Especial
¿Qué de especial puede tener un 24 de Mayo como hoy? Quizá nada, no lo he podido enlazar con ninguna otra fecha importante en mi vida, sin embargo, estoy hasta el hartazgo de algo, necesito resolverme, sé que soy un rubik de lo más complejo pero hasta esos tienen métodos de comprensión a partir de algoritmos, es hora de actuar en beneficio propio, la necesidad es inminente.
Había estado ignorando la situación en el intrínseco deseo de no seguir regándola, pero lo hacía, caía, ante la tentación y el agobio que el estar en "solo" podía permitirme; he optado por compartir el mérito, por abrazarme de una sombra que según había dejado atrás, para colmo, conservé un poco de su fragancia en mi hábitat, recurriré a eso, a agotar las últimas dosis que me quedan y a partir de ahí seguir por mi cuenta, en un particular punto de vista he de mencionar que me habría sido menos complejo si se me presentara la oportunidad libre de yugo, pero no sucedió, solo me queda procesarlo.
Sentirlo no es suficiente, por primera vez no habrá espectro visual reflejo evidente de la constitución de carga en la que me he sumergido, basta ya de ser propio y bienvenido el mundo vil y abrupto que me corresponde, le he escuchado incontables veces tocar a la puerta, había hecho oídos sordos al respecto, pero venga ya que es el tiempo, el momento, el aquí, el ya mismo, la hora justa de aplicarse.
Dos cajas, una de cada fórmula, una voluntad poderosa y el preciso autocontrol son las herramientas a la mano para darle a la tarea; encontraré los lugares apropiados para no sentirme presa, el asunto importante ahora es difuminar la patética presencia despreciable que ronda mi estadía, guiarla a su salida de mi vida, expulsarla por completo, que siga su andar para con alguien más, que yo debidamente he de activar las neuronas positivas en mí.
Había estado ignorando la situación en el intrínseco deseo de no seguir regándola, pero lo hacía, caía, ante la tentación y el agobio que el estar en "solo" podía permitirme; he optado por compartir el mérito, por abrazarme de una sombra que según había dejado atrás, para colmo, conservé un poco de su fragancia en mi hábitat, recurriré a eso, a agotar las últimas dosis que me quedan y a partir de ahí seguir por mi cuenta, en un particular punto de vista he de mencionar que me habría sido menos complejo si se me presentara la oportunidad libre de yugo, pero no sucedió, solo me queda procesarlo.
Sentirlo no es suficiente, por primera vez no habrá espectro visual reflejo evidente de la constitución de carga en la que me he sumergido, basta ya de ser propio y bienvenido el mundo vil y abrupto que me corresponde, le he escuchado incontables veces tocar a la puerta, había hecho oídos sordos al respecto, pero venga ya que es el tiempo, el momento, el aquí, el ya mismo, la hora justa de aplicarse.
Dos cajas, una de cada fórmula, una voluntad poderosa y el preciso autocontrol son las herramientas a la mano para darle a la tarea; encontraré los lugares apropiados para no sentirme presa, el asunto importante ahora es difuminar la patética presencia despreciable que ronda mi estadía, guiarla a su salida de mi vida, expulsarla por completo, que siga su andar para con alguien más, que yo debidamente he de activar las neuronas positivas en mí.
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