León
Amo ser un león que no se doblega, que no se rinde, que no se acongoja, que siempre se levanta a devorar a su presa. Amo ser un león que aunque pasa por circunstancias complicadas, aunque lo quieran cazar todo el tiempo, aunque haya muchos que lo quieran ver víctima, se jacta de continuar siendo el rey de la jungla.
Amo ser un guerrero, uno que lucha tras lucha, puede verse en desventaja ante el rival, pero siendo un gran estratega, cualquier mala experiencia la toma para construir un bien mayor y convertirse en un caballero, puesto que, siendo un guerrero, no hay mejor honor que morir en batalla y ser recordado por ello.
Amo no ser de este país, ni de este continente, mucho menos de este planeta en mi manera de pensar; amo poner mis ojos y esperanzas siempre en el cielo y no buscar a quienes carnalmente hacen y consiguen en base a lo que construyen superficialmente, así es, amo no basar mis esperanzas en la postrer podredumbre de cuerpo que poseeré, pues a todos, al final de la historia, nos sucederá igual.
Amo ser una fiera indomable, un amante insaciable, un gladiador imbatible, un corredor incansable, un sofisticado y misterioso ser del que por mucho que indaguen, quien quiera conocerme completamente, debe de saber ser paciente y tolerante.
Amo cada día despertar y por pésimo humor que me acompañe, un par de actividades cambien mi ánimo, revivan mi convicción, me hagan sentir renovadas fuerzas y me motiven a dar mucho más de mí; pues eso es lo que hasta hoy han conseguido todas las alianzas enemigas en mi contra, hacerme más grande y poderoso, mayor vencedor en batalla, llenarme de virtud y valores y describirme como lo que soy, alguien asombroso.
Hace casi treinta años que piso el suelo de este planeta, y honestamente he aprendido tanto de la vida que, si hoy o mañana muriera, por alguna enfermedad o dolencia, mi legado estará aquí escrito; cada queja, cada palabra de aliento, cada mensaje en pro del bien común, lo he redactado para ser en un futuro leído por mi linaje, por quien quiera llegar a crecer de maneras descomunales, sin importarle las dimensiones de los rivales, recordando todos los días, que podrá haber ratos malos, pero a quien sabe contender, la lucha le sabe a gloria, incluso perdiendo, sabe sentir el placer de la derrota y aprender ante todo.
No hay un solo ser al día de hoy que me haga frente y me destruya, no me estoy refiriendo a mí mismo como alguien afanoso por la victoria; simplemente es que sé disfrutar cada instante y escenario que la vida me presenta, y es delicioso ver que, quienes en algún momento me han ganado en algo, hoy lloran por haberme alejado, porque reconocieron al final que la satisfacción de verme humillado, vacío y rendido a sus pies fue tan efímera y momentánea que no supieron el instante en el que los abandoné y dejé como huella en el pasado que se desvanece con el pasar de los días.
Así soy yo; ten por seguro que por mucho mal que me pretendas, que aunque creas que estoy hecho nada, que me has pisoteado suficiente o que estoy casi muerto; siempre me he de despertar, levantar, superar, y en un abrir y cerrar de ojos, acabaré contigo y con todo lo que construiste con intención de derribarme.
Amo ser un guerrero, uno que lucha tras lucha, puede verse en desventaja ante el rival, pero siendo un gran estratega, cualquier mala experiencia la toma para construir un bien mayor y convertirse en un caballero, puesto que, siendo un guerrero, no hay mejor honor que morir en batalla y ser recordado por ello.
Amo no ser de este país, ni de este continente, mucho menos de este planeta en mi manera de pensar; amo poner mis ojos y esperanzas siempre en el cielo y no buscar a quienes carnalmente hacen y consiguen en base a lo que construyen superficialmente, así es, amo no basar mis esperanzas en la postrer podredumbre de cuerpo que poseeré, pues a todos, al final de la historia, nos sucederá igual.
Amo ser una fiera indomable, un amante insaciable, un gladiador imbatible, un corredor incansable, un sofisticado y misterioso ser del que por mucho que indaguen, quien quiera conocerme completamente, debe de saber ser paciente y tolerante.
Amo cada día despertar y por pésimo humor que me acompañe, un par de actividades cambien mi ánimo, revivan mi convicción, me hagan sentir renovadas fuerzas y me motiven a dar mucho más de mí; pues eso es lo que hasta hoy han conseguido todas las alianzas enemigas en mi contra, hacerme más grande y poderoso, mayor vencedor en batalla, llenarme de virtud y valores y describirme como lo que soy, alguien asombroso.
Hace casi treinta años que piso el suelo de este planeta, y honestamente he aprendido tanto de la vida que, si hoy o mañana muriera, por alguna enfermedad o dolencia, mi legado estará aquí escrito; cada queja, cada palabra de aliento, cada mensaje en pro del bien común, lo he redactado para ser en un futuro leído por mi linaje, por quien quiera llegar a crecer de maneras descomunales, sin importarle las dimensiones de los rivales, recordando todos los días, que podrá haber ratos malos, pero a quien sabe contender, la lucha le sabe a gloria, incluso perdiendo, sabe sentir el placer de la derrota y aprender ante todo.
No hay un solo ser al día de hoy que me haga frente y me destruya, no me estoy refiriendo a mí mismo como alguien afanoso por la victoria; simplemente es que sé disfrutar cada instante y escenario que la vida me presenta, y es delicioso ver que, quienes en algún momento me han ganado en algo, hoy lloran por haberme alejado, porque reconocieron al final que la satisfacción de verme humillado, vacío y rendido a sus pies fue tan efímera y momentánea que no supieron el instante en el que los abandoné y dejé como huella en el pasado que se desvanece con el pasar de los días.
Así soy yo; ten por seguro que por mucho mal que me pretendas, que aunque creas que estoy hecho nada, que me has pisoteado suficiente o que estoy casi muerto; siempre me he de despertar, levantar, superar, y en un abrir y cerrar de ojos, acabaré contigo y con todo lo que construiste con intención de derribarme.
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