Diez

Me quedaban unos cuantos días, conté diez en su momento, para alcanzar mi objetivo corporal, y es que siendo sincero no he podido dejar de "portarme mal" en cuanto a los alimentos que consumo. Y he oscilado entre los setenta y siete y ochenta y tres kilos de masa.

Mi plan actual es bajar hasta setenta y cinco (como solía ser inicialmente) y volver a hacer dieta si alcanzo de nuevo los setenta y ocho; hasta ahora, son cantidades que solamente imagino en sueños, pero bueno, nunca está de más el soñar, y menos para mí que los sueños generalmente me llevan, si no a resultados, a aprendizajes bastante bonitos.

He estado trabajando al rededor de mi agenda personal, porque ya va siendo hora de crecer en sentido administrativo en todas las áreas; si bien es cierto que avancé mucho en cuanto a las finanzas durante el dos mil quince gracias a haberme mudado a un estilo de vida diferente, creo que los planes en los que me encuentro jamás dejan de ser, y muy por el contrario, tengo que aprender a nutrirlos en diversos tipos de desenvolvimiento.

Desde lo social, hasta las horas del día que invierto en trabajar, todo puede ser bien administrado; exactamente (como juzgarán) estoy haciendo mal en este momento, pues sigo redactando posts a las cinco de la mañana, admitámoslo, todo empezó con dolores insoportables y terminó siendo la fusión del placer de volver a escribir, con la libertad de saber que puedo hacerlo sin muchas limitaciones.

A veces me pienso como un hombre de montaña, de esos solitarios que se la pasan leyendo. Tal vez no estaría muy lejos de su estereotipo, con la ligera diferencia que yo usaría mucho de mi tiempo también en escribir, pues me encanta hacerlo.

Si algún día alguien me pagara por escribir lo que pienso, probablemente ese día cambiaría mi percepción de la escritura, puesto que lo que escribo lo escribo al son de las ideas fluyendo en mi mente, y cuando hay responsabilidades aparte, no sé si les pase pero a mí, se me borran las ideas, se estruja mi cerebro tratando de convencer. Y bueno, la vida es mucho más simple que eso, incluso sabiendo que somos nosotros mismos quienes tratamos siempre de complicarnos las cosas.

Tengo unas setenta páginas disponibles en mi moleskine que pienso invertir en administración general; ya tengo la otra mochila conmigo, debo de andar en bicicleta pues me he quedado sin recursos para gastar a propósito, total, he experimentado una serie de cambios que, el día que ingrese al gimnasio al fin, harán que sienta que he terminado de dar un paso... O bueno, probablemente el día que mis padres regresen a mi tierra tras haber venido a visitarme, o bueno, no sé. A quién engaño, toda mi vida la he experimentado exactamente igual a un enorme paso, todavía no termino de darlo así que, no queda más que seguir poniendo mi esfuerzo en conseguirlo.

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