Cuando caminas por la vida rodeado de música, de una manera u otra terminarás viviendo la música como parte de ti. Cuando vives rodeado de inspiración, la inspiración se volverá tarde o temprano parte de tu forma de pensar y de actuar. Cuando vives anhelando ser mejor persona, la consecución de decisiones te terminan llevando por un camino en el que reconoces estar cada vez mejor que antes.

Somos el resultado de aquello que nos inspira, lo que nos apasiona, lo que anhelamos, lo que nos rodea; somos la sumatoria de diminutos eventos, experiencias y entornos que vamos coleccionando en nuestra mente y corazón.

Somos idealistas de nuestra utópica percepción humana, somos fabricantes y constructores de nuestra asimilación de la realidad, imperialistas y gobernantes sobre lo que hay en nuestro ser, exploradores, autodidactas, alumnos, médicos, ingenieros, entusiastas y maestros de aquello que aceptamos para nuestra existencia.

Una gran variedad de deseos que una vez tuve, hoy son parte de mi día a día; ¿es decir que he alcanzado alguna clase de éxito? NO, no lo he hecho; solo soy cada vez más consciente de las maravillas que ahora forman parte de mi historia.

Desaproveché mucho de mi tiempo en la búsqueda de nutrimentos para una parte de mí que simplemente estaba falta de afecto y estima; dándole vueltas a los puntos comunes intenté contener parte de mi potencial para hacerlo verse y sentirse (al menos a mi percepción) como el estándar ordenaba. Y eso generaba noches de ansiedad y desconsuelo, pues no era yo mismo en mi afán de tratar de ser "alguien".

Hasta que reconocí que mis formas de activación eran distintas, yo necesitaba de constantes catarsis intelectuales. Tenía que alimentar al monstruo que había en mí; no odiándolo ni exterminándolo, sino atendiéndolo y dejándolo crecer saludablemente. Devoró mis miedos en segundos, desactivó todas las alarmas que los ajenos consiguieron colocar en mí, me sirvió como guía y protector en los senderos más peligrosos. Se fusionó conmigo.

Ahora el monstruo devora literatura, gruñe párrafos, escucha música, ruge afecto, transpira amor propio, y acecha la vida desde unos ojos colmados de misericordia, comprensión, hermosura, memorias y verdad.


El Monstruo

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Cuando caminas por la vida rodeado de música, de una manera u otra terminarás viviendo la música como parte de ti. Cuando vives rodeado de i...
¿Les pasa que tienen una idea dándoles vuelta en la cabeza todo el tiempo deseando salir de ahí sin éxito alguno? Había puesto mi intención en escribir acerca de experiencias y vivencias, ¿qué pasa cuando te almacenas entre cuatro paredes y tu única comunión con el exterior es buscar el color gris?

¿Orgullo, temor, envidia, soberbia, presunción, procrastinación? Todas son válidas y al mismo tiempo erróneas; los episodios dolorosos y sus memorias causan depresión, la falta de ganas de hacer cualquier cosa, una muestra de que algo no va muy bien que digamos... ¿Y qué me dices de conocer? Estás en una Ciudad cuyas atracciones escasamente has visitado, deberías, tendrías que, procura hacer algo ya. ¿Por qué tanta impotencia?

Si lo supiera, si de verdad lo comprendiera. Todo es borroso, incómodo, un desastre. Repercutiendo en lo que me rodea, desde la gente hasta las pantallas a las que estoy expuesto, ¿y la música, salir a caminar y respirar el aire fresco como solías, leer y observar nuevas historias? ¿Te sientes bien? La respuesta en mi mente se repite constante, "no me siento mal", dijo el enfermo.

Me hubiera gustado que las palabras aquí colocadas tuvieran un origen y un significado sencillo; no es así. Me apasionan los números y el análisis... ¿Eso hacia dónde me lleva? Todavía a nada. Falta que pasen algunos meses para que el algoritmo pueda ser probado finalmente, lo haré sin misericordia.

El horror de ser el espectro que se asoma y desaparece desde el espejo tras la puerta durante las noches sombrías, con ruidos en el techo de la habitación; desagrado inminente como consecuencia ante la falta de atención... ¿Cuerpos perfectos? ¿Ojos hermosos? ¿Labios carnosos? Todo es recitable, nada comprobable. ¿Cuál de todos se ha emancipado? Solo interesa seguir redactando de maneras que el testamento sea incomprensible, y que el día de mañana quien procure razonar los párrafos vean un abismo de desolación con destellos de dicha.

Pasa. Pasa que el tiempo es la variable que mayor efecto tiene sobre los hechos en cuestión, sin distinción de clases o públicos, la resolución y la penitencia son por resolución similares. El negro de las miradas no simboliza nada, el martirio del dolor continuo en las piernas no se puede traducir, el vómito del insensato puede no ser después de la ingestión de alimentos insanos, la bendición se vuelve interpretativa, la vida un lamento contemplativo. Nada dice el autor entre estas letras, se esconde solamente horrorizado tras la idea de desvanecerse, de desaparecer, de morir sin ser extrañado. Sin sentido.


Sin Sentido

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¿Les pasa que tienen una idea dándoles vuelta en la cabeza todo el tiempo deseando salir de ahí sin éxito alguno? Había puesto mi intención ...
Éstas ganas de ser alguien, de hacer las cosas bien, en función de beneficios mayores, y seguir aquí, dudando de todo y nada al mismo tiempo. ¿Qué pasa con quien trata de resolver su vida? Ni que tan fácil fuera, nada más queda seguir trabajando por lo que sea posible, y dejar ir libremente aquello que no es para nosotros.

Una bancada de miedos, hordas continuas de horrores, eran lo que me afligía, hasta que acepté dejarles en libertad y responsabilizarme solo de aquello que estaba al alcance de mi mano; disminuyeron las plegarias necesarias, incrementaron los méritos positivos, finalmente comprendí lo lejos que estaba de cualquiera de mis causas, y sin embargo acepté que por ínfimas que las posibilidades fueran, existían. Deduje que cada día deja su instrucción y enseñanza, y que de ahí al éxito si estaba un poco más cerca, ya era logro.

Las palabras llegaban a mi mente cual olas en la playa, una más fuerte a la anterior construyendo frases sin mucho significado para otros, mientras que para mí, escrito estaba que las comprendería, pues venían de una parte en mi mente que reduce todo a puntos de expresión y les otorga significado a los diálogos abstractos.

Como canciones o teoremas, las oraciones fueron un goce desde que se inculcó en el redactor la inminente dependencia para con la letra expresa, punto fuerte o no, tenía que seguir colocando lo que se me ocurriera. ¿Historias? Todavía me falta para eso, hay que seguir puliendo la técnica. ¿Y si nunca lo consigues? No hay problema, se coloca en textos aquello que se pueda, lo demás, experiencias y procesos nutriendo un alma que cada que sana un poco, reacciona agradecida.

Sentirse bien no debería ser un detalle presumible; sin embargo, sucede, y es genial. Excentricidad literaria, libros y números, códigos y ecuaciones, algoritmos y resoluciones, todo concuerda cuando las horas alegres aparecen, las conexiones se vuelven hechos.