidad tienen aquellos, que en ausencia de simbolismos que denoten su cultura (aun esforzada como en mi caso), se adhieren al esquema y concepto del que muchos hoy en día: Vender su cuerpo. Ya que en un momento de su vida dejaron de ser lo que llevan dentro y se enclaustraron en la idea de pertenecer a los que en una pseudoélite social ven por debajo de sus hombros a quienes no entienden las tendencias de sus conceptos. Son ellos quienes jamás, por cierto, comprenderían todo lo que acabo de redactar, convirtiéndose a sí mismos en la contraparte de la espiritualidad. Les llamaremos entonces "cáscara". La pregunta es ahora: ¿Ser materia o cáscara?
Probablemente eres víctima del anonimato, y anhelas salir de una vez, te envuelves en brillantes colores, para expresar cómo tu espíritu es.
Pero no lo es, no lo entiendes, el agradar al otro no es lo importante, he conocido a algunos con insaciable deseo de triunfar, no es que eso esté mal. Aunque el focalizar la energía requiere mucho más. Requiere de amor, de constancia, de conciencia y un poquito de arrogancia. No es para nada malo ser bueno, pero se puede ser un poco malo para ser el mejor. Y no, no estoy hablando de pisotear a otros. Se da, pero no es el fin. Cuando escribes una historia normalmente intentas demostrar que eres bueno, claro, sobre todo si en tu intento por expresarte se encuentra el deseo de ser de algún modo difundido. Yo opino que quien piensa en ser difundido se expone a ser difuminado. Y no es que lo diga yo con nula experiencia, es que lo digo yo con un poco de la misma en mi pasado. No. No me vengas a decir que no me entiendes, porque si de eso se tratara, tendría que comenzar a maleducar mi ortografía y echar por el caño todo el culto que me ha llevado el aprender a escribir decentemente. Y no, tampoco vengo con presuntuosidades, que de esas sobran amigo; más cuando se tiene de lado algún corrector electrónico.
Decía que soy hijo del anonimato, bueno, algo así hablando en "psycho", engendrado entre las sombras y con decorosas añoranzas de salir, como todo humano sincero expresaría. Cuando tienes en frente a una persona, que sabes tiene virtudes que tú aprecias, olvidas las apariencias y te incrustas en la mente la idea de que es buena por su bondad nata, no por cuanto haya podido o no hacer por ti. Es ahí donde ignoras a tu parte arrogante, egocéntrica y superficial y echas mano de lo que realmente importa, la materia amigo, "materia".
No creo que sea necesario para nadie el exhibirse para hacerse más, los hay, y muchos. Pero cuando caen en esas prácticas mercadotécnicas es como si se vieran a sí mismos como un producto final, y no está mal, digo, yo intento vender mi cerebro cuando escribo con tintes de superflua personalidad. Que no lo soy, he de aclarar, soy tan banal y primate como todos. Pero me gusta ensalzar la sopa. Esa misma necesidad tienen aquellos, que en ausencia de simbolismos que denoten su cultura (aun esforzada como en mi caso), se adhieren al esquema y concepto del que muchos hoy en día: Vender su cuerpo. Ya que en un momento de su vida dejaron de ser lo que llevan dentro y se enclaustraron en la idea de pertenecer a los que en una pseudoélite social ven por debajo de sus hombros a quienes no entienden las tendencias de sus conceptos. Son ellos quienes jamás, por cierto, comprenderían todo lo que acabo de redactar, convirtiéndose a sí mismos en la contraparte de la espiritualidad. Les llamaremos entonces "cáscara". La pregunta es ahora: ¿Ser materia o cáscara?
Cáscara
Por
RokCK (RokCK)
Cuando me dijeron que tenía que escribir algo esta noche, lo sentí una obligación, me puse a indagar en lo más recóndito de mi mente y ésto ...