El problema más grande de nuestros días es tener que ajustar tus prioridades en un mundo repleto de distractores. Desde redes, mensajes, fotos, audios, videos, cualquier producto multimedia que se atraviesa en medio de nuestro camino, millones de microdestellos que anhelan nuestra atención, publicidad aquí y allá.
Me di a la tarea de borrar todo lo que me representaba un verdadero reto, alejar las redes de las manos, con tal de recuperar el control de mi vida, y lo estoy haciendo bien, lentamente, no lo niego. Para este tiempo quisiera llevar un avance mayor, pero ahí va la cosa.
Se trata de darte cuenta de las áreas en las que eres más débil y combatirlas con aquello que te sirva para fortalecer tu postura apartada a eso. Incluso ciertas personas, de vez en cuando, merecen ser ignoradas; porque tú estás construyendo en ti, en tu propia vida, en tu deseo de mejorar como individuo.
Hay personas que se convierten en una inmensa pérdida de tiempo, hay que quitarlas de la posición en las que las teníamos. Seguir en nustro proceso. Se comprende, claro está, no toda la gente tiene malas intenciones contigo; debe de quedar implícito eso, pues la mayoría, de forma independiente está trabajando en sus propios asuntos.
No es que carezcas de importancia, es que cada cabeza es un Mundo y como tal, cada mundo cuenta con sus propias situaciones sucediendo constantemente. No hay que detenernos a asumir, ni clavarnos en lamentarnos. Pues estamos acá de paso, dentro de poco nos tendremos que ir, lo mejor será sacar una vida digna y si somos capaces de generar, hacerlo conscientes y prudentes.