No Estoy al Mando
Así es, estoy despierto desde las cinco, y pues ni modo. Buenos días, los planes cambiaron, o mejor dicho, los planes terminaron en un cesto de basura, porque en efecto, no podré regresar a continuar con mis proyectos por ahora, tendré que estar acá, alejado de mi "centro de control" por un tiempo.
Y qué pasa cuando no estoy al mando de mis asuntos, cuando los recursos se me escapan de las manos, cuando los números no cuadran, cuando las cosas en el cuaderno pierden su sentido, cuando lo presupuesto desaparece; no sé, espero al menos no perder el sentido.
Ha sido una vida repleta de altibajos, más bajos que altos, la neta. Pero entre todo, las constantes están ahí, la gente que me motiva a ser fuerte, el aprendizaje de mis errores, la visión puesta en un panorama más grande, las ganar de recuperarme y mejorar constantemente.
No tengo nada, no soy nadie, no he podido con la mayoría de retos que me he puesto. Dolor de todo, edad, ansiedad, penurias. Vamos a seguirle, eso sí. Mi propuesta para resolver las cosas siempre estará viendo hacia adentro, ¿qué falta? ¿qué está de más? ¿cómo cambiar la forma de pensar?
No hay más para decir, volveré a casa el próximo mes, a la libertad y toma de control anhelada. Estando a veintitantos días de hoy, las dudas vuelven, tras superar una semana laboral pesadísima, en casa, con la familia, ajustando la óptica.
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