Este asunto de escribir durante la madrugada,
No es que no quiera hacerlo, situación temerosa,
Es que esa cosa cuando se presenta imponente,
Lo hace con todo sin importar horarios, es desastrosa.
Querida sombra en mi memoria vaga,
En silencio, por el hilo que este verso arrastra.
Tus palabras, un eco que aún desgasta,
Voy a pintar, con tinta suave y casta.
En el lienzo de la confianza, tú mi arte,
Con pinceladas de amor y alegría entregarme.
Pero el color cambió, de tus labios en parte,
Humillación y dolor, incisión precisa, al darme.
Escribo aquí, no para buscar tu perdón,
Ni para crear en ti una pesada presión.
Es sólo para decir, en humilde oración,
Que cada palabra fue un corte en mi corazón.
Somos actores en el escenario del mundo,
Tus palabras, dagas volando sin segundo.
Pero no guardo rencor, en lo profundo,
Este no sana, ni ayuda a sanar el dolor, iracundo.
El tiempo marcha, avanzamos con él,
En el espejo del pasado, a veces nos vemos tan cruel.
Tú y yo, dos estrellas, en el cielo o en el papel,
Ojalá aprendamos, del daño que se causó al clavel.
Yo aquí, escribiendo a la lluvia,
Susurro esperanzas de un futuro sin la ruina.
Con límites y amor, la vida continúa,
Aprendiendo de cada herida que la piel atesora y arruina.
Así que baila y celebra al son del viento,
Aprende, crece, libérate del resentimiento.
Si algún día, en el sendero del arrepentimiento,
Quieres hablar, aquí estaré, esperando en silencio.
Este asunto de escribir durante la madrugada, No es que no quiera hacerlo, situación temerosa, Es que esa cosa cuando se presenta imponente,...