Holgazanería
La vida es eso que pasa mientras esperas a que el transporte arranque y te lleve a tu destino. ¿Por qué nos obsesionamos tanto con creernos especiales y distintos cuando no lo somos?
Un partícula más en el estallido del espectro espacio temporal es lo que somos, desde una perspectiva Universal, nada de nosotros es más significativo que una bacteria a nuestos ojos (hablando de nuestra presencia entera).
Desperdiciamos la vida entera entre luchas e intentos por conseguir tanto una razón de ser como un propósito al cual llegar y en el transcurso de ese inter, defecamos, dormimos, tragamos y nos autodestruimos; pues lo poco o mucho que tengamos al final como metas obtenidas no son más que un conjunto de elementos que evidentemente hemos utilizado para matarnos. ¿No me creen?
El trayecto, es lo que anuncian algunos hedonistas, es aquello que deberíamos disfrutar, encontrando placeres parciales, esporádicos y temporales que nos hagan, al menos en credo, mejores humanos. Pero siendo absurdamente cínicos, no hay conjunto de actividades, aficiones o convicciones como tal tangibles que no puedan tangiversarse con la ayuda de la mala interpretación y el vicio de la holgazanería.
Y bien, mientras aquí sigo, deambulante entre el tráfico y la tragedia que el sucumbir al tumulto vehicular supone; no he siquiera abandonado el kilómetro que rodea la empresa en la que laboro y he tenido tiempo y capacidad de redactar algo intelectualmente poderoso y nada sencillo de interpretar.
Como les digo, la virtud no está ni en el hacer ni en el poseer, pues el ser, el potencial del ente, y las conversaciones que uno mismo en introspección puede sacar adelante son por fortuna aquello que en realidad nos nutre más allá que cualquier platillo del menú más nutritivo de la historia; pues bien es cierto que una sana dieta nos ayudará a mantenernos en estado saludable y óptimo físicamente, quien no se toma diez segundos, un minuto o lo que tarde el camión en autoanalizarse no crece más allá en su interior.
//Escrito en mi Blog Wordpress el 25 de Agosto de 2017.
Un partícula más en el estallido del espectro espacio temporal es lo que somos, desde una perspectiva Universal, nada de nosotros es más significativo que una bacteria a nuestos ojos (hablando de nuestra presencia entera).
Desperdiciamos la vida entera entre luchas e intentos por conseguir tanto una razón de ser como un propósito al cual llegar y en el transcurso de ese inter, defecamos, dormimos, tragamos y nos autodestruimos; pues lo poco o mucho que tengamos al final como metas obtenidas no son más que un conjunto de elementos que evidentemente hemos utilizado para matarnos. ¿No me creen?
El trayecto, es lo que anuncian algunos hedonistas, es aquello que deberíamos disfrutar, encontrando placeres parciales, esporádicos y temporales que nos hagan, al menos en credo, mejores humanos. Pero siendo absurdamente cínicos, no hay conjunto de actividades, aficiones o convicciones como tal tangibles que no puedan tangiversarse con la ayuda de la mala interpretación y el vicio de la holgazanería.
Y bien, mientras aquí sigo, deambulante entre el tráfico y la tragedia que el sucumbir al tumulto vehicular supone; no he siquiera abandonado el kilómetro que rodea la empresa en la que laboro y he tenido tiempo y capacidad de redactar algo intelectualmente poderoso y nada sencillo de interpretar.
Como les digo, la virtud no está ni en el hacer ni en el poseer, pues el ser, el potencial del ente, y las conversaciones que uno mismo en introspección puede sacar adelante son por fortuna aquello que en realidad nos nutre más allá que cualquier platillo del menú más nutritivo de la historia; pues bien es cierto que una sana dieta nos ayudará a mantenernos en estado saludable y óptimo físicamente, quien no se toma diez segundos, un minuto o lo que tarde el camión en autoanalizarse no crece más allá en su interior.
//Escrito en mi Blog Wordpress el 25 de Agosto de 2017.
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