Tengo pensamientos invasivos que no me dejan en paz, no me permiten dormir, están constantemente atacándome; sé muy bien lo fuerte que puedo sentirme cuando duero de forma correcta, cuando estoy libre de estrés, pero hoy no es la ocasión.

No sé cómo voy a salir de esta, lo digo en serio, me siento atrapado en un ciclo de incomodidad; y conforme más pienso que tengo que activarme y resolver mi situación, más me frustro. Hacía un rato que no me pasaba que las preocupaciones me robaran el sueño y me causaran una especie de enfermedad.

Terminé mi día sin energía, lo empecé casi a rastras por el cansancio, y sin embargo, me regresé de la oficina porque no me sentía bien, trabajé desde casa, pero estaba a media capacidad; ¿cómo hace uno para bajarse de un mundo que lleva un ritmo vuelto loco? No tengo idea.

Dicen que cuanto más oscura se percibe la noche más cerca se encuentra el amanecer, no sé qué tan cierto sea esto, pero llevo rato tratándolo, de verdad, esforzándome, entregándome por lograr mis objetivos... Mis planes no han servido, y puede que nunca sirvan, pero la ansiedad por no tener idea de qué hacer ahora, no se la deseo a nadie.

¿Y si pido el día mañana? Tal vez eso ayude un poco. Probablemente eso me sirva para recoger mis piezas. ¿Por qué me siento destruido? ¿Por qué parece que nada me funciona? ¿Por qué soy víctima de las trampas para ratas? ¿Por qué me cuesta tanto el autocontrol? ¿Irme, es sinónimo de excesos que no quiero experimentar? ¿Quedarme, la soledad me debilita en mis circunstancias actuales?



 Me obsesionan demasiadas cosas, y conforme mi cabeza se llena de esas "necesidades por satisfacer" es cuando abro los ojos y recuerdo que lo que tengo que hacer es poner todo a un lado y concentrarme en la simplicidad, en no tener miedo de pisar el freno y detenerme a contemplar el momento, abrazando lo que soy y lo que he logrado.

Es común que nos confunda la falsa percepción del entorno, porque a donde volteamos, todo es felicidad y esplendor; ni tan negativa ni tan positiva es nuestra realidad. Respirar profundamente y suspirar también ayudan a recapacitar y recolocar los pies en el lugar correcto.

Ni somos tan grandiosos como nos gustaría ser ni tan patéticos como a veces creemos. Es toda esa información bombardeándonos a cada momento lo peligroso, lo que nos hace sentir insuficientes y en contra parte, lo que nos infla el ego desmedidamente.

Pensar "soy mejor que tú en esto" o "no soy tan bueno como tú en aquello", ambas son laceraciones delicadas que le hacemos a nuestro propio ser. Hay que tener la capacidad de encontrar validación en nosotros mismos, sin comparar ni humillar; igualmente, debemos aceptar y amar lo que somos a pesar de que las circunstancias exteriores pudieran hacernos creer incompetentes.

Para ti, que lees esto, es una dicha saber que existes; espero que consigas lo que anhelas en la vida y que nada te falte nunca, pero que sobre todas las cosas te sientas completamente en plenitud de consciencia cada mañana cuando despiertes, y que seas capaz de agradecer lo bueno que te ha brindado la existencia, porque sin ti, la vida no sería la misma.



 En un mundo que se viene abajo cada día un poco más, conservar la calma se ha vuelto la materia prima más escasa; verse a uno mismo y darse cuenta de lo mal que está todo no debería ser tan crucial como el hecho de amarse y armarse de valor para superar lo que venga, ya sobrevivimos a varias pandemias, superamos miles de tentaciones todos los días, seguimos en una pieza a pesar de las condiciones y circunstancias, a pesar de los entornos desbordados de negatividad, egoísmo y penurias.

Me hago un pacto en este momento, de empezar a ver lo bueno en mí y no desistir ante los eventos del entorno; siempre ha habido dos partes de la misma moneda, y hasta el momento en el que escribo esto, he estado con los reprimidos, callándome las opiniones, guardándome tranquilo, observando y aprendiendo principalmente, analizando.

Había efocado mi vida en alcanzar capital económico (que no tenía), descuidando los otros capitales en el camino; capitales que asumí que poseo y nadie me puede arrebatar, solo hay que sentarse un rato a procesar las cosas, dejarse de tonterías y distractores, y darle con todo hasta rebosar y brillar, denme un par de meses para demostrármelo.

Mientras revisaba mi entorno hace rato, comprendí que de cuatro días que tuve a mi disposición para realizar pendientes, he dejado que pasen tres, lo que anteriormente me resultaba cuestionable, ahora tiene sentido, procrastinar es común conmigo porque solo basta proponerme algo para dedicarme enteramente a eso y conseguirlo, los retos que la vida nos coloca, son demasiado sencillos para mí, y es por esa simplicidad, que los postergo absurdamente, hasta que, a veces, simplemente no los hago, los ignoro, cayendo en la trampa que la falta de interés supone.

Básicamente, estamos a una llamada de 10 minutos con el jefe que nos permita volver a sentirnos útiles, en lugar de la insignificancia que el "tiempo libre" podría suponer. Entiendo que esto es una especie de placebo recetado a medida de alguien que desea constantemente mejorar, pero así funciona la vida, hay que encontrar el sentido hasta en las cosas más pequeñas, incluso aquellas que no te gustaban antes (como tener que conectarte durante un tiempo a trabajar en pleno domingo de puente).



Enfoque

Por
 En un mundo que se viene abajo cada día un poco más, conservar la calma se ha vuelto la materia prima más escasa; verse a uno mismo y darse...