Filosofía
Filosofía moderna y vacía; había optado por escribir aquí cosas que fueran en cierto sentido, interesantes para mí o para quienes las leyeran, agarrándome de la premisa que en algún futuro incierto el volverme a leer revelaría consejos importantes que me harían ver la constante evolución de mi personalidad; qué equivocado estaba, creyéndome ideas todo este tiempo sobre algo que no me hace en ningún sentido mejor o más capaz literariamente que cualquiera que se queja del calor a mediodía en la costa o quien dice que hay mucho dolor tras la vejez.
De esta etapa he aprendido a dejar atrás este concepto que había estado utilizando por acá, y al cumplirse más de diez años de mi presencia en redes sociales, con gracia puedo confesar que no he hecho nada: Nada de malo, pero tampoco nada de bueno. Y la nulidad de mis acciones en cuanto a letras es lo que me ha dejado en este punto muerto. Es lo más sencillo del mundo escribir versos, crear poesía es facilísimo, las canciones solo bastan de un poco de inspiración o un corazón roto para salir a flote, y bueno, textos como los que aquí publico, cual diario de un empedernido, básicamente tiene la capacidad de sacarlos adelante cualquiera que respire.
Y así hay libros que venden de personas que se ven a sí mismas como superiores, cuán perezosos son esos fulanos, escribir consejos, notas al pie, mensajes de bendición, biblias enormes que salen gracias a la simple habilidad redactora adquirida en los primeros grados escolares, lo que nos vuelve mediocres; a mí personalmente me duele darme cuenta después de todo este periodo que nada de lo que he hecho público impacta o revela ligeramente quién soy, y lo peor, desata una tremenda cantidad de nudos imaginarios que me hacen quedar como alguien de personalidad múltiple, irreal, derrotista, absurdo y llorón.
Y así podría seguir diciendo una cantidad enferma de cosas negativas respecto a estas maneras de escribir a través de las que he viajado; pero al hacerme tan insignificante, la ingenuidad del sarcasmo, la burla o el cinismo no tienen nada más para mí adelante. Porque tirarse un pedo es menos efímero que escribir de esas maneras; que no se malinterprete, respeto lo que otros hacen con las letras, pero simplemente no es lo que está preparado para mí. El escribir solo porque me gusta lo puedo seguir haciendo de por vida, sin embargo, qué hay adelante en la espera de alguien que transcribe su día, pesar y pensar en un patético diario de bits que morirá antes que él mismo.
He sido juzgado de desequilibrado mental, de tener mucha maldad dentro de mí, de grosero, de pedante, de payaso, de arrogante, de mentiroso, de posesivo, de machista, de celoso, de gruñón, de egocéntrico, de estúpido, de tirano, eso al menos me he dado cuenta durante mi ciclo; y cuántos motes más puede la gente tirarme a la cara con toda razón si no tienen herramientas para determinar cómo soy completamente, si no se dan a la tarea de investigar qué es lo que estoy pasando o por qué he venido portándome de tal o cual forma; pero justificarme es igual que yo ponerme a juzgarlos por su manera de pensar, esa área es tan difusa que la persona misma que presume quererte hoy, por ejemplo, el día de mañana no te dirigirá la palabra.
Así somos, un montón de chatarra destartalada que no hace más que oxidarse con el paso de la edad. Y sí, bendito sea Dios nos vamos a morir, porque estamos tan dañados y somos tan perversos, que al cabo de más días en nuestras vidas terminamos siendo el resultado exponencial de aquellas cosas que en un principio detestábamos de nosotros, y tras reconocerlas como diferencias cualitativas, las convertimos en el desastre que al identificarnos no podemos abandonar por miedo a perdernos.
Entonces, no vengas a decirme que tú también "escribes" si lo haces como yo lo he hecho hasta ahora, pues no es más que experimentar el sumo contexto del volver letras tus pensamientos y sentimientos en desplantes de verborrea que magnifican experiencias propias plasmadas en versos, poesías, canciones o pensamientos profundos. Falso, falso eres tú, y patética, pretenciosa y pobre es tu capacidad de convertir ratos en notas, lo digo con toda sinceridad.
