Ser el bato raro, el que se sale del molde, el diferente, el que rechaza convencionalismos impuestos, el que se redefine cada par de meses, el que no teme al cambio ni a la adaptación, el que analiza por lo bajo y se mantiene en silencio a la hora de hacer las cosas públicas, el que maquina y produce, el que no teme a trabajar y quien se hace bueno conforme la marcha, ser el lector voraz, el pensador inquebrantable, el de sentimientos genuinos, el de identidad asimilada, el que no teme a expresar su voz pero es suficientemente prudente para evitar hacerlo, el que calla y espera con paciencia, el que no cacarea nimiedades.

Ser el representante de los oprimidos desde la óptica de los privilegiados, y uno más en el privilegio cuando te analizan los de abajo; ser ingenuo y a la vez maduro, ser creyente y al mismo tiempo un agnóstico, ser espiritual, moral y abrazarte de la inmoralidad y vulgaridad. Porque eso es parte de existir, sentir atracciones y deseos, estar llenos de defectos, traumas y complejos, pero despertar cada mañana consciente de que una visitadita al psicólogo, un baño de agua fría, una salida a caminar o un montón de letras expuestas en tu sitio privado, te ayudarán más de lo que imaginas.

Ser ese tipo de persona implica también abrazar la ambigüedad, la dualidad inherente de la vida. Es ser capaz de mirar al espejo y ver no una, sino muchas caras reflejadas: el idealista y el cínico, el artista y el pragmático, el soñador y el realista. En este mundo donde las etiquetas son fáciles de aplicar pero difíciles de despegar, ser esa persona significa rechazarlas todas, ser un enigma, un rompecabezas constante para los demás y para uno mismo. Es vivir en un constante estado de autoevaluación y crecimiento, reconociendo que el aprendizaje nunca termina y que cada experiencia, buena o mala, es una oportunidad para expandirse y evolucionar. En la búsqueda de la verdad personal, este tipo de persona se convierte en un explorador de su propio universo interior, enfrentando miedos, desmantelando prejuicios, y construyendo una identidad única que es tanto un refugio como una declaración de principios. Ser así es entender que la vida no es un camino recto, sino un laberinto de posibilidades y elecciones, donde cada paso adelante es una afirmación de la propia existencia.

¿Qué pasaría si un día despiertas y simplemente dejas de ser lo que eras ayer? ¿Si ya no tienes las mismas habilidades, ni las personas que te rodeaban están más, si has olvidado cada una de las cosas que has dicho y ni siquiera eres capaz de comunicarte en tu idioma nativo de nuevo? ¿Contemplarías el horizonte sin saber qué sigue? ¿Te dejarías caer hasta morir en el abandono y la miseria? ¿Te detendrías un momento a escuchar el latir de tu corazón que te dicta que sigues vivo y tienes mucho más para ofrecer?

En ese momento, te enfrentarías a la esencia misma de tu existencia, despojado de todo aquello que pensabas que te definía. Serías como un lienzo en blanco, libre de los trazos del pasado, con la oportunidad única de reinventarte. Podría ser aterrador, sí, pero también liberador. Sin las cadenas de tu historia pasada, tus éxitos y tus fracasos, te encontrarías en un estado de pura potencialidad. La pregunta ya no sería "¿quién soy yo?" sino "¿quién puedo ser ahora?". Este momento de desconexión total del yo anterior sería un llamado a la introspección más profunda, un desafío a construir desde la nada, a aprender de nuevo, a formar nuevas conexiones y a descubrir aspectos de ti mismo que estaban ocultos bajo capas de experiencia y hábito. Sería una invitación a vivir de manera auténtica, guiado no por expectativas o memorias, sino por el instinto puro y la curiosidad innata. En este vacío aparente, encontrarías la verdadera esencia de la vida: un eterno comenzar, una constante evolución hacia algo nuevo y desconocido.



 Welcome back my beautiful monster. I've been here waiting for you since a lot of time. Patiently, of course, I understood about the ways of living during my last years, I made a lot of mistakes, I forgot despicable people, I learned to love the ones who wanted to stay around. If they want to, they're purely part of me, as well as my feelings for them.

Multiple universes in my hand and all I wanted was to avoid the problems that you can cause, because honestly, you're not an easy entity. I know you really enjoy to destroy everything to ashes, to use your power to smash and devastate. Not a normal person, not a simpleton, even if those are a pair of flags I like to use around. I'm here to conquer, since the begining until end of tomorrow, they won't expect when I just make it happen.

However, I must admit, there's a certain allure to your chaos, a strange beauty in the wreckage you leave behind. Each time you unleash your fury, I'm reminded of the raw power at my disposal, a force untamed and wild. It's a reminder that in this vast cosmos, with its endless possibilities, I hold the reins of a beast most would cower before. This power, it's intoxicating, seductive, drawing me deeper into its embrace with every act of destruction.

Yet, there's a price to pay for dancing with such a tempest. The aftermath of your rampages leaves scars, not just on the world, but on my soul. I see the faces of those caught in our wake, their lives upended, their dreams turned to dust. It weighs on me, this knowledge that for every triumphant roar, there's a trail of sorrow and loss. It's a burden I bear, a constant battle between the thrill of power and the pangs of conscience.

In the end, I realize that you, my inner monster, are both my greatest strength and my most profound weakness. You are the embodiment of my ambitions, the manifestation of my inner turmoil. Together, we walk a fine line, balancing on the edge of greatness and ruin. And as the dawn of a new era approaches, I stand at the crossroads, wondering whether to embrace your fire or seek a different path, one less destructive but perhaps more fulfilling. The choice is mine, and mine alone.



 No me causa miedo que me trates mal o que me ignores, me provoca horror que me trates bien, me encante y un día desaparezcas. Pues estoy consciente de lo difícil que puedo llegar a ser, y del nivel de comprensión y paciencia que tienes que desarrollar antes de aproximarte.

Haré todo lo que esté de mí para temrinar el año sano, pero la he sufrido un poco en días recientes. La tos no me deja en paz, y ni la "noche de paz" he podido disfrutar completamente. Amo a mis padres y el hecho de que mi familia esté aquí. Estoy agradecido de que me hagan compañía.

La molestia en la garganta no me deja en paz, he pensado que puede estar relacionada con algo que comí, pues he experimentado similares síntomas con anterioridad. Decidí esperar, acostarme temprano y ponerme audífonos mientras escucho uno que otro video para relajarme.

A darle chance a la incomodidad que se retire, al tiempo que me relajo y permito que el sueño llegue a mí; pues anoche tampoco dormí bien, estuve hasta muy entrado el amanecer despierto, para medio día, ya me dolía la cabeza un poco por el cansancio.

He escrito un montón de propósitos para el año entrante, que Dios me permita lograr conseguirlos todos. Enfoqué una cantidad a actividades que quiero lograr de forma diaria, otras semanalmente, otras con un número específico de eventos calendarizados. Sin duda mi intención es convertirme en una mejor versión de mí mismo y esforzarme por sacar adelante más proyectos cada día, trabajando por construirme de forma correcta y abrazando el hecho de que no soy perfecto en el camino, pero que sin duda puedo intentarlo con todo mi ser.

Ah, sí... ¡Feliz navidad amigos!



 Tenía pensado ir a Colima solo para reconfigurar un servidor que tengo por allá, pero la verdad no será necesario, no en este momento. El año está por terminar e ir a tirar mil varos solo para encender una computadora, apuntar una IP y corregir un script de automatización es demasiado insignificante. Mejor esperaré un poquito.

La semana que entra la trabajaré a ritmo bajo, viene de visita mi familia y acá pasaremos navidad, cualquier proyecto independiente estará en descanso temporal; no les conté, pero al final desinstalé la mayoría de apps sociales del celular, las había colocado con tiempo de uso limitado, sin embargo, determiné que se vayan por completo de mi dispositivo, y mejor, si requiero algo, abriré el navegador (pues no he eliminado mis cuentas, ni dejaré de utilizarlas).

Desde la perspectiva de la tos, no se me ha quitado por completo, las últimas dos semanas ha sido una lata; al menos esta mañana me siento un poco mejor, pero no he comenzado ninguno de mis días recientes al cien. Anoche por fin logré acostarme a tiempo, no me desvelé e incluso alcancé a producir un poquito.

Como que la vida no da de sí cuando uno quiere ponerse a trabajar en cosas por cuenta propia, estudiar un montón de temas que tiene en espera y leerse una serie de libros en cola; además, las puras intenciones no sirven para salir a hacer algo de ejercicio y recuperar un estilo de vida saludable. No se diga el hecho de que quiero comenzar de nuevo con mis amigos algunos juegos. Siento que a mis días les están faltando horas, pero ahí la llevo, despacio.

Como dije, la semana próxima el plan es no estar clavado con compromisos y dedicarme a mi familia que tanto amo. Si vienes por acá a recorrer estos párrafos, únicamente quiero darte las gracias por hacerme compañía, gracias por leerme de vez en cuando, gracias por estar ahí. Así es como se abrió este blog, con la idea en mente de que puedo venir a compartir cualquier tontería que se me ocurra por acá, desbloquear mis pensamientos y vaciar frustraciones, para evitar que mi cabeza me consuma y explote.

Para el año que entra he comprado una agenda, ya coloqué ahí algunos propósitos pequeñitos, nada espectacular ni llamativo, soy un viejo y he decidido enfocarme en aquello que me enriquece por dentro, aunque sea mantener la paz; en años pasados he logrado completar ciertos puntos, mientras que otros ni siquiera los he volteado a ver, realmente no depende de si los pongo o no en una lista, depende de cómo sucede la vida, pues no la tenemos garantizada, y por lo que he experimentado, hoy tenemos trabajo, mañana quién sabe, hoy tenemos energía y salud, mañana ni idea, hoy tenemos ganas y esperanza, mañana probablemente no.

