Vacío

Jamás le desearía el mal a alguien a quien hube amado; eso es de reverenda inmadurez desde mi opinión. Porque definitivamente nadie, a alguien que ha considerado en algún momento lo mejor de su vida es tan falso para pretender ignorarlo escupiendo el rostro que un día besó. O tan miserable para recurrir a la idea de culpar o culparse por los errores que impidieron el suceder maravilloso de las cosas.

Creo que es preciso un punto de enorme crecimiento emocional el entender que no siempre los amoríos son como los planeamos; que estadísticamente hablando muchos "amores de nuestras vidas" terminan como relaciones fallidas, pero creo con todo mi ser, que lo más que puedo hacer por esa persona que en un momento y con tanta pasión amé es desearle que sea plenamente feliz; porque habrá en el mundo muy pocas personas (además de uno mismo) capaces de comprender que sus objetivos se trata de alcanzarlos junto con quien mejor se adapte, la compañía no es lo que más importa, sino que en conjunción se llegue al final deseado, la felicidad.

Estoy muy triste porque sé que mi presencia ha sido vista como objeto causante de incomodidades recientemente, creo que no he dado a entender la completa formalidad de mi intención; el amar es permitir a la otra persona ser, el amar es otorgarle la libertad de irse y jamás volver, el amar es resistirse a buscar la propia satisfacción antes que la de alguien más. Eso es amar para mí, y no dejaré nunca de hablar al respecto.

El pasado, cualquier bonita experiencia que haya ocurrido, no tiene porqué esfumarse de mi mente; no en calidad de recuerdo; sin embargo respeto las decisiones y convicciones de quien fuera la protagonista de las mismas.

No pretendo invadir espacios, no voy a ser un estorbo y nunca más seré una compañía que cause incomodidad; de los grandes hombres de la historia he aprendido que la vida no es una competencia como nos lo enseñan en la escuela, la vida es acerca de elegir caminos, acerca de encontrar aliados; y yo, pues, sé que tarde o temprano encontraré a la persona que quiera ser mi aliada para combatir ésta épica batalla llamada vida, alguien que no se sienta juzgada, ofuscada, absorbida, manipulada o engañada por mí; alguien que intrínsecamente identifique la verdad de lo que soy y pueda vivir con ello, con quien pueda disfrutar de todo.

He escrito esto porque sentí un gran vacío al darme cuenta que un hermoso escrito que la bella dama me redactó un día, a los pocos días de haberme considerado su pareja, ha desaparecido junto con otras preciosas joyas más que había en el lugar de sus textos. Solía ser un bonito recuerdo de lo hermoso que fue para mí estar con ella desde el principio que ha quedado almacenado en un área inadmisible y oculta cuando, como valioso arte que para mí era, podría estar encuadrado dulcemente sin pretensión alguna.


No hay comentarios.

Publicar un comentario

Se agradecen tus comentarios.