Memoria

Te pensé, te dejé invadirlo todo, me llevé las manos a la cabeza cuando descubrí tu falta de decoro, por qué pensar en el por qué de todo, no hay razón alguna para intentar sanar lo que nunca existió de hecho, y supe que tenía que hacer algo por mí, en beneficio de mi cuerpo, por el bien de mi alma, abrí los ojos y descubrí toda la hermosura que tenía conmigo, todo lo que nunca pude pronunciar ante el espejo, aquello de lo que una vez me avergoncé llegó a convertirse en mis mayores atributos, el dolor murió junto con tu memoria agónica.

Qué bueno que no haces nada por buscarme, me alegro de que seas feliz en tu mundo mágico de hipocresía, no hay un solo día en el que ignore el agradecer que hayas ocurrido como tema en mi vida, y sí, tal vez te enfermes o yo lo haga, probablemente mueras o yo sin que te des cuenta, así funciona la vida, olvidamos a los inútiles, y los que trascienden nunca se van; quienes son nuestros verdaderos apoyos permanecen, nuestros amigos y hermanos jamás perecen.

Grato fue conocerte, hasta cierto punto merecido lo tenía, que el karma te pague conforme te mereces, es lo único que le pido a la vida; no hay más que pedir por ti, ya sabes que siempre he optado por tu bien, por mi palabra cumplir contigo, por callar aquello que te prometí, por hablar sinceramente, por evitar ser rapiña inminente.

Y así, entre lágrimas sin decoro descubrí que tu mayor belleza era yo. Simplemente porque mi capacidad de darlo todo estaba ahí para ti, mis manos para hacer, mis pies para andar, mis ojos para seguir, mis labios para probar, mi ser completo para contemplar lo mucho que en ti en algún momento vi, y hoy todo es deshonra, penurias y feminidad asesinada, hoy eres un niño más, sin eso que una vez me logró conquistar.

Me preguntaba si era posible dejar de amar; no creo que como tal lo sea, pero se empieza mejor a ver a la otra persona como alguien a quien se le puede respetar, y ya, nada más que eso. Sin haber logrado siquiera un poco de potencial alcanzar, con tal limitación que las migajas en el suelo habrían sido para esa persona mejor; misericordia de parte del Padre habrá, pues la he rogado constantemente, diciéndole que por favor no le haga más mal, pues suficiente es saber de eso que tiene en frente.

Lloraría mi dolor, pero ya lo hice en tiempo, ahora simplemente hago que el suceso ocurra como había estado planeado, que las llagas en tu ser se pudran, que el pánico vuelva a tu lado; y sí, me dijeron que me viste peor que a tu amor actual, probablemente sí, pues mis valores no los mereciste más; vendiéndote cual ramera del pasado, en burdel habitual, sobre el supuesto de que alguien ha de por ti pagar, dándote dote en peso, infravalorando lo que hube visto yo en ti, aquello que estaba dentro.

Y llegó el hórrido cacique, con las arcas llenas, a pagar tu carne, como una ternera, a llevarte al lado de su maravillosa y mísera simultánea estancia; ojalá viviera para aceptar el hecho de que en su memoria el creerse ninfa resultó un mito, pues la manía cambió todo lo que en mente se tenía; qué gracia y desdicha es de quien sepa que la infección aplaca hasta que la carne pudre, y tu cuerpo ataca, hasta que el alma mude; dejando atrás aquello que supe, llegué a amar, pues soy mortal, a pedir y un beso de sus labios implorar.

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