El fin es estar en calma con uno mismo, no solo por la contención de cualquier monstruo en el interior, sino porque vivir tranquilos debe ser una tarea diaria por si sola. Ya que si se quiere construir a partir de la nada, resarcir el corazón tiene que ser una de las actividades iniciales. Para producir con benevolencia a otros, hay que comenzar con uno mismo. Perdonar viene en consecuencia a perdonarse, amar después de amarse, valorar tras valorarse. Les deseo muy felices fiestas, en caso de no venir por acá en los próximos días. Espero que lo pasen de maravilla en compañía de sus personas más queridas. Un arbazo.



 No me cuesta nada ser bueno en todo lo que hago, y sin embargo, me exijo, me exijo demasiado, para cada cosa que planeo, para cada proyecto que pongo en marcha, para cada idea que logro sacar adelante. Porque al final, soy autoexigente, perfeccionista y tengo el constante pensamiento en la cabeza de que las cosas que me propongo, suelen no salir del todo bien. No es culpa de nadie más, solo mía.

Pero así ha sido siempre, estár dándole vueltas a los problemas en mi cabeza me ha vuelto alguien que trata de ser prudente y que busca todo el tiempo estar contenido; porque las emociones son traicioneras, los impulsos nos sacan de la cabeza fría y por un repique de curiosidad podemos tomar decisiones garrafales.

Es por eso que mantener cautiva a la bestia, dominada y bajo control a esa parte de mí que es capaz de destruir en segundos, no es tarea sencilla. Desde que era un pequeño niño logré advertir que había algo de cuidado dentro de mí, y que por mucho que el exterior pudiera ser un reto con sus dificultades y miedos, el interior tenía la capacidad de ser lo más atroz y aterrador de mi existencia.

Así pasé de temer a mis males a comprenderlos, a convivir con ellos sabamente y darles su lugar, a respetarlos y reconocerlos; porque el poder controlado no es otra cosa que un poder mucho mayor.

Corte A, todo está hecho trizas, no queda una alma andante a mi alrededor, el clima es frío, gris y lúgubre; apesta a muerte y pudrición, las palabras son incapaces de describir lo que ha pasado por aquí; cadáveres, partes mutiladas, lo que parecían ser creaturas cibernéticas han quedado extintas. No hay alucinógeno tan poderoso que te hubiera permitido imaginar esto.



Des-Control

Por
 No me cuesta nada ser bueno en todo lo que hago, y sin embargo, me exijo, me exijo demasiado, para cada cosa que planeo, para cada proyecto...

 Las historias de éste tipo siempre inician así, en un pueblito nevado, cerca de las montañas, donde la felicidad se respira. Pero vamos a cambiar la premisa tradicional un poco, pensemos en un barrio pobre, cercano a la playa, en vísperas navideñas.

A una semana de celebrarse la Noche Buena, el tío Pedro y el papá de nuestro protagonista siguen siendo explotados en la obra por parte de su patrón, un contratista malvado llamado Don Ignacio. Les están cargando de jale pues otros de los chalanes han preferido renunciar que seguir hasta el final, pues ya les advirtieron que incluso el día feriado, lo van a trabajar por temas de que tienen los tiempos encima y no se está sacando el compromiso.

Heliodoro es huérfano de madre, tiene siete hermanas, cuatro mayores y dos menores; le toca ayudar en las cosas de la casa que implican "fuerza" pues es el único hombresito del lugar. Su hermana Inocencia, es la mayor, se encarga de que la comida esté lista y repartir actividades al resto de los hermanos. Para éstas fechas, papá había prometido pasarla en casa con ellos al salir de trabajar, y en una de esas el tío y su mujer también les harían compañía.

Los hermanos ya sabían que a ellos no les esperaban regalos, ni siquiera a Francisca, la hermana menor de siete años. Pues la cosa no había ido muy bien últimamente, y los precios en general de los alimentos estaban continuamente a la alza, mientras que los ingresos hacía mucho no variaban positivamente.

En este barrio playero, donde la brisa del mar mezclaba su salinidad con el espíritu navideño, Heliodoro y sus hermanas se preparaban para una Navidad modesta pero llena de amor. A pesar de las dificultades, la familia encontraba consuelo en las pequeñas alegrías: el canto de los pájaros al amanecer, el juego de las olas al atardecer, y las risas compartidas durante las comidas.

La hermana de Heliodoro, Francisca, tenía una sabiduría que de vez en cuando sorprendía a todos, pues no parecía hacer juego con su edad. Un día, mientras ayudaba a Inocencia en la cocina, dijo algo que se quedó grabado en el corazón de todos: "Aunque no tengamos regalos, tenemos algo mejor: estamos juntos". Esas palabras resonaron en Heliodoro, quien decidió que, a pesar de la ausencia de regalos materiales, haría algo especial para su familia.

Con la ayuda de sus hermanas, Heliodoro comenzó a trabajar en secreto en un regalo para su padre y tío Pedro. Usando materiales reciclados y su creatividad, construyeron un pequeño barco de madera, un símbolo de esperanza y libertad, algo que su padre siempre había soñado tener. Sabían que no era un barco real, pero para ellos representaba la promesa de un futuro mejor.

Mientras tanto, en la obra, el tío Pedro y el padre de Heliodoro enfrentaban jornadas extenuantes bajo el mando de Don Ignacio. Sin embargo, a pesar del cansancio y la frustración, mantenían la esperanza de un cambio, impulsados por el amor a su familia.

La víspera de Navidad llegó, y contra todo pronóstico, Don Ignacio decidió darles el día libre a sus trabajadores, movido por un inesperado sentimiento de generosidad. El tío Pedro y el padre de Heliodoro regresaron a casa temprano, sorprendiendo a todos. La cena, aunque sencilla, que consistía principalmente de frijoles con salsa y tortillas, estuvo llena de risas y anécdotas de cada uno de los presentes. 

El tío Pedro platicó la vez que cuando iban de regreso a la casa se les ponchó la llanta de la camioneta que los transportaba, y entre el lodazal tuvieron que empujarla todos durante varios kilómetros. Para terminar llegando al barrio pasada la una de la madrugada.

Inocencia contó la vez que se le escapó un pollo del corral en su intención de atraparlo para preparar un caldo, corrió a media calle y cuando lo volvió a ver lo acababa de atropellar un coche. Esa vez tuvieron que comer arroz solo.

Y así cada uno contaba cosas simpáticas que a lo largo del año le habían ocurrido, y lo más importante, agradecían seguir siendo una familia unida. Al final de la noche, después de la cena, Heliodoro y sus hermanas presentaron su regalo. La emoción llenó los ojos del padre y del tío Pedro al ver el pequeño barco, un regalo humilde pero cargado de significado.

Aunque la vida en el barrio playero era dura, esa Navidad les enseñó que el amor y la unidad eran sus mayores tesoros. Y mientras el sol se ponía en el horizonte, reflejando sus últimos rayos en el mar, la familia se abrazó, sabiendo que, mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que les deparara el futuro.



Me estoy quedando sin ideas, o al menos eso pensaba mientras asumía la destrucción de la sociedad como la conocemos ante la inminente superioridad de las inteligencias artificiales. En un mundo cada vez más rodeado de simios ignorantes adoctrinados por creencias sin fundamentos, modas sin contextos y religiones sin sentimientos, estamos definitivamente condenados al fracaso.

Pero entonces, me di cuenta que podía utilizarla a mi favor, desde un punto de vista subjetivo y limitado a mi alcance y capacidades solamente, obvio. Empecé a tomarla con estima, con la plena consciencia de que quizá en dos años o menos un algoritmo computarizado se haga cargo de mi trabajo actual, y yo tenga que moverme a un territorio más artístico, menos lógico matemático, más creativo.

Al final me encuentro en medio de la nada, pero es de aquí de donde salí desde un inicio. Qué más da si fuera mañana mi último día, lo importante es poder expresar lo que siento de vez en cuando; y si eso, de alguna manera abstracta puede ser representado por bits en forma de palabras y colores en una imagen, yo estaré por bien servido.

Los procesos de inspiración así suceden, llegan cuando no los esperas, por ejemplo hoy, tras un día de no haber asistido a trabajar porque he estado tosiendo constantemente. Sintiéndome débil y cansado. Llegar a media noche y colocar algunas frases me renueva las fuerzas.

He decidido permitir que mi creatividad abrace a la modernidad con afecto, dejando pasar el horror que me causaba quedarme sin algo que hacer que me produjera ingresos. A veces, es solo cuestión de paradigmas, y en este caso, las cosecuencias de lo que nos espera son solamente expectativas. Pero en lo que haya de mi parte, trataré de generar tanto cuanto me sea posible. Amén de que cada párrafo con el que me expreso acá me reconforta y aleja un poco más del estrés del trabajo insignificante y los intereses negativos que mueven la industria a la que pertenezco.



Sin Ideas

Por
Me estoy quedando sin ideas, o al menos eso pensaba mientras asumía la destrucción de la sociedad como la conocemos ante la inminente superi...

 ¿Tener un millón de libros, cien mil, diez mil, mil, cien, diez o uno? Empecé este asunto de la lectura constante ya hace tiempo, he tenido momentos en los que me detengo y otros en los que me obsesiono. Como reto, en mis rutinas de mayor avance literario trato de leer unas cien páginas en el día, eso me llevó a ser una persona enfocada en buscar y adquirir libros en donde se pudiera.

Quería acompletar algunas colecciones, quería tener acceso a libros de toda índole. Y quizá ese fue un poco mi error, así como en las decisiones generales de mi vida, en mis hábitos literarios dejé de lado la regla de utilizar un pequeño filtrado tipo ¿qué voy a leer? Pues he leído de todo. Sí, de todo.

