Regalo

El amor es un regalo, el mejor de todos; yo lo ofrezco como el mesero que lleva el más valioso vino desde el principio; me han dicho que no muchas veces, los comensales prefieren dejarlo pasar y esperar a que algo "mejor" se presente.

Y ahí termina la historia, puesto que como el vino fino, el mesero tiene que volver a colocarlo en su lugar antes de que la noche acabe; y sí, hay muchos más vinos en la fiesta, de distintos tipos y sabores, pero el especial, el que estuvo preparado para que los invitados tuvieran la oportunidad de disfrutar desde el inicio, se ha guardado.

¿Puede volver a enamorarse de la misma manera? No. No de la misma manera. Sí soy capaz de brindar mi cariño y amistad, esos no se los niego a nadie; con toda la pulcritud, sinceridad y bondad que me caracterizan me podrán encontrar siempre; pero esa forma de mí que por decisión propia pidieron les quitara de en frente, se ha almacenado para alguien más.

Ni una sola vez en mi vida he dado segundas oportunidades amorosas, para bien siempre, me ha ayudado a valorar si es que fui demasiado tal o cual cosa y evitar hacerlo la siguiente ocasión. De todo aprendo.

Pueden ser muy bonitas, pueden ser maravillosas, pero la virtud de no aceptar el riesgo de beber de mí desde que me presenté no se repetirá fácilmente; al menos no creo que nadie sea capaz de volver a convencerme una vez que me pidió que me alejara en el sentido amoroso de la historia.

Hay muchas formas de amor, y realmente sé que soy buen amigo; tan es así que he planeado algo divertido para saciar mi deseo de ser bendición para otras personas. Me declaro coleccionista de sonrisas y espero alcanzar un gran número de las mismas ahora que inicie con este nuevo proyecto de crecimiento personal.

No me rindo nunca, mi actitud y personalidad están ahí para quien guste de mí. Amo la confianza en las personas, me alegra ver sus rostros felices y plenos.