Ames

No ames amigo. Las personas que amamos invertimos casi toda nuestra vida en brindar todo de nosotros a gente que no merece ni el mínimo de lo que les damos, son malagradecidas, egoístas y orgullosas. Y por más especiales que creas que son tus objetivos amorosos, no saben amar, no funcionan, y si son mujeres terminan con el patán que siempre creyeron con su mente que no terminarían.

No estoy enamorado, prometo no volver a enamorarme jamás, prometo ser una dura piedra difícil de cambiar de parecer, que lo que los demás opinen sobre mí no me va a importar, que sus influencias durarán lo que en irse mi excremento por el excusado, que serán mierda para mí las falsas intenciones.

Prometo que cuando escuche de nuevo un "te amo" o un "guapo", lo tomaré como una estúpida broma que debe de ser ignorada; no me importa ser grande o bueno para nadie, tampoco voy a ser un ridículo patán en pose. Voy a vivir plenamente siendo yo, disfrutando de serlo, cada milímetro y delgada línea que me cautivará y me hará feliz a partir de ahora serán las mías.

Habrá mujeres hermosas, habrá mujeres deliciosas, habrá mujeres radiantes, habrá mujeres inteligentes y mujeres de acuerdo a mis gustos; pero serán eso solamente, mujeres. Utensilios. Porque el amar tan fuerte en mí me ha dejado un corazón desquebrajado ya dos veces; me ha hecho sufrir tanto como no se lo deseo a nadie, me ha hecho llorar como una fuente inagotable de lágrimas.

Y lo peor es que, las muy malditas e hipócritas; han dicho que no es mi responsabilidad cuando es únicamente eso (los miedos y dudas) lo que las ha hecho alejarse; yéndose de inmediato con alguien más dejando en duda mi inteligencia. Arrogantes.

Ojalá se revuelquen en su gusto por la miseria, que sean tan asquerosamente repugnantes como siempre quisieron. La verdad es que no me importan, ninguna de ellas, solo importo yo, mi mente, mi carácter, mi fuerza y espíritu.

Es mi deseo lo único que alimentaré, mi propia satisfacción, un completo hedonista. Y para concluir la obra en mí he comenzado hace tiempo a planear mi estrategia; y no, no es para que nadie la admire, ni para que nadie la conozca, simplemente sucederá. Habrá víctimas entre mis manos, muchas, una inimaginable cantidad, y eso será un maravilloso alimento para mi individualidad.

Solo queda decir que si antes la quise, hoy como el león a su presa solamente la deseo, para devorarla, para desmenuzarla, para triturarla, para disfrutarla, para gozarla y alimentarme de ella. Y así como a ella, a muchas más por saciedad tendré. Al final de su jodida historia estarán arrepentidas de no haberse esforzado. Flojas. Ahora sí, adiós idiotas.


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