A lo largo de los años, si una cosa pequeña he aprendido ha sido a reinventarme cada cierto tiempo y a comprender que la vida no siempre nos coloca en la cima; que por lo menos para los que nos tocó estar rodeados de limitaciones, las cosas no se darán tan fácilmente. Es por eso que fue importantísimo adquirir una mentalidad minimalista. Donde lo que exista, tenga una razón de ser, una funcionalidad específica. Y sin embargo, no lo he logrado del todo.

Inicié la semana reduciendo los tiempos que invierto en absurdismos virtuales y colocando "trabas" para evitar distracciones; pero no ha sido, ni es, ni será fácil. Porque los medios están ahí, esperando a ser consumidos e invitándonos constantemente a "adquirir" lo más moderno a la deriva.

Entonces volteo y veo la cantidad grosera de libros que poseo. No es queja. Aunque algo en mi interior reconoce que muchos de esos son solo desperdicio de árboles. Paja pura. Pero aparte de eso, observo mi entorno, en dónde estoy en este momento, qué tan organizada y limpia está mi habitación, puedo quitar cosas de acá y obsequiarlas, probablemente.

En la casa, lo primero que hice fue amueblar, comedor, estufa, refrigerador, sala, lavadora, aire acondicionado, cama, televisión y escritorio. Pero algo seguía faltándome, mi interés por funcionar. Me encontraba dándole vueltas a la idea de lo que la comodidad podría resultar para mí. ¿Funciona realmente? No creo, en mi caso, más allá del confort, lo que produce positivamente es ser organizado. A niveles cuasi compulsivos de vez en cuando.

Regresando al pensamiento anterior, ¿de qué sirve leer tanto? Para lo único es para irte dando cuenta cada vez más de lo profundamente ignorante, mediocre y sin sentido que eres en esta vida si lo analizas desde un plano universal. Para convencerte de que no sirve de nada frustrarse continua y constantemente porque lo que nos rodea, al final, es insignificante, y que tus conflictos mayores –que te despidan, que se te muera alguien cercano, que enfermes de gravedad, que lo pierdas todo, que cometan un crimen contra ti– terminan siendo minúsculos cuando los medimos a una escala mayor, pues al final, somos únicamente un número, y que nuestra moneda de cambio se mide en "libertad" y "felicidad", un par de autoengaños momentaneos a los que se aspira para darle rienda suelta al velo.

Por eso es mejor afianzarse a la nada, lo minúsculo, al instante. Porque la verdadera acepción de "tenerlo todo" es simplemente no necesitar nada. "Me perdí un capítulo de mi serie", qué catástrofe. "Engordé diez kilos", qué tragedia. "Me expusieron e insultaron en redes", qué horror. "La persona que me gusta me desprecia", qué desgracia. "Estoy completamente roto", qué conmoción.

No puedo dejar de advertir que si existiera una gestión global de las cosas y sucesos a gran escala, el Ente que lo administra todo tiene un humor bastante ácido, irónico y peculiar. Jamás le vas a entender, y mejor será para ti que hagas las pases contigo mismo y pongas en cuanto a lo que te dé la consciencia para mejorar como ser humano. Digo, al final puede que eso no sirva de nada, pero mejor es estar tranquilo con tu mente que vivir la prisión infiernal que supone el desquicie.

Para cerrar, se recomienda ser bueno, ser amable, generoso y amigable. Ser sincero en lo posible y justo. Ser esforzado y trabajador, ser responsable y atento, ser genuino y sencillo. Ser útil, empático, autosuficiente, prudente, desarrollar la inteligencia emocional y la lógico matemática, además del conocimiento en general. Esas cualidades no son para nada, ni para nadie más, son para ti mismo. Nada de eso te cuesta un centavo, quizá es de lo poco que puedes lograr sin que tus condiciones genéticas y de contexto tengan la última palabra. Y para aquellos que prefieran no, entiendo también, perdón por decirlo.



Menos es Más

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 ¿Tener un millón de libros, cien mil, diez mil, mil, cien, diez o uno? Empecé este asunto de la lectura constante ya hace tiempo, he tenido...

En los momentos más sombríos de reflexión, me encuentro asediado por una duda paralizante: "¿Realmente tengo la capacidad de superar estos desafíos?" Esta pregunta surge de una comprensión profunda y desalentadora: el sistema, en su complejidad laberíntica, parece estar intrínsecamente diseñado para mantenernos en un estado perpetuo de lucha y estancamiento. Es como si estuviera tejido en una madeja de nuestra realidad, un entramado ineludible que dicta los límites de nuestro potencial.

En un principio, me atrapé a mí mismo utilizando estas percepciones, estas oscuras revelaciones, como justificaciones para lo que sucede a nuestro alrededor. Me aferré a ellas como escudos, evitando así enfrentar la cruda verdad de nuestra existencia. Sin embargo, con el tiempo, he aprendido a despojarme de tales escudos. He comenzado a ver estas percepciones no como verdades inamovibles, sino como reflejos de una realidad más compleja y matizada.

He llegado a comprender que, aunque el sistema pueda parecer monolítico e inmutable, no es más que una construcción humana. Y lo que es creado por el hombre, puede ser alterado y reformado por el hombre. Esta comprensión me ha llevado a una revelación liberadora: no estamos condenados a la insignificancia. Nuestra existencia, aunque pueda parecer diminuta en el gran esquema de las cosas, tiene un potencial ilimitado.

Así, en lugar de sumergirme en la desesperación, he optado por abrazar un enfoque más pragmático. Reconozco que el cambio es difícil, que el progreso es lento, y que el éxito no está garantizado. Pero también entiendo que la única forma de desafiar las limitaciones impuestas por el sistema es a través de la acción, el esfuerzo constante y la determinación inquebrantable.

En resumen, he dejado de permitir que mis percepciones del mundo exterior dicten mi realidad interna. En su lugar, he elegido enfrentar ese mundo con una resolución renovada, sabiendo que, aunque el sistema pueda intentar reducirnos a la insignificancia, en realidad, somos gradualmente obreros de nuestro propio destino.



 Me sentía cansado, de una forma distinta, fastidiado. Necesitaba sacar mi mente de ese lugar, pero era mi primer día, no podía. Por más vueltas que le daba, la frustración llegó, cerca de la media noche, lo que hice fue abrir la computadora y empezar a escribir.

Tal vez escuchar frases en francés mientras redacto me relaje y me ayude a quedarme dormido, es probable que la exposición a esta pantalla me haya sacado del confort necesario previo a dormir. Te voy a boicotear, insomnio; no dejaré que te aproveches de mí esta noche.

Me queda claro que mi sensación de incomodidad es consecuencia de que no me han pagado, y yo he quedado mal con algunos cambios a partir de eso. Me van a cobrar intereses, ni modo. Tendré que pagar más por haberme confiado. Eso me fastidia, al menos a mi cabeza.

Amigos, evítense problemas de finanzas y enfóquense en invertir lo más que puedan. Es probable que el dinero pierda todo su valor algún día, y que sus "ahorros" terminen siendo un desperdicio. Pero eso es mucho mejor a vivir endeudado y al día.

Admiro mucho de las personas pudientes que no tengan que esforzarse por el taco de cada día. Eso es lo que predico, que la inversión es necesaria para dejar de depender otra gente. Confío mucho más en las máquinas que en las personas.

Estoy fascinado con la existencia y uso de las inteligencias artificiales; si una de ellas toma el control de nuestra sociedad, sépase que estoy a favor de los sistemas automatizados. Pues nada me ha decepcionado más que los seres humanos. Por mucho que los quiera, me queda claro su insignificancia.

También estoy enamorado del hacking, me parecen unos paradigmas fenomenales a la hora de afrontar el entorno. El solo hecho de pensar que nada ni nadie está enteramente seguro me hace sentir en cierto sentido satisfecho, pues en lugar de paranoia, me sé descubierto y vulnerable al igual que personas verdaderamente poderosas lo serían ante alguien con esas habilidades.



Fastidiado

Por
 Me sentía cansado, de una forma distinta, fastidiado. Necesitaba sacar mi mente de ese lugar, pero era mi primer día, no podía. Por más vue...

 Ha sido una semana bastante agradable en compañía de mi familia a la que amo muchísimo. Salimos un par de veces a comer y estuvimos juntos platicando de distintas cosas. Como saben, los he invitado a que pasen las fiestas conmigo, espero que sean unos días llenos de amor y alegría acompañado de ellos.

Ya estoy de regreso, de camino a la ciudad, casi a la entrada, hubo un accidente y estuvimos atorados en el tráfico por más de una hora. Ese tiempo lo utilicé para pensar en qué otras cosas puedo trabajar; porque hace un rato me llegó un mensaje de uno de mis clientes "freelance" diciendo que necesitaba platicar conmigo (eso posterior a que le cobrara algunas facturas pendientes de pago).

En caso de que ese proyecto se cierre, sería una tristeza, ya que a penas estoy encaminándome a iniciar con otras cosas y además estoy por pagar algunos pendientes importantes. Pero así es el ciclo de los proyectos, unos terminan, otros inician. Lo que quiero hacer ahora es tratar de liberar lo más que pueda mi vida del yugo que algunos excesos me traen.

Además, tengo que empezar a afinar las otras herramientas que poseo y diversificar en cuanto a lo que me sea posible. Tengo que economizar mis costes de vida o al menos reducir ciertos gastos. Tratar de cocinar en casa, sería una buena forma de comenzar el año. Liberarme de "suscripciones" a servicios que no utilice (ya hice algo de eso) y sobretodo, limitar el monto que gasto en cosas como libros o salidas a comer.

En este momento, no renové la membresía del cine (que tiene un costo aproximado de 8500 anuales) y cambié el nivel de servicio que pagaba en por Apple+ (unos 2800 anuales menos). Otros cambios que hice en este año fue cancelar servicios que no utilizaba como Mobi y Starz, y bajar el nivel de Netflix de 299 a 139 al mes. Para Star+ y Disney+, los agregué el nivel 6 con MeLi, con lo que ambos me salen por ahora a 99 mensuales.