En vista de todo lo anterior, como he dicho en un inicio, yo mismo tengo que aniquilar esta versión pseudo-narrativa experimental de mí, para darle paso a algo más grande, inteligente y agradable, verdadera literatura; y para finalizar me quedo con la frase que leí hace un momento del buen Ruy: "si desaparecen las ganas de cogerte tu propio libro deberías ponerte a buscar otra historia". Hasta nunca, hasta siempre, hasta la muerte.
De esta etapa he aprendido a dejar atrás este concepto que había estado utilizando por acá, y al cumplirse más de diez años de mi presencia en redes sociales, con gracia puedo confesar que no he hecho nada: Nada de malo, pero tampoco nada de bueno. Y la nulidad de mis acciones en cuanto a letras es lo que me ha dejado en este punto muerto. Es lo más sencillo del mundo escribir versos, crear poesía es facilísimo, las canciones solo bastan de un poco de inspiración o un corazón roto para salir a flote, y bueno, textos como los que aquí publico, cual diario de un empedernido, básicamente tiene la capacidad de sacarlos adelante cualquiera que respire.
Y así hay libros que venden de personas que se ven a sí mismas como superiores, cuán perezosos son esos fulanos, escribir consejos, notas al pie, mensajes de bendición, biblias enormes que salen gracias a la simple habilidad redactora adquirida en los primeros grados escolares, lo que nos vuelve mediocres; a mí personalmente me duele darme cuenta después de todo este periodo que nada de lo que he hecho público impacta o revela ligeramente quién soy, y lo peor, desata una tremenda cantidad de nudos imaginarios que me hacen quedar como alguien de personalidad múltiple, irreal, derrotista, absurdo y llorón.
Y así podría seguir diciendo una cantidad enferma de cosas negativas respecto a estas maneras de escribir a través de las que he viajado; pero al hacerme tan insignificante, la ingenuidad del sarcasmo, la burla o el cinismo no tienen nada más para mí adelante. Porque tirarse un pedo es menos efímero que escribir de esas maneras; que no se malinterprete, respeto lo que otros hacen con las letras, pero simplemente no es lo que está preparado para mí. El escribir solo porque me gusta lo puedo seguir haciendo de por vida, sin embargo, qué hay adelante en la espera de alguien que transcribe su día, pesar y pensar en un patético diario de bits que morirá antes que él mismo.
He sido juzgado de desequilibrado mental, de tener mucha maldad dentro de mí, de grosero, de pedante, de payaso, de arrogante, de mentiroso, de posesivo, de machista, de celoso, de gruñón, de egocéntrico, de estúpido, de tirano, eso al menos me he dado cuenta durante mi ciclo; y cuántos motes más puede la gente tirarme a la cara con toda razón si no tienen herramientas para determinar cómo soy completamente, si no se dan a la tarea de investigar qué es lo que estoy pasando o por qué he venido portándome de tal o cual forma; pero justificarme es igual que yo ponerme a juzgarlos por su manera de pensar, esa área es tan difusa que la persona misma que presume quererte hoy, por ejemplo, el día de mañana no te dirigirá la palabra.
Así somos, un montón de chatarra destartalada que no hace más que oxidarse con el paso de la edad. Y sí, bendito sea Dios nos vamos a morir, porque estamos tan dañados y somos tan perversos, que al cabo de más días en nuestras vidas terminamos siendo el resultado exponencial de aquellas cosas que en un principio detestábamos de nosotros, y tras reconocerlas como diferencias cualitativas, las convertimos en el desastre que al identificarnos no podemos abandonar por miedo a perdernos.
Entonces, no vengas a decirme que tú también "escribes" si lo haces como yo lo he hecho hasta ahora, pues no es más que experimentar el sumo contexto del volver letras tus pensamientos y sentimientos en desplantes de verborrea que magnifican experiencias propias plasmadas en versos, poesías, canciones o pensamientos profundos. Falso, falso eres tú, y patética, pretenciosa y pobre es tu capacidad de convertir ratos en notas, lo digo con toda sinceridad.
En vista de todo lo anterior, como he dicho en un inicio, yo mismo tengo que aniquilar esta versión pseudo-narrativa experimental de mí, para darle paso a algo más grande, inteligente y agradable, verdadera literatura; y para finalizar me quedo con la frase que leí hace un momento del buen Ruy: "si desaparecen las ganas de cogerte tu propio libro deberías ponerte a buscar otra historia". Hasta nunca, hasta siempre, hasta la muerte.
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