Admito

De acuerdo, lo admito, no puedo dormir, y es que, curiosamente estoy consumiendo medicamentos que funcionan para un dolor, y me provocan otro. Exacto, ironías médicas de las que siempre dudaré.

Resulta que tengo una muela, en mi casi completamente agraciada sonrisa, que la está haciendo de tos, pues a la muy canija (debido yo creo a mi mal juicio) se le ocurrió salir en una mala posición; el resultado: Alguien tiene que ser sometido a cirugía.

Pues bien, desde el intento fallido por parte del dentista de extraerla el sábado pasado, el dolor ha ido progresivamente en incremento, hoy es tan poco resistible que definitivamente el sueño parece que va a terminar pasando a segundo plano mientras permito a la dolencia ser con todas sus propiedades.

El asunto es que, una vez ingresando el par de píldoras oralmente, mi cuerpo se empezó a sentir peor, y lo que solamente era un dolor molar, se convirtió también en un dolor de esófago o algo por el estilo; realmente en estos momentos no sé si lo que más me duele es el orgullo, la billetera, la muela, la panza, la ausencia de alguien que me diga que todo va a salir bien o el no poder dormir.

Sueño sí tengo, definitivamente; pues incluso me empiezan a arder los ojos y no solo por estar pegado a la computadora, sino porque requiero de mis horas de sueño (cuales por cierto, cabe aclarar que hace mucho disfrutaba plenamente).

También es válido darle algo de mal crédito al acceso a Internet por esto y al exceso de trabajos pendientes, a las ideas y proyectos que no dejan de oscilar en mi miente y a... Caray, culpemos a todo, al final a mí es al que me duele.

Y ya, podría decir: "Bonita noche", pero estoy seguro de que terminaré publicando más cosas que quería publicar desde hace tiempo.

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