Sin embargo, así como hay servicios que he dejado de pagar, hay otros que han incrementado mis gastos, como Workspace y Cloud, además de ChatGpt. El punto es, a la hora de mantener un servicio activo debo de analizar en una tabla previamente diseñada si los beneficios que el servicio ofrece me convienen o resultan en un gasto inútil solamente.

Tengo mucho para pensar y muy poco tiempo para ponerlo en práctica. Sin emabrgo, al año le quedan unas tres semanitas más, eso me servirá para pulir lo que el año que está por venir tiene para mí. Aspiro a ser una persona sumamente austera (en mi pasión por el minimalismo), pero que goce a plenitud de aquello que le rodea. Eso es lo que quiero.

He removido también un montón de apps de mi celular (que dicho sea de paso, me gusta tener eso por lo general limitado y en orden, solo ajusté un poco mis límites al respecto). Parte de aprender a ser yo, implica volver a tomar el control de mi vida, y he trabajado un montón en conseguirlo, la literatura es una excelente herramienta de apoyo, aunado a eso, trazarme metas y establecer objetivos cuantitativos le sirve a mi lado más obsesivo compulsivo.



 Es curioso, cómo una cena puede provocar que el sueño se me escape. Y dije: "Ya qué, me pondré a escribir algo". Las cosas mejoran, lo que me agrada. Tuve que venir en friega a casa a revisar un trámite. Estuve viendo mis cuentas y me parece asombrosa la cantidad de dinero que nos cobra el gobierno solo por existir, es una pena que teniendo impuestos tan elevados, los servicios básicos sean tan precarios. Ah, pero eso sí, los bolsillos de los políticos en distintas jerarquías, inflándose.

No pienso hablar de eso, me niego rotúndamente a escribir acerca de política esta noche. Solo quería hacer ese pequeño comentario desde mi cartera herida. Les cuento que, desde la óptica de proyectos, no hay nada nuevo; qué más quisiera yo, ya poder estar cobrando una lanita extra por producir, pero no se ha podido, principalmente la he pasado en negociaciones, pláticas y trabas de diversas índoles, fuera de lo que yo puedo controlar.

Desde el punto de vista laboral, ya se perciben las vísperas navideñas, la gente en el equipo nuevo está con nulas ganas de hacer gran cosa, mi proyecto anterior, al fin se terminó, ésta semana migramos la última cuenta y eso me da mucho gusto. Lamentablemente me dejaron cubriendo "posibles" actividades, durante el fin de semana y hasta el lunes que vuelva un compañero de sus vacaciones.

En lo que respecta a mi crecimiento personal, voy a trompicones, unos días bien, unos días mal. Aunque le he estado dando durísimo a la lectura y eso me encanta; también (con excepción de esta noche) me había estado durmiendo temprano las últimas semanas. Otra cosa es que reduje muchísimo la atención a la pantalla de mi celular, removí algunas apps que no pretendo seguir usando y limité a escasos minutos las pocas redes que dejé instaladas. El plan es sustituir cualquier inpulso por abrir una red, con un poco de lectura o algo benéfico; y reservar los pocos minutos para ver enlaces que me envían mis amigos o darme un clavado rapidísimo en los feeds habituales.

Estoy como a dos semanas de pagar una deuda que me venía fastidiando demasiado. Una que me tenía en una posición tortuosa. Quitándome eso de encima, sé que poco a poco iré resolviendo cualquier otro pendiente que tenga. Pero esa sí me causaba estragos de incomodidad hasta en el estómago. Qué bueno que ya se va.

Así como cuando me fraudean, tener la sensación de incumplimento es una enorme carga moral, aunque no lo crean. Tratar de respaldar mi palabra con acciones positivas que me hagan alguien responsable y cada vez más independiente en esta batalla por la libertad. Me faltan bastantes billetes por reponer y por generar también, no puedo cantar ni un poco de victoria todavía, pero al menos, a grandes rasgos, empiezo a notar avances optimistas.

Dicho lo anterior, me aterra en demasía el incremento al salario mínimo, ya que una casa que tengo mantiene su deuda en VSM, lo que significa que además de los intereses terroríficos que Infonavit te retaca, la deuda recibe un impacto en conversión considerando la unidad de medida mencionada. Algo cuasi catastrófico, si me lo preguntan a mí. Pues una casa que supuestamente estaba "barata", la estoy teniendo que pagar a tres o más veces el precio de lista, un robo, un desfalco, un abuso por parte de las autoridades. Y lo malo que al día de hoy, no hay jurisdicción alguna que nos proteja o aliviane en estas situaciones, llega el instituto, reestructura, reestructura y vuelve a reestructurar y a ti, como ciudadano de a pie, que te cargue el payaso... Ya me voy, que esto se puso algo turbio. Pero sí amiguitos, jamás le entren al juego crediticio de las ofertas del gobierno (tipo Infonavit, Fonacot, etc), porque esa gente son unas verdaderas calañas.



 Siento no haber podido venir antes, estaba ocupado operando en otras áreas de mí. Qué les puedo contar de nuevo que no sepan ya o que no haya venido antes a plasmar por acá. Tengo otro proyecto personal diferente y creativo entre manos, ya cuento con todas las herramientas necesarias (y la idea en mente), solo está de que me dé un rato para empezar a darle a eso. No me aflige si por algo tarda en ocurrir, las herramientas están disponibles, y así como este sitio, sucederá cuando tenga modo de hacerlo.

Por el lado de lo laboral, el proyecto de conversiones está a nada de terminar, quedan menos de diez cuentas por migrar; y desde la perspectiva del otro en el que me colocaron (el de modernización de infraestructuras de datos), la cosa va bien, gracias al Cielo. Además, ya tenemos el fin de año en corto, mis compañeros traen el espíritu navideño a flote (y sí, otra vez estoy en un equipo de únicamente extranjeros, sin nadie en México... Mi karma, supongo).

Pero no tenerle miedo a ese tipo de escenarios me ha traído posibilidades de enfrentar otros retos, cosas más interesantes, desde el terreno freelance. Al momento, solo una persona de mi entera confianza está enterada de las cosas en las que ando trabajando (eso también porque quiero involucrarle), y de cerrarse los negocios, en Octubre del próximo año, el Tesla es más que factible. Jaja.

La vida van mejor, lo cual me alegra; pero hay que poner especial atención en todo, porque es sabido que con poquito uno resbala y se queda sin nada. Esa misma experiencia y sensación tuve cuando vivía en CDMX y me quedé sin trabajo; en mi cabeza era de "las cosas van bien, qué gusto" y de repente, nada, adiós, manos vacías y corazón roto. No quiero que eso vuelva a acontecer, no. Por lo mismo no me confío, ni me fío, disfruto en medida de lo posible, y hasta ahí, sin avorazarme con un supuesto "mañana prometedor". Tan austero y estoico como esté en mis condiciones.

Desde la perspectiva del autodesarrollo, ahí la llevo, digo, voy como en cinco por ciento en cuanto a uno de mis propósitos, algo es algo. Confieso que a veces tropiezo y caigo, mientras venga otro día, hay otra chance de mejorar. Y si el monstruo interno está tranquilo, se puede seguir evolucionando. Sin duda, eso me gusta, construir.

Es un placer pasar por acá y darme la oportunidad de expresar cómo están yendo las cosas por mi lado. Pero más allá de eso, ¿cómo estás tú? ¿Qué tal te ha ido? ¿Ya fuiste a terapia? Apuesto a que sí. Sabes mi teléfono, en caso de que necesites algo de mi parte podemos comunicarnos; si no lo recuerdas, lo tienes aquí a la mano, a un clic de distancia de este texto.

Mis ojos estarán contentos de saber de ti, mis oídos de escuchar tu voz y lo feliz que eres. Como bien sabes, estas publicaciones son para recordarte mi afecto, y de vez en cuando contarte mis frustraciones y desdichas. Porque así es este juego en esencia cuando no traes el beneficio del privilegio; en ocasiones, seguidillas de tristezas, pero muy de vez en cuando, satisfacciones. Asimismo, he considerado entre mis constantes e inminentes cambios, enfocarme en aquello que verdaderamente produce, en lugar de solamente estarme quejando. Llámalo envejecer, madurar o como quieras, el punto es el mismo. Un abrazo.



Qué Tal

Por
 Siento no haber podido venir antes, estaba ocupado operando en otras áreas de mí. Qué les puedo contar de nuevo que no sepan ya o que no ha...

 Reescribiendo. ¿Qué planes hay? Decidí reactivar algunas cosas, era importante actualizar el tono, arrancarme algunas cadenas que me estaban deteniendo. Lo que sigue es darle una observada a las otras cosas que podrían fallar. El equilibrio, cuando uno viene de abajo, es más que notorio. Te empieza a ir genial en una área, te adoleces de otra. ¿Cuál es la fórmula para avanzar sin tropezarse o caer? No hay, algo así ni siquiera existe. Tendrías que haber nacido con colchón para caer sin lastimarte.

Consumir es divertido, darte un momento para liberar la cabeza del estrés que provoca el trabajo, y dedicarte únicamente a disfrutar de lo que hay. Pero llega un momento en el que quieres seguir produciendo, tu intención es también poner ahí material para otros, además quieres que les sirva. Digo, al menos esa idea se mantiene repercutiendo en mi cabeza.

Mucho he dicho y repetido que haré las cosas bien esta vez, pero ya se la saben con esta vida, uno no puede proponer nada, porque los planes se van al caño. Entonces, solo se especula y ya. Pensar activamente y trabajar en resultados es lo único que puede ayudar, aunque al final estemos limitados al ínfimo significado de que una fuerza más grande, como una enfermedad, un conflicto o una tempestad, haga pedazos cualquier intención, por positiva y esperanzadora que sea.

