Patada
Cuando nos sentimos mal después de recibir una patada en las nalgas tras una relación ignoramos que lo más importante es que como consecuencia de eso en lugar de cerrarse las puertas se abre un mundo de posibilidades para lograr; puesto que, si lo vemos con ojos críticos y llenos de sabiduría y sinceridad comprendemos que esa persona especial esperaba que fuéramos mejores personas y más aptos, e inconscientemente nos estaba confesando que nos cree capaces de lograr serlo.
Viendo las cosas claras, no le pones dificultades a algo que de por sí aceptas que ya no es capaz de dar más de sí. Como a un perro, por ejemplo, no le vas a pedir que aprenda a hablar, pues estás consciente de que mover la cola y ladrar es su mundo y más allá de eso no hay mucho que pueda conseguir con sus capacidades.
Así es Dios, nos da talentos según nuestra capacidad para explotarlos, aunque la mayoría de veces vivimos dentro de esferas de conformismo y limitaciones sociales, esas pocas ocasiones que alguien ejecuta el dulce acto de patearnos justo en el trasero para impulsarnos a crecer y a salir de un agujero de incompetencia y mediocridad, créeme, es un verdadero acto de amor.
Amén por quienes crean que lo que son es suficiente, yo por mi parte sé que daré mucho más de mí, y estoy tranquilo y expectante, con mi cola preparada para recibir la patada que venga, con la intensidad que lo haga, entendiendo que eso me hará continuar desarrollando mis capacidades y en su mente soy alguien con muchísimas más cualidades de las que he mostrado.
Qué bella es la jerarquía de conocimientos en cuanto a la introspección si se ve con ojos críticos y sinceros. Qué hermoso es darte cuenta de que mientras vivías en la sombra de tus límites no alcanzabas a distinguir el enorme horizonte en frente por tu quietud abrumadora.
Viendo las cosas claras, no le pones dificultades a algo que de por sí aceptas que ya no es capaz de dar más de sí. Como a un perro, por ejemplo, no le vas a pedir que aprenda a hablar, pues estás consciente de que mover la cola y ladrar es su mundo y más allá de eso no hay mucho que pueda conseguir con sus capacidades.
Así es Dios, nos da talentos según nuestra capacidad para explotarlos, aunque la mayoría de veces vivimos dentro de esferas de conformismo y limitaciones sociales, esas pocas ocasiones que alguien ejecuta el dulce acto de patearnos justo en el trasero para impulsarnos a crecer y a salir de un agujero de incompetencia y mediocridad, créeme, es un verdadero acto de amor.
Amén por quienes crean que lo que son es suficiente, yo por mi parte sé que daré mucho más de mí, y estoy tranquilo y expectante, con mi cola preparada para recibir la patada que venga, con la intensidad que lo haga, entendiendo que eso me hará continuar desarrollando mis capacidades y en su mente soy alguien con muchísimas más cualidades de las que he mostrado.
Qué bella es la jerarquía de conocimientos en cuanto a la introspección si se ve con ojos críticos y sinceros. Qué hermoso es darte cuenta de que mientras vivías en la sombra de tus límites no alcanzabas a distinguir el enorme horizonte en frente por tu quietud abrumadora.
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