Pensaba escribir una entrada en la que explicara el origen y las diferentes etapas de la ansiedad que he estado experimentando desde varios meses atrás; tras consultarlo con mi especialista, no hay nada mejor que reconocer mi situación y avanzar en el asunto. Personalmente me vi hundido en miedos irremediables que me trajeron básicamente todo tipo de consecuencias negativas en todos los rubros que me desempeñé.
Pero no soy de los que se rinde, no soy de los que se queda en el suelo a revolcarse entre la mugre; mi mayor motivación ahora es alcanzar mayor vitalidad, y con ello me refiero directamente a la mella que estaba haciendo en mi vida toda esa presión y los síntomas cognitivos e intelectuales que estuve experimentando.
Para ahondar solo un poco, los últimos desplantes que bien parecían de tipo al borde del suicidio (pensamiento que, como a todos, me estuvo pasando también por la mente), me vinieron como consecuencia del exceso de adrenalina en mi cuerpo; y es que, con el miedo a que me encontraran en la calle y me dieran de golpes me privé de asistir al gimnasio, cosa que disminuyó la producción de serotonina y propició el que la ansiedad me invadiera de terrible forma (que se activa con el cuerpo alerta al peligro).
Y bueno, todo eso de estar yendo al gimnasio en la madrugada y haciendo las cosas a escondidas para evitar que tal o cual persona me vea, me juzgue, me dañe, he decidido hoy, después de un día de incesante actividad, por cuestiones de salud, dejarlo en segundo plano. No le puedo tener más miedo a una persona que a mí mismo, las consecuencias de mi cuerpo han estado siendo detestables por temores sin fundamentos.
A partir de ya, mis asistencias al gimnasio serán durante el día; sin importar lo que la gente opine de mí, o que me quieran hacer daño. Es más, estoy más a la mano de quien sea que pretenda hacerme algún mal. No me importa, en tal caso prefiero tener el cuerpo suficientemente listo para lo que venga, mejor eso a matarme solo.
También he de superar varias barreras que con la mente atrofiada venía cargando y me estaban haciendo divagar en diversas áreas. Lo reconozco, es algo que requiere de mi especial atención, pero no me rindo tan fácil. Sigo en pie, en busca de mantenerme sano; agradecido con la vida y con quienes han aportado un poco a mi mejora.
Ya sé, se lee muy hipócrita un cambio tan radical y aparentemente desproporcionado a mi forma de ser en un par de días; pero así soy yo, si tengo que actuar lo hago. Estaba siendo un cobarde, estaba cayendo en un perfil al que no pertenezco, de hecho estuve en esa situación sumergido durante más tiempo del que podía soportar. Y de dónde viene todo este cambio si antes no hacía nada de ejercicio, por qué ahora mi cuerpo implora el movimiento.
Bueno, según he analizado, desde que estuve terminando mi periodo más potente de dieta me adentré al mundo del ejercicio, saliendo a caminar prácticamente diario, y así, constante hasta mudarme. Cuando me mudé, varias cosas afectaron mi personalidad, y sí, en definitiva la ausencia de ese cansancio necesario para un descanso placentero me empezó a afectar internamente, no lo noté. Luego vino el periodo en el que me inscribí al gimnasio, que lamentablemente, entre subidas y bajadas de intensidad, mi ausencia en la ciudad y pretextos, no he podido mantener constancia plena.
Pero si de confesar una verdad se trata, el vínculo entre mi cuerpo y mente está cada vez más desarrollado; es decir, en serio llego a sentirme mal si como algo que no quiero, no hablo de un gusto, si no de una comida que por no haber más tengo que darme a regañadientes. La estabilidad física, alimenticia, emocional, intelectual y mental permiten que llegue al tope de mi excelencia y cualidad; cuando algo falla sin atenderlo, bueno, caigo en lapsos de ansiedad. Ya sé, ya sé, ya aprendí la lección, la vida se vuelve una mierda si no me pongo a actuar.
El hecho es que, no puedo ser el que solía, mi mentalidad ha cambiado, y las cosas que entran a mi cuerpo como las que salen de el influyen para bien o para mal, dependiendo la apreciación y percepción que yo le de. Ahora solo estoy tratando de, no recuperar, pero sí alcanzar el perdón por parte de aquellos a quienes más he fallado durante estos periodos, he experimentado suficientes bajas en mi vida, no quiero alejar a aquellos que me quieren solo por desesperaciones mal fundamentadas. Es tiempo de trabajar, consciente de mis errores, y de mi capacidad de acción.