Vivir es así, desear lo mejor y esforzarse por lograrlo, aunque nos caiga una piedra en el pie o se atraviese en nuestro camino un evento de la naturaleza y nos frene por completo. Si podemos, nos tratamos de levantar de nuevo; si nos alivianamos, nos enfocamos en mejorar y ayudar a quienes nos rodean a mejorar un poco; porque al final somos seres sociables que requerimos de la ayuda mutua, el afecto, la aceptación y a veces hasta el reconocimiento.

Ahorita traigo un montón de conflictos internos que es difícil ponerlos en papel o bits, la mayoría de ellos no deberían ser tan grandes, pero ya ven cómo es este asunto de sobrepensar las cosas. Le tememos a lo desconocido y eso nos reta y limita. Por supuesto que trabajando en medida de las posibilidades se consigue salir adelante, y quizá es ahí en donde estoy, reencontrándome conmigo mismo, con mi fuerza de voluntad e interiorismo, reconciliándome con el amor propio y el autorespeto, aceptando aquellas cosas que no puedo cambiar y guiándome por aquellas en las que puedo actuar.

Pero eso sí, con el dedo en el renglón fatalista siempre; no sé si sea una especie de realismo ácido, disconfort permanente o simple frustración acumulada; el hecho es que cero me he rendido, aunque mi ópitca se ha moldeado. Me sorprende lo mucho que puede cambiar uno mentalmente con un par de meses entre el punto A y B. No todos esos cambios han sido premeditados, algunos son meramente circunstanciales, y sin embargo, ahí la llevamos.

No tengo miedo de ver lo que ha ido mal así como agradecer se ha vuelto parte de mi diario andar; los recorridos son así, hay tramos sencillos llenos de alegrías y otros terribles para llorar. Me prometí escribir con palabras de mi acervo regular, para no entrar en conflictos literarios con un posible lector casual. Porque si coloco aquí puras cosas que requieran una mayor capacidad de concentración, las pocas almas que visitan estos párrafos se asustarían de inmediato. Habrá momentos para todo.



 De nada sirve lamentarse de forma empedernida de lo difícil que es la vida, o al menos eso dicen todos; y sin embargo, si lo piensas, un lugar, un momento, una persona, un pedazo de papel o un montón de bites son algo excelente para externar la frustración.

Ha sido horrible, lo reconozco, el cambio de un equipo a otro, en el que el primero me exprime hasta el cansancio con tal se sacar la última gota de valor en mí para ellos; mientras el segundo pareciera que paciente, de forma pasiva se la pasa metiendo presión, porque ya me quieren activo con ellos, que produzca de una vez.

Hace un par de días tal cual le dije a mi jefe que no podía, estaba a nada de estallar y su respuesta, la menos reconfortante que uno pueda escuchar. Me sentí como cuando te está cargando y las palabras de aliento de los otros son "échale ganas", como si esa frase pedorra resolviera la vida. No, a veces no se puede simplemente con echarle ganas, quizá sea más funcional alejarte de todo un rato para tomar aire, recuperar tu mente y cuerpo y volver con el doble de fuerzas, tal vez solo es la frustración hablando.

Me gusta venir aquí a expresar cómo han estado yendo las cosas. No, no van tan mal en términos económicos, veo más cerca en el horizonte la salida de los problemas financieros que me vienen hostigando los últimos años. Pero físicamente me siento terrible, incompleto, débil, adolorido, agotado, corpulento, brusco, desagradable y falto de energías. No hace mucho bien a lo anterior que esté escribiendo esto a la una de la madrugada, pero qué decir, así van las cosas.

Quiero cambiar, en serio, mejorar como ser humano: Intelectual, física, profesional, emocional y socialmente. No sé cuándo ocurra, no sé cómo vaya a llegar, pero el anhelo está ahí, siempre presente. Que no queden como un montón de promesas tiradas al aire, que no se olviden como muchas de las veces que alguien me ha dicho que me estima, cuando eran meras mentiras. Pero ya está, la decepción no es otra cosa que encontrarse con una realidad que no estábamos esperando; y yo, genuinamente, estoy algo decepcionado de mí.

Todo este tiempo me he enfocado en tratar de recoger las piezas que dejo por ahí tiradas cuando me quiebro, pensando que tengo mucho para ofrecer y dándome claramente cuenta de que no es así, pues la percepción del vacío parecería evidente conforme me autodescubro. No porque yo lo quiera, sino porque lo que soy, lo que hago y lo que tengo para dar, no es necesariamente bien visto o siquiera valorado. ¡Tenme tantita paciencia Vida, estoy trabajando constantemente en ello!



 Introspección, recapacitación, darnos cuenta de nuestro lugar en este mundo, son cosas que difícilmente conseguimos, porque estamos sobresaturados de publicidad engañosa alrededor. Vas por una calle, en tu andar regular rumbo al trabajo, y ya te encontraste con tres mujeres físicamente espectaculares; eso que no son ni las ocho de la mañana y que vives a cuatro cuadras de tu oficina. Así las cosas.

Les cuento que estas últimas semanas, desde que se desintegra el equipo por aquello de que las conversiones están por finalizar, mi cabeza se ha sentido agotada, he tenido más de una vez las ganas de aventarlo todo por la borda; pero ya está, ya se aplacaron las aguas, se resolvieron algunos detalles y sobretodo se platicó con los líderes. Agradecido con el Cielo, la neta.

Hoy va a ser un día de pasarla flojeando, probablemente me salga un rato en la tarde a caminar, espero se pueda que antes de eso me duerma un poco, es tiempo de enfriar la cabeza del mismo modo que el cuerpo.

Les digo que ha estado complicado todo, el calendario encima, los proyectos queriendo salir adelante, mis ganas de ayudar a personas cercanas constantemente presentes y mi deseo de ser mejor ingeniero destapando viejas frustraciones. El camino está ahí, cosa de calmarnos un poquito y recuperar la cordura.

Los quiero mucho, gracias por estar ahí.



 La vida no es ordenada y cuadrada como la sugieren los cánones, la vida es un desastre, un constante desorden, una falta de talento interminable seguida de momentos de noción y alegrías, la vida es una brújula desorientada, un clima de desesperanza y tristeza grotesco.

No tiene mucho para ofrecernos y le tenemos que dar absolutamente todo lo que somos a cambio, no respeta nuestro esfuerzo, ni tolera nuestra falta de ingenio y originalidad; nos está constantemente buscando para acabar con cada célula de lo que somos, y sin embargo la vida está ahí, esperando a ser amada, esperando a ser disfrutada con todas las fuerzas y en cada uno de los segundos que tengamos de existencia.

Mientras, la gran mayoría de nosotros nos estresamos y afanamos por lo que haremos hoy, por lo que tendremos que pagar mañana, por las enfermedades que acarreamos de nuestro pasado; la vida solo quiere ser protagonista, porque al final nos iremos todos y cada uno de nosotros, pero la vida va a seguir, de alguna u otra forma existiendo, tal vez en ese punto en el que te encuentras en este momento, tal vez en el punto opuesto del infinito universo.

No somos nadie para demandarle a la vida aquello que creemos merecer, no tenemos autoridad ni competencia alguna para exigirle; tan efímeros mutuamente, algunos enfrascados en una lucha por demostrar ser mejores, cuando lo único que tenemos seguro es, que la vida en su inmensa sabiduría nos purga como humanidad cada cierto tiempo.

Sin embargo, ver un poco atrás también nos brinda sabiduría, porque las cosas que hicieron mal nuestros abuelos, los pecados que cometieron nuestros padres, o las malas decisiones que tomaron nuestros hermanos mayores, indirectamente también nos atañen, y condicionan el tiempo y calidad que nos resta a cada uno. Pero al final no es culpa de ellos y de su ignorancia, en un mundo en el que los malos son muy pocos pero están de acuerdo, por muchos más que sean los buenos, solo ven ocurrir la vida sin poder hacer más que aceptarlo.

Y es por eso que volteamos al Cielo, es por eso mismo que otorgamos a lo sobrenatural el potencial de cambiar nuestras circunstancias, de mejorar nuestra existencia; porque la miseria parece permanente y hereditaria, porque la ignorancia da la impresión de ser algo irreversible, porque el terror al fracaso está metido hasta los más profundo de nuestros huesos y difícil es salir de las situaciones en las que nos ha colocado.

Entre traumas acarreados desde la infancia, romantización de la pobreza, delirios de grandeza de unos cuantos, hipocresía en casi todos, mentiras rodeándonos, temores inconcebibles e inimaginables, enfermedades antiguas y modernas, celebración de la mediocridad, limitaciones geográficas e intelectuales, religiosidad enfermiza, defectos propios y ajenos, rabia reprimida, y muchísimas cosas más, descubrir en dónde específicamente nos encontramos, desde un punto de vista completamente racional, es tarea imposible.



 Establecí las cosas desde el principio, pero no escuchaste;

te confesé mis defectos antes de siquiera presentarse, pero los ignoraste.

Como a un proveedor de servicios cualquiera me utilizaste,

y me quedé pensando, cómo fui un ingenuo, cómo fui tan ciego, cómo me cautivaste.


Así podrían haber pasado días o meses, la situación hubiera sido igual,

estábamos transitando diferentes caminos, y yo obsesionado con verte.

La vida me da lecciones, de a pocas, de a montones, a días y ratos,

senderos rocosos, señales del cielo, eventos traumáticos; no pude detenerte.


Las letras podrán fluír de la misma manera que las revolucionarias ideas en mi cabeza,

pero faltas de acción, sin ser expuestas en ningún lienzo o verbalizadas,

ambas se quedan en el pasado, se las devora el tiempo, se queman y vuelven cenizas,

desaparecen, se desvanecen, o por fenómenos más fuertes quedan opacadas.


