Han pasado ya varios días desde que comencé a pensar de un modo competitivo, sin miedo al ámbito laboral; deseoso de cumplir mis retos y consciente de que no podré cumplir todas las expectativas ajenas. Hoy estoy en una encrucijada, hablando de cuestiones laborales, hoy tengo el problema del dinero, el problema que se acarrea uno desde que falla en hacer negocios, desde que el intento se vuelve una contrariedad.
Hoy precisamente hablaba con alguien de lo maravilloso que ha sido para mi vida el equivocarme, el arriesgarme y cometer errores; el aprendizaje que acarrea a una vida el estar de ese modo es importante y bueno. Es casi mágico. Aunque los problemas económicos consecuencia son un lío... Un lío que a duras penas te deja estar sin pensar en otra cosa.
Tengo que ser honesto, la sexualidad, la educación y la economía son los tres temas que más atacan mi mente (la divinidad puedo decir que es algo que he aprendido a sobrellevar sin quejas); eso de involucrar tu mente en mil ideas y distintas maneras de pensar, en presiones, en aventuras, no sé, no siento siquiera la coherencia en lo que escribo ahora.
Me siento presionado porque hay algunos pagos pendientes, de un montón de dinero, que me tienen con sueños a medias, hay preocupaciones como mi estado de salud y la felicidad que también me afligen, en resumen, con tantas cosas para pensar me siento bochornosamente mal.
Pero sentirse mal no es malo, creo que es hora de tomar todo, olvidar lo triste y vano, empezar de nuevo; pedir por otros, ver por otros, hablar bien, hacer el bien, ser buena persona; una línea más cerca de la madurez de lo que me encuentro, de lo que he avanzado. Y para recordar la frase de hoy es: "Las aflicciones ayudan a crecer hasta al más bruto, hasta a mí".
Hoy precisamente hablaba con alguien de lo maravilloso que ha sido para mi vida el equivocarme, el arriesgarme y cometer errores; el aprendizaje que acarrea a una vida el estar de ese modo es importante y bueno. Es casi mágico. Aunque los problemas económicos consecuencia son un lío... Un lío que a duras penas te deja estar sin pensar en otra cosa.
Tengo que ser honesto, la sexualidad, la educación y la economía son los tres temas que más atacan mi mente (la divinidad puedo decir que es algo que he aprendido a sobrellevar sin quejas); eso de involucrar tu mente en mil ideas y distintas maneras de pensar, en presiones, en aventuras, no sé, no siento siquiera la coherencia en lo que escribo ahora.
Me siento presionado porque hay algunos pagos pendientes, de un montón de dinero, que me tienen con sueños a medias, hay preocupaciones como mi estado de salud y la felicidad que también me afligen, en resumen, con tantas cosas para pensar me siento bochornosamente mal.
Pero sentirse mal no es malo, creo que es hora de tomar todo, olvidar lo triste y vano, empezar de nuevo; pedir por otros, ver por otros, hablar bien, hacer el bien, ser buena persona; una línea más cerca de la madurez de lo que me encuentro, de lo que he avanzado. Y para recordar la frase de hoy es: "Las aflicciones ayudan a crecer hasta al más bruto, hasta a mí".
Han pasado ya varios días desde que comencé a pensar de un modo competitivo, sin miedo al ámbito laboral; deseoso de cumplir mis retos y con...