Pero no soy de los que se rinde, no soy de los que se queda en el suelo a revolcarse entre la mugre; mi mayor motivación ahora es alcanzar mayor vitalidad, y con ello me refiero directamente a la mella que estaba haciendo en mi vida toda esa presión y los síntomas cognitivos e intelectuales que estuve experimentando.
Para ahondar solo un poco, los últimos desplantes que bien parecían de tipo al borde del suicidio (pensamiento que, como a todos, me estuvo pasando también por la mente), me vinieron como consecuencia del exceso de adrenalina en mi cuerpo; y es que, con el miedo a que me encontraran en la calle y me dieran de golpes me privé de asistir al gimnasio, cosa que disminuyó la producción de serotonina y propició el que la ansiedad me invadiera de terrible forma (que se activa con el cuerpo alerta al peligro).
Y bueno, todo eso de estar yendo al gimnasio en la madrugada y haciendo las cosas a escondidas para evitar que tal o cual persona me vea, me juzgue, me dañe, he decidido hoy, después de un día de incesante actividad, por cuestiones de salud, dejarlo en segundo plano. No le puedo tener más miedo a una persona que a mí mismo, las consecuencias de mi cuerpo han estado siendo detestables por temores sin fundamentos.
A partir de ya, mis asistencias al gimnasio serán durante el día; sin importar lo que la gente opine de mí, o que me quieran hacer daño. Es más, estoy más a la mano de quien sea que pretenda hacerme algún mal. No me importa, en tal caso prefiero tener el cuerpo suficientemente listo para lo que venga, mejor eso a matarme solo.
También he de superar varias barreras que con la mente atrofiada venía cargando y me estaban haciendo divagar en diversas áreas. Lo reconozco, es algo que requiere de mi especial atención, pero no me rindo tan fácil. Sigo en pie, en busca de mantenerme sano; agradecido con la vida y con quienes han aportado un poco a mi mejora.
Ya sé, se lee muy hipócrita un cambio tan radical y aparentemente desproporcionado a mi forma de ser en un par de días; pero así soy yo, si tengo que actuar lo hago. Estaba siendo un cobarde, estaba cayendo en un perfil al que no pertenezco, de hecho estuve en esa situación sumergido durante más tiempo del que podía soportar. Y de dónde viene todo este cambio si antes no hacía nada de ejercicio, por qué ahora mi cuerpo implora el movimiento.
Bueno, según he analizado, desde que estuve terminando mi periodo más potente de dieta me adentré al mundo del ejercicio, saliendo a caminar prácticamente diario, y así, constante hasta mudarme. Cuando me mudé, varias cosas afectaron mi personalidad, y sí, en definitiva la ausencia de ese cansancio necesario para un descanso placentero me empezó a afectar internamente, no lo noté. Luego vino el periodo en el que me inscribí al gimnasio, que lamentablemente, entre subidas y bajadas de intensidad, mi ausencia en la ciudad y pretextos, no he podido mantener constancia plena.
Pero si de confesar una verdad se trata, el vínculo entre mi cuerpo y mente está cada vez más desarrollado; es decir, en serio llego a sentirme mal si como algo que no quiero, no hablo de un gusto, si no de una comida que por no haber más tengo que darme a regañadientes. La estabilidad física, alimenticia, emocional, intelectual y mental permiten que llegue al tope de mi excelencia y cualidad; cuando algo falla sin atenderlo, bueno, caigo en lapsos de ansiedad. Ya sé, ya sé, ya aprendí la lección, la vida se vuelve una mierda si no me pongo a actuar.
El hecho es que, no puedo ser el que solía, mi mentalidad ha cambiado, y las cosas que entran a mi cuerpo como las que salen de el influyen para bien o para mal, dependiendo la apreciación y percepción que yo le de. Ahora solo estoy tratando de, no recuperar, pero sí alcanzar el perdón por parte de aquellos a quienes más he fallado durante estos periodos, he experimentado suficientes bajas en mi vida, no quiero alejar a aquellos que me quieren solo por desesperaciones mal fundamentadas. Es tiempo de trabajar, consciente de mis errores, y de mi capacidad de acción.
Pensaba escribir una entrada en la que explicara el origen y las diferentes etapas de la ansiedad que he estado experimentando desde varios ...