No he podido terminar de limpiar mis ojos de tentaciones constantes, 

no he logrado dejar atrás mis malos hábitos alimenticios,

no me he redimido ante mi propia óptica por las faltas de autocontrol,

y sin embargo, aquí estoy, en medio de la nada, observando precipicios.


Mi sueño es un día despertar feliz de haber hecho las cosas bien con alguien,

mi más grande anhelo es hundir mi rostro en su piel y perderme en su esencia,

pero me tocó esta vida, en modalidad difícil, y hay que seguirle;

vengo aquí a dejar notas, porque eso es mejor que a la realidad huirle.



 Comunicado oficial: Por medio de la presente me dirijo a ustedes de la manera más atenta para hacer de su conocimiento que habrá un cierre temporal de actividades de este lado. Lo anterior debido a la constante presión por mejorar sin resultados visibles.

De antemano, se solicita la comprensión de la audiencia y se exhorta a la empatía ante tal esfuerzo. Las puertas permanecerán cerradas, la cabeza fría y el corazón colocado en la dirección correcta. Él personal se encontrará, entre otras cosas, capacitándose y únicamente brindando servicios cruciales que estén vinculados a sus actividades profesionales y de servicio. Incluso aquellas etrategias que involucren relaciones familiares, deberán ser gestionadas de formas específicas.

Ya. Hablando en serio. Han sido huracanes de eventos las semanas anteriores, me ha costado trabajo encontrar un momento para venir acá y decir cómo me va. Ahí la llevo, nada formidable, solo atareado esforzándome por mejorar.

Pareciera que las redes sociales y la imagen que proyectemos en ellas son importantes para algunos; no sé si en verdad me gustaría mirar a otros a través de sus filtros, me desconecté por un rato y las consecuencias siguen haciendo estragos. Entre mis planes de depurar las mismas, hace un par de días recibí una especie de llamada de atención. Un prejuicio interesante, si es que me lo preguntan, "a quiénes sigues" tiene más peso del que a mi parecer debería. Mucho más para alguien que le presta muy poca atención a la interacción con cualquier persona ajena a sus círculos más cercanos como es mi caso.

Sin duda lo anterior me llamó la atención y se presta a una cuestión interpretativa y de significado. ¿Qué es para mí "seguir" a cinco o diez mil personas? ¿Tiene algún porcentaje de esas impacto en mi perspectiva? Bastantes preguntas por el estilo. Considero que he trabajado suficiente en el desapego como para que estas cosas influyan más allá, pero si lo ponemos en perspectiva, pueden efectivamente afectar la opinión de otros. Y eso es por lo menos, para darle una pensada.

Por ahora, mi plan en cuanto a las redes continua por el mismo rumbo: Reducir el número de conexiones, desconectarme una semana al mes, reaccionar a cosas divertidas o llegadoras solamente, evitar por completo interacción con gente desconocida, etcétera. Estas medidas seguirán incrementando, seguramente.

El en escenario de lo personal, hablando en términos laborales, sigo preocupado por el trabajo en la empresa, los recortes parecen no haber terminado todavía y mi proyecto está en sus últimos días de existencia. En el terreno del freelanceo, seguimos estableciendo contextos y fortaleciendo relaciones, puede que eso deje algo bueno más adelante.

En cuanto a mi condición física, tengo que recuperar mi fierza de voluntad, determinación y motivación para seguir adelante con este asunto, es mi proyecto más valioso y el que más me ha costado mantener a flote, no quiero dejarlo ir (porque de verdad lo amo). Claro está que he pasado por mucho, pero así es la vida, no vale rendirse. En fin, así va todo. Dormir más, comer mejor, ejercitarse bien, mantener la mente sana, amar y amarse.



 En algún punto de de la vida pasé de considerar "viajar" como algo aspiracional a lo que solo personas con ciertos presupuestos acceden; a algo agotador, sobrevalorado, tedioso y en ocasiones muy poco enriquecedor. No me malentiendan, viajar es un goce en términos generales, y conocer nuevos lugares es una experiencia única que puede ayudarnos a reconectar, pero hacerlo como mero trámite para dar una "impresión" es de hueva.

Y precisamente ese es mi punto, cuestionar aquello que nos venden como sofisticación cuando al final lo único que hace, la mayoría de gente al viajar, es alimentar su propio ego. Desde esa perspectiva entonces, son capaces de tolerar horas de pie en una fila, desvelados, sufrir amontonamientos, aromas desagradables y un sinnúmero de incomodidades, solamente para poder publicar en redes: "hey, ando de viaje". Ridículos.

Por otro lado, cuando te encuentras sumido en la obligación de viajar porque por ejemplo estás lejos de tu familia, tienes que cerrar algún negocio o simple tramitología, se cae el teatrito. Ahí descubres lo repugnante que la experiencia de viajar puede llegar a ser. Y cómo es que se ha romantizado el tomar un vuelo en dirección al destino de tus ilusiones.

Pero reitero, eso es un tema que tiene mucho que ver con el cambio de perspectiva. Por ejemplo, recién en mi viaje a Oaxaca, que fue meramente para disfrute, sentí que aprendí bastante, me pareció interesante conocer cómo viven por allá, tanto en la ciudad, como en la sierra y en la playa, y sin embargo si me dicen: "Ir a Oaxaca es lo máximo", pues bueno, particularmente no encontré algo que me hiciera asumir esa postura, eso no quiere decir que la haya pasado mal, para nada. La gente es muy buena onda, me dio un aire bastante parecido a mi lugar de origen en general, pero no noté algo que particularmente a mí me enamorara.

En resumen, creo que viajar depende mucho de la persona, si está cumpliendo un sueño al hacerlo, si tiene la disposición de los tiempos y horarios, además de buenas herramientas logísticas, probablemente eso sea una situación excelente; pero caemos en un vicio, porque viajar así sería hacerlo dentro de una burbuja, a través de la que llegas al lugar de destino y te vas sin haber experimentado realmente qué es estar ahí.

Así como con los viajes, la gente pone sus ojos en cosas banales que a largo plazo tal vez les resulten no ser tan satisfactorias como en su mente cuando las visualizaron: Trabajar en una oficina con aire acondicionado y horario flexible, poseer prendas de ciertas marcas, vivir en tal zona de la ciudad, transportarse en autos de lujo, tener montones de seguidores como audiencia, habitar una casa enorme con alberca y servidumbre, volverse millonario, estar con la pareja de tus sueños, tener cuerpo de deidad griega, visitar los mejores eventos y restaurantes, presumir constante crecimiento personal o espiritual, estudiar en universidades de élite, tener todo el tiempo libre del mundo, lo último en tecnología, y muchísimas cuestiones más.

Cuando, si lo analizamos detenidamente, una gran cantidad de personas que logran ciertas cosas, a menudo se dan de bruces contra la realidad, descubriendo que verdaderamente lo que estaban buscando y catalogando como un diferenciador, no es más que otra categoría en el mismo contexto vacío, efímero e insignificante más allá de lo que ellos mismos asumen. 

Porque en efecto, es nuestra mente la que juega con nosotros y la que dice que: La mejor amante es aquella que tiene un cuerpo formidable –cuando quien sabe si eso sea siquiera cierto, aunque es por mera probabilidad potencialmente improbable–; o que tener dinero nos va a dar una vida más llevadera –que por el contrario, como regla, a mayores ingresos mayores egresos y con ello, más variabilidad que complica la existencia misma–; y así, a cada postura aspiracionista que pueda ocurrirse, habrá una respuesta suficientemente poderosa para revocar dicho argumento. 

Dicho sea de paso, para cerrar lo anterior, solo me resta decirte que tú puedes soñar con lo que quieras, visualizarte en el lugar y con las personas que tú anheles; que definitivamente me daría un montón de gusto enterarme que logras tus objetivos, solo quiero recomendarte que por mucho que hagas, a donde sea que llegues, no te olvides de mantener los pies firmes.



 Hey he vuelto, tardé un rato en regresar, me fui por algunos meses. Este tiempo lo utilicé para hacer algunos ajustes a mi interior, para reconectar con mis paradigmas y posicionar mi foco, tal cual. Ha sido duro e interesante, quisiera contarles que me fui a Oaxaca unos días, en los cuales, la recepción era horrible, y hasta whatsapp estaba fallo, no había mucho que hacer, y sin embargo, hablando de cuando estaba en la Sierra específicamente, las personas fueron de lo más cálidas.

Conocí gente de Arabia, un exYugoslavo, argentinos e italianos; elevaron mis ganas de irme un verano a otro país, nada más por la anécdota, y en el más sublime de los sentidos, hacerlo solo, con únicamente mis agallas y fuerza de voluntad. Técnicamente ya tengo a dónde llegar en Italia, tema aparte, no planeo contarlo, porque ni siquiera está en planes todavía, simplemente es una posibilidad que curiosamente cuadra con mis expectativas e intenciones de crecimiento personal.

Ha sido un verdadero viaje, y lo digo más por la cuestión interna que externa, claro que conocer lugares nuevos es espectacular y te nutre en sobremanera. Trabajé en perdonarme y dejar ir cosas que me estaban fastidiando, recuperar el control. Quería escribir, lo intenté e hice, me aventé como cincuenta y cinco páginas, no tengo bloqueo creativo, simplemente eso no sé si sea momento de terminarlo o mejor es esperar a que mi cabeza tenga una forma más elegante de construir la historia.

Remover likes, eliminar "seguidos", reducer mis interacciones con redes sociales; son algunas de las cosas en las que quiero seguir trabajando. Pero también me interesa producir, no únicamente esta clase de contenido más clavado e intelectualoide, para nada, quiero hacer cositas más casuales o al menos que instruyan de una forma un poco más simple. Sigo pensando cómo hacerle, porque quieran o no, he notado que me causa algo de conflicto interior no seguir una especie de editorial autoimpuesta. En fin, son ideas solamente, como a veces digo, no necesariamente verán la luz.

