2016
Qué año. Ha pasado de todo. Parece que el 2016 ha sido el año que se ha cargado a gente de aquí y allá sin compasión alguna; impresionante. Cambios a nivel internacional, descubrimientos y nuevas políticas que nos ponen los pelos de punta; naciones como China a nada de implementar sistemas de control con enorme potencia y repercución; un México que se muere de hambre, con ricos día a día más ricos y pobres que no tienen ni para salir el día; naciones como Estados Unidos que en su ejemplo de "democracia" entregan el poder, hartos del sistema, en manos de personas que aterran al mundo entero; lugares como Rusia, que con muestras claras de autoritarismo, siguen sosteniéndose en el punto más alto de las esferas de poder; Brunei, y los Emiratos, que no son otra cosa más que naciones estúpidamente ricas por sus capacidades petroleras; Israel con una de las agencias de seguridad más capaces y temibles (específicamente me refiero al virus que supuestamente ha salido de sus entrañas, respeto y pavor simultáneos), qué me dicen del deterioro lento y constante de la Unión Europea y todas las naciones que representa, con una Alemania que ni el mismísimo Herr hubiera soñado. ¿Quieren que siga? América del Sur y Central, unos con Brasil como bandera y sus escándalos; escándolos políticos también en Argentina y Chile y los demás países cercanos...
El mundo se está volviendo una enorme olla de presión a punto de estallar; para dondequiera que uno pose la mirada hay cosas que deberían de importarnos y hacernos recapacitar; y sí, he de mencionar que mucho bien hay todavía allá afuera; el problema es que por demasiado bien que exista, no hace justicia al terror que unos cuantos están dispuestos a causar con fines económicos. Que no se malentienda, sé perfectamente que personas de buenas intenciones somos la mayoría; pero el poder no se gesta en las manos de esa mayoría que desea el bien, si no en unas cuantas a las que solo les interesa continuar hilando los sucesos de la humanidad entera, y quienes, lamentablemente, no son gente de pensar positivo y amánte del prójimo en su mayoría.
El año está ya a punto de terminarse; yo no he hecho casi nada de lo que me he propuesto a llevar a cabo durante el mismo desde el año pasado; aunado a eso, mi cuerpo se siente cansado y fastidiado; en determinadas áreas algunas ideas me vuelan el cerebro ante lo que vivo en comparación con lo que desearía estar viviendo. ¿En dónde están mis sueños y mis intenciones de vida? ¿A dónde se fueron todas esas maravillosas cosas que quería lograr? No lo sé; no estoy deprimido, solo hablo con realismo de lo que pasa alrededor. Quería durante el año encontrar a la compañera que fuera lo suficientemente valiente para pasar conmigo el resto de su vida; quería aprender a amar mi trabajo y obtener frutos y beneficios del mismo. Quería dejar de lado la superficialidad que me hace sentir inmundo. Quería mucho, apenas logré muy poco. ¿Me estoy rindiendo? No, para nada. Es un hecho que mi intención en cuanto al amor es constante, en cuanto a mis capacidades intelectuales, espero se superen a sí mismas, y todo para convertirme, conforme pasa el tiempo, como los vinos, en alguien con quien se disfrute la compañía.
Vamos por un 2017 más grato que el 2016; con los ojos bien abiertos ante los caminos de bondades, aprendiendo lo mejor de todos, tomando aquello que hace bien y haciendo a un lado lo que afecta, creciendo como ser humano en todos los sentidos, sin temor a la crítica, entendiendo la humanidad presente en cada uno de nosotros, comprendiendo y amando con todo mi ser, con profundidad, plenitud e intensidad. El siguiente, no auguro que será mi año, pero será un estupendo año. Bendiciones a todos los que me han regalado un poco de su tiempo por venir a leer éstos párrafos, les amo y sin ustedes, uno o dos que fueran, ésto estaría realmente solo.
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