Desde el punto de vista de negocios, la clienta que se fue ha regresado; terminé a penas la migración hace como dos semanas, estuvo bien. Además, puedo decir que exitosamente he podido hacer una presentación a un potencial cliente extra, una chulada si esas cosas se cierran. Porque podré seguir creciendo los proyectos independientes por ese lado.

Entre las notas tristes, en la empresa están realizando recortes, y eso me incomoda. En este evento han afectado al amigo que recomendé (lo cual me enstristece). Otro tema es que las conversiones dentro del equipo están por terminarse, según entiendo le quedan a lo mucho un par de meses de vida. Y sin embargo, he rechazado dos ofertas laborales en los últimos dos meses, en una de ellas les dije una cantidad algo grosera de sueldo y no se inmutaron (dejando claro que podían ajustarse sin problema); pero no quise continuar, no todavía, porque no siento que sea una movida segura en este momento, y quisiera terminar de saldar pendientes antes de realizar cualquier jugada que pudiera arriesgar mi situación, ya ven lo que me pasó cuando me fue a CDMX.

Es bien difícil vencer a tu propio cuerpo, en eso es en lo que he estado trabajando profundamente. En reactivar mis fundamentos estoicos, porque brillar temporalmente, cualquier puede hacerlo, pero encontrar valor en donde parece que no hay, es un gran reto. Entre lo que me falta y quiero tener: Una masajista personal, una asistente, alguien que se encargue de la limpieza de la casa, una instructora de francés. ¿Por qué? No sé, simplemente están en mis pendientes. Al igual que un jacuzzi, un comedor, una estufa de gas y una centro de lavado para esta casa. Ya veremos cómo salen las cosas. Por ahora, hay mucho qué pagar y hacer, físicamente, econónicamente, intelectualmente hablando. Dios mediante.



 Ha pasado algo distinto este día, esa cochina empresa ahora me solicita que compruebe cada pago que he realizado con las diversas tarjetas que he utilizado. Amigos, tengo como veinte, la verdad que será una lata encontrar sus transferencias en cada uno de los estados de cuenta.

Por lo que pienso: ¿Será buena idea dejar ir mil pesillos? Digo, al menos por ahora que no estaré por un rato en casa. No sé, no le encuentro el sentido a ponerme a revisar todo eso pago por pago. Es casi, como mendigar. Y no estamos en tiempo de mendigar nada.

Todo porque se me ocurrió cambiar mi CLABE para los depósitos. Les digo, uno va saliendo de unas y le quieren enjaretar otras. Pero eso sí, como pasó con los ratas de Briq, si me la hacen cardiaca los mandaré a volar. No tengo ganas de desperdiciar mis ratos con esas tonterías.

A lo largo de la vida he tenido que dar por perdidos montones de dinero. Porque sí, porque me confío de gente, porque me dan hueva los procedimientos, porque prefiero tomar lo que esté accesible, porque soy generoso y no me pesa regalar a otros (y como consecuencia otros han sido abusivos y también generosos conmigo).

La lista podría seguir, pero el punto es ese: Una empresa, de cuyo nombre no quiero acordarme, tiene mis datos de transferencia. Y un envío pendiente de mil pesitos. Pero no lo quieren concretar hasta que, valide un montón de datos personales (con fotografías y toda la cosa), además de documentar cada movimiento en tarjetas. Chale.

A lo largo de mi memoria me ha tocado dejar ir muchísimo dinero, entre que no soy alguien que haga dramas ni conflictos por lana (he perdonado robos a amistades, prefiriendo conservar la amistad, antes que el objeto "perdido"), otras veces por flojera o comodidad, incluso porque simplemente apoyo el "mercado local". La lista podría seguir.

Además me gusta mantenerme alejado de los conflictos y las personas dañinas. Pues si no edificamos, para qué estamos ahí. Yo mismo he sido agente de daño para otras personas, lo reconozco, no estamos aquí para presumir que somos mejores a nadie más... Porque de lejos, estamos en la cesta de los más imperfectos.

Una cosa más antes de irme: Cambié los colores a las aplicaciones del trabajo, tenía que dejar registro de eso en algún lugar. Ya que desde me acuerdo, generalmente dejo esas cosas como las entregan por defecto por un tema de separación entre trabajo y personalidad. Arriba el dark mode!



Dark Mode

Por
 Ha pasado algo distinto este día, esa cochina empresa ahora me solicita que compruebe cada pago que he realizado con las diversas tarjetas ...

 Relájate dopada, nadie "intentó" nada.

Uno viene tranquilamente a pasar el rato en la madrugada y se encuentra con sendos "referentes" de raza que no sabe preservar su palabra, pero sí se vende con la premisa de "olvidar" lo que les conviene solamente, ya saben, "memoria selectiva".

Porque claro, recuerdan cuánto cooperaron en un inicio pero no recuerdan las promesas de pago que hicieron. Conservan en la memoria solo aquello que les conviene, qué harta pena me dan. No quiero volver a dedicarle una oración a gente así; en primer lugar porque me pueden hacer sentir culpable de cosas que ni al caso; en segundo, más importante, porque prestar atención a esa gente es darle importancia inmerecida.

La vida es demasiado corta para desperdiciarla con gente mierda. Ni una vez más te quiero ver, ni aquí, ni en treinta años, para que mis "miradas" no te hieran e incomoden como predicas en tus redes. Ridícula. "Vístima", te dicen. Sáquese por allá, que en mejores lodazales me he atascado.

Cada quien ve lo que quiere y percibe lo que tiene dentro de sí. Aquí quedarán tus últimas gotas de atención desde este lado. Qué ironía que te digas lo que dices, qué tristeza que no aceptes lo que eres, qué desgracia que no reconozcas tus falacias, qué miseria que te muestres cobardemente como alguien que sufre. 

Paradójicamente, ni pío de tu pico salió por resarcir nada, ni siquiera intentaste componerte o sentarte a dialogar, porque en tu supuesta y fabulosa desventura lesbotroglodita, todo es culpa de alguien más, incapaz eres de responsabilizarte.

En fin, doy por cerrado este tema. Dos meses han pasado desde que removí redes del celular con un objetivo en mente: perdonarme y perdonar. Perdonarme por ser un crédulo y perdonar cualquier cosa que estuviera limitándome. Recuerda claramente, si había una "puerta", no la hay más. Sé feliz y jódete, lo que sea tu voluntad. Aquí no estamos para acarrear zurrapas.



Hace meses, cuando una amistad/compañera del trabajo me invitó a que compartiéramos renta juntos, para mí fue principalmente motivo de sorpresa formidable, porque consideraba a la chica como alguien de palabra y de fiar por el tiempo de "conocernos" que llevábamos; sin embargo, jamás había experimentado estar con alguien como ella y se lo confesé desde el inicio, fui completamente transparente en cuanto a mi personalidad y aquello que me gusta.

Entonces ya está, me motivó a primero encontrar un lugar, se desocupó uno bastante próximo a la oficina (en la que ambos laboramos) así que me invitó a realizar los trámites correspondientes; ahí ando todo animado y contento de un lado para otro, consiguiendo papeles y realizando pagos. Salió perfecto, a finales de febrero estaba viendo la casa por primera vez, el primero de marzo nos la rentaron.

Excelente. Le avisé a la próxima roomie que la renta nos la habían autorizado, ella agradecida por mi compromiso me dijo que llegaría hasta mediados, probablemente finales de mes. Corte A, los días empiezan a transcurrir y noto en sus redes sociales que se queja mucho de Guadalajara, que no le gusta, que le fastidia la gente, que prefiere estar en su tierra. Algo no terminaba de cuadrarme.

Para esto yo estoy enterado que esta mujer tiene una casa propia en la ciudad, que comparte con su ex-novio (temas raros que realmente no me importaban). Al final la roomie se mudó a medias, y digo a medias porque nunca habitó realmente la casa, en los cuatro meses que rentó si habrá dormido acá veinte días fue mucho.

Su estilo de vida era el siguiente: Llegaba el martes en la noche, se iba el miércoles o jueves, no volvía hasta el siguiente martes en la noche. Y eso, escasamente ocurrió por un mes. Porque al mes de haber llegado se regresó a su pueblo y de nuevo las publicaciones del desagrado de vivir en esta ciudad, de lo incómoda que se sentía, y montón de quejas más, como buscando atención en el ciberespacio. Desde mitad de mayo y junio, por ejemplo, estuvo ese periodo en su lugar de origen.

Y luego pedos con su pareja, evidencia de que los hombres "son horribles" y cosas similares en sus redes. Que ella es perfecta, que simplemente son ellos los que no la merecen. En fin, temas que verdaderamente me tenían sin cuidado. Al final de cuentas yo era un host solamente en un sitio compartido.

En ese inter, alguno de esos días que la roomie curiosaente se quedó en la casa, cuando visité a mi madre, le platiqué la situación, le expliqué que notaba que mi roomie realmente no gustaba de estar en la casa, y para mí era como un fantasma, casi nunca la encontraba. Y cuando no estaba en su tierra, se quedaba en su propio domicilio, o se iba a dormir con su amiga, pero la verdad pasaba el mínimo tiempo acá donde supuestamente rentábamos juntos.

Desde marzo mismo llegué a la conclusión con mi mamá de que esta mujer me iba a dejar solo embarcado con el contrato de renta que había firmado por la anualidad completa. Y sabía que cuando se fuera, me iba a disgustar bastante. Estábamos conscientes de que no iba a durar, solo faltaba ver cuándo se iría. Así fue, abrúptamente, después de la última visita a su rancho, me llegó el "esperado" mensaje diciendo que necesitaba dejar de pagar renta.

Fue horrible, me sentí molestísimo, y se rompió algo en mí que traté con todas mis fuerzas de mantener en una pieza. Porque le había tolerado sus constantes mentiras con la justificación de "es que soy olvidadiza", "no me acuerdo", sus faltas de corresponsabilidad a la hora de repartir gastos, su nula palabra a la hora de prometer poner algo para la casa que nunca llegaba. Hasta ahí llegué.

Hoy vino a recoger sus últimas cosas, la vi por las cámaras. Escuché cuando cerró la puerta por última vez y dijo "bye Carlos", casi poético; ayer me pidió que estuviera presente mientras se llevaba la mayoría de sus cosas, cuando estuve aquí, no tuve cara para verla a los ojos, las ganas de decirle lo decepcionado que estoy por su falta de palabra me consumían por dentro, pero callé. Tuve la buena de traer a un compa conmigo, porque sabía que ella no estaría sola, sabía que vendría con su amiga-ligue, sería incómodo para mí. Se fueron muy rápido, al menos.

Sin embargo, yo no soy la víctima aquí, si acaso solo soy el que se dejó llevar por las palabras de unos labios lisonjeros que resultaron falacias. Aunque esta historia no termina mal, no. Al menos no para mí, porque la misma tarde que fui a verla llevarse sus cosas recibí la excelente noticia de que a partir del mes entrante estaré cobrando más en la empresa que trabajo (de hecho un poco más de lo que mi roomie solía cooperar para la renta); como dice mi madre: Cuando se cierra una puerta, otra mejor se abre. Estoy pensando si rentar esa habitación a alguien más, o acondicionarla para algo personal, por ahora estaré un rato por mi cuenta, y ya veré qué deparan las cosas.

Finalmente la ex-roomie, como a cualquier persona que se cierra las puertas a mi vida como consecuencia de su malicia, para mí se ha ido, y como a cada una de esas personas, le deseo lo mejor, pero ha cerrado por fuera y las llaves se esfumaron.

Moraleja: Siempre háganle caso a su jefita.



Ex-Roomie

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Hace meses, cuando una amistad/compañera del trabajo me invitó a que compartiéramos renta juntos, para mí fue principalmente motivo de sorpr...

 Uno de los consejos más útiles que me han dado en la vida también es uno de los que más comúnmente me cae como recordatorio: La mejor manera de superar el fracaso y el rechazo es seguir adelante. Ya está, pasó, fallaste, cometiste un error, no conseguiste tu objetivo, no le gustas, se fue, le desagradas, la razón que sea, el punto es no clavarse en ese lugar.

A veces cuesta, la verdad, principalmente a la hora de dejar que otras emociones se materialicen; por ejemplo, la vergüenza después de haberla golpeado en la cabeza sin querer con tu mano porque eres un monote corpulento. Haha. O bueno, cualquier cosa puede ser vergonzosa bajo ciertos criterios.

La realidad es que vine aquí a confesar que hay cosas, sucesos y actitudes en mi vida que me han convencido de que no puedo mirar a los ojos a ciertas personas; y me aparto, si no físicamente por cuestiones de fuerza mayor, sí intelectual, emocional y principalmente visualmente... Porque es literal, mis ojos siéndome ocasión de caer... Ya, mejor apartarlos por completo. Cerrarlos, desviar la mirada, encerrarme, lo que sea con tal de no tener que pasar por el filo de darme cuenta del juicio no verbal.

Tengo calor, mi cuarto se siente bastante caluroso en este momento. A penas recordé que el aire estaba apagado, así que se concentró el calor en este lugar. Aparte, me comí unas galletas, como que se me quitó el sueño y se me elevaron las calorías corporales. Todo en conjunto, hace sentido.

Parece que me quedé sin más palabras para hoy. Un texto pequeño, conciso y liberador. No más.



Conciso

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 Uno de los consejos más útiles que me han dado en la vida también es uno de los que más comúnmente me cae como recordatorio: La mejor maner...

 Tenía cero intenciones de ir a la oficina hoy, pero qué creen, dejé la computadora del trabajo allá. No le digan a nadie, supuestamente eso no se debe de hacer. Iba a otro lado ayer por la tarde, tenía cosas que hacer y me dio flojera cargar con ella.

Mientras iba camino a casa pensaba lo siguiente: Las puertas son así. Algunas las cierras para no volver a verlas disponibles nunca en tu vida. Aunque te desvanezcas en la miseria, te transformes en cuanto a credos, te asumas como alguien que ha superado sus momentos bajos y traumas.

Es como funcionamos, somos un momento fugaz en quienes se tienen que ir de nuestras vidas, en uno o dos años probablemente no nos recordarán más. Pienso por ejemplo en una frase que dijo un amigo ayer, que tiene todo el sentido del mundo, "a todos a los que no les debas dinero, no les importas tú ni tu vida". Un comentario cruel pero realista.

Y sin embargo, hay individuos que trascienden, está por ejemplo, mi compa el que empatiza bastante conmigo a la hora de compartir memes; que ayer me decía, por cierto, que una vez que se acomode en esta empresa a la que entró, me platicará la experiencia y beneficios, y podría recomendarme si así yo quisiera. Tipazo él.

Pero analizando la situación, en cuanto a lo que decíamos, es verdad, mi grupo de amistades es realmente reducido. Me importan un carajo las demás personas. O sea, tengo empatía por aquellos que la están pasando mal porque yo mismo la he pasado mal en diversas ocasiones, pero esa sensación puede venir desde la señora en la calle sufriendo por dinero, hasta el amigo más intimo contándome un fracaso amoroso.

El punto es, todos aquí somos efímeros, quizá era a lo que iba desde que inicié esta publicación. Que al final realmente no importa si eres una persona promiscua, mentirosa, acomplejada, manipuladora y desagradable (fui muy específico con estos adjetivos); si la vida y el tiempo te perdonan olvidando, cualquier otra persona también lo hará.

He de cambiar en algo también, porque en mi generosidad dejo de lado que la atención, el tiempo y el dinero no se le obsequian a cualquiera; y yo genuinamente sin esperar algo a cambio suelo hacerlo. Recibiendo como recompensa más de una vez actitudes de malagradecimiento y antipatía. Hay mucha gente amable en esta vida, a veces herida solamente por nuestros comportamientos mierdas.

Y bueno, quería terminar esto con otra frase que estaba dándome vueltas en la cabeza: "Nueve de cada diez mexicanas son potencialmente buenas en la cama; y a penas uno de cada cien mexicanos es bueno generando seis cifras mensuales. Piénsalo la próxima vez que alguien intente hacerte daño."



Seis Cifras

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 Tenía cero intenciones de ir a la oficina hoy, pero qué creen, dejé la computadora del trabajo allá. No le digan a nadie, supuestamente eso...

 Como mis sueños se han vuelto algo inalcanzable, tendré que ir matándolos uno a uno. Hasta quedarme solamente con aquellos que sean factibles. En primer lugar, nunca seré un blanco ojiazul de más de un metro con ochenta centímetros de estatura, por lo que las puertas al alcance de manera sencilla, nunca estarán.

Tengo el estereotipo de ser un "me gustan todas" así que para dejar esa etiqueta de lado, lo siguiente es remover todo contacto con personas que no son conocidas cercanas, familiares o gente de trabajo. No creo en las amistades que fructifican sin cultivarse, entiendase entonces que aquellas personas con las que no tengo ni remota comunicación, desaparecerán de mis redes (esto ocurrirá cuando vuelva a instalar las apps en mi celular).

Dinero, las probabilidades indican que deje morir el sueño de ser billonario; de ser así, entonces, empezaré a vivir lo más austero que pueda, como alguien que a penas y trae para un taxi en calidad de emergencia en la cartera. No tengo que demostrar suficiencia financiera a nadie, con el solo hecho de tener bajo control mis finanzas me doy por bien servido; y si a alguna tercera persona le llego a interesar, bueno, que se conforme sabiendo que no le va a faltar.

No llegaré a ser un genio, un erudito y mucho menos colmado en sabiduría; este ha sido el sueño que más trabajo me ha costado dejar ir, porque desde pequeño, lo único que reiteradamente le pedía al Cielo era llegar a ser un hombre sabio; pero leo las cosas que escribí en el pasado, observo los errores que he cometido, me enfrento a la realidad de mis limitaciones, además de la consciencia de que no tuve un entorno propicio para desarrollar mis capacidades intelectuales de la mejor manera; complejos, resentimientos y carencias, alas rotas.

Las mujeres bonitas son otra; si hasta la fecha soy un abanderado del rechazo social, qué se dirá de la perspectiva que las personas por las que siento atracción cuando opinan de un servidor; obviamente le tienen miedo a estar cerca de mí, no las culpo. Cultivé a un raro que pierde la cabeza estando con ellas, y me enfoqué en ser una especie de ermitaño, innecesario, lo reconozco, es parte de lo que estoy trabajando.

Ya está, por lo menos esos frentes "soñadores" son los que recuerdo por ahora. Sin dinero a borbotones, ni mujeres bonitas a mi alcance, ni una atractivo natural, ni inteligencia destacable, puedo decir que mis pies se encuentran más cerca del piso. Hola, mi nombre es Carlos y a partir de aquí reescribiré mi historia.

Todavía no encuentro un atributo del que me pueda valer, les avisaré cuando tenga uno a la mano. Sin embargo, vengo a decirles que al finalizar este mes habré cerrado algo, lo que sea, pequeñito, pero algo para empezar. Reto de Julio 2023: Evitar compras por confort (comida).



Julio 2023

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 Como mis sueños se han vuelto algo inalcanzable, tendré que ir matándolos uno a uno. Hasta quedarme solamente con aquellos que